CAPÍTULO II 02
Capítulo 2
Los nervios eran una cosa que acompañaban a la francesa en su día a día, pero hoy estaba más ansiosa que nunca y el motivo era el nuevo MV de su grupo de K-pop favorito. Le Sserafim estaba por lanzar su nuevo álbum y estaba contenta con ello.
Hoy había llamado su mejor amiga para decirle que estaba por entrar como una de las estilistas de un grupo de idol, está por supuesto que la felicitó y le deseo lo mejor en su carrera. Tenían algunos días de no haberse visto, pero era a causa de sus actividades laborales, así que en el tiempo de descanso no dejaban de enviarse mensajes preguntándose cómo estaban.
⎯ Yeontan, ven aquí ⎯ Siguió al pequeño travieso que se escabullía por cada rincón⎯ No te escondas, no ahora, ya estoy agotada.
Yeontan era muy enérgico y le costaba cansarse, a veces solía compararlo con un niño pequeño. A pesar de los esfuerzos de la chica, la cual lo entretenía con varias actividades, Yeontan parecía tener una pila recargable con la que por desgracia no contaba también la francesa. Entre juegos como lanzar la pelota, ir por el disco, saltar obstáculos obteniendo premios como recompensa y el incesante intento de Yeontan por atrapar su propia cola hacían el día de la chica más ameno, pero sí igual de cansado.
⎯ Bien, ya sé en dónde te metiste. Haré como que te busco ⎯ un suspiro de cansancio salió de sus labios y decidió esperar un tiempo para después atraparlo.
A Carlie se le habían pasado casi unos veinte minutos esperando a que Yeontan saliera debajo de la mesa. Todo estaba en absoluto silencio, incluso el guardaespaldas estaba sentado en la sala sin hacer nada. Tenía su cuerpo cansando y por eso había decidido esperar, pero ahora que observaba que Yeontan no salía, decidió ir por él encontrándolo dormido.
⎯ Genial ⎯ Soltó bufando.
Era una situación muy lamentable, haber estado esperando por él todo este tiempo mientras él hacía lo que ella no podía, dormir a pata suelta.
⎯ ¿Qué es genial? ⎯ Carlie se sobresaltó dando un brinco que le propinó un fuerte golpe en la cabeza, ya que estaba bajo de la mesa.
⎯ Me asustaste idiota ⎯ Salió sobando su cabeza.
⎯ ¿Lo siento, estás bien? ⎯ Hwan la observó para asegurarse de que lo estuviera.
⎯ Sí.
⎯ ¿Qué hacías ahí abajo?
⎯ Quería saber si Yeontan estaba bien. Tenía más de veinte minutos ahí abajo.
⎯ ¿Y está bien?
⎯ Sí, solo se quedó dormido.
⎯ Oh, ven, siéntate. Yo ahora lo saco. ⎯ Carlie, le hizo caso y se fue a sentar en el comedor.
Miró, como, Hwan, llevaba en brazos al pequeño cachorro dormido, pero después había despertado, ya que pudo mirar como se removía entre sus brazos. Aun así lo llevó a su cama para que estuviera cómodo. Después, Hwan, volvió.
⎯ ¿Tienes algo que hacer mañana por la noche? ⎯ Hwan se acercó a ella.
⎯ No, ¿Por qué? ⎯ El chico se rascó la nuca un poco nervioso.
⎯ Pues, quería invitarte a salir.
⎯ ¿Q-qué? ⎯ Carlie había tartamudeado, eso sí que fue inesperado y la había tomado por sorpresa.
De hecho, con los constantes rechazos que ella le había dado, imaginó que ya no insistiría más con lo mismo. Hwan era un hombre muy atractivo. Contaba con una buena constitución física. Algo que a cualquier mujer le volvería loca. Era un chico amable, respetuosos y muy divertido. Era todo en uno, algo de lo poco que hay en hombres hoy en día.
⎯ Sí. Me contaste que no sirven nuestras salidas al estar en lo laboral. Ahora te pido una cita para mañana en la noche. ¿Me acompañaría bella dama?
⎯ Sí, con mucho gusto ⎯ No podía rechazarlo. Había sido amable y paciente. Solo era una cena, no era nada comprometedor. Confiaban en él.
⎯ ¡Woow! ⎯ Grito de la emoción a lo que Carlie le dio un manotazo para que se callare.
⎯ Está Yeontan dormido ⎯ El guardaespaldas miró a los chicos y volvió a lo que estaban ⎯ Acabas de llamar la atención del mastodonte ⎯ susurró lo último.
⎯ Lo siento ⎯ volvió a susurrar ⎯ Es que me ganó la emoción. Pasaré por ti a las ocho ¿Está bien? ⎯ asintió.
⎯ ¿Por cierto, a dónde fuiste esta mañana?
⎯ Ah, fui al aeropuerto por... ⎯ fue interrumpido por el guardaespaldas.
⎯ Hwan, el señor Kim, quiere que vayas por él en este momento a su trabajo. ⎯ Se fue sin esperar una respuesta a cambio.
Era una de las razones por las que Carlie no le agradaba el sujeto. No era amable y siempre se mantenía serio. Era un grosero.
⎯ Lo siento, tengo que irme. ⎯ La miró a manera de disculpa. De verdad quería pasar más tiempo con ella.
⎯ No hay problema. ⎯ Golpeó suave su hombro ⎯ Ten cuidado ⎯ Ante lo último Hwan sonrió. Tenía la vaga esperanza de poder conquistarla y lo iba a lograr. Nunca se daría por vencido. Se despidió y Carlie volvió a trabajar.
Buscó con la mirada al pequeño cachorro y no lo vio en su cama. Quería preguntarle al guardaespaldas si había visto la dirección a dónde fue, pero no quería que este la ignorara dejándola hablar sola como si estuviera loca, ya que había pasado en dos ocasiones. Así que no lo quedó de otra más que ir a buscarlo sola.
Paseó por toda la casa de los Kim hasta dar con el pequeño cachorro oliendo un pedazo de tela en el suelo. Pero cuando quiso acercarse a él, este le ladró juguetonamente y se echó a correr para esconderse. Carlie lo siguió rápidamente antes de perderlo de vista.
El cachorro entró por una leve ranura que había dejado una puerta de una habitación desconocida. Nunca había entrado a esa habitación y le extrañaba que estuviera iluminada como si alguien estuviera ahí dentro. Por un momento pensó que era el personal limpiando, así que con confianza entró en busca de Yeontan.
Cuando decidió abrir un poco más la puerta, sus ojos se abren extremadamente sorprendidos al ver a un chico cargando a Yeontan mientras sonreía.
Los latidos de su corazón se acrecentaron tanto que temió estar sufriendo un infarto. Y no podía determinar por qué. Si por el hecho de ver al mismísimo Kim Taehyung de BTS, o por ver tanta desnudez, solo cubierta escasamente por una pequeña toalla en su cintura.
El cabello se encontraba húmedo y varios mechones le caían sobre su frente. Su cuerpo era muy hermoso y varonil. Su ancha espalda y esa pequeña cintura le sentaban muy bien, pero esa magia se fue por el caño en el momento que Taehyung se percató de su presencia.
⎯ ¡¿Qué haces en mi habitación?! ⎯ grito sorprendido y asustado, pero más que nada avergonzado.
⎯ Y-yo... ⎯ Carlie no podía hablar, pues las palabras se le atascaban al intentar pronunciar media sílaba.
Taehyung, por otra parte, bajó al cachorro al suelo para poder irse a su baño, pero al momento de proceder con su accionar su toalla había caído a sus pies y los curiosos ojos de Carlie se deleitaron al apreciar su anatomía completa.
⎯ ¡Oh, mi Dios! ⎯ se volteó rápidamente y salió corriendo de ahí, cerrando la puerta de un solo portazo.
Ambos estaban avergonzados y sorprendidos al mismo tiempo. Aquel encuentro había sido el más embarazoso que había tenido en sus miserables vidas.
Carlie no podía quitar de su cabeza aquella imagen. Ahora que había ocurrido aquello se podía considerar definitivamente despedida. ¿Cómo se le ocurrió entrar sin saber a quién le pertenecía esa habitación?. Debió de preguntar primero antes de haber invadido territorio ajeno y eso se lo reprochaba su conciencia constantemente.
No sabía qué hacer ni cómo actuar cuando llegó a la sala. Sus mejillas estaban acaloradas y sus piernas parecían gelatina fuera de molde.
Había visto a Kim Taehyung desnudo.
Sin duda en estos momentos sería la envidia de muchos, pero esto no la posicionaba en una situación favorable, sino todo lo contrario.
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