La niña inmortal se encontraba buscando ideas de como ducharse sin levantar nada de emociones en Kehe, este siempre estaba a su lado sin llegar a alguna cosa sexual, pero la cuidaba, según su instinto Kehe había dicho una vez: "Te voy a estar cuidando porque un Alfa no puede estar sin su impronta, no importa el tiempo en el que se esté, estaré a tu lado." Por lo que ahora estaba entretenida con que se bañara primero.

—De verdad, lamento este chiquero. —murmura avergonzado Quil.

Aún limpiando y sacudiendo su cama. Menos mal sus calzoncillos habían sido recogidos al parecer por su madre, pero de más está decir que tuvo que abrir la ventana para airear.

—Tranquilo. —dice la niña mientras sigue sentada en la cama, y bosteza por reflejo de su antigua vida que por necesidad, se acurruca en la cómoda cama y acapara todo. —Kehe, báñate pronto, que ya apestas.

El nativo de ojos verdes la mira ofendido, pero con los ojos entrecerrados al olisquearse a sí mismo, y luego hacer una mueca, dándole la razón.

—¿Vendrás conmigo? —pregunta Kehe sin ninguna vergüenza.

—Esta vez no, gracias.

Quil al notar esa conversación siente vergüenza e incomodidad, por lo que sin querer pregunta:

—¿Ustedes dos... Se bañan juntos en forma sexual?

Ambos se estremecen de escalofríos, ninguno había sido capaz de hablar del tema antes, más que nada por el cringe que fisicamente daban, ninguno apoyaba la pedofilia por lo que nunca se habían mirado de esa forma en una ducha.

—Iugh, nunca más imagines eso. —se asquea como niña pequeña que es, la niña inmortal colocándose panza abajo y frotando su cabeza como para olvidar lo imaginado.

—Tengo que dejarte en claro algo, mocoso. Cuando estoy en la misión de cuidarla, tanto como alimento, aseo y demás nunca se me ha pasado por la mente la idea de tener algo así con ella, ya suficiente ruido moral nos da ser una pareja romántica. Tal vez en mis sueños haya sucedido, pero no en la realidad. La respeto demasiado como para llegar a la pedofilia. —expresa totalmente serio Kehe. —Así que por favor, olvidate de esa idea. La baño como si fuera una hermana, no creas que es fácil ser una niña todo el tiempo, tiene sus propias peleas, empezando justamente por su cabello.

Ya para ese momento la niña inmortal toda avergonzada miraba la pared, ignorandolos. Eso era algo que no estaba lista para admitir.

—Oh, lo siento... Es por como hablaron tan normal, daban eso a la comprensión, pero si es así, me tienen más tranquilo. —admite entre relajado y avergonzado.

Quil empezaba a sentir la diferencias de temas e incomodidades que tendría que combatir durante el curso y tiempo de convivencia. No era nada fácil a como había hecho notar la niña inmortal la primera vez.

Kehe tras ello, suspira y se mete en el baño del cuarto para volver a tener mejor aroma para su impronta. Sin embargo, lanza una mirada de advertencia a Quil, sabía que debía dejarle convivir con su niña pero le sería difícil compartirla sabiendo que esta ya reclamada por su instinto alfa, pero el nuevo deberá en algún momento también reclamarla.

—Eso ha sido tenso. —suspira para sí mismo, mientras busca también su ropa limpia para después darse una ducha igual.

—Kehe es muy posesivo y gruñón, pero le agradas. A mí también, solo es difícil aceptar que tendré que revivir la sensación de marcaje otra vez, es difícil... Complejo y profundo... Sería más fácil si fuera una chica o mujer adulta... —murmura por lo bajo la niña inmortal, aun comprensiva y algo depresiva por su estilo de vida.

—Es complicado pero no imposible, tal vez en algún momento llegaremos a sobrellevarlo mucho mejor, se que así será. —dice de manera optimista, Quil mientras aún no se decide por cuál pantalón de mezclilla ponerse.

—Si lo dices así, suena alentador. —vuelve a la decir la niña mientras se estira nuevamente pero dando la vuelta su panza hacia arriba—Lo mejor sería ir acomodando tu ropa en maletas o bolsas, al menos eso y tus identificaciones legales. Más tarde veremos como hacer todo legal y que garantice que tu madre se contente.

Quil miraba a la niña como si le hubiera salido una cuarta cabeza.

—¿Qué? —pregunta ceñuda la niña.

—¿Qué crees que le diré a mamá?

—Qué iras de viaje a estudiar en el extranjero, porque te ganaste un viaje de intercambio. ¿No es así? —pregunta ahora sentándose en la cama para mirarlo mejor.

—Pero... ¿Cómo? —pregunta absorto.

—Es la primera idea más fácil de detectar para excusar, además los de tu Tribu nos ayudarán. Crearán los papeles necesarios para ello y que la coartada esté intacta para que ningún problema salga al mundo. —se encoge de hombros ante la deducción que tuvo, como si fuera normal.

—¿Cuánto era que tenías de edad? —pregunta Quil totalmente incrédulo.

—¿Oh? ¿En cuál vida dices? —bromea un poco la niña ante su expresión.

—En tu otra vida. Con la que... Reencarnaste. —dice Quil.

—Pues... 25 creo, ¿por?

—Uff...se nota, esa astucia ni mi primita la tendría.

Ambos se quedan pensando en un silencio cómodos, hasta que por fin Kehe sale del cuarto de baño, con su pectoral al descubierto, aún con gotas de agua cayendo por su tonificado cuerpo. Dejando estática a la niña, que minutos después se cubre el rostro con total vergüenza.

—¡Kehe no me tortures así!

—Pues no veas. —bromea el mencionado tras una sonrisa deslumbrante.

—Bien ahora me toca...—empezaba a decir Quil, sin embargo, ambos lobos ven como la niña pasa rápidamente entre ambos y se mete al baño. —bueno tal vez luego...

—¡Eien! —gruñe por lo bajo Kehe al ver que ha cerrado la puerta, y no ha podido entrar tras ella. —No rompo la puerta por respeto a tu madre.

—¡No te preocupes, me sé bañar! —expresar tras un susurro bastante alto para ambos lobos.

—¿Porqué no la dejas que se bañe sola? —pregunta intrigado Quil.

—Porque su cabello está hecho una mierda y le desespera tenerlo largo. —expresa totalmente molesto, se notaba en su voz. Aún mirando la puerta del baño, como si estuviera regañado.

—¿Y porque no se lo corta? —pregunta extrañado.

—Porque el corte que quiere es demasiado extravagante.

Ambos se pierden en una conversación, mientras que la niña disfruta del aroma del jabón y shampoo que Quil tenía, empezaba a darse cuenta que habían cosas que empezaba a sentir necesidad de tener sencilla suyo. Como si fuera a reclamarlo ella. Sin embargo, iba tan bien en desenredar se el cabello pero un momento sus dedos se topan con un nudo, y no sabe cómo quitarse sin quitar un mechón de cabello.

—Uh...

Tras la puerta se escucha un repiqueteo, y luego una voz:

—¿Se te enredó?

Kehe sabía cuáles eran los sonidos de preocupación de la niña por lo que no era una sorpresa, sin embargo, la niña aún no había limpiado sus zonas íntimas por lo que dijo:

—Espera... Un momento...

Tras ello, se escucha unos chapoteos de agua, y luego otros, hasta que el agua que iba cayendo de la ducha se escucha repiquetear contra el suelo de corrido. Prontamente después, se escucha el sonido de pasos húmedos llegar hasta la puerta, por donde es abierta, mostrando aún a Kehe con el torso desnudo pero con un peine en mano está vez.

—¿Tan obvia soy? —pregunta la niña inmortal con la cara mirando hacia los pies del nativo.

—La verdad que si, siempre haces lo mismo, cariño. —expresa con ternura, mientras se acuclilla frente a la niña pequeña, y levanta el mentón con delicadeza— que no te avergüence pedirme ayuda, soy tu lobito super héroe, Eien. Para eso estoy.

La niña inmortal lo mira con su mano izquierda enmarañado entre el bodoque de cabello, y luego con sus ojitos cristalizados pero endulzados con puro amor. Asintiendo con vergüenza aun así.

Dando paso atrás y dejando que entre al baño, Quil se queda bastante tieso al ver la escena tan tierna frente a él, pero no puede decir nada más porque escucha a su madre despertar, por lo que se coloca la remera y sale.

Era su momento de hablar con su querida madre, luego los verá a ellos.