La casa Rengoku ha estado tan callada desde la pérdida del primogénito, el pequeño Senjurou se siente tan triste desde que su hermano se fue para siempre, pero debe de ser fuerte, seguir y ser una buena persona para enorgullecer a su hermano, aunque a veces le resulta tan difícil.

Escucha la puerta, alguien llama, el deja la escoba de lado y va abrir, en cuanto lo hace se topa con una sonrisa radiante, alegre, una pequeña mano se alza ante él, solo la ve a ella que no se da cuenta y hay otra persona. —¡Hola soy Kiyo!.—Le llama esa dulce voz que por un momento le hace olvidar sus tristezas.

—Y yo soy Aoi Kanzaki.—Escucha a la otra persona, levanta la mirada a esta persona.

—Perdon estaba distraído... Soy Senjurou, ¿Que necesitan?.—El rubio al fin habla, aunque se siente algo avergonzado por distraerse.

—Me pidieron que Kiyo se quedará un tiempo en tu hogar, ella te ayudará con las tareas del hogar.—Kanzaki le explicó, había otra razón pero no la piensa revelar.

—Es muy amable de su parte pero yo no creo que...—Bajo su mirada a la niña que dejó de sonreír al oírlo, este se sintió apenado, no pensó en los sentimientos de ella antes de hablar. —Quiero decir, muchas gracias por la ayuda.—Y la sonrisa de la Terauchi volvió.

Tras una corta explicación, y el entrar con la maleta de Kiyo Senjurou la ayudo para que se acomodará en una habitación, él solo guarda silencio mientras la mira tranquilamente, por un momento sonrió.

—¿En qué quieres que te ayude?, Yo sé hacer un montón de cosas, ¡Vamos pide sin vergüenza!.—Decia animada la niña que alzó sus brazos felizmente, él no supo que decir, se sentía muy tímido.

—El jardín...—Murmuro. —Recoger las hojas, y regar las plantas, por favor.—Desvia su mirada, Kiyo no entiende porque pero pronto asiente.

—¡De acuerdo!.—

Mientras el preparaba la comida, de vez en cuando veía a la azabache que se ocupa del pequeño jardín, regaba las flores felizmente, y recogía las hojas, parecía tararear algo, pero apenas y la escucha bien, por querer prestarle atención a eso no se dio cuenta que la comida se quemó, solo sintió vergüenza.

—¿Estás bien?.—Kiyo se había dado cuenta de su error, el asintió, dejando la comida en la basura.

—Si. Lamento eso.—

—¡No pasa nada!, Te ayudaré, es más ¿Porque no descansas?, En el jardín, iré por una manta para que te acuestes a ver las nubes.—Pronto Senjurou negó con la cabeza.

—No, no... Tu descansa mejor, eres mi invitada.—

—No te preocupes Senju-Kun ¿Puedo llamarte así?.—Dice con unos ojos llenos de ilusión, el menor se sonrojo un poco, no solía hacer mucha amistad por aquí.

—Si...—

—¡Bien, entonces Senju-Kun a descansar un ratito!.—Y lo llevo al jardín empujando desde la espalda.

Al principio dudó demasiado, el quería estar con Kiyo para ayudar, después de todo esa era su culpa, pero de repente miró aquel cielo despejado, tan lindo, además ya era la puesta de sol, así que esté se torno anaranjado, por un instante pensó en su hermano Kyojurou, tan sonriente y alegre, ojalá pudiera ser como él.

A veces piensa que debió ser quien moría y no su hermano, después de todo él si logro ser un cazador hasta un pilar, y él... Ni siquiera su espada cambio de color.

La tristeza se vio interrumpida por un grito proveniente de la casa, era de Kiyo, se levantó deprisa, ¡Olvidó a su padre por completo!, No cree que le vaya a poner la mano encima, pero... Cuando llegó vio un plato de comida en el suelo, hecho pedazos, mientras vio a una Kiyo que derramaba lágrimas mientras lo recogía, ya parecía más tranquila, y su padre les daba la espalda. —¡Padre que hiciste!.—Le alzó la voz, hasta el mismo se sorprendió un poco.

—Yo podría decir lo mismo... ¡Que hace una mocosa aquí!.—Le reclamo el mayor, Senjurou vio por un momento a la azabache que recoge la comida.

—Lo siento, olvide tocar antes de entrar.—Y también trato de ser amigable con él hombre que no se halló para nada contento con eso.

El menor miro con algo de molestia a su progenitor. —¡Que se largué!.—Se dirigió a la menor que lo miró algo asustada, dio pasos hacia la niña, Senjurou pensó lo peor y se interpuso, alzando sus brazos frente a su padre, viéndose determinando de no dejar que se acerque más, el mayor de los Rengoku noto aquello, y Kiyo lo jala de su ropa para que no haga eso.

—Ya váyanse de aquí.—Refiriendose a su habitación, Senjurou dejó salir un suspiro de alivio, para así recoger la comida y el plato.

Hubo bastante silencio cuando estuvieron comiendo. —No tienes que quedarte, puedes irte.—Se atrevió a decir, Kiyo alzó su vista con sorpresa y tristeza.

—¿No quieres que esté aquí?.—

—N-No es así... Es solo que, bueno mi padre...—

—Senju-kun...—Vio como le sonrió con tanta amabilidad y dulzura, de nuevo sintió la calidez invadiendo sus mejillas. —Esta bien, yo quiero estar contigo, no te preocupes, no me rendiré con tu papá.—Se había levantado para decir aquello e ir al lado del menor, ambos estaban sentados así que fue fácil acariciar la cabeza del Rengoku.

Y de repente Senjurou empezó a llorar. —¡¿E-h, dije algo malo?!... Lo siento.—La niña lo trata de consolar, limpiando sus lágrimas, pero él después niega.

—No... Yo soy muy feliz.—Responde, al fin mostrando una radiante sonrisa, así como las de su hermano, Kiyo solo sonrió también, ella igual es feliz por poder estar con Senjurou.

Después de todo ella vino para ser su amiga.

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Ya tenía ganas de escribir más crack 💕 espero les haya gustado uwur disculpen mis shipps bien raras, no puedo evitarlo. ¿?