Suspiré dando vueltas en el colchón inflable, había pasado una hora desde que decidimos ir a dormir y no había podido conciliar el sueño. En cambio, mi novio dormía placidamente. Lo miré por unos segundos mientras dormía.

Todas sus facciones estaban relajadas, sus labios descansaban en una fina línea recta y su cabello estaba levemente desordenado. Sonreí y acaricié su mejilla.

— ¿Sabes lo terrorífico que es tener a una loca observándote? — murmuró Liam sin abrir sus ojos.

— ¿Como sabes que te estoy observando? — pregunté divertida.

— Sentía una mirada psicopata sobre mi ¿tú que crees? — solté una carcajada — ¿siempre observas a todos dormir?

— No realmente — respondí con una sonrisa. Liam abrió sus ojos y me sonrió igualmente.

— ¿No puedes dormir? — levantó una ceja.

— Depende ¿me abrazaras hasta que me duerma? — cuestioné divertida.

No hablaba enserio, pero me sorprendí cuando Liam pasó su brazo por mi cintura y me acerco a él. Mi cabeza quedo a la altura de su pecho y sentí como depositaba un tierno beso en mi cabeza.

— ¿Así esta mejor? — preguntó Liam adormilado.

Sonreí y asentí frenéticamente mientras inhalaba el olor de su colonia. Liam había dormido con la camisa que llevó puesta todo el día y por ende su camisa olía a su colonia.

Un día de estos terminaria robándole una de sus camisas, el olor era uno de los más satisfactorios que podía existir.

》¿Estas oliendome? — preguntó espantado y yo reí.

— No se de que hablas — respondí inhalando profundamente y soltando un suspiro.

— Hablo de que eres una maniática loca — reí.

— Así me quieres  — respondí batiendo mis pestañas.

— Corrección. Te estoy aprendiendo a querer  —  lo mire ofendida.

— ¡Liam! -— golpeé su brazo juguetonamente.

— Es broma Ashley — abrió sus ojos y me sonrió.

— Deberías llamarme, amor, cariñito, terron de azúcar — dije burlonamente.

— Y tú deberías dormir — respondió con una sonrisa.

— ¿Estas cansado? — pregunté.

La respuesta era obvia, los párpados de Liam luchaban por no cerrarse, sus labios tenían un pequeo puchero y su voz era adormilada. Mis ojos lo observarom curiosa esperando a que respondiera.

— No realmente — dijo curvando una sonrisa perezosa.

Una sonrisa se dibujo en mi rostro y acaricié su mejilla, me acerque y deposité un pequeño beso en sus labios. Me refugié en su pecho volviendo a inhalar profundamente el olor de su colonia.

Sabia que Liam solo decía que no estaba cansado porque yo queria hablar un rato. Pueden parecer detalles pequeños, pero para mi significan mucho.

— Buenas noches, Payno — dije con una sonrisa.

— Buenas noches, cariño — sonreí inconscientemente.

Estaba flipando y sentia que por primera vez en mi vida todo estaba en orden, todo estaba bien.

Sí, puede que mi padre y mis hermanas no quieran estar en mi vida. Puede que trabaje en un restaurante de comida rápida y puede que no tenga la cantidad de dinero a la que estoy acostumbrada, puede que no vaya a fiestas o conozca gente famosa...

Pero los tengo a ellos, tengo lo más cerca que alguna vez tuve a una vida real. Tengo amigos, tengo una familia que aunque no sea de sangre, es real y sobretodo, tengo amor. ¿Que mas podría pedir?

No necesito más, no necesito menos; simplemente lo tengo todo.

La respiración de Liam se volvió más calmada y su agarre en mi cintura disminuyó un poco. Liam se había quedado dormido.

— ¿Sabes, Liam? — levanté mi cabeza para observarlo — creo que te quiero... y podría ser amor. La verdad no lo se, pero se siente bien.

$$$$

Saque rapidamente la salchicha de la fogata, la había puesto hace unos ocho segundos y ya se encontraba completamente negra.

— Se quemo — le dije a Liam quien ponía otra salchicha perfectamente asada — de nuevo.

Liam solto una carcajada y negó con su cabeza.

— Las dejas mucho tiempo — dijo asando otra salchicha.

— Las dejo el necesario — me defendí encogiéndome de hombros. — Definitivamente si estuviéramos en una apocalípsis posiblemente sería la primera en morir — bufé lanzando el palo con la salchicha quemada en el piso.

— Probablemente morirías antes de que pasara — dijo Liam a mi lado.

— ¡Oye! — reí fingiendo estar molesta.

— Es verdad, no se de que te quejas — pasó su brazo por mis hombros.

— Me quejo porque debes darme ánimos para perfeccionar mi técnica de asar salchichas — dije indignada.

— Ese es el problema, Ash. Nunca mejorará — dijo Liam encogiéndose de hombros.

Reí y golpeé su brazo amistosamente a lo que Liam respondió besando mi cabeza. Era un momento bastante tierno, solo Liam y yo. En un bosque.

Si lo digo en voz alta sonaría raro, pero ahora mismo no desearía estar en otro lugar ahora mismo.

— ¿Crees sue dure? — pregunté observando un punto fijo mientras ponía otra salchicha a asarse en la fogata.

— ¿Que?

— Lo nuestro — dije en un suspiro. — Es lindo ahora porque no llevamos ni una semana, pero... ¿que pasará cuando no todo sea color de rosa? Cuando tu te des cuenta de mis defectos y yo de los tuyos, cuando... — me interrumpió.

— No pasará nada — dijo Liam — lo único que pasará es que te voy a queres más porque cada defecto te hace quien eres y me gusta como eres. Así que si te preocupa que nuestra relación termine por tus defectos, entonces no me conoces.

Sonreí y asentí. Me acerqué a Liam y besé sus labios lentamente. Nuestros labios se movían uno sobre el otro como si hubiéramos nacido el uno para el otro, podía sentir los pequeños choques de electricidad que emitia todo mi cuerpo al sentir los labios de Liam sobre los míos.

Nos separamos en busca de aire, pero no duro demasiado ya qudoen menos de cinco segundos volvimos a unir nuestros labios, puse mis manos en su cuello y jugué con su corto cabello. Sonreí en medio del beso.

Mi sonrisa se esfumo cuando pude percibir el olor de algo quemado.

— ¿No huele a...

— Algo se quema — afirmé separandome de Liam. Observe el palo com el que estaba teniendo minutos antes la salchicha.

Cada vez el fuego consumia el palo y se hacia más pequeña, pensé que no llegaria a mayores, cuando de pronto el fuego alcanzó el pequeño tronco que estábamos usando como silla.

Solté un grito asustada y observé a Liam quien estaba en una especie de shock.

Sí, definitivamente íbamos a morir.

Mi cuerpo reacciono y corri hasta la maleta de Liam, tomé una se sus camisas y empecé a golpear el fuego.

— ¿Esa no es mi camisa? — preguntó Liam saliendo de su estado de shock.

— Eso no importa ahora, ¡ayudame! — exclamé sin dejar de golpear el fuego. Al parecer mi técnica estaba funcionando ya que el fuego disminuía.

Liam fue hasta donde se encontraban las maletas (supongo que por una camisa), segundos después se encontraba a mi lado golpeando el fuego con algo blanco.

El fuego se apagó y solo quedo la pequeña fogata que habíamos preparado en un inicio.

— Creo que la salchicha se quemó — dije lanzando la camisa de Liam hacia un lado.

— ¿Tú crees? — preguntó Liam sarcasticamente lanzando la camisa blanca a un lado.

Mi vista se dirigió hacia el objeto blanco y abrí mi boca indignada.

— ¿Acaso esa no es mi camisa? — pregunté tomando la camisa un poco quemada en mis manos.

— Tú tomaste la mía — respondió Liam encogiéndose de hombros.

Abrí mi boca sorprendida, no pudo haberlo hecho. Observé a Liam unos segundos, no parecía tener ningún tipo de remordimiento.

Liam Payne, declarate muerto.