Senjurou y Kiyo
Créditos a la imagen: Chuchucoolate Tumblr
Ruidos extraños se oían en la casa Rengoku, Kiyo se levantó con pereza de su futón, pronto esos ruidos se hicieron cada vez más fuertes, entonces el miedo la invadió, por un segundo recordó como ese demonio asesino a sus padres, aunque él ya no estaba aún tenía miedo, sus piernas apenas le responden, quiere huir.
Pero entonces Senjurou grita, reacciona, y empieza a correr, preguntándose dónde está el mayor Rengoku, se topa con una escena que la hace temblar como nunca, un demonio entro a la casa, sostenía a un inconsciente Senjurou del cuello, parecía estar... —¡Déjalo en paz!.—Grito desesperada, llorando al fin, no sabía cómo ayudarlo, solo es una niña, débil, pequeña.
La imagen de Shinobu-Sama apareció, ella es así, pero aún así ha logrado mucho, vence demonios, les gana.
Sabe bien que esto es arriesgado, posiblemente muera, pero, quiere luchar, no dejará que el demonio la atrapé sin luchar. —Bien otra mocosa, es mi día de suerte.—Comento el demonio, que dejó caer bruscamente al niño.
Kiyo corrió hacia él, y este solo se burló, preparándose para atacarla, más se confió de más, se le resbaló de sus garras, aunque alcanzó a hacerle una herida en el hombro, nada preocupante, vio ella, aún así dolía. —¿Ah?... Tu estúpida.—El demonio corrió hacia ella.
No tenía ningún plan realmente, vio a Senjurou, a él lo apoyo sobre ella, dándose cuenta que aún estaba vivo, pero está segura que necesita ser atendido ya. —¡Bien bien!... Corre con el mocoso, me gusta seguir a mis presas.—
—¡Los cazadores te vencerán!.—No debió decir eso, las venas se resaltan en el monstruo, en un abrir y cerrar de ojos ya está frente suyo.
La sangre fue derramada. —¡No!.—Senjurou pudo levantarse al último segundo para protegerla, abrazando con fuerza y dejando que las garras del demonio se entierren en su espalda. —¿Porque lo hiciste?.—No hubo respuesta por parte del menor, Kiyo lloró con dolor, de nuevo atacaría, esta vez ella se usaría como escudo.
—No... Mueras...—Era la voz débil de Senjurou quien le llamo, sus brazos se aferraron a la espalda de la niña. —Al menos... Quisiera salvar a alguien... Una vez.—Lo entiendo, pero, para que el cumpliera su deber ella tendría que verlo morir.
—¡No quiero!, ¡Senjurou no mueras!.—Grito con desespero la azabache.
La cabeza del demonio fue cortada, al fin el Rengoku apareció pero muy tarde, mirando como otros de sus hijos muere. —¡H-Hay que curarlo!... Necesito gasas, debemos cerrar sus heridas.—Decia la pequeña niña, poniendo boca abajo al chico, las heridas de la espalda son tan profundas, por si fuera poco encuentra una herida cerca de pecho. —Estaras bien...—Sus pequeñas manos empiezan a mancharse de la sangre ajena.
—Basta niña... Él está.—
—¡No lo está cállate!.—Le responde, dejando sorprendido al mayor. —Yo lo ayudaré, lo haré...—
Senjurou no iba a sobrevivir.
La Terauchi tan solo pudo apoyar la cabeza del menor en su regazo, para llorar. —Debí ser yo... Quería salvarte, verte sonreír, lo siento, lo siento.—Las lágrimas mojan el rostro de Senjurou.
El Rengoku mayor solo se limito a guardar silencio, jamás aprendió de sus propios errores, primero perdió a Kyojurou y después a Senjurou, no entiende si es un castigo, pero si era así tan solo se pregunta porque el no murió.
Pero una tos escandalosa se escuchaba, ella abrió los ojos mirando como el escupía sangre, no sabe que pasa, pero está vivo, con sus ojos llenos de lagrimas la pequeña sonríe.
Pero el padre no. —¡Aléjate de él!.—Grita, no pudo reaccionar.
Fue sujetada fuertemente por Senjurou, entonces vio unos ojos rojos, felinos, como los de un demonio.
El nuevo demonio gruñía con toda la intención de devorar a Kiyo. —¡S-Sen...!.—El hombre mayor atacó, pero el menor lo esquivo, podría ser que se óxido o tal vez dudó en matar a su propio hijo.
Kiyo fue sujetada, abrazada, pero un dolor infernal sintió, la mordió, menos mal no la daño mucho, pero no podía perder sangre de esta manera. —¡Senjurou!.—El hombre de nuevo atacó, está vez sabiendo que no debe de fallar.
Más Kiyo con la poca fuerza que tiene, hizo que ambos se caigan al suelo para empezar a rodar, liberándose de esa manera también. —¡No lo haga!.—Pero no fue escuchada, el Rengoku ya sostenía a su hijo, debía cortar su cabeza.
El Senjurou que está ahora frente suyo ya no es su hijo, este solo gruñía, gritando, molestó por no poder alimentarse. —Te atacó... Debemos darle paz.—Dice el hombre.
—¡Se detuvo!... No fue su intención.—
—¡No lo puedes justificar, solo es... Solo es...!.—
—¡Es su hijo, es Senju-Kun!, ¡Es Senju-Kun! ¡Es Senju-Kun!.—Gritaba, repitiendo lo mismo.
Ambos solo se dejan llevar por sus sentimientos, pero no queda otra opción, ya no es humano, debe de morir, es lo mejor, ya no hay garantía que no mate a un humano.
Un llanto amargo se escuchó, el demonio Senjurou reconoció esa voz tan dulce y amable, y él le hizo daño, quería protegerla y solo la terminó lastimando.
Tanto como el Rengoku y Kiyo se vieron sorprendidos ante lo sucedido, la Terauchi corrió hacia él, liberandolo del agarre que se volvió flojo al oír llorar a su hijo. —Senju-Kun... Sabía que seguías aquí, se que no me quisiste hacer daño, pero, ya estás bien ¿No?, Puedes ser como Nezuko-Chan.—El rubio tan solo seguía llorando, aunque conservaba esos ojos demoníacos.
Kiyo no dudo un segundo en abrazarlo para así calmarlo. —Ya, ya... Todo está bien, te dije que siempre estaré aquí para apoyarte, no te preocupes.—El demonio correspondió sin parar de llorar, esas lágrimas no solo se debían por lo sucedido, tan solo se está desahogando, después de todo guardo tanto dolor en estos años, aunque sabía que podía contar con Kyojurou solo no quería molestarlo más, su hermano seguramente también tenía mucho que cargar.
—Hijo...—El Rengoku se acercó, poniéndose de rodillas, más recibió un manotazo de su propio hijo seguido de un gruñido.
Es como si no lo conociera... Y tal vez si se lo tenga merecido aquello, no es más que un hombre que se dejó caer y termino por mostrar lo peor a sus hijos.
Senjurou se tranquilizó al apoyarse en el pecho de Kiyo, entonces se quedó dormido, y la pequeña Terauchi también cayó debido a sus heridas, más ella estaría bien, al lado del menor Rengoku.
Es una promesa.
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