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18. Esperanza y Tentaciones.

Ya hace una hora que estaba decidiendo que llevar y no en su maleta con ayuda de la niña y Kehe. Sin embargo, el teléfono celular marca nokia de color negro, vibró y sonó, anunciando un mensaje de texto.

—Es Jake. «Escuché el rumor de que has vuelto»lee en voz alta.— Parece que se ha enterado de todo.

—Tranqui, a lo mejor no se entero o quiere saber que es lo que te pasó. Vamos Quil. Animate. —dice la niña pequeña mientras va metiendo ropa de invierno en la maleta, tratando de no excederse, pensativa y curiosa.

La expresión triste toma lugar en el rostro de Quil, por lo que deja de estar metido en su cajonera de boxers.

—Mocoso, aun parece que es tu amigo. No te deprimas tan temprano. —trata de consolar Kehe, mirntras trata de calmar con las caricias en el cabello a su impronta. Se encontraba haciendo un peinado más cómodo en el cabello castaño de la niña.

Aunque la niña se viera concentrada, esta se mantenía así para evitar entrar en modo mamá gallina preocupada por su pollito, que en este caso era Quil.

—Tengo miedo de perder su amistad. Ya casi nada me queda aquí por rescatar...—murmura Quil, dejando de tocar su cajonera para enfrascarse en el posible combate de mensaje, jacob no era fácil de lidiar una vez enojado. Por lo que decidió responder. —«Si es así, no te vi» envió el mensaje.

Al instante recibió la contestación.

Jake:
Mi padre pidió que sea su chofer.

Quil:
¿A dónde esta vez?

Jake:
A tu casa, al parecer era una reunión con abuelo.

Quil:
Eso explica porque lo vi en la entrada. 😪

Jake:
Uy, ¿Dijo algo malo mi papá?

Quil:
Es justamente por mi regreso... Hay cosas que no me han dejado explicar...

Jake:
¿Y eso? Sam dijo que te irás de viaje. ¿Porqué amigo?

Quil:
Eh...¿No entraste en fase hoy?

Jake:
No, luego de dejar a mi padre, fui al centro comercial de Seattle.

Quil:
Vaya eso me suena a Alice.

Jake:
Acertaste, según ella Nessie necesitaba mas ropa nueva.

Quil:
¡Me alegro que no haya entrado en fase! Aun no te he perdido a ti también.

Jake:
Vaya, ¿te alegras con mi sufrimiento? Mal amigo, en vez de compadecerte 🥲

Quil:
Lo siento Jake 😂 es que me emocioné, ¡te compadezco amigo!

Jake:
¿Que quieres decir con lo de perderme?😳

Quil:

☹️¿Podemos encontrarnos en tu cochera?

Jake:
Si claro, sin problema. Me despido de mi impronta. 🏃

Quil:
Llevaré a unas personas conmigo. Los necesitaré para explicarte lo que pasa.

Jake:
Dale. Nos vemos.

La niña inmortal estuvo atenta a cada tecleo en ese pequeño celular, y Kehe no quería sentirse celoso pero lo estaba, su impronta aunque lo negara cada vez se estaba interesando mas en su otro compañero y aunque iba a sonar extraño viniendo de él, también se preocupaba que este tal Jacob también trajera mas tristeza al cachorro. Y por ende afectara a su impronta al ver dolido al cachorro.

Por lo que no le impresionó a Kehe que en cuanto se distrajo con esos pensamientos, la pequeña niña ya no se encontraba entre su regazo(que previamente estaban cruzados para dar una especie de forma para que ella se sentara comoda), por lo que suspira, absteniendo un gruñido de molestia. Le costaría compartir, lo estaba confirmando hora a hora.

—Ire a hablar con un amigo. ¿Nos falta algo mas para irnos?—preguntó decidido, Quil tenía en mente decirle a Jacke su situación y dependiendo de como reaccionara, terminaría su estadía por fin en Forks.

Sea bueno o malo, solo tendría un corto grupo de personas por el cual volver a Forks cada cierto tiempo, si se le fuera posible de hacer. Mientras que la niña lo observa con curiosidad ya que lo notaba bastante pensativo, mas optimista y al parecer una persona externa de lo que conocía le había servido para animarlo.

—Faltan tus calcetines, boxers y zapatos, al menos cuatro pares de boxers, calcetines nomas. Con un zapato bastará, luego con Kehe compraremos mas en nuestra estadía donde decidamos estar. —dice la niña, que no puede estar quieta y acercarse al nativo cachorro.

Quil no entiende por que lo mira tan curiosa, por lo que al ver que esta le pide que baje un poco hasta su altura, con un gesto simbolico de la mano balanceando los dedos de arriba hacia el interior de la mano. Se inclina hacia ella, quien no pierde tiempo para dejarle un beso en la punta de la nariz.

—¿Y eso?

—¿Que no te puedo dar un besito?—respondió con tal inocencia y ceño fruncido que hizo tambalear mas de un corazón en la habitación.

—No, ¿Que digo? si... Digo que si puedes... Pero no entiendo el motivo. —dice nervioso Quil, ante tal dulce muestra de cariño de su impronta.

La pequeña niña sonríe divertida al haber causado tal dicha en ambos, aunque sabía que su alfa se encontraba con necesidad de obtener también un beso por lo que, se empezó a balancear tiernamente con la punta de sus pies hacia adelante y atras, con las manos tomadas en cruz por encima de su cintura baja.

—¿Motivo? Pues vi que estas mejor y me dije: ¡Un besito le hará más feliz!—contesta infantilmente la niña inmortal.

Es ahi cuando Kehe une los cabos de los miles de motivos por el cual su pequeña puede estar celosa o creativa en estos pequeños gestos cariñosos, para luego reír a carcajadas en cuanto se levanta de manera agil del suelo para mirarlos, buscando la mirada inusual en la niña que tanto tiempo lleva conociendo.

Encontrando que estaba agarrandose sus manitos detras de su cintura baja, tal cual como lo hacía cuando quería llamar la atención pero no quería lograrlo mediante sus manos.

Había anulado el uso de sus dones para llegar a eso.

—JAJA... ¡No mientas pequeña niña!—exclama mientras desenlaza las manos, y las atrae hacia el, para subirlas a una altura produnte a la vez que bajaba un poco curvado a la estatura de la niña, una vez curvado besa las palmas de las manos logrando sentir el calor significativo en esas manos pequeñas en vez de las gélidas manos de la temperatura normal en un vampiro—Tu temperatura te contradice. —admite en voz alta, logrando que la niña chasquee la lengua en molestia. Sin embargo, Kehe observa a Quil y le dice:—Esta celosa de ese tal Jake, ha perdido tu enfoque total de atención, así que ... Buscó un metodo para llamar tu atención, en este caso fue...

—Un besito en la nariz...—concluye Quil tras las palabras.

Kehe la conocía mucho mejor que él eso se notaba a cada hora que pasaba, pero por algún motivo, en vez de sentirse intimidado por estar muy lento en la conexión con su huella, con su impronta... Se sentía glorioso, feliz y emocionado, aunque avergonzado muy en el fondo, nunca se había puesto a pensar que alguien buscaría llamar su atención. Él siempre había sido la sombra del resto, el que no llamaba la atención, el aburrido del grupo si no tenía ningun chiste o broma en mente.

—No tienes porqué sentirte así. Tu eres mi vida, Kurai. Jake solo es mi amigo. O eso creo que aun es... —dice tratando de tranquilizar a su pequeña impronta, quien sigue en las garras de Kehe. Aunque termina dudoso al mencionar a su amigo.

Kehe al notar que la niña se muerde los labios y voltea la mirada hacia Quil, este nuevamente voltea suavemente su regordete rostro hacia él, posesivo.

—¡Oye! Me está hablando Quil.—reclama la niña inmortal con el ceño fruncido, mientras hincha sus mejillas.

—Yo también quiero un beso. —pide Kehe, sin vergüenza alguna.

La niña inmortal resopla y tambien deja un besito en la punta de la nariz al nativo de ojos verdes. Sin embargo, un gruñido insatisfecho sale de la garganta del mayor.

—¿Acaso no te basta con ese besito? Hasta yo creo que me he puesto celoso. —bufa incrédulo Quil.

—No es suficiente. Y ella lo sabe. —dice Kehe con la voz algo ronca.

La niña bufa también, solo que escondiendo su vergüenza. Por lo que se deshace de las manos posesivas de su Alfa con ayuda de sus manos que nadan por en medio de estas y con una amonestación fuerte pero no grave las separa de sus mejillas, para acercarse a Kehe quien percibe la decisión y verguenza en la niña.

—¿Qué vas a hacer Kurai?—pregunta Quil ante tal arrebato.

Kehe cierra los ojos, extasiado y necesitado de ese beso en los labios. Quería ser mimado como siempre.

—Le daré su beso a mi Alfa. —murmura decidida, tan rápido como lo hizo llegó al cuello del nativo, besando cortamente entre la clavicula y cuello. Y para rematar dar el sonido de un buen besito humedo justo en ese lugar. —Listo.

Quil se sintió extraño al ver aquella escena que por algun motivo le dio deseos de sentir ese tipo de besos en su piel, al igual que lo hizo estremecer el sonido humedo de los labios de su impronta calmando al Alfa.

«¿Porqué me siento deseoso? ¿Porque me siento así? Una niña no debería levantarme esta necesidad...»pensó contrariado y confundido Quil.

—Bueno, ya terminé de meter lo último que necesitaba, ya me voy. —termina por romper esa incomoda sensación con volver a la realidad.

Dandose cuenta que pronto sería la hora del encuentro.

—Bien, mientras tienes tu charla con el amigo, mi pequeña y yo iremos a solucionar algunos tramites en Seattle. Volveremos justo para cuando nos necesites. —dice Kehe abrazando automaticamente a la niña.

—¿Estarás bien sin nosotros? Solo será un momento. —dice preocupada.

—Si, ¿cualquier cosa puedo llamarte no?—pregunta pensando que alguno tiene celular.

—Ninguno tiene celular. Asi que... Espera. —uno de sus dedos se ilumina, por lo que un pequeño cristal de hielo se va formando en el medio de la palma de su pequeña mano. Uno de color celeste palido— con esto llámame, estaremos en menos de una hora aquí.

La niña había invocado agua de las lagrimas que nunca caerían de ella, por ende, el liquido estaba conectado a su gen y el hielo parte de su don. Por consiguiente, podía ser un metodo de comunicación hecho de lo mas natural posible que ella pudiera crear.

—Gracias... Cuidense mucho. —dice Quil, metiendo al mismo par el cristal y su celular en el bolsillo del short.

Brevemente se detuvo, se acercó a dar un beso en la frente de su impronta y marcharse con su mochila ya en su espalda. Kehe se encargaría de la maleta de viaje, que pronto conseguirían un metodo de viaje a Seattle sin que fuera ir corriendo. Por ende, por el momento la maleta se quedaría en la casa.

—Vayamonos antes de que sea tarde. —dice Kehe, mientras salta por la ventana, con la niña subida a su espalda. Perdiendose entre el bosque hasta llegar a Forks y de allí a Seattle.

[...]

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