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CAPÍTULO 01

Capítulo 1

El clima de hoy contaba con una gélida temperatura que le hacía saber que ya el invierno se encontraba en la ciudad. Podía sentir el frío cuando el viento golpeaba su rostro, haciendo que sus mejillas se sonrojaran en el proceso. Su cuerpo se estremecía ante el repiqueteo incesante de los latidos de su corazón. Su respiración estaba entrecortada a causa de la agitación al intentar llegar a tiempo a la estación de autobuses. Ya la mayoría de los pasajeros habían abordado. Los mechones de su cabello se movían al compás del viento y el trotar de sus piernas, una que otra hebra rebelde se entorpecía en su rostro. 

⎯  ¡Espere por favor! ⎯  gritó para llamar la atención del conductor del autobús.

Milagrosamente, este se detuvo al observar a la joven correr, y que al llegar a verla de frente pudo notar que no parecía ser de su misma nacionalidad. Sus rasgos eran diferentes.

⎯  Gracias, muchas gracias. ⎯  hizo reverencia y pasó a sentarse. El conductor asintió igualmente devolviéndole el saludo. 

Se encontraba a punto de llegar tarde a su destino, hoy tenía que cuidar de, Yeontan. Un pequeño canino que parecía una bola de pelos más que otra cosa, juguetón, muy amoroso y sobre todo muy consentido. Cualquier perro desearía estar en su lugar. Tenía alrededor de más de seis meses cuidándolo y le agradaba su trabajo, además de que ganaba mucho dinero claro está. Yeontan, no era un perro como cualquier otro, era famoso, sí, qué raro, ¿Un perro famoso?, tenía hasta su propio grupo de fans y todo esto era debido a su dueño.

Que era nada más y nada menos que Kim, Taehyung, del grupo de K-pop BTS, un fenómeno musical a nivel mundial, la banda del momento. Ella había escuchado hablar de ellos hace tres años cuando llegó al país y cómo no saber de ellos si en todos lados había algo referente al grupo, desde carteles, anuncios y tiendas enteras dedicas a la venta de sus productos comerciales. Admitió que eran muy buenos en lo que hacían, eran muy talentosos. 

La notificación de un nuevo mensaje hace vibrar su teléfono y esta se apresura a revisarlo.

NUEVO MENSAJE
¿Dónde estás?
Si no llegas pronto se me hará tarde
para llegar al trabajo.

Era su jefa, la que le había enviado dicho mensaje. Ese era el motivo por el cual cuidaba de Yeontan mientras que ella trabajaba. Su hijo se la pasaba en giras por diferentes países, por lo cual no podía hacerse cargo de él siempre. 

Lo lamento, estoy en camino.
Llegaré a tiempo.
ENVIADO

No quería correr el riesgo de ser despedida, le gustaba mucho su trabajo y más las ganancias de este. Podía costear su renta, alimentación y productos de primera necesidad. 

En el transcurso de la ruta del autobús se fijó en el interior de este en el que estaban pegados varios carteles de imágenes de grupos de idols. Nunca había tenido la oportunidad de ir a un concierto en vivo en toda su vida. Tenía esa ilusión de poder estar en uno pronto, con uno de sus grupos femeninos favoritos. 

¿Cómo sería estar dentro? Se preguntó. 

Bajó del autobús y corrió todo lo rápido que sus piernas le permitieron hasta llegar a la acera del portón. Un gran condominio donde residían personas adineradas. Ya tenía su gafete a la mano y se lo mostró al hombre de seguridad para validar su identificación y el número del edificio a donde se dirigía. Cuando entró apresuró sus pasos nuevamente hasta llegar y subir al elevador. Saludo a personas mayores que pasaron a un lado suyo haciendo una reverencia, pero no era ni siquiera mirada, aunque que ella sabía la causa. Era racismo lo que tenían algunas personas y al no ser de su mismo país había esas desigualdades. 

No se molestaba y tampoco les reprochaba nada, porque no ganaría nada con eso. Solamente dejaba pasar esos malos momentos que con el tiempo empezó a superar. Incluso todo lo que compraba en las calles se lo vendían aún más caro. Suponía que por ser extranjera les cobraban más. 

⎯  Por fin ⎯  Suspiró la señora, Kim. ⎯  Yeontan, está dormido. Hay comida en la nevera y si pasa algo sabes que puedes marcar a mi número de celular ⎯  Carlie, asintió. 

La señora salió apresurada a su trabajo. 

⎯  Miren, quien llegó ⎯  Hwan, el chófer personal de, Yeontan, estaba de pie comiendo algo que tenía en sus manos. Era un chico alto de metro ochenta y dos. Tenía veinticinco años ⎯  Casi llegas tarde. La señora estaba que echaba humo por las orejas. ⎯  Carlie, sonrió apenada. 

⎯  Me levanté tarde, estuve viendo… 

⎯  K-Dramas 

⎯  ¿Lees mentes? ⎯  Se encoge de hombros. 

⎯  Solo lo supuse… ⎯  Caminaron juntos hacía cocina, ya que, Carlie, no había desayunado. Aunque la mayoría de los coreanos no desayunaban por algunas dietas. Ella acostumbraba a desayunar por costumbre en su país.

⎯  ¿Qué tal tu noche? ⎯  preguntó ella sentándose en la silla.

⎯  Estuvo bien, aunque… No soporto las peleas de mis vecinos. ⎯  Lo miró confundida. ⎯  Es que hay una pareja al lado que discute demasiado. Dios, yo por eso quiero mantenerme soltero. ⎯  Carlie, rio levemente. Después él la miró directamente. ⎯  Al menos que una francesa de cabello castaño me haga caso ⎯  le guiña un ojo.

⎯  Sabes que no pasará ⎯  dijo sonriendo.

⎯  ¿No tengo oportunidad? ⎯  insistió.

⎯  Aunque convivimos solo por lo laboral, no significa que sean salidas. Citas reales. Yo necesito conocerte más, salir en otra forma distinta sin tener que incluir el trabajo de por medio o a ese guardaespaldas detrás de nosotros. ⎯  señala al hombre que estaba en la sala cuidando del pequeño perrito dormido en su cama. 

⎯  Oye, él es agradable. Solo cuida de, Yeontan.

⎯  Solo verifica si no lo asesinamos ⎯  él ríe.

⎯  No digas en voz alta esas palabras. Pondrás en riesgo tu trabajo. ⎯  Asentí de acuerdo. ⎯  Por cierto. El hijo del Señor, Kim, regresará en estos días. Al parecer la gira terminó.

Carlie, al escucharlo, se preocupó. Nunca había pensado en esa posibilidad. 

⎯  No puede ser, eso significa que no podré cuidar del cachorro. No tendré trabajo. Ni dinero. 

⎯  Puedes conseguir otro. Es más, te puedo ayudar. ⎯  Hwan, era muy amable con ella. Y más aún cuando sentía cosas por ella que lamentablemente no eran correspondidas por su linda francesa. 

⎯  Pedirás algo a cambio, te conozco. Conozco esa mirada ⎯  con el tiempo que ya pasaban juntos había conocido e identificado los gestos suyos. 

⎯  No será más allá de un beso. ⎯  Carlie, negó sonriendo. 

⎯  Nunca en mi vida había visto un coreano que le encantara tanto el contacto físico. ⎯  Él sonríe con picardía.

⎯  No todos somos iguales ⎯  vuelve a guiñarle un ojo.

⎯  Sí, uno de cada diez.

⎯  Bueno. Pero en serio lo que te digo, es verdad. Estás titulada como maquillista profesional. Puedo conseguirte un empleo en la ciudad o puedes ser maquillista de algún idol. La señora, Kim, podría ayudarte también en eso. Le caes muy bien. Es una buena persona. 

⎯  De acuerdo tienes razón. No me preocuparé hasta entonces. 

⎯  ¿Que tienes en la agenda? ¿No vas a desayunar? ⎯  Seguía comiendo. 

⎯  Sí. Comeré algo de fruta que hay en la nevera. ⎯  Sacó la agenda de, Yeontan, de su bolso. ⎯  A medio día tenemos que llevarlo al parque. Y necesitamos ir al veterinario antes de eso. Hoy toca su cita. ⎯  Hwan, asintió. 

Después de algunas largas pláticas, llegó la hora de llevar al pequeño, Yeontan, a sus actividades diarias.

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