CAPÍTULO II 05
Capítulo 5
Cada uno se encontraba en las habitaciones de huéspedes que habían preparado para ellos. Con la ropa que les ofreció, Taehyung se habían cambiado y estaban listos para dormir. Las habitaciones eran elegantes y espaciosas con un color crema común como toda la casa. Parece que a los Kim les encantaba ese color. Carlie, estaba acostada en su cama, pero no podía conciliar el sueño.
Al contrario de Hwan que en su habitación ya estaba roncando plácidamente. Estaba cansando.
Taehyung, por otro lado, tampoco podía dormir pensando en su invitada que estaba cerca de su habitación cruzando el pasillo. Sus pervertidos pensamientos no lo dejaban tranquilo. Tenía intenciones de ir a entrar a su habitación y verla dormir.
¿Cómo estará vestida en este momento?
¿Ya estará dormida?
Fueron las preguntas que formulaba su cabeza. Tomó su almohada y la puso en su rostro para poder gritar con frustración. Esa chiquilla estaba atolondrándolo.
¿Por qué le atraía tanto?, ¿Qué tenía esa mujer de especial?
Y ante la última pregunta se quedó pensando en una respuesta.
¿Qué tenía de especial?
¿Podría ser su sonrisa?, ¿Su rostro delicado?, ¿Su agradable aroma a manzana?, ¿La manera en la que fruncía su entrecejo viéndose sexi?, ¿El hermoso acento que tenía cuando hablaba coreano?, ¿Esas curvas tan bonitas que marcaban su cuerpo?, O sus ojos. Sus lindos ojos verdes…
Maldición, ¿De dónde había salido tanta palabrería en segundos?, ¿Por qué una simple mujer lo hacía actuar de esta manera?
⎯ ¡Me voy a volver loco! ⎯ gritó sobre su almohada.
Cuando la conoció por primera vez no habían tenido un buen comienzo. Aunque había sido lindo verla en su habitación aquel día. Estaba nerviosa al igual que él. Su rostro estaba sonrojado con su boca levemente abierta por la impresión. Hasta había visto detalladamente su vestir, realmente lo recordaba.
Tenía una chaqueta de mezclilla y un pantalón de la misma tela. Una ramera blanca y calcetines del mismo color. Ningún detalle se le habían escapado, incluso su cabello le recordaba amarrado en una coleta alta.
Parecía un enfermo acosador…
En la habitación de enfrente se encontraba Carlie sin poder dormir, pero mantenía sus ojos cerrados. Tal vez así por un momento podía invadirle el sueño. Estaba incómoda al dormir en esa casa, con la presencia del idol al final del pasillo.
Hoy, al verlo, guardo sus nervios por el momento de salvar a Yeontan, pero las palabras de Hwan resonaban en su mente.
— ¿A caso no vez cómo te mira?, Quiere devorarte con solo una mirada.
Le parecía ridículo que alguien como Taehyung, un importante hombre en la industria de la música y de la moda, estuviera fijado en ella. Es un hombre rodeado de hermosas mujeres que estarían dispuestas a estar con él sin rechistar, ¿Cómo no hacerlo?
Era talentoso, guapo y adinerado, entre otras cosas.
Guardó sus pensamientos solo comenzando a contar del uno hasta donde llegará. Así se cansaría rápido y conseguiría dormir, pues se le estaba dificultando.
Cuando llegó al número cuarenta y ocho, un extraño ruido inundó la habitación. Era la puerta que había dejado salir el sonido chirriante de las bisagras dándole un escalofrío en todo el cuerpo.
¿Aquí no había fantasma cierto?
Cerró sus ojos con más fuerza, sin mover ni un solo músculo. Se encontraba de lado dándole la espalda a la puerta. Los sonidos se comenzaron a escuchar eran pasos acercándose a ella. Mantuvo su respiración calmada. Hasta el punto en que del otro lado de la cama se había hundido.
Señor demonio, váyase por favor. Exclamó en sus pensamientos.
No quería gritar y llamar la atención del personal. Aún más la atención del idol que seguro permanecía dormido en ese momento en su habitación.
El cuerpo de Carlie estaba entrando en pánico al sentir algo caliente pasarse por su pierna.
No, no, no.
Tal vez si era un íncubo.
¿Pero por qué a ella? Siempre se portaba bien. No tenía ganas de que ningún demonio la tocara o se le subiera encima. Ahora estaba creyendo en que lo paranormal existía cuando ese toque que resultaba ser una mano continuaba su camino recorriendo y marcando su silueta desde su cadera hasta su cintura, repitiendo la acción una y otra vez.
Carlie había apretado las sábanas con mucho miedo. Estaba a punto de gritar y salir corriendo, pero algo la detuvo. El toque había llegado hasta su vientre y sin lastimarla, con fuerza fue jalada hasta sentir un firme pecho.
¿Así es como los íncubos te visitan?
Ya no tenía miedo, ahora estaba extrañada. Un cálido cuerpo estaba abrazándola desde atrás mientras respiraba en su cabello. Carlie ni siquiera se movía, permanecía guardando la calma en todo momento, pero las ganas no le faltaban para salir huyendo como cobarde.
Un sonoro gemido había salido tras su espalda asegurándose que no había ningún fantasma demoníaco. Más bien parecía una persona. Había gemido de manera de satisfacción acompañada de un suspiro cansado. Era un hombre la que la tenía sujeta.
Su perfume era varonil y sus brazos eran anchos, pesados y se sientan ejercitados.
¿Y si era Hwan?, al menos eso la tranquilizaba. Lo conocía y sabía que no se prepararía con ella.
Por algunos minutos más, el cuerpo detrás de espalda había dejado de moverse, solo podía sentir una respiración calmada y el movimiento de su pecho al hacerlo.
Quería moverse, pero le era imposible cuando la tenía sujeta fuertemente y aquellas colchas pesadas no ayudaban tampoco. Pero después de varios intentos en removerse se había podido girar.
La luz por la ventana únicamente alumbraba la habitación. Y al enfocar a la persona que la tenían atrapada en brazos, sus ojos se abrieron de la impresión.
¡¿Kim Taehyung abrazándola mientras dormía?!, ¡¿Qué carajos estaba haciendo en su habitación?!, ¿Por qué lo había hecho?, pero ¿Por qué la había toqueteado?
Un jalón fuerte la apretó más a él, hundiendo su cara en su cuello. Estaba tensa y avergonzada.
⎯ ¿Qué está haciendo en mi habitación? ⎯ habló apenas en susurro.
⎯ Cállate y duérmete, solo me estoy cobrando lo mismo. ¿No lo hiciste también, al invadir mi habitación ese día? ⎯ contraatacó con sus palabras.
Carlie parpadeó varias veces ante su comportamiento tan confianzudo, pero no quiso decir nada al respecto. El agarre de Taehyung era fuerte con la intención de no soltarla nunca, así que no le quedó de otra manera más que quedarse quieta. Escuchaba su calmada respiración y sus manos tomaron vida propia, pasando su brazo tras su espalda y abrazarlo.
Así, por algunos minutos ambos habían caído profundamente dormidos y extrañamente cómodos.
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