Diez, nueve, ocho...

La voz fría y atemorizante de ese hombre era horrible, como si un monstruo estuviera frente a mi, de cierto modo, lo era. Lo peor del caso es que había caído en su trampa y ahora no podía evitar lo que sucedería.

... siete, seis, cinco...

¿Cómo había llegado a esta situación? Estaba atada en una silla esperando una próxima ejecución, junto a tres amigos que estaban ahí simplemente por un descuido de mi parte. La culpa es terrible, no lo puedo negar.

Los ojos del hombre brillaban mientras su mano sostenía con fuerza el arma que apuntaba hacia el chico que tenía al frente. Su sonrisa maquiavélica solo me transmitió miedo. Miedo, ¿Desde cuándo no le sentía? Ah sí, desde ayer.

... cuatro, tres, dos...

Mi vida había cambiado mucho, pero ya estaba hecho, no podía volver atrás. Y aquí estoy esperando solo un segundo para que todo acabará. Que irónica es la vida. Con disparos empezó está historia y con disparos termina.

...uno.

Se escuchó un disparo.

Un cuerpo cayó al piso.

La sangre inundó mi rostro.

Había un cadáver frente a mi.

El cuerpo estaba inmóvil, no respiraba.

Estaba muerto, se había ido para siempre...