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Cap. 29

Sacrificio

Toby

(Unas horas antes)

No estaba del todo de acuerdo con los métodos de Jack, pero tenía razón en querer protegerla. Nina era impulsiva cuando sus sentimientos entraban en juego, y con la aparición de ese tal Sonrisas retando para que vaya hacia él, era cuestión de tiempo para que ella intentara hacer una locura.

Faltaba poco para salir hacia donde había salido la señal de los mensajes, y siendo realmente sincero conmigo mismo, estaba aterrado. No iba a ser la primera vez que mataba gente, tampoco mi primera misión pero…si se había vuelto algo personal. Sentía que debía probar que sí podía hacerlo realmente, aunque la presión por no decepcionar a nadie.

Era algo importante, tenía que darlo todo.

El Jefe me había llamado hace rato a su oficina y me había regalado mi máscara. Él me dijo que la cuidara con mi vida, que ella iba a ser mi nuevo rostro desde el día de hoy. Yo no comprendí nada, pero igual le agradecí por el gesto.

Entiendo que tal vez debí tomar mis cosas e ir al garaje de una vez, pero de verdad me preocupaba el estado de Nina en ese momento, así que, sin pensarlo mucho, tomé algo del estofado de Reed y se lo llevé a su habitación.

La puerta estaba cerrada, como era de esperarse, así que tomé las llaves y entré. El cuarto estaba algo desordenado, y habían algunas cosas en el suelo, como si hubiera habido alguna pelea aquí dentro; pero eso era imposible ya que Nina estaba completamente sola aquí.

Terminé de entrar a la habitación y puse el envase con estofado en la mesita de noche. Confundido empecé a ver toda la habitación en busca de algún indicio de Nina y escuche la ducha sonar en el baño.

—¿Nina?— La llamé, pero no contestó—. Oye, te traje algo de estofado para que comas mientras regresamos—dije mientras me acercaba a la puerta del baño—. Volveremos en un rato, así que no te preocupes por si te quedas sin estofado.

No hubo respuesta, solo el sonido suave de la ducha cayendo hacia el piso del otro lado de la puerta. Pensé que estaría molesta con todos nosotros por volverla a encerrar y la comprendía.

—De verdad perdona por encerrarte en este lugar, pero entiende que es por tu bien. En algún momento lo vas a entender.

—Ya lo entiendo, Toby— Escuché su voz, pero no era detrás de la puerta, sino que estaba detrás de mi. Cuando volteo, la puedo ver, pero tenía el cabello corto y me veía con cara de molestia desde arriba—. Pero que lo entienda no significa que lo voy a aceptar así de facil—dijo mientras me golpeaba con un cajón de madera en la cabeza.

Dolió en la madre, si. Caí al suelo, pero no quedé inconsciente de inmediato, sino que en mis últimos momentos de lucidez pude escuchar a Nina hablar mientras me arrastraba hacia el centro de la habitación.

—Lamento tener que hacer esto, Toby, pero no me dejan otra opción. Tengo que ir, necesito hacerlo, y no me importa a cuántas personas tenga que enfrentarme para llegar.

—Nina…no…

—Shhh… no hables, que te va a empezar a doler la cabeza—dijo mientras tomaba las armas que tenía encima—. Necesitaré estas cosas para poder hacerme pasar por ti, lo siento.

Tenía que detenerla, pero el golpe había sido demasiado fuerte. Mi mente estaba luchando para que mi conciencia se apagara para poder poner en orden todo poco a poco, pero eso significaba dejarla que fuera con los muchachos…¿Haciéndose pasar por mi? ¿Qué tan lejos cree que va a llegar haciendo eso?

—Lo siento Toby…— Vi por última vez como me veía a la cara, y me daba una pequeña sonrisa, risueña, como si no me hubiera casi roto la cabeza—. Pero algún día lo entenderás.

«Ya lo entiendo, Nina…» Pensé antes de desmayarme, volviéndose todo negro.

Nina

(Actualidad)

Recibí el golpe directo en la nariz de parte de Helen sin esquivarlo. Pude sentir como me la rompía sin ninguna clase de asco, y quería darme más, pero Jack la alejó de mi rápidamente.

—¿QUÉ LE HICISTE A TOBY QUÉ?—gritó, tratando de lanzarse sobre mi para partirme la geta—. Toby solo ha estado ayudándote desde que llegaste a la maldita base, ¿Y LE PAGAS ASI?

—¡Helen, cálmate!— Le pidió Jack mientras la seguía sujetando. Reed, por su parte, me tomó de la mano y me ayudó a levantar—. Este no es momento para esto.

—¡NO ME PIDAS QUE ME CALME!

Nuestra situación no era del todo buena. Nos habíamos escondido en una habitación de esta clase de catatumba, escapando de los zombies que nos perseguían. No encontrábamos una salida viable aún, pero un espacio oculto como este nos daría tiempo para pensar.

Helen no estaba del todo molesta antes de contarle lo que le había hecho a Toby para poder tomar su identidad. ¿Que por qué lo hice? Me imagino que simplemente para quitarme el peso de encima, aunque no esperaba que reaccionara de manera tan agresiva. Ella le daba igual todo, a final de cuentas, ¿No?

Veo que no te has dado cuenta de muchas cosas, pendeja .

Ay, tú mejor cállate, que no estás ayudando.

Bueeeno, pero después no te quejes.

Helen se zafó del agarre de Jack y lo miró con recelo. Después me vió a mi con rabia y me apuntó con su dedo índice.

—El puñetazo que te di es lo menos que te mereces por hacer algo así. Entiendo que lo hayas hecho conmigo, o con Reed, ¿Pero con Toby? SOLO ES UN NIÑO.

—Pues te alteras mucho por un niño—dije, limpiando la sangre que salía de mi nariz rota.

—¿Qué acabas de decir?— Solo estaba haciendo que se molestara más, pero por alguna razón ya no me importaba.

—Lo que escuchaste. ¿O acaso te gusta ese “niño”? Eh, Helen. ¿Acaso te recuerda a algún chico en particular? ¿O que mierda?

Okey, ya te pasaste.

Los ojos de Helen se abrieron de par en par y pude ver las sangre inyectada en ellos. Jack de seguro ya se lo venía venir, así que la tomó justo a tiempo para que no saltara de nuevo sobre mi.

—¡ESTÁS MUERTA, PERRA!—gritó en mi cara, y una lágrima recorrió su mejilla.

—¿Sabes quién también está muerto?

—¡NINA, BASTA!— Esta vez el grito fue de Jack. El cual me vió con un rostro que jamás había visto. Era…¿Decepción?—. ¿Que mierda te pasa? ¿Crees que es el puto momento para esto?

—¡Ella empezó!

—NO ME VENGAS CON NIÑADAS, MALDITA—dijo Helen tratando se zafarse de nuevo—. ¡Suéltame, Jack, que la voy a matar!

Vi a Helen, y ahora sí estaba llorando de verdad. Me sentí la perra más desgraciada del mundo.

Lo eres.

¿A favor o en contra?

En contra de tus burradas. Si te pasaste.

—No es momento para nada de esto—dijo Reed desde la entrada a la habitación. Tenía su escopeta en mano y veía por una pequeña abertura—. Han pasado varias veces por este lugar, creo que ya están sospechando de que estamos aquí.

Helen se soltó del agarre de Jack y le indicó con una expresión que estaba bien. Pasó por mi lado (chocando su hombro con el mío por “accidente”) para llegar a dónde estaba Reed.

Jack también pasó por mi lado, no sin antes dedicarme una mirada por detrás de su hombro, en manera de desprecio y dolor, como si le hubiera fallado completamente. Mi corazón se achicharró en ese preciso momento y caí en cuenta que si, la había cagado.

¿APENAS TE ESTAS DANDO CUENTA?

—¿Cuál es la situación?—preguntó Jack a Reed.

—Tres sujetos deambulan cerca de aquí. Aunque estos podrían ser simples vigías, y nos espera un ejército apenas nos vean—respondió Reed.

—Entonces la tarea es que no nos vean—dijo Helen sin parecer afectada—. Tú…—señaló a Jack—…cuidas a tu novia, por mi parte, que se muera y se vaya al infierno.

Helen me vió y después con una señal de Reed abrieron la puerta lentamente, saliendo de manera sigilosa. Jack me observó y yo solo voltee los ojos mientras me acercaba.

—No te alejes mucho…—dijo.

—Me sé defender sola, Jack. Puedes quedarte tranquilo.

Tomé mi pistola y empecé a seguir a los muchachos, dejando a Jack a mis espaldas.

Seguramente se preguntarán, ¿Por qué los trato a todos así? Pues en si, yo tampoco lo sé. Desde que aquel maldito de la sonrisa mandó aquel mensaje y lo escuché hablar, algo en mi me movía, diciéndome que lo asesinara, que lo buscara antes de que se volviera a escapar.

Ese sentimiento de urgencia me hizo noquear a Toby, hablarle así a Helen e ignorar de esta manera a Jack. En esos precisos momentos no me sentía Nina realmente, como si anduviera en piloto automático.

Empezamos a caminar por un pasillo largo y lo suficientemente ancho como para que Helen caminara al lado de Reed y yo al lado de Jack.

Podía sentir que Jack me echaba alguna mirada de vez en cuando, seguramente se preocupaba por mi o alguna mamada parecida, pero realmente no me importaba en ese momento. Solamente estaba pendiente de una cosa, y esa era lo que había al final de esta guarida. Si, lo sé, el plan era salir de aquí, pero seguía intranquila al saber que el Sonrisas iba a poder escapar si no se hacía nada hoy.

No vayas a hacer una locura.

No pensaba hacer nada. Aún.

Tal vez pudiera escapar cuando no me estaban viendo, pero sería algo irresponsable y una estupidez verdadera porque, mientras caminábamos, no la rastreaban decenas de esas cosas de ojos negros. Al menos en grupo podíamos defendernos pero…siento que yo sola no podría contra todos ellos.

Observé a la parte trasera del lugar y no se escuchaba ningún paso. Tampoco habían sonidos ambientales o algún indicio de movimiento a lo lejos. Era como si el sonido se hubiera ido de vacaciones. Me estuve un momento, y una sensación de miedo inundó mi cuerpo, cubriendo con un escalofrío que me puso la piel de gallina.

—¿Nina?— Jack se había detenido junto a mi—. ¿Qué pasa? ¿Escuchaste algo?

—Yo…

—No escuchó nada, Jack, solamente está parando a loca—dijo Helen de manera seria—, vamos, si nos paremos cada vez que ella quiera nos van a terminar asesinando.

Ella siguió caminando y Reed, silencioso como siempre, la siguió a paso lento. Jack me miró de nuevo, ahora sí un poco más atento hacia mi. Sus ojos oscuros aún tenían señales de decepción hacia mi, pero su oscuro brillo había vuelto.

—¿Segura que todo está bien?

—Si—contesté—. Solamente tuve un mal presentimiento.

—En lugares así es normal tener esas malas sensaciones.

—No lo entiendes, es como si…algo se acercara.

¿Me estaba volviendo loca? Esto no era normal, era como la muerte avisándome por medio de un frío susurro que hoy todos íbamos a terminar muertos. Sentía el peso de mil piedras en mis piernas, por eso no me movía a ningún lado, ni siquiera para desviar la mirada.

—Nina, debemos seguir— Jack puso su mano en mi hombro y el peso en mis piernas se disipó un poco—. Si nos quedamos aquí y perdemos a los muchachos, somos blancos fáciles.

Yo solo asentí y me di la vuelta para seguir caminado, pero el sentimiento de terror que tenía en el pecho no sé fue por más que trataba de ignorarlo.

Terminamos llegando a un callejón angosto, uno por uno pasaba y caminábamos en columna hacia la salida de dicho lugar. El olor empezó a volverse menos grato, olía a muerte y a sangre seca. Las cloacas de la ciudad también debían pasar por ahí, porque también había un olor asqueroso a aguas negras.

¿Quien había construido este sitio? ¿Por qué estaba tan descuidado? Era como si no esperaban que alguien pasara por aquí en mucho tiempo. Pensar que el asesino de mi familia vivía en un lugar así, me lo hacía ver incluso más repugnante.

Yo iba de tercera al caminar, ya que Jack se había puesto detrás de mi para proteger mi retaguardia, así que iba detrás de Helen (ya que Reed estaba de primero). La miré y me sentí mal por lo que había dicho.

—Hey…Helen— Me ignoró—. Entiendo que estás molesta por lo que dije y sé que no debí decir lo que dije. Estaba molesta y no lo pensé…de verdad, lo lamento.

—No eres la primera que se burla de la muerte de Milo, niña, no me heriste— Dijo sin voltear—. Así que cállate y sigue caminando.

Me resigné a seguir adelante.

¿De verdad pensabas que ibas a resolver todo con una disculpa? Sabía que eras estúpida, pero no a ese grado.

Ay, ya cállate.

La verdad duele, ¿No?

Concentrada en mis pensamientos (cosa que no es rara) no me doy cuenta que Helen se había detenido y choco con su espalda. Me repongo confundida y veo que ella está viendo hacia arriba, al igual que Reed. Sigo su mirada y me quedo congelada ante tal hallazgo.

Cabello castaño, piel clara, ropa rasgada y muchas heridas en los brazos y en las piernas. Su cabello estaba completa entre deshecho y sus mejillas estaban golpeadas a más no poder. Sus ojos eran ahora solo dos cuencas vacías de dónde escurrían lágrimas oscuras de color carmesí. Se encontraba clavada de manos y pies en la pared, casi llegando a la orilla que la conectaba con el techo. Ella estaba ahí, como una decoración más del lugar.

Ivana.

Caí de rodillas al verla, no pude evitar llorar al verla en ese estado tan deprorable.

—Ya tendrás tiempo de llorar cuando estés con tu familia, te lo aseguro…

Ella debía estar con su familia. Ella debió haber escapado. Ella…ella no tenía que estar aquí.

—¿Nina? ¡Nina!— Jack intentó llamar mi atención, pero no podía dejar de verla. Tenía moretones en todos lados, y su ropa rasgada dejaba ver cada uno de esos lugares. Parte de sus senos se podían apreciar fácilmente, y no traía ninguna clase de ropa interior. La habían humillado de todas las maneras posibles…ese maldito…

—Ella…ella me salvó en la cabaña—dije al final—. Ella…ella estaba conmigo.

Jack vio a Ivana en la pared y después me vió a mi. Helen también parecía estar algo afectada por el estado en que se encontraba ella, ya que alejaba la mirada de allí lo más que podía.

—Ella no merecía esto…—dije ahora viendo al piso. Lágrimas saladas chocaban con el suelo sucio y maloliente—. Ella tenía familia, un novio…pudimos escapar del infierno en que ella estaba, y él solo la hizo sufrir más…

—Nina…debemos seguir—dijo Jack viéndome a los ojos.

—No la quiero dejar ahí…por favor…

—No podemos hacer más nada por ella.

—¡Por favor!

—Nina…

—¡No!— Me levanté y fui hacia ella. Apenas alcanzaba tocar sus pies ensangrentados—. ¡No la pienso dejar! ¡No otra vez!

Reed me toma por los hombros, pero me resisto.

—Nina…—Esta vez es él quien me habla, con algo más de calma—. Tenemos que seguir.

—¡No lo entiendes, Reed! ¡Fue mi culpa!

—No fue tu culpa, Nina.

—¡Me estaba buscando a mi! ¡El maldito me buscaba a mi y por eso la secuestró!—empecé a golpear su pecho con mis dos puños, él no se resistió—. Si no fuera por mi existencia…ella…ella…¡Ella seguiría viva!

Reed me atrajo a sus brazos y me dió un abrazo que jamás olvidaré. Era cálido, seguro, firme, como una casa de bloques en medio de mi tormenta emocional. Empecé a llorar por montón encima de él, mientras que solo me abrazaba y me acariciaba el cabello.

—No fue tu culpa nada de esto, Nina. El destino es cruel y elije a las mejores personas para ser sus víctimas. Solo nos queda honrarlas en un futuro para que sus vidas no sean olvidadas tan fácil— Asiento encima de él sin zafar de su abrazo—. Pero para eso tienes que mantenerte con vida, ¿Okey? Así que sigamos, por ahora.

Me soltó y yo me limpié las lágrimas de manera rápida. Reed fue adelante de nuevo, cuando Helen pasó por mi lado ya no veía tanta molestia en su rostro, más bien, creo que comprendía el sentimiento por el cual pasaba. Una sonrisa de compasión y después siguió con Reed. Jack puso su mano en mi hombro y me dijo que siguieramos, así que eso hicimos.

Después de un buen rato caminando, el pasillo nos llevó a lo que parecía el centro de las cataumbas/alcantarillas. Era algo parecido a un domo, de dónde conectaban varios pasillos igual de estrechos que por el que habiamos llegado. Los pisos estaban húmedos, y aún sin tocarlos podía saber que estaban llenos de moh.

Ese vacío en mi pecho que me indicaba que algo malo iba a suceder no se iba, más bien, se incrementaba. Algo no andaba bien, y no era la única que se daba cuenta. Jack también parecía incomodo y Reed también.

—¿Y ahora por dónde?—pregunté, los demás no supieron que responderme.

—Cualquiera podría llevarnos a la salida—dijo Jack viendo a todos lados.

—O ninguna, en si—siguió Helen, respectivamente.

Un sonido metálico se escuchó desde uno de los pasillos. Todos volteamos de inmediato hacia allí, con las armas en alto.

—Pues no sé a dónde tenemos que ir, pero debemos avanzar—dijo Jack—. Aquí no es seguro.

Tratamos de ir a uno de los pasillos, uno al azar, pero para nuestra sorpresas figuras humanoides empezaron a sobresalir de las sombras. Pasé mi visión a los demás pasillos y la situación era la misma. Eran personas, con los ojos tan negros que parecían vacíos; sus ropas estaban rasgadas y tenían cadenas que arrastraban por el suelo.

—¡Jinetes!—gritó Jack levantando su arma. Al mando de su voz, todos lo invitamos, pero no teníamos en cuenta nuestra retaguardia. Debimos vigilar.

Una mano enorme me atrapó por el cuello desde atrás y me inmovilizó, haciendo que mi arma se cayera. Traté de liberarme, pero si fuerza me ganaba por cientos. Pude ver a mis lados y los muchachos estaban en la misma situación, atrapados por hombres del doble de su tamaño y ojos negros goteantes.

Nos habían atrapado.

¿Este era el fin? ¿De verdad íbamos a morir aquí? Miré a los muchachos mientras el gorila que me tenía atrapada volvía más fuerte su agarre.

—No vayas a matarla, Gabri, no vinimos a este lugar para llevarnos un cadáver.

Esa voz, es maldita voz que me atormentaba en mis peores pesadillas. Él estaba aquí. Miré de donde venía aquella voz y pude ver cómo su cuerpo largo y delgado salía desde la oscuridad. Vestía un traje elegante, negro azabache, con corbata y pañuelo incluído. Su cabello era largo, su piel tan blanca como la de un cadáver en descomposición. Sus ojos brillaban de un dorado que jamás olvidé, y su sonrisa, esa sonrisa maniática que recorría todo su rostro, era algo que atormentaba incluso si la dejabas de ver.

Se paró frente a mi, erguido, empoderado, sabiendo que en este momento tenía el control. En mi pecho tenía la batalla interna de si debía gritar o empezar a llorar, porque este hombre era la manifestacion fisica del infierno que fue mi vida.

—Hola, Nina, es un gusto volver a verte en persona—dijo sonriendo eternamente, viendo directamente a mis ojos.

Le escupí en la cara. En ese momento no pensé que tenía a un maldito agarrándome por el cuello, tentado en romper mi tráquea de un movimiento, tenía en frente al condenado que asesino a las personas que yo más quería. No iba a actuar sumisa ante alguien así.

Él se alejó unos pasos hacia atrás. Sentí como mi cuello se apretaba un poco más y el oxigeno entraba con dificultad a mis pulmones. Él sacó su pañuelo y se limpió el rostro, también le hizo una seña al tal Gabri para que liberara un poco el agarre que tenía sobre mi. Sentí alivio en mi cuello de nuevo y respiré desesperada el oxígeno maloliente.

—Es entendible que no te sientas a gusto con mi presencia, por eso pasaré por alto esta actitud.

—¡Sueltenla!—gritó Jack por su lado, casi liberandose, pero a su vez siento derribado por el gorila que lo tenía agarrado, quedando en el piso, inmóvil—¡Si le llegas a hacer algo, te juro qué…!

—Tranquilo, señor Miller, no pienso lastimar a la pequeña hada— Ese maldito apodo…—. Si hubiera querido matarla, ya lo habría hecho.

Después de decir esto, me miró fijamente, viendo de arriba a abajo con interés. ¿Interés por qué? Esa era la verdadera pregunta, de la cual no tenía una respuesta clara.

—¿Quien mierda eres?—pregunté, Él solo sonrió, risueño.

—Soy un salvador, señorita, un apóstol de la evolución.

—¿Evolución?

—Si. Seguramente debió aprender sobre ella en la escuela. La fuerza de la naturaleza que impulsa a las especies a adaptarse a su entorno, volviendolas más fuertes, más duraderas, más divinas— Empezó a caminar de un lado a otro, tal cual como lo haría un predicador en una iglesia—. Todas las especies de nuestro planeta han sucumbido ante esta fuerza natural, para mejorar, incluso la humanidad. El ser humano ha pasado de tener una vil cola a ser lo suficientemente avanzados intelectualmente como para seguir viviendo a base de máquinas.

»Pero el ser humano es el único ser vivo de la tierra que además de evolucionar, involuciona, tanto física como intelectualmente. Nos hemos quedado congelados en un escalón, pensando que somos los más desarrollados pero no, somos simples hormigas a comparación con lo que podríamos ser. Soy un cientifico, señorita Jhonson, y tengo bien en claro que podemos ser más, mucho más— Su mirada era determinada, no titubeaba ante su punto—. Yo puedo hacer que todos evolucionen a su mejor versión, un ser humano capaz de sobrevivir a todo lo que se le presente, la evolución es una mejor expresión.

—¿Y como piensas lograr esa evolución bajo tus propios medios?— La pregunta vino de Reed, el cual estaba calmado a pesar de la situación en la que se encontraba—. Esa clase de fuerzas no se pueden regir con mandos humanos, es algo que sucede simplemente. ¿Cómo puedes ser apóstol de algo que no puedes controlar?

—Señor Murphy, usted es militar, ¿Cierto?

—Ya lo debes saber, supongo que sabes mucho sobre nuestros expedientes.

—Demasiado. Bueno, usted fue militar, uno muy dedicado en su labor. Los entrenamientos son para volverlos los mejores soldados que su ejército pueda tener, y eso, indirectamente, es evolución. Lamentablemente, es una evolución incompleta porque, a pesar de ser más fuertes y resistentes, siguen siendo la misma especie débil. Yo encontré la manera de llevarlos a otro nivel.

—¿Cómo?—preguntó Reed, en su cara podía ver la confusión.

—Hay seres allá afuera más allá de nuestra comprensión, señor Murphy, seres que han estado incluso antes de que nosotros pensáramos existir.

Recordé de golpe la historia que me contó El Jefe, sobre su amigo que se volvió loco por culpa de alguna entidad. No, no que se volvió loco, lo habían poseido. Tal vez no sonaba muy creíble, pero al parecer su locura recaía en la existencia de esos seres que nombraba.

—¿Hablas de ese tal Tenebrios?—dije en voz alta. Reed, Helen y Jack me vieron confundidos, mientras que Él volteó rápidamente, algo sorprendido.

—Hacia mucho tiempo que no me llamaban con ese nombre—confesó casi risueño—. ¿Quién te lo dijo?

—Sé muchas cosas, idiota—dije. Él se acercó hacia mi—. Y también sé que tu tarea no es ayudarnos a todos, sino destruirnos.

—En parte tienes razón, pequeña hada, pero en parte te equivocas. Soy alguien que odia las mentiras, y realmente no les miento. Mi objetivo aquí es ayudar a qué pisen un nuevo escalón en la evolución de las especies, pero tampoco se nos puede olvidar algo, la supervivencia del más apto.

»Cuando una especie evoluciona, otras especies se tienen que quedar atrás, así como el neandertal y el homo sapiens. El homo sapiens era más apto para sobrevivir en el nuevo mundo, así que la especie que se quedó atrás y se extinguió, fueron sacrificios dignos para la evolución. Solo pueden sobrevivir algunos pocos para que la especie más apta predomine.

—¿Me estás diciendo que vas a matar a gente hasta que queden solamente los que tú piensas que pueden ser aptos? Eso no es evolución, eso es genocidio.

—Para las especies inferiores siempre la evolución es vista como extinción, por eso tratan de huir de ella, pero lo que no saben es que la visión de una muerte inevitable es lo que impulsa a su alma a avanzar. Es lo que los vuelve la mejor versión de ellos mismos.

—Estás demente. ¿Entonces por qué no nos matas de una sola vez? ¿Por qué no me mataste a mi aquel día?

—Porque cuando te vi, llena de la sangre de aquella gente tan débil, dandome la cara a pesar de estar muerta de miedo, pude observar en tus pupilas esa hambre de supervivencia. Eres la evolución en persona, Nina, te adaptas a tu entorno para poder sobrevivir y no morir.

—¿Y mi familia no lo era?—pregunté casi llorando— ¿Por qué los mataste? ¿Simple diversión?

—Eran sacrificios—dijo sin un rastro de culpa—. No fue nada personal, pero eran débiles, no merecían permanecer en este mundo.

Sacrificios…solo eso.

—Pero tú…—siguió—…tú has sobrevivido a pesar de todo lo que ha pasado. Te adaptaste a tu nueva familia, te adaptaste cuando te mandé a buscar por ese criminal, te adaptaste cuando estuviste con los Jinetes. Eres como uno de los pinzones de Darwin, adaptándose y evolucionando de distintas maneras para poder sobrevivir.

—¿Y qué mierda te dijo que yo quería todo esto? ¡Fui obligada a sobrevivir! No soy una maldita sobreviviente, solo soy una persona que tuvo una pésima suerte en la vida.

—Pues eso precisamente es lo que te hace perfecta para ser mi próximo escalon hacia la evolución definitiva.

Se dió la vuelta e hizo una seña al aire. El gorila de atrás me soltó de golpe, y como no estaba preparada terminé en el suelo. Pensaba tomar mi navaja con mi mano derecha, matarlo ahí mismo, sin pensarlo ni dudarlo, pero él habló antes de que pudiera hacer otro movimiento.

—Te solté solamente porque pienso que eres alguien entendida. Tú estás libre, pero tus amigos aún no lo están, así que un movimiento en falso y todos ellos terminaran con él cuello roto, por tu culpa.

Abrí los ojos como platos.

—¡No le hagas caso, niña!—gritó Helen por su parte—¡Cortale el cuello!— Le dieron un golpe en el rostro para callarla apenas dijo eso.

—La oferta es la misma que la de antes. Si te vas conmigo, tus amigos podrán seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado. En cambio, si no vienes, igual te llevaré, pero mataré a cada uno, frente a ti— Me vió por encima de su hombro—. Y será toda tu culpa.

—Nina—habló Jack, y lo miré—. No le hagas caso, solo te está…— El gorila que lo tenía agarrado hizo más presión contra el suelo, y lo hizo quejarse—…solo está manipulandote.

—¿Crees que es manipulación?— Cuando regresé la mirada, Él estaba frente a mi, muy cerca. Su sola presencia era demasiado imponente. ¿Así se sentía tener a la muerte frente a ti?

Él hizo una señal y los gorilas sacaron navajas de no sé dónde y las apuntaron hacía los cuellos de cada uno de mis amigos. Lo hacían con tanta fuerza que sabía que si se movian por error, terminarían desangrados en el suelo.

—Soy bien capaz de asesinarlos sin ningún peso de conciencia, ya que realmente la única que me interesa eres tú, Nina—. Sus ojos eran siniestros al decir esas palabras, no estaba mintiendo cuando decía que iba a matar a los que fueran necesarios—. ¿No me crees dispuesto a asesinar? ¿Acaso no encontraste el regalo que coloqué en la puerta para ti?

Retrocedí unos pasos cuando dijo eso.

—I-Ivana…

—Ah si, así se llamaba. Realmente lamentable, era muy fuerte la muchacha, tal vez habría sobrevivido al proceso de evolución…pero necesitaba información y sinceramente mi objetivo no era ella.

—¿Era necesario hacerla sufrir tanto?

—No, pero admito que lo disfruté. Sus gritos, sus súplicas, estoy seguro que aún cuando no llegué a corromperla sexualmente, suplicaba al cielo para que su agonía acabara.

—Eres un monstruo.

—No soy un monstruo, solamente que no has entendido mi visión—extendió su mano hacia todos los que nos rodeaban—. ¿Ves esto? Todos ellos han ido evolucionando, adaptándose, para lograr su mejor versión.

—Ellos no decidieron estar aquí, no decidieron dejar sus vidas para estar en tu estúpido juego macabro.

—Pues no, pero la evolución no avisa ni pide permiso para actuar, ¿Por qué yo lo haría?— Me vió desde arriba de nuevo, y me ofreció su mano, como un caballero con elegancia—. Ahora, tienes que decidir, ¿sus vidas o la tuya?

Miré su mano. Tenía un guante blanco que la cubria, pero por los pliegues de su manga pude ver su piel pálida subiera de venas violetas. Estaba prácticamente muerto en vida, pero aún así parecía capaz de asesinarme sin mucho esfuerzo. Algo me decía que no podía ganar esta pelea, no importaba que tan fuerte pudiera luchar.

—¡Nina, no le hagas caso!— Gritaba Jack desde el suelo, parecía un animal amarrado— ¡Solo está jugando contigo!

—Primero, que lo levanten del suelo—dije. Él levantó una ceja, pero indicó al sujeto que lo tenía que lo levantara, y así hizo, quedando Jack levantado, pero moviéndose para liberarse, en vano. Me acerqué a Jack lentamente, y lo ví a los ojos…su brillo era algo que jamás había apreciado en mi vida, es curioso que justo en este momento se veía incluso más hermoso—. Muchas gracias por todo, nunca olvidaré todo lo que hicieron por mi.

—Nina, por favor, podemos salir de aquí, no tienes que…

—No hay manera, Jack. Se acabó el juego—volví a dónde estaba y mire directo al de los ojos dorados—. Si me voy contigo voluntariamente, ¿Los vas a dejar libres?

—Soy un hombre de palabra.

—Entonces vamos.

—¡NINA, NOO!— El grito de Jack era desgarrador, pero no había vuelta atrás. Tomé la mano de Él y me atrajo hacia sí mismo, inyectando sin que me diera cuenta como, en el brazo, alguna clase de sustancia.

Mis ojos empezaron a volverse pesados, y mis piernas se rindieron. Alguien me atrapó, no sé quién fue, pero sus brazos eran lo suficientemente fuertes como para que no cayera al suelo de nuevo.

—Tranquila, pequeña hada, vamos a ir a casa.

Y así, sin más, cerré los ojos, rindiendome ante todo. No sabía lo que iba a pasar…pero ya no podía dar más de mi. Era el final.

Habíamos perdido.

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Próximamente, Capítulo final (?)

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