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Cap. 20 Historias cruzadas....

Narrador:

Joseph estaba raro, Anti lo había notado. Esos detalles no podían ser pasados por alto. Su voz, el dinero y el hecho que ahora le haya dado al centro del tablero con el dardo. Él no era una persona que llevara dinero en los bolsillos, tenía mala puntería y su voz tenía un tono más...siniestro.

Joseph: ¡Chusa!

Anti: No son los bolos.

Joseph: Como sea señor aburrido. Quiero ese mono -Apuntó al premio mayor del puesto, el señor no tubo más opción que entregarle a Franklin, así lo nombró.

El gorila medía casi un metro y era bastante esponjoso, Joseph lo agarró de inmediato y se giró a Alastor, ofreciendolo en sus manos.

Alastor: No es necesario....señor -Rechazó cordialmente el regalo, no es que no le guste, pero Joseph era...raro.

El pecoso bufó y asintió, no queriendo incomodar más de lo que ya estaba Alastor, digamos que no le hacía gracia que se portará tan confiado con su padre....sentía que se lo iba a quitar.

Estaba comenzando a tener sentimientos encontrados....

Joseph: Quédatelo tú -Empujó el peluche a mis manos, soltandolo para que no pudiera negarme- Se que te gustan.

No sé cómo sabía eso en realidad, porque si, me gustan los peluches y en especial los enormes. Son mi forma de antiestrés.

Pero yo nunca e mencionado eso a él, de hecho, no le dije a nadie....¿o tal vez si lo hice en alguna ocasión?. Esto ya me estaba confundiendo.

No tuve más opción que aceptar el regalo. Por lo que lo sostuve en el resto del paseo en mis brazos, a veces veía a Alastor mirar al mono detenidamente cuando pensaba que no me daba cuenta. Y puedo asegurar que destellaba un brillo siniestro....

-¡Acérquese queridas madres de familia! -Escuchamos un barullo muy cerca de nuestra posición y entre el montonal de gente a nuestro alrededor, nos abrimos paso por curiosidad para descubrir el escándalo.

Resultó ser una especie de competencia, ya que al fondo del pequeño podio que habían montado, habían canastas con diferentes víveres.

- ¡Este es un gran evento y un exelente día! claro que no es justo que las madres se queden a cuidar a los niños mientras los padres irresponsables van a beber -Se rió, lo que causó que la multitud lo siga y las mamás mirarán mal a sus esposos que a su vez, miraron mal al hombre- Es por esa razón que hemos organizado diferentes actividades en esta fiesta, una de ellas es un concurso para las madres.

Hubo exclamaciones de interés por parte de las féminas y curiosidad por mi parte.

Es decir, no sueño ver muchos eventos como estos, es divertido y Alastor parecía verlo así también.

Joseph: ¿No suena algo emocionante?

Anti: La verdad si, pero da curiosidad que harán.

Sostuve un poco más cerca a Alastor, la gente comenzaba a aumentar a nuestro alrededor y no quiero perderlo de vista.

Joseph: Déjame ayudarte amiguito -En un momento, había sostenido a Alastor y lo colocó en sus hombros, lo que lo asombró e hizo que soltará un pequeño grito- Así podrás verlo todo y escuchar mejor verdad.

Me miró, pero solo asentí, así era mejor. Estaría más cómodo y no se perdería. Hacique solo aceptó el trato.

- ¡Todas aquellas que quieran ganarse uno de los increíble premios! -Apuntó con un palo las canastas- Háganme el favor de subir al pódio si son tan amables. Incluso pueden llegar a ganar hasta tres canastas.

Algunas mujeres subieron, animadas por el premio, de seguro amas de casa ya que algunas solo observaban sin mucha emoción el premio y más la competencia.

Joseph: Oye, ¿Será que tú puedes entrar ahí?

Anti: No, especificó mujeres.

Joseph: Pero con tu cabello pasas fácilmente por una Azael -Me quitó el muñeco y me empujó para acercarme al pódio, dónde ya habían 5 mujeres- Anda, intentarlo, al menos por la comida.

Bueno....la verdad me vendrían bien algunas canastas, es decir, hasta tenían cereales en algunas. Pensé en mi pequeña despensa un instante y me animé por fin a ir. Pasando entre la gente, logré llegar al podio y pararme al lado de las mujeres. Quienes me miraron a mi y luego al organizador.

-Oiga, ¿Esto está permitido? Dijo solo mujeres.

-Bueno, es exactamente así -El hombre me miró, haciendo ver qué no debía subir- Señor, por favor baje, esto es para las madres, las que cuidan a sus hijos, cocinan y limpian la casa.

Aparte de ser sumamente machista, apuntó a las madres a mi lado y yo lo miré inquisitivo. Ya estoy acá, no me van a bajar, esas canastas quieren que las lleve.

Anti: Si esa es su descripción de una mujer, entonces aplicó. Soy padre soltero, cuido a mi hijo solo, le cocino y limpio mi casa.

Algunas personas que me conocían porque solía llevar a mi hijo a la escuela y me veían ahí, empezaron a hablar.

- ¡Él lleva a su hijo a la escuela e incluso le vemos recogerlo cada día!

- Si, yo lo ví darle una merienda a veces cada que lo deja en la puerta de la escuela.

- Lo encontré en el mercado varias veces, adquiriendo alimentos.

Me sorprendí un poco que hablarán a mi favor, en especial las madres que no subieron. Realmente, como no se acercaban a charlar, creía que eran por los rumores que aún no se extinguían por completo. Pero parece que hice una pequeña imagen...

Si preguntan, si, esto es bueno. No saben lo solitario que es mi vida, aparte de Alastor, me gustaría tener una pequeña conversación madura con un adulto o persona joven. Vamos, soy una persona después de todo, la soledad no podía estar 100% agarrada a mi espalda.

Joseph me animada junto con Alastor desde si lugar.

Joseph: ¡Déjelo participar! -gritó al organizador. Quien lo miro nervioso, a saber porqué, en este punto, no me sorprendería que Joseph supiera algo de vudú.

- ¡Bueno, bueno! Está vez haremos una pequeña excepción supongo...-Se acomodó si moño mientras se paseaba por el escenario, la gente aclamó alegre - La primera prueba es simple, cocinar.

La gente rió un poco, yo entre tanto pensaba que demonios haría. Osea, si me sabía algunas cosas, muchas de ellas aprendidas por Alastor. Pero realmente nunca me gustó mi comida. Personalmente, no puedo cumplir los estándares de mis gustos...

Una serie de mesas, ollas y pequeños hornos fueron puestos delante de nosotros por los ayudantes del evento, al final trajeron cajas de verduras, paquetes de arroz y otros utencilios de cocina, las madres a mi lado parecían confiadas y alegres, seguras de sus habilidades gastronómicas que a diferencia de mi, ellas tenían el sentido maternal de dar algo saludable a sus hijos. Me sentía muy opacado y por debajo de estos osos, porque si, aqui las madres solían ser mamás osos.

- ¡Muy bien! El platillo estrella de Nueva Orleans es nuestro orgullo, orgullo letal ¡JAJA! -Abanicó sus manos hacia uno de sus asistentes, este le entregó una caja envuelta de aluminio, la desenvolvió ante el público y mostró una bolsa de camarones y otros mariscos- ¡Jambalaya! -La gente vitoreó, otros sonrieron, Alastor parecía más interesado ahora.

Nos ordenaron tomar posición en una mesa, las señoras se aremangaban las mangas, yo las imité, sin querer manchar mi ropa. Mi confianza habia aumentado un poco, nose si fue suerte o coincidencia, pero al menos agradecía que fuera un platillo que conocía y que tenía experiencia en hacer.

- A la cuenta de tres damas y caballero, todos buscarán sus ingredientes entre las cajas y en el tiempo cronometrado de 40 minutos deberán tener la comida en la mesa de comensales- Señaló a la mesa larga a una costado de nosotros- Seguidamente yo y mis ayudantes degustaremos y a traves de puntajes del 1 a 10 determinaremos a la ganadora.

Todas asintieron y yo verificaba donde estaba cada cosa que necesitaba, entre esas, la bolsa de mariscos que el organizador traía en las manos y la colocaba ensima de una de las cajas, esto era una carrera, debido a que la bolsa no debía pesar más de 3 kilos, había que ser rápidos para agarrar una buena cantidad o ellas tendrían más cantidad que yo.

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En resumidas cuentas, me dieron el tercer lugar, no era tan grande como los premios de los primeros puestos, pero estaba conforme, ahora tenía harina, azucar y huevos extras...eso sonó raro...

Joseph: Puedes creerlo, la canasta del primer lugar tenía 3 kilos de tomate, con lo caro que está -No dejó de comentar los artículos de las canastas del primer lugar- ¡Hasta una licuadora tenia esa cosa!¡Es simplemente ridículo!

Anti: No, es un exelente premio -Nada más que la verdad, ya hubiera querido yo tener una licuadora nueva, un set de cuchillos y ollas nuevas además de una moledora.

Pensadolo mejor, si se lucieron con el primer lugar, que envidia tengo de la ganadora...

Anti: ¿Te vas a quedar a dormir verdad? -Lo miré con duda, despues de todo, según su historia y apariencia, no debería tener donde dormir. Lo que en si es estupido porque él pagó todos los juegos y comida, no me quejaba pero me parecía raro que no lo utilizara para alquilar un alojamiento o arreglar su apariencia.

Él acomodó a Alastor en su espalda, dado que ya haíamos pasado de su hora habitual de dormir y Joseph lo cargó cuando notó lo somnoliento que estaba, lo cargaba desde la ciudad mientras nos dirigiamos a mi casa.

Joseph: ¿Me lo permites?

Anti: Prefiero que sea con mi consentimiento a que te metas por una ventana -Ese día me asustó en verdad.

Joseph: La dejaste abierta para que entrara.

Anti: No llegue a tiempo para cerrar esa ultima.

Joseph: Son detalles -Le quitó importancia con su tono de voz cantarina- Te agradesco que me dejes ingresar a tu humilde morada mi buen amigo.

Solté un pequeño suspiro y preferí ignorarlo el resto del camino. Despues de todo, aún había muchas cosas que aclarar, me ponía nervioso el hecho de que supiera vudú, pues Alastor en un futuro aprendería eso y temía que fuera por medio de Joseph. Era muy pronto, no quería ser un conejillo de indias para este niño.

Al llegar a casa, le pedí que me esperara en la sala, antes por supuesto llevar los viveres ganados a la cocina mientras yo ahora cargaba a Alastor a su habitación para que descansara y tenerlo lo más lejos posible ya que no quería que escuchara la pronta conversación de ninguna manera. Él tiene el sueño pesado, hacique no me preocupa mucho que se despierte por su cuenta, por lo que intentaré llevar el tema en voz baja.

Una vez que lo arropé y coloque el muñeco traído al lado de sus otros juguetes baje con prisa a la sala, encontrando a mi invitado recostados en mi sofá, totalmente ignorante de estar en casa ajena.

Anti: Bien, puedes seguir con tu relato por favor, quiero entender todo -Me senté en el sofá al frente de él, con la mesa en medio, cruzando mis pierdas con los brazos apollados en las abrazaderas- Cuentame todo.

Lo escuchó tararear una melodia infantil mientras aparentaba dormir.

Joseph: Ah si si, veamos. Luego de que terminara su interogatorio determinaron que no era un peligro y me soltaron de la silla -Hablaba lo más tranquilo del mundo, yo lo escuchaba lo más atentamente posible para tener una idea e intentar conectar puntos si es que los había- En ese momento mi pánico del inicio se había calmado y una curiosidad potente me invadió, ya que era el tema perfecto para mi libro, algo real que parecía de fantasía. Perfecto tema para el siguiente exito literario.

Soltó unas suaves risas.

Anti: ¿Sabes que eres un estupido a veces no?

Joseph: Yo diria que no desaprovecho oportunidades -Me guiñó el ojo y continuó- Y no eran malas personas en realidad, aparte del susto del secuestro, me dieron comida, un lugar donde dormir por esa noche y se disculparon por mi trato, al menos el mayor.

Eso era de no creer, nadie era tan amable.

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Narra: Joseph

Me sentía eufórico, aún un poco aterrado en parte, pero esta situación era casi perfecta, el tema perfecto, la cuspite de la literaria, si bien nadie creería que esto a pasado, lo importante era que las personas sintieran las mismas sensaciones que yo y presentía que la aventura estaba solo por comenzar.

-Bien, mañana te dejaremos libre en algun lugar público, lo lamento pero es necesario borrarte la memoria -Pronunció apenado el frances, si no estoy mal, él debería ser el mayor de los hermanos.

Joseph: ¿Borrarme la memoria? ¿Pueden hacer eso? -El asombro en mi rostro le dió gracia, pero estaba anonadado de que me revelara algo así, pensadolo de manera más sensata, si me borraria la memoria no importaba que información me revelara, lo olvidaría.

- Tranquilo, es por tu bien despues de todo, nuestro mundo no es el más seguro -Suspiró, empezando a colocar ropa en sus maletas.

El lugar en cuestión era una cabaña abandonada, no aprecía de ellos, mas bien pareciera que fue con lo que se encontraron y decidieron habitarla por no tener dueño, como con los perros. Había telarañas en algunos lugares, pero se veía decente en la limpieza. Yo me encontraba en una habitación con chapa de afuera, por lo que me encerraron por la noche para que no escapara, ahora era de madrugada. La chica salió, no tenía idea porque, pero ya no estaba en la casa, no la e vuelto a ver desde anoche.

Joseph: ¿Peligroso como? -De la nada recorde los sujetos de anoche- Oh, ellos eran...?

- Cazadores de la secta satanica que nos sigue para darnos de ofrendas a su dios -No sabía si lo decía en serio, pero debía darle el privilegio de la duda, despues de todo, habían pasado muchas cosas de locura. Perfectas para servir de inspiración. El se rió, desplazando el ambiente tenso en un instante y yo de igual manera me puse a reir- En realidad, solo protegemos unos libros.

Joseph: Deben ser libros muy importante como para correr riesgo de muerte -Bufé, mirandolo un poco cansado de reir, estaba más sereno ahora, queriendo descurbrir esta intrigante historia que me estaba enganchando gracias a este carismatico sujeto- Comencemos presentandonos, ustedes ya saben quien soy, pero da igual -Me incline un poco para darle la mano- Joseph Campbell a tu servicio -Agité su mano con ánimo.

- Gracias...yo...-Parecía dudar de corresponder la presentación por unos segundos pero al final me correspondió el aprentón de mano, sonriente- Alan, solo Alan.

Joseph: Y la que supongo es tu hermana se llama...?

- Analy, ella es mi hermana menor -Sonrió ante la mensión y la charla.

Ahí empezamos una calida conversación. Me entere de muchas cosas.

Entre ellas que al parecer era verdad lo de los libros, eran objetos invaluables que en manos incorrectas, podrían provocar desastres, no me dijo de que trataban, pero supuse que eran secretos gubernamentales o políticos, como registros de asesinatos o revelaciones mundiales. En este punto podrían hasta ser la verdad real del nacimiento de los humanos en la tierra.

Me parece curioso y gracioso, pero dejé el tema rápidamente para seguir charlando. Ellos eran en realidad los protectores de esos libros, un deber heredado de su madre quien había fallecido recientemente y ante su falta de presencia, el temor que sus enemigos le tenían, desapareció y les atacaron en cuanto pudieron, creyendolos vulnerables si su madre.

Joseph: Me supongo que ustedes deben tener sus métodos -Me refería a la sombra que vi durante la noche, a veces se arrastraba por debajo de la puerta y me vigilaba. Me ayudó a asimilar la situación de cierta forma, para confirmar que no estaba loco.

Me miró un momento sin comprender, hasta que pareció acordarse de el trauma inicial que me dieron.

Alan: Claro, aprendimos algunas cosas de mamá -Soltó triste ante su mensión- Ella no quería que fueramos débiles y sin forma de protegernos.

Simpatice con su dolor, dandole unas palmadas en su hombro, por el momento parecia ir todo bien, Alan no era alguien irrazonable ni despiadado, sino que era una persona amable y en su sano juicio, por lo que me aseguraba que no haría nada malo a propósito. De hecho, me recordaba a mis sobrinos aunque tuvieramos edades similares.

Utilizamos el resto de la mañana con nuestras palabras, hasta que su hermana llegó, esta tenía una actitud diferente a la de su hermano, me miraba con desconfianza, como si hubiera pateado a su cachorro. Desde el comienzo su trato fue muy brusco hacia mi.

Analy: ¿Que rayos haces? -Le preguntó de mal humo a su hermano, colocando sus manos en sus anchas y perfiladas caderas, dios, había que admitir que tenía un buen cuerpo. Si no fuera porque me puede matar y es hermana de Alan, le estaría mandando piropos y coqueteos.

Alan: Solo tenía curiosidad, no hay nada de malo ¿Verdad?, de todas formas no recordará nada -Parecía muy tranquilo ante el ceño fruncido de su hermana, lo que notaba el respeto que le tenia esta.

Analy: Mamá no hubiera dejado que le andes contando nuestras cosas -Se giró, sin antes darme una mirada mordas, como de un león amenzando a su presa.

El cilencio reinó y ese breve intercambio de palabras acabó. En breve Alan me llevó a la habitación y quede encerrado nuevamente, estaba más calmado, no moriría, aunque no podía olvidar estas cosas. Por lo que saque un pequeño lapicero que tenía escondido en un bolsillo interno de mi abrigo, me baje los pantalones y empece a escribir en mi muslo algunas palabras clave, no quería que las ideas se fueran tan facilmente. Haría todo lo posible para convencerlos de no borrarme la memoria, pero en cuyo caso fracasen mis intentos, estos escritos deberían ayudarme a hacerme una idea.

"Alan, Analy, brujería, secuestro, sombra viviente, protectores de libros peligrosos, amnesia...en peligro"

Con eso hecho, me volvi a subir mis pantalones y escondi de nuevo mi lapicera, era un regalo muy lindo de mi hermano, no podía perderlo. Las personas suelen escribir cosas en sus brazos o abdomen, pero quien quisiera bajanle los calsones a un hombre, exacto, casi nadie y ellos parecían ser decentes.

Al cabo de 1 hora ambos me sacaron y comenzamos a caminar por el bosque que nos rodeaba, yo no sabía el camino, hacique estuve siguiendolos en medio de ambos, según, para que no pudiera escapar, igualmente no tenía deseos de hacerlo, noté que llevaban bolsos en las manos, quizas sus cosas. La caminata fue de unos 45 minutos en total cilencio, fue cuando ya podía ver la ciudad de Paris que nos detuvimos, creí que acá me borrarían la memoria y estaba preparando mi discurso para que no lo hicieran, pero no, estallidos de armas fueron lo que escuche cuando ambos me empujaron a un lado, cayendo de sopetón a un pequeño barranco, alejandonos del camino.

Analy: ¡Nos han encontrado, levanta tu trasero y corre! -Me gritó, hice caso, más por la adrenalina del momento que por el miedo, Alan me sustuvo de un brazo, guiándome a los arboles mientras veía a las mismas personas encapuchadas bajar por el mismo barrando con más agilidad.

Analy se quedó un poco atrás, usando su sombra para tirarle rocas del suelo a nuestros perseguidores, estas dieron con tanta fuerza a algunos que incluso escuche un traqueteo en algunos, no debería hacerla enojar. Todos pudimos mantener el ritmo luego de eso, tratando de escapar de los tiros de balas. Parecían perdigones, lo reconocía porque mi padre cazaba jabalies del monte con una de esas armas. Lo que en ves de alegrarme por recordar eso, caí en cuenta que esa arma tiraba muchos de ellos en un solo tiro, con un mayor alcance.

Nos acorralaron al querer pasar por un río, pero tambien aparecieron del otro lado, fue cuando ambos hermanos sacaron sus sombras, no tan visibles por la luz del sol supongo, pero efectivas. Empezaron a lanzar a las persona y matarlas, de la docena que nos seguían, 8 seguían vivos. Yo me escondí detras de un arbol por orden de Alan dejandome su bolso en las manos, escuchaba las armas, los gritos y la violencia que podía imaginar como se llevaba a cabo detras de mi. Mis manos temblaban, tenía miedo nuevamente, pero eran por Alan y Analy, si ellos perdían, que nos harían.

Escuche los gritos de Analy y seguido de Alan, llamándola, el panico hizo que asomara la mirada a lo que sucedía, la tenían, uno de los encapuchados había logrado someterla al piso, con un arma en las manos y tres lo apuntaban a él. Estaban amenazando a Alan para que entregara los libros puesto que Analy no las tenía.

- Solo entrega los libros y la dejamos vivir, quizas con un regalito extra, pero viva-

Analy: Como si fuera posible -Pronunció ella con descaro y odio en su voz.

Empece a buscar cualquier cosa en la bolsa que sirviera de distracción para ellos y que Alan tuviera una oportunidad, las negociaciones se llevaban a cabo. Entre las cosas, unos libros con diseños singulares, lo que paró mi busqueda, ¿Acaso estos eran los libros por lo que estaban dispuestos a matarnos?. No podía creer que Alan me las haya entregado.

Las abrí. Todo estaba en Latím, algo que yo entendía puesto que me gustaba poner este tipo de escritos en mis libros, al traducirlos eran encantos, hechicería y cosas que no comprendía del todo, el libro parecía llena de páginas con este tipo de cosas. Los gritos se hacían más fuertes, le hacían algo a Analy, eran sus gritos, Alan pedía que paren.

"Cadant inimici mei impotentes ad pedes meos, paralysantes corpora eorum coram me"

Pronuncié una de los supuestos hechizos, este era uno paralizantes. Una idea se me vino a la mente, algo tonto, pero las sombras debieron ser hechos por los canticos de estos libros, entonces, eran reales, funcionaban. No sabía si debía tener algun requicito, como tener el tercer ojo abierto o chi, pero valia la pena intentarlo.

En cuyo caso que no, se los lanzaría a la cabeza.

Me asomé sosteniendo el libro, viendo como le habían disparado en los brazos a Analy.

Joseph: Cadant inimici mei impotentes ad pedes meos, -Dirigí mi mirada al que sostenía a Analy, quien le había disparado, consentrandome solo en él y los otros- paralysantes corpora eorum coram me.

Mi cabeza resivión un golpe muy fuerte, no físico, pero un segundo despues los demás cayeron, incluido Alan. Creo que funcionó...aunque haya afectado a todos, incluyendome, podía mantenerme parado, me dolia la cabeza, como si me taladraran dentro. Caminé hacia los demás cuando Alan y Analy parecieron reaccionar y empezar a levantarse, resistiendose al encantamiento mal lanzado. Me miraron y vieron que sostenía el libro, Alan fue inmediatamente hacia Analy, envolviendo sus brazos con un pedazo de tela que arrancó de su propia camisa, ella se veía muy pálida por la cantidad de sangre que perdió y casi inconsciente.

Sin preocuparnos por explicasiones, la levantamos y empezamos a caminar fuera de ahí, los encapuchados nunca se levantaron en todo el tiempo, pero Alan mandó a su sombra que estaba más pequeña, esta sostuvo una roca del tamaño de una cabeza y empezó a golpearlos en el rostro, dejando sus cabezas como pure.

Joseph: ¿Era eso necesario? -Mire con asco la escena que se desarrollaba destras de nosotros.

Alan: No estaban muertos, solo los desmayaste, si se despiertan, inmediatamente lo reportarán a sus superiores que solo mandarán a mas personas tras nosotros.

Joseph: Sobre eso...nose que decir.

Alan: Bueno, primero, gracias -El alivio que parecio destacar en sus palabras me quitaron las dudas del rostro e ignore el dolor de cabeza- Y probablemente ya no podremos borrarte la memoria.

Joseph: Eso no suena mal -Ya podía ver mis libros en las estanterías.

Alan: Estoy muy agradecido, hacique ten por seguro que tal como tu nos diste una segunda oportunidad, nosotros te la daremos -Me sonada bien esas palabras.

Lastima que en unos años eso no sería recordado y fuera tras mi cabeza...

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Narra: Anti

Anti: ¿Y que pasó para que te quiera matar? -Indagué antes la ultima frase.

Joseph: Pues.....me acosté con su hermana....

Lo mire por unos breves segundos, pasé de prestarle atención a mirarlo con decepción.

Anti:....Disculpa la palabra pero eres un imbécil.

Joseph: En mi defensa, esa mujer era brava y una leona. Fue imposible resistirme por mucho tiempo.

Anti: Basta Joseph...solo basta, escucharte me da asco y tú ya me das asco.

Las viejas costumbres de este hombre nunca dejan de sorprenderme.

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:D

¿Hola? Espero algunos lean el capitulo ya que lo deje tanto tiempo que no me sorprendería que muchos hayan perdido el interes. Al igual que en mis otras historias.

Descubri que escribo mucho más rápido y comodamente en mi laptop que en mi celular.

Pero me gustaria saber que piensan, como siempre.

Tambien encontraran errores ortograficos seguramente, ya que aca no tengo autocorrector TvT. Espero no se me hayan pasados muchas cosas por alto.

BAY BAY~

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