20 No quiero verla
El sábado fue la familia de Nina y el domingo la de Miranda, aunque a ella no le interesa citar a toda la familia, solo sus más cercanos son quiénes están aquí y aunque las cosas con su tía siguen tensas, no puedo darle una razón válida a su madre que no la hiciera sospechar de porque no quería a Melanie en la reunión.
—No te quedes con ella a solas, si te dice algo me dices y...
—Amor —Nina toca su pierna mientras maneja—, no quiero que pelees o estés a la defensiva, por favor.
—Solo no quiero que... —aprieta las manos al volante—, que estresante que es esto ¿Así te sentías ayer?
—Un poco sí —la pelirroja sonríe—. Igual tu familia ya me conoce. Me estrese cuando vi que Hannah estaba en casa.
—No me preocupa mi familia, sino ella.
—Lo sé, pero no creo que intente nada, la has estado evitando. Seguro quiera hablar contigo más que provocarte o provocarme a mí.
Miranda suelta un largo suspiro y estaciona el auto al lado del de su tía en el único lugar disponible. Golpean la puerta y es ella quién la abre, el gesto de disgusto en Miranda es evidente, su tía la mira compungida, ni siquiera repara en Nina.
—Hola —dice Miranda seca.
—Hola. Estuve intentando toda la semana verte y comunicarme contigo.
—He estado ocupada.
—¿Toda la semana? Ni siquiera me has respondido un solo mensaje.
—Sí, mucho trabajo ¿Podemos pasar o seguirás con el interrogatorio acá en la puerta? —su tía se aparta y deja que entre, al pasar ambas, Melanie mira a Nina, preocupada— Hola a todos —saluda la familia reunida en el comedor.
—¡Nina! —dice la madre de la castaña— y vienes con mi hija.
—Muy graciosa mamá.
Todos saludan a la pareja, Melanie se mantiene al margen conversando y varias veces mira a su sobrina que ni siquiera repara en ella, su gesto es de dolor, como el que una madre tendría al estar peleada con su propia hija, porque eso es lo que es Miranda para ella, ya que fue ella quien prácticamente la ha cuidado desde pequeña, claramente su indiferencia le duele. Nina se levanta para ir al baño, pero está ocupado, por lo que su suegra le indica que suba a de la planta alta, al salir se encuentra con ella.
—¿Cuando le dijiste? ¿Por qué lo hiciste? ella me odia.
—No puedo mentirle, no podía estar con ella de esa manera, porque le ocultaba algo así y estabas equivocada, ella no me odia.
—Pero a mí sí, gracias por eso.
—Déjame ir, si ella sabe que subiste a hablarme, ambas tendremos problemas.
—¡¿No podías olvidar lo que pasó?! Te pedí que no lo hicieras, justo por este motivo. Ahora ni siquiera me dirige la mirada ¿sabes lo que me duele eso? —sus ojos se llenan de lágrimas.
—Dime una cosa ¿De verdad no sabías que ella trabajaba conmigo? ¿No sabías quién era ella ese día en la cafetería? —ella no dice nada, pero no es necesario, su gesto le da la respuesta— Lo sabías y aún así decidiste extorsionarme con esa propuesta.
—No sabían que ustedes eran cercanas, ella nunca me comentó nada de eso, sinó jamás hubiera hecho algo así.
—No lo éramos, no tanto como ahora.
—Yo no te extorsioné.
—¿Ah no? Estaba desesperada Melanie, te pedí un favor y saliste con esa propuesta aprovechándote de mi momento de debilidad, porque se honesta, siempre fui el pendiente en tu lista ¿sabes como me sentí al hacer eso? sucia y odie cada encuentro, al llegar a mi casa lloré cada vez que llegaba de verte. Asco es lo que sentí por mí misma y por ti. Pero eso no se lo dije a ella y aunque te cueste creerlo, le pedí que no te odiara.
—¿Qué pasa? —la voz de Miranda se hace presente— ¿Qué haces aquí? —le pregunta a su tía— ¿estás bien?
—Sí, responde ella.
—A ti no te pregunto —le dice tajante su sobrina—. Vamos amor.
—¿Podemos hablar? —le pide su tía secando sus lagrimas— por favor hablemos.
—No es ni el lugar, ni el momento, Melanie —se zafa de su agarre.
—¿Cuándo? hace una semana que no me respondes los mensajes, que no me hablas, no me has dado la posibilidad de explicarte...
—¿Qué exactamente? ¿Al menos te arrepientes o solo vas a intentar justificarte?
—Solo quiero hablar contigo, Miranda, por favor, por favor, solo déjame...
—Amor —le pide Nina apretando su mano.
—Mañana iré a verte a tu casa cuando mis primos estén en entrenamiento, a diferencia tuya, no soy tan mierda, aunque incluso eso se lo debes agradecer a Nina —su tía agacha la mirada avergonzada—. Vamos.
Toma firme la mano de Nina y bajan las escaleras, Miranda está visiblemente molesta, pero lo oculta muy bien delante de su familia, expondría a Melanie, si no hubiera sido Nina su victima, su prioridad pese a su enojo es proteger a su novia y no someterla a cuestionamientos por parte de su familia, ni de nadie.
La tensión entre ellas es notablemente visible y eso no se le pasa por alto a nadie, pero sobre todo a su madre, ya que tía y sobrina siempre han tenido una relación de complicidad, una que su madre no ha logrado a tener nunca con ella, que muchas veces envidio, pero tiempo después se dio cuenta que al menos podría contar con su hermana para aconsejar a su hija y ahora parece que algo se fracturo entre ambas.
—¿Qué pasa entre tú y Melanie? no están como siempre.
—¿Cómo es como siempre?
—Cómplices, riendo de cosas que solo ustedes dos saben, cuchicheando y hablando con mirarse nada más.
—Bueno es hora de crecer, tengo un novia y tengo que madurar, tu hermana y yo no somos compis.
—Miranda ¿Por qué hablas así de mi hermana y tu tía favorita? ¿Qué pasó entre ustedes? ¿Por qué estás tan enojada con ella? si me hubieras dicho algo de eso, no habría insistido en invitarla, el ambiente está tensó con cada una en una punta, simplemente no es natural, no entre ustedes.
—Es complicado mamá, pero mañana hablaré con ella ¿está bien? —su madre suspira no muy convencida.
—Está bien, pero intenta al menos no mirarla con odio, parece que ella hubiera matado a tu mascota y asesinado a tu abuela frente a ti.
«No, solo se cogió a Nina, extorsionandola con sexo para "ayudarle" a salvar su empresa y lo que le conté lo estuvo ventilando ¿Olvido algo? No, creo que no».
—No la miraré si te deja más tranquila.
—No, me dejaría más tranquila saber que pasa entre ustedes.
—No puedo contarte, pero mañana hablaré con ella —su madre suspira y se aleja.
Sirven la cena, ambas se sientan lado a lado, ya ha quedado claro que están en pareja, pero Miranda siente la necesidad de marcar territorio.
—Bueno, el motivo de la reunión familiar, aunque espero haya quedado claro —mira a Melanie—, es que Nina y yo estamos en pareja.
—Prima ya sabíamos que son novias, si se han estado besando a cada rato —dice uno de los adolescentes.
—Sí, primo, pero es necesario ser claros y dejarlo explícito para evitar malos entendidos a futuro. En fin, la verán seguido. Salud y a comer.
Todos se marchan de a poco luego de la tensa reunión familiar y es su abuelo quién apoyándose con la ayuda del bastón se acerca a Miranda que termina de lavar los platos mientras Nina limpia la mesa y termina se recoger los trastes.
—¿Qué hizo tu tía que estás tan enojada con ella?
—Extorsionó a Nina a tener sexo, para darle la obra del casino y salvar su empresa —a su abuelo no puede mentirle él eventualmente sabe todo.
—¿Ustedes estaban saliendo?
—¿Y eso que tiene que ver? Ella la extorsionó ¿Qué clase de persona eres que te piden ayuda y terminas acordando algo como eso? También le mencionó cosas que solo ella y yo sabíamos, me traicionó, traicionó mi confianza y también a Nina.
—¿Te enoja solo que le haya hecho eso a Nina o qué ya no puedas confiar en ella?
—¿Qué diferencia tiene? Ella es un traidora y no intentes liberarla de esto, no hagas eso. Sé que es tu hija, pero no apañes sus errores.
—No lo hago, solo quiero que veas cuál es el verdadero motivo.
—¿Y qué darle el indulto, un besito en la frente y aquí no ha pasado nada? ¿Finjo demencia y me olvido de todo? La amaba como a mi propia madre, como mi mejor amiga y mi tía favorita ¿y me hace esto? —seca rápido sus lágrimas— Me tengo que ir —lo besa en la frente—, adiós Nono, gracias por la cena.
Se marchan del lugar, pero se queda pensando en lo que le dijo su abuelo ¿Qué es lo que más le duele? Le molesta claro lo que hizo con Nina, eso la decepcionó y ni siquiera lo negó cuando la enfrentó, pero él tiene razón, lo que más le duele es que la imagen que tenía de ella como una buena persona, su cómplice, mejor amiga y hasta segunda madre se derrumbó, no solo por lo que le hizo hacer a la pelirroja, sinó por exponer su intimidad de algo que le contó en confianza.
—Dejame manejar a mí —le pide Nina acercándose a su lado y tomando las llaves—. Ven —la abraza y Miranda llora, finalmente se atreve a ser vulnerable y llorar.
—La extraño y la odio, me dolió verla de nuevo y ser así con ella ¿Por qué tuvo que decepcionarme? ¿Por qué a pesar de que sé lo que hizo, no puedo dejar de amarla?
—No debes dejar de amarla.
—Pero quiero hacerlo.
—No, no quieres —la castaña la ve y asiente.
—Pero debo hacerlo.
—Tampoco debes.
—¿Y qué se supone que debo hacer? Siento que algo se ha roto entre ella y yo.
—Al menos dale una oportunidad de que se disculpe ¿Está bien? —acaricia su rostro y besa su frente— Las cosas no van a volver a ser las mismas entre ustedes es obvio, pero intenta poner un punto y coma, se aman, siguen siendo familia, ni ella deja de ser tu tía, ni tú su sobrina, sí, cometió un error.
—Un gran error.
—Yo también los he cometido y me ha costado con creces cuando tuve que pagar las consecuencias. La viste ella está pagando su penitencia, solo habla con ella calmada mañana —la besa suavemente—. Vamos a casa —le abre la puerta del otro lado y la ayuda a subir.
El Nono observaba todo desde la ventana, definitivamente esta no es la misma Nina de la que Griselda le habló alguna vez, no es la obsesiva, celosa y posesiva, esta mujer frente a él ha crecido en el último tiempo, y él logró ver ese cambio y el arrepentimiento cuando le prometió que no lastimaría a su nieta, hasta ahora está cumpliendo y hasta la aconseja bien. Sonríe cerrando las cortinas mientras ellas se marchan.
—¿No la odias? Por lo que te hizo hacer.
—Sí, porque deteste verme orillada a hacer eso, pero supongo que fue mi karma en acción. Jamás entendí que tan bajo podría caer alguien para llegar a eso como su única salida, cuestioné a mi ex por eso y mira como la vida hizo que la escupida para el cielo me cayera encima —sonríe sin mucha gracia—. Esto me enseñó a ser más tolerante, menos prepotente y soberbia, y por supuesto a no juzgar a nadie.
—¿Por qué no me llenas la cabeza en su contra sobre lo bruja que fue?
—¿Quieres que haga eso? —la otra niega— Genial, porque no lo haré, sé que te duele todo esta situación con ella, pero no podía ocultarte algo como eso siendo egoísta contigo, cuando sabía como eso podría lastimarte. Sé que te dolió lo que me hizo, pero sobre todo su traición. Lo que decidas te apoyaré, pero al menos dale la oportunidad de disculparse —besa su mano.
—Gracias a Dios que te conocí soltera y ahora estás conmigo —sonríe apoyándose en su hombro—. Si sigues así tal vez por primera vez me enamore.
—¿Voy bien? Porque es parte de mi diabólico plan —Miranda se ríe y asiente—. Te quiero, amor.
—Tambien te quiero, novia con inteligencia emocional y responsabilidad afectiva —Nina se ríe y la besa en el semáforo.
—Mi psicólogo estaría tan contento como tú.
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