Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 17 La amistad...¿aventurera?

Narra Anti:

Alastor: No quiero...–Lo mire escéptico, con los ojos entrecerrados y un ligero pellizco detrás de mi cabeza.

Anti: Me has estado insistiendo en subirte en esta cosa por media hora y ahora no quieres. Justo cuando la fila ya está corta -Suena como si me estuviera quejando, y si me estoy quejando.

Llevo 20 minutos en esta estúpida fila, bajo un sol ardiente que me quema la piel y aguantando los llantos y risas de los niños a mi alrededor. Si juntas todo eso a que lo hacía por Alastor, la mezcla resulta en un yo, a punto de jalarle el cabello a la molesta señora delante de mi que no simula su asco a mi niño.

Pero debía mantener la calma, yo no soy violento. Todo lo contrario.

Aunque sentía que si esa mujer abría la boca, poco o nada quedaría de mi pacifismo...

Alastor: Si pero...se ve peligroso...-El niño está prácticamente escondido detrás de mi, alejando la mirada de los demás infantes que saltaban en el trampolín.

Si, un trampolín como juego de feria. Pero no como yo los conocía, no había seguridad en ese aparato. Por lo que en cualquier momento esperaba ver a alguien caer de ahí y torcerse el cuello. Supongo que Alastor vio el peligro de cerca y ya no quiso subirse.

Escuché un molesto, molesto, quejido delante de mi, esa señora está colmando mi paciencia. Y no quiero enojarme, aspire y exhale profundamente, calmando todos los malos pensamientos hacia la mujer de mediana edad.

Forcé una sonrisa tranquila en mi boca, simulando estar calmado.

Anti: Bien...entonces podemos ir al carrusel de ahí –Apunté detrás de mi, a unos metros está un colorido carrusel con caballos, cebras y otros animales. Fue mi primera opción, pero el trampolín le llamo más la atención a Alastor en cuanto llegamos– ¿Que te parece?

El castaño se inclino un poco para ver el juego que apunté, al verlo parecía pensarlo y al final asintió. Dejando que mis hombros se relajen un poco, con prisa lo lleve al juego, no sin antes ver por última vez a esa mujer, quien no me estaba mirando pero aún seguía de mal humor por su expresión de asco a mi hijo. Vieja decrepita.

Anti: Disculpe –Llamé la atención del dueño del juego, tocando su hombro con un dedo, este se giró– ¿Cuánto sería por unas vueltas? –Apunté al carrusel, que tenía poco más de 4 niños.

– 3 dólares, 10 minutos caballero, 5 dólares si quiere 15 minutos –Contestó amable el sujeto. Me pareció un buen precio la verdad, sin perder tiempo le extendí un billete de 5 dólares, no tenía mucho más de 50 dólares en este momento, debía usarlos bien– Exelente, que su hijo escoja a cual subir.

Sonriente, paro un momento el juego, entre las quejas de los demás niños que estaban ahí. Los cuales con descaro me miraron mal y uno de ellos tenía una cara de orto, sacándome la lengua.

Mocosos del demonio. Solo me pude limitar a ignorarlos, porque quería devolverles el gesto...pero perdería mi semblante maduro en público.

Escuché el balanceo de Alastor, quien con prisa monto a un caballo blanco, me pareció divertido verlo tan emocionado con el falso animal. Quizás no está tan mal está feria.

– Bien, sujetarse fuerte chicos –Avisó, el carrusel empezó a girar con la fuerza que le empleaba el hombre.

Alastor estaba que gritaba, no lo hacía pero se veía tan feliz que creo que lo hará en cualquier momento. Ahora confirmo mi especulación de que a este niño le gusta sentir el viento en su cara, sus hebras castañas de movían con fuerza por el viento y sus lentes casi se caen en una ocasión, aunque logró acomodarlas nuevamente.

Maldición, por qué no traje la cámara.

– ¡Hey!¡Azael, cuanto tiempo amigo! –Escuche mi nombre entre la gente, lo cual me extraña, yo no tengo muchos amigos aquí, más allá de conocidos.

Busque entre la gente quien me había llamado. Y debo decir que me sorprendí por ver a un idiota nuevamente.

Juraría que ya se había muerto, no recibí ninguna carta suya desde hace tres años. Y la última no fue muy aclaradora.

¿Quien mierda pone "Espero verte en una pieza cuando salga de aquí" como último párrafo en una carta que parece más de suicidio que una de sus estupideces?

– ¡Azael! No sabes la locura que viví en Francia, bueno, en realidad todo sucedió en África pero Francia fue el comienzo –Me palmeo el pelirrojo, eso explica su bronceado, le queda bien, era un poco destacante– Conocí gente de locura, literalmente me quisieron sacrificar, una tribu me concidero como tributo para su raro ritual.

"¿Que?¿De que está hablando?" Pensé al no tener idea de lo que relataba.

Se echó a reír, mientras yo lo veía un poco impactado, confundido y unas enormes ganas de abofeteara su mano en mi espalda baja, por algo no tenía una buena imagen de él.

No era una amistad, pero el seguía insistiendo en que soy su mejor amigo.

Lo cual no entiendo, lo trate de una forma indiferente la primera vez que nos encontramos. Luego de eso no paro de sacarme charlas con un descaro inigualable y aparecer donde yo estaba, siempre sabía dónde estaba cuando bajaba a la ciudad.

Por un tiempo creí que era un acosador.

Anti: Deja de tocarme Joseph, tus manos están llenas de grasa y tienes un aroma nauseabundo –Fue lo primero que dije en cuanto esté dejo de parlotear. Quito su mano y curioso se olfateo el brazo, tratando de verificar lo que dije– Pareces un perro, deja de hacer eso.

Joseph: Pues si que huelo fatal. Pero nada que un baño de perfumes no arregle –Carcajeo por su propia ocurrencia– Pero tengo tanto que contarte que eso pasa a segundo plano, ven, sentemonos.

Con su pulgar apuntó detrás de él, una banca que fue desocupada hace unos segundos, mire la banca y luego al carrusel, no era muy lejos y podría vigilar al niño de una manera más cómoda. Pero la sonrisa amigable de Joseph podía ser siempre engañosa.

Anti: ¿Que pretendes, descarado? –Levanté una ceja al ver cómo mi "amigo" se ponía ofendido por mis palabras– Aún recuerdo tus trucos Joseph. No es que esos 3 años en tu ausencia las haya olvidado.

Difícil de olvidar, ciertamente, sus preguntas podían fácilmente ganarse la furia de cualquier persona. Yo era la excepción, no le tomaba mucha importancia al tener un pensamiento menos...anticuado, por así decirlo.

Joseph: ¡Lo recuerdas! –El pecoso abrio la boca sorprendido, para seguidamente mostrarse conmovido– Sabía que me querías, tal como yo te quiero.

¿Debía tomar de otra manera esas palabras? Con desagrado preferí pensar que se refería a la amistad que piensa que tenemos.

Anti: Cállate, la gente nos está mirando raro –Le reclamé, en estos años, la homosexualidad es aún una enfermedad y algo profano, no quiero más rumores a mi alrededor, suspiré– Sentémonos de una vez.

Acato a mi petición y se desparramó en el banco, extendiendo los brazos y cruzando las piernas. Me senté un poco alejado, casi al otro lado de la banca, para no tener que apoyarme en su brazo extendido.

Ya conocía sus trucos, es un sin vergüenza de pensamientos libres.

Joseph: En verdad te las sabes todas –Bufo desilucionado. Se que soy pacífico y todo, pero este hombre es todo un caso, así que espero que no llegue a colmarme la paciencia– Anda, no me mires así. Si tú no te cortas el cabello, yo menos cambiaré mis hábitos.

Anti: No me cortó el cabello por qué siempre me olvidó, o surge algo– Le respondí, eche un vistazo al carrusel, correspondiendo un saludo de Alastor quien me miraba curioso. Agite mi cabeza para que entendiera que estaba bien– Pero no está tan largo.

Cómo dije, es un descarado, me miró de arriba a abajo sin tapujos y silbó...

Lo quiero matar.

Joseph: Azael, tu cabello está tan largo que si te lo soltarás, llegaría por debajo de tu trasero –Rió al ver mi ceño ligeramente fruncido– Perdón, perdón. Por debajo de tus posaderas. Enserio, quieres mantener un perfil bajo, pero con tu cabello así de largo solo gritas para que te vean. ¿Quien en esta ciudad mantiene su cabello así de largo? Un caballero, no –Y como si fuera algo irónico, enfatizó mi desgracia.

Solté un suspiro, por qué es verdad. A dónde quiera que mire, ningún hombre lleva el cabello largo, ni siquiera una melena. Y mi cabello llegaba hasta por debajo de mi espalda, por eso siempre lo tenía en un chongo, fuertemente agarrado por ligas o listones.

Maldecia mi memoria de pescado, siempre olvidaba los días en que debía ir a un barbero. O simplemente no quería cortarmelo yo mismo, pedirle a Alastor que lo hiciera, menos.

Presentía que haríamos un desastre.

Anti: Ya deja el tema de mi cabello y empieza a narrar dónde estuviste estos tres años que te considere muerto –Cambie el tema. Intrigado por las cosas absurdas que iba escuchar salir de su boca– Tu última carta me pareció una despedida.

Joseph: Uh, si, disculpa por eso. Las cosas pasaron tan rápido que no medí bien lo que escribía –Se disculpo, meneando la cabeza– Bueno, la cosa paso cuando hice mi viaje a Francia para buscar algún tema interesante para mí nuevo libro –Empezo a relatar, ciertamente, esa parte me lo menciono antes de partir del país– Estube transitando París por unos días, cuando volvía hacia mi posada de noche luego de un recorrido por una taberna qué termino en pelea –Soltó un tarareo, parecía divertido de recordar eso. Joseph es tan bien narrador que ya me tenía atrapado en su relato– Me cruce en un enfrentamiento con navajas y cuerpos volando, si Azael, dos individuos se enfrentaban a un grupo de 7 personas y algunas de ellas salieron volando y chocando con las paredes del reducido callejón.

A medida que iba continuando, me cuestionaba si había atrapado alguna enfermedad o no estaba muy bien, para que me diga esas cosas.

Joseph: Obviamente eso me dejó anonadado, pero decidí esconderme y observar el altercado en asomos, se que era peligroso ¡¿Pero cuando así de la nada te encuentras semejante escena de ficción?! –Se apresuró a excusarse, por qué yo iba a abrir la boca para decirle lo estúpido que fue al quedarse– Ví mi oportunidad de inspiración ¿Ok? Haci que la aproveche y observé todo. La pareja que eran un hombre y una mujer bastante similares pudieron contra esos sujetos con túnicas oscuras, la mujer tenía unos libros en sus manos y lo protegía de cualquiera que quisiera quitárselos, el hombre fue quien mandaba a volar a los demás con movimientos de su mano, ví como manipulaba las sombras de ese lugar –Fruncio las cejas, tornándose de repente serio– No los mataron, o eso creo, ninguno se levantó luego de ser lanzados. En fin, al acabar todo, quise retirarme antes de que me vieran. Y ahí paso lo inexplicable, me quedé paralizado a los tres pasos de alejarme. No podía mover ni un dedo, más que los ojos. Entonces los pasos del callejón se fueron acercando a mi, esa pareja me había descubierto.

Ahora no estaba muy seguro de que continuara, parecía un tema bastante oscuro y confidencial para que esté idiota me lo este relatando en medio de una feria, rodeado de personas. Pero a él no pareció importarle este hecho y continuaba hablando.

Heche un vistazo rápido al carrusel, Alastor ya no parecía tan contento ¿Será que se aburrió? Aún quedaban más de cinco minutos. La voz de Joseph me hizo prestarle atención.

Joseph: El hombre se puso frente a mi, se disculpo por dejarme en esa situación y que ví algo que no debía haber visto. Obviamente yo estaba más que espantado, pero como no podía moverme, solo me quedo escucharlo –Soltó un suspiro frustrado, parecía que no estaba muy contento de recordar eso. Bueno, a nadie le gusta rememorar situaciones aterradoras– La mujer le exigió irse, pero como fui testigo, me llevaron con ellos, el tipo me cargo en su hombro como saco de papas y yo seguía sin poder moverme, pero como mi cabeza paro detrás de su espalda observé como su sombra me guiñaba el ojo...si Azael, la maldita sombra me guiño el ojo con unos orbes azules que simulaban ojos –Mi mirada escéptica pareció no molestarle. Pero la mención de esa sombra, me dejaba la imagen de otro tipo de sombra que conocía muy bien, ¿Acaso se encontró con practicantes de Vudú?– Me trague el grito de sorpresa y fui llevado a otra parte de la ciudad, dónde me amarraron en una silla y empezó el interrogatorio de cuánto había visto. Respondí todo de forma cautelosa y con la verdad. Por qué si ellos mandaron cuerpos de adultos por los aires tan fácilmente, entonces no quería saber que me harían si mentía.

Lo interrumpi, siendo que presentía que lo siguiente iba a ser muy grande.

Anti: Ya, para ahí. Joseph, en verdad estoy disfrutando tu relato, pero te das cuenta que eso que dices suena bastante importante y que no deberías estar hablándome de eso ¿Verdad? –Le aclaré la situación. El no hizo más que mirarme por unos segundo y luego sonreírme simpáticamente. De un momento a otro estaba siendo abrazado por el cuerpo maloliente de Joseph.

Ah, que asco, huele fatal. Me queje para que me soltará.

Anti: Suéltame, te he dicho que hueles horrible y me vas a impregnar tu asqueroso aroma. ¡Que me sueltes! –Más, el hizo caso omiso a mis peticiones amables.

Joseph: Azael, me creíste. Tu, idiota, en verdad confiaste en cada palabra que dije –Se río, por un momento pensé que me hizo una broma muy bien actuada y estaba a nada de golpearlo– Por eso te lo estoy contando, sabía que tú me creerías y no dudarías de mis palabras. Por eso eres mi mejor amigo. ¡Hay! Cómo me conmueves.

Sus palabras tan cursis y su empalagoso tono...Agh, no lo aguante más y lo empuje con fuerza para liberarme de sus brazos. Mirándolo como si de la peste se tratara.

Pero el solo se rió más, a tal punto de que algunos nos pararon a mirar y no pareció importarle.

En verdad, no comprendo a Joseph.

.

.

.

Extra...

Joseph: Por cierto, si pensabas que estaba muerto, ¿No te pusiste ni un poquito triste por mi? –Me pregunto, sonriéndome espectante.

Anti: Joseph, no soy estúpido. Obviamente no sentí nada –Respondi sin vacilar y con mi cara de poker impecable.

El pelirrojo se inclinó, como si un golpe bajo fuera dado en su abdomen. Idiota.

Es mentira.

.

.

.

.

.

.

____________________________________

¡Tun! ¡Tun! Nuevo personaje apareció, en verdad tenía a Joseph en mi cabeza por un tiempo, quería que tuviera esa personalidad extravagante. Luego, lo demás se vino solo en el momento.

¿Verdad que su aventura fue interesante? Y eso que aún no termino de relatarlo.

Cómo ven, mi comportamiento con este tipo es algo arisco. ¿Por qué? Averigüen en el próximo capítulo.

La imagen de referencia para su aspecto no me pertenece.

BAY BAY~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro