23 Primer te amo
«¿Cómo o cuando lo sabes? ¿Hay un momento exacto? Lo supe quizás al verla cada día a mi lado al despertar, o al dejarme detalles debajo del teclado de mi escritorio como notas con los caramelos que me gustan, quizás fue verla jugar con nuestros sobrinos y llevarse tan bien con mi hermana y mi madre, o tal vez lo supe cuando no podía dejar de mirarla haciendo algo tan simple como comer, dormir, o escucharla hablar con entusiasmo de algo que le gusta. Pero ahora sé que no fue un momento puntual en el que pueda decir, fue aquí, fue esto y por esto, este sentimiento simplemente fue aumentando, y fue dándose de manera gradual. Ahora confirmo, lo que siento por ella desde hace un tiempo es quizás el más genuino amor que alguna vez he sentido por alguna de mis parejas».
—¿En qué piensas? divagaste un momento —ella sonríe y vuelve a mirarlo.
—Estoy cayendo en la cuenta de algo justo ahora —sonríe aún más todavía—. Siento que la amo, que esto es mucho más genuino que lo que alguna vez llegué a sentir por Griselda o cualquier pareja que tuve —suspira—. No siento esta obsesión que sentía por mi ex, ella me da calma y paz ¿Cómo es eso posible?
—Es porque estás sanando, Nina.
—¿Pero cómo sé que esto... que mi amor no la pone en riesgo? ¿Qué no puedo llegar a obsesionarme?
—Es normal sentir miedo por tu ultima relación, pero ella te ha demostrado reciprocidad, aparte has avanzado bastante desde que comenzamos, has trabajado tus puntos débiles, tus inseguridades y Miranda te la seguridad que no has tenido antes. Pero tú cómo te sientes ¿sientes algún sentimiento de apego que pueda llegarte a crear una obsesión con ella? —pregunta de manera neutral.
—No, me siento por primera vez relajada en una relación, sin tener que estar ofreciendo siempre de más para que no me dejen. Creo que voy superando la herida de abandono de mi padre, ahora logro ver que buscaba en mis relaciones exactamente eso, llenar la primer herida de abandono que me había hecho él y ella me da esa paz.
—¿Qué sabes de tu padre?
—Honestamente no mucho, sé que está de viajes de negocios por medio oriente o algo así. Le dije que estaba en una relación —sonríe recordando esa charla—, hicimos vídeo llamada para mi cumpleaños y se lo dije.
—¿Cómo se lo tomó?
—Bueno creo que solo ahí se dio cuenta de que no era una etapa de curiosidad lésbica. Ver su cara y como le caía el veinte fue, sublime —sonríe—. Igual no me importa si lo acepta o no, nunca fue presente o un pilar en mi vida, solo estaba para poner el dinero e irse a viajar a quién sabe dónde —toca los anillos de su mano y sobre todo su anillo de noviazgo y lo acaricia sonriendo—. Es curioso como su herida de abandono, me hizo aferrarme a una persona que no estaba emocionalmente disponible, hasta me obsesioné con ella —niega con la cabeza—. Por Dios las cosas que hice, fui una verdadera loca. La vi... a Griselda —sube la mirada para ver a su terapeuta—, tuvimos una charla honesta y le pedí disculpas.
—¿Ah sí? ¿Cuándo?
—Hace cuatro días, en un café mientras esperaba que llegara Miranda.
Flash back
—¿Nina? —esa voz.
—Griselda, hola.
—¿Qué? ¿Qué haces aquí? —Nina frunce el ceño.
—No te estoy siguiendo, si eso piensas. Es más no quiero problemas.
—Nina, está bien, te pregunto que haces aquí porque por lo general a está hora estás encerrada en la empresa.
—Ah, bueno eso, espero a mi novia y tú ¿Qué haces por aquí?
—Me voy a encontrar con Giovanna, así compramos el regalo de Bloom, mi hermana para su cumpleaños.
—Sí, la recuerdo —el silencio se hace incómodo.
—Bueno yo me...
—¿Quieres sentarte? Te invito un café, no te tomará nada de tiempo, a Miranda aún le falta algo para llegar —algo dubitativa su ex se sienta—. Pide lo que quieras yo invito —lo pide—. Griselda —suspira y la mira—, creo que nunca tuve la oportunidad de pedirte perdón por lo que hice, de verdad lo lamento, no es excusa, pero no estaba bien emocional y mentalmente, siendo honesta —la expresión de Griselda se relaja y sonríe asintiendo—. Ahora estoy con Miranda y entendí que lo que sentía contigo era más un apego que amor, lo sé porque con ella me siento diferente, creo que de verdad la amo —sonríe.
—Me alegro que estés mejor, Nina, de verdad. No voy a mentirte que con Giovi estábamos preocupadas, pero el Nono nos dio tranquilidad y nos dijo que has cambiado y veo que es cierto. Me alegro por ti —le aprieta la mano—, al fin encontraste a alguien que te corresponde al cien. Perdona por no haber sido esa persona, o al menos por no haberlo intentado un poco más. Sé que tampoco fui, muy amable o buena pareja el tiempo que estuvimos juntas, que también me porté mal y siendo honestas aguantaste bastante.
—¿Sí, verdad? Pero bueno supongo que era porque te quería, pero a ella —sonríe— de verdad la amo ¿Entonces tregua?
—Tregua —le extiende la mano y ambas sonríen.
—¿Amor? —Giovanna llama a Griselda y Miranda a Nina, cada una viendo a su mujer de frente.
Fin del flashback
—Y así llegamos a un impase.
—¿Cómo te sientes con eso?
—Bien, al fin cerré una etapa —su reloj suena—. Bueno termino nuestra sesión. Nos vemos a próxima semana —su terapeuta se ríe—, cualquier cosa te llamo. Ahora tengo que irme a decirle por primera vez a mi novia que la amo y buscarla antes de que comience a llover, no quiero que se moje por esperarme —«al menos no de esa manera que puede enfermarse» piensa pero no dice en voz alta.
—Éxitos Nina.
—Gracias.
Abre el paraguas y para en una florería camino al auto para comprar un ramo de flores, coloca en un sobre la tarjeta que escribió hace unos días, luego de despertar a su lado y mirarla por un rato, cayendo en la cuenta que eso que lleva sintiendo hace un par de semanas es amor.
—¿Me esperaste mucho?
—Sabes que no, recién salgo.
—Una vez te dije que si fueras mi novia, jamás te haría esperar bajo la lluvia, estoy cumpliendo mi palabra ¿A casa?
—A casa.
—Pero antes, toma —estira la mano al asiento de atrás tomando el ramo y se lo pasa, pero Miranda no hace buena cara.
—¿Qué olvidé? No es nuestro aniversario, espera ¿o si? —checa el teléfono— No, no lo es.
—No olvidaste nada, deja de entrar en pánico, no necesito una ocasión especial para regalarle flores a mi novia, aunque quizás lo sea. Lee la tarjeta, espera —toma su mano antes de que abra la tarjeta— lo escribí, porque cuando te veo la mente me queda en blanco y quería que quedara registrado en algún lado y... —comienza a ponerse nerviosa.
—¿Me estás proponiendo algo?
—¿Qué? No, ósea no lo haré así.
—¿Pero quieres?
—Claro, contigo quiero todo. El casamiento, la casa, el perro y los hijos, todo, hasta las vacaciones en familia y las fiestas juntas... —Miranda se ríe por su nerviosismo y la besa—. Solo lee la tarjeta y vas a entender.
Jamás creí en los cuentos de hadas y nunca entendí como alguien podía perderse viendo a otra persona por horas, y pensar que era lo mejor que le había pasado hasta que te vi, hasta que te conocí, hasta que dejé mi miedo de lado y te dejé entrar en mi vida.
Gracias por permitirme ser parte de tu vida y ser parte de la mía, gracias por permitirme amarte y enseñarme lo que se siente al amar genuinamente a alguien.
Con amor, a mi gran amor, de parte de tu novia, Nina.
—¿Amarme?
—Te amo —le dice con una sonrisa.
—Yo... yo también te amo —Nina suspira aliviada— ¿De verdad es un suspiro de alivio?
—Claro —sonríe nerviosa—. No sabía si era demasiado pronto para decírtelo y tenía miedo de...
—Yo pensé que demasiado decírtelo hace más de un mes —se ríe—. Te amo —se acerca y la besa con suavidad— ¿Cómo no amarte? Si me cuidas como nunca nadie antes me ha cuidado, si contigo puedo ser rara, loca, estar feliz, triste y hasta de mal humor y en todas mi facetas me aceptas y me cuidas. Si me miras con amor —Nina sonríe— y yo me pierdo en tu mirada, y tus brazos son refugio. Te amo, mi amor, te amo.
Vuelven a besarse con la lluvia torrencial desatándose afuera, mientras el auto es el refugio de ellas, ese pequeño vehículo que es testigo de su declaración de amor, porque aunque la tormenta azote afuera, si se tienen entre ellas el mundo ya es un lugar mejor.
Llegan a la casa de Nina, y aunque Miranda sigue teniendo su departamento prácticamente pasa en lo de Nina, 6 días a la semana y tiene más ropa y cosas en su casa, que lo que tiene en su departamento, viven prácticamente juntas. Al llegar Miranda observa a su novia cocinar con el cabello recogido y un look más relajado.
«¿Cómo es posible que se vea así de bien? Incluso si usara una bolsa de papas, seguro le quedaría hermoso».
—¿Por qué me miras tanto? ¿Acaso ves algo que te guste?
—No, veo a alguien a quién amo —Nina sonríe ampliamente.
—Estuve pensado que... prácticamente tienes casi todas tus cosas aquí y duermes aquí casi cada noche —la mira— ¿No te parece un tecnicismo que te diga que vivas conmigo? —Miranda sonríe.
—Te estabas tardando —le dice—. Hasta conozco a tus vecinos —ambas ríen—. Pensé en poner mi departamento en alquiler, me da flojera ir una vez a la semana a limpiar nada más y sería un ingreso extra que podríamos ahorrar para irnos juntas de vacaciones ¿Qué te parece?
—Una excelente idea —le da un trago a su copa de vino blanco—. Ahora que estoy en sociedad con Juliana, puedo al fin tomarme unas merecidas vacaciones ¿A dónde quieres ir?
—No sé —se acerca lentamente a la pelirroja por el costado y la abraza por la espalda— ¿Tú tienes algún lugar al que quieras ir?
—La Polinesia Francesa, Bora Bora.
—Eso fue rápido.
—Hace mucho que no me tomo vacaciones y pensé que si lo hacía algún día, me gustaría ir ahí.
—Hecho, te llevaré de vacaciones a Bora Bora ¿En cuanto tiempo quieres que nos vamos?
—¿Seis meses? No lo sé.
—Buscaré fecha y planeare nuestras primeras vacaciones, será perfecto hacer el amor con el mar abajo nuestro ¿No crees?
—Yo pensaba más en ir a conocer el lugar, excursiones, probar la comida local y esas cosas.
—Lo tendrás, y en la noche te daré el postre importado de mi cuerpo y probaré el tuyo ¿Qué mejor que eso? —Nina ríe y la besa.
—Te amo.
—Yo más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro