Capítulo 1
Jane
—Tienes algo que decir al respecto? -Preguntó mi madre mientras conducía llevándonos a casa.-
Su voz me sacó de mis pensamientos y me limité a mirarla negando levemente con la cabeza.
—Estoy agotada por el trabajo mamá, eso es todo. -Ella me miró de reojo.-
—Eso no justifica tus tardanzas. -Prosiguió.-
Aquí vamos de nuevo.
—Mamá, ya te dije que quiero empezar a independizarme, es por eso que conseguí un trabajo, llego a las 12:00a.m a casa, es obvio que voy a estar agotada. -Dije con un leve tono de molestia en mi voz, era como la décima cuarta vez que hablábamos del mismo tema.-
—Ese trabajo está afectando tu rendimiento académico, mira cómo has llegado tarde por tercera vez Jane. -Me miró y yo solo me encogí en mi lugar, pues no pienso justificarlo con... eso.-
Ella suspiró con pesadez y siguió con sus reclamos y disgustos mientras yo callaba, pues cada vez que yo respondía terminábamos en una discusión y sinceramente no estaba de humor para eso.
El resto del camino a casa fue silencioso y le agradecía a Dios y al cielo que haya sido así, hoy ha sido un día pésimo.
Bajé del auto tan pronto llegamos y entré a la casa con las manos en los bolsillos de la chaqueta del uniforme, ya hacía algo de frío.
- Papá vendrá? - Pregunté deteniéndome a medio camino en el medio de la sala.-
La mirada desganada y cansada de mi madre lo confirmó todo.
- Tenía mucho trabajo, dijo que vendría para la cena.- Sin más me limité a asentir y subir a mi cuarto.-
La relación entre mi madre y yo era extraña y tensa, desde que los problemas con mi padre surgieron, es como si hubiesen surgido conmigo también, ya no existen esas antiguas charlas entre ella y yo, ya no existe la confianza o ese fuerte lazo madre e hija que nos unía, ahora pocas veces hablamos de algo más que lo típico y casi siempre tiene algo que reprocharme.
No soy más que una adolescente de baja autoestima que tiene una escasa vida social, con una familia rota que intenta aparentar lo contrario y un futuro indefinido.
Me dispuse a quítarme el uniforme y empezé por quitarme los zapatos y las medias revelando la gasa alrededor de mi tobillo derecho.
Una mueca de dolor invadió mi rostro en el momento en que empezé a quitarla lentamente, las heridas aún estaban frescas y a flor de piel, cojeando me dirigí al baño y terminé de quitarme el uniforme para luego alzar mi cabello en un moño descuidado y tomar una ducha rápida.
Me sequé y me puse la ropa interior para luego buscar algo de alcohol, algodón y nuevas gasas para mí tobillo, cuando el sonido la puerta siendo tocada me hizo parar en seco.
Jane, la comida ya está lista! - Anunció mi madre desde el otro lado de la puerta.-
Mierda.
- Ya voy! - Dije mientras trataba de esconder rápidamente el alcohol y todo lo demás pero ya era muy tarde, para cuando intenté tirarlo mi madre ya había entrado por la puerta.-
- Jane date Pris... Por Dios! - Dijo ella acercándose a mí y tomándome del brazo ocasionando que hiciera una mueca de dolor.-
- Que ha pasado!? - Prosiguió mirando los moretones en mis brazos para luego dirigir su vista a mi tobillo.-
- Mamá, no es nada... - Dije tratando de soltarme de su agarre sin embrago no pude, ni me atreví a mirarla.-
- Como que no es nada!? Qué es lo que ha pasado!? Mírate! Parece como si hubieses sido molida a golpes! -Dijo alzando la voz y sonando preocupada.-
Si no la conociera, le hubiese creído.
- Eso fué... fué un accidente... me golpearon con la pelota en gimnasia y esto pasó. - Dije refiriéndome a los moretones en mis brazos y busque que ponerme rápidamente soltándome de su incomodo agarre.-
- Y que pasó con tu tobillo? -Preguntó más calmada esta vez pero aún con un deje frustrado e incrédulo en su voz.-
- Me caí en el trabajo... y pedazos de cristal volaron por todas partes hiriéndome... Eso es todo. - Dije poniéndome una camiseta gris varias tallas más grande que yo y mis shorts de pijama.-
- Jane... -Me miró de forma reprobatoria.-
- Mamá, estoy bien! Sabes lo torpe que soy, fue accidentalmente! -Dije más alterada esta vez.-
- Es que esto no es normal! -Dijo ella alterándose y empezando a caminar de un lado a otro en la habitación.-
- Para ti nada es normal. - Dije en tono bajo y resentido.-
- Y para ti todo lo es! Voy a llamar a la escuela y voy a averiguar qué está pasando! -Gritó y abrí mis ojos como platos.-
- Mamá, no! -Dije y ella se dió la vuelta mirándome.-
Piensa, Piensa!
- Que!? - Dijo ella mirándome con sus ojos llenos de ira y frustración.-
- Es que.. No quiero más problemas, me han dicho que si hay una queja más me expulsarán, por favor, te juro que eso es lo que pasó... -Dije sintiéndome como el peor ser del planeta por mentir así.-
Me iré al infierno.
- No sé qué pensar! Ya Nisiquiera me cuentas nada, no sé qué es real y que no! -Medio gritó pasando una mano por su pelo de manera frustrada.-
Somos dos.
- Te recuerdo que es gracias a ti que ya no lo hago! - Chillé dolida esta vez.- Me creas
o no... eso es lo que pasó!
- Dime la verdad Jane! Porque estoy cansada de que me mientas! Algo más ha ocurrido, té conozco! -Dijo ella gritando ocasionando que las venas de su cuello se notaran.-
- De verdad me conoces mamá? -Pregunté mirándola y pude ver algo en su mirada, dolor tal vez?-
No, nadie siente dolor por ti.
Un silencio llenó la estancia y el nudo en mi garganta estaba a punto de hacer que me derrumbara, pero ni una sola lágrima fué derramada.
- Estás castigada. -Murmuró y sin más salió de mi cuarto dando un fuerte portazo y dejándome a punto de colapsar.-
Una lágrima se resbaló por mi mejilla esta vez y cerré los ojos con fuerza haciendo varias más resbalar por mi rostro, tiré todo lo que estaba en el tocador, me deje caer en la cama en posición fetal y dejé salir todas las lágrimas que he estado acumulando por meses, ya no podía más, esto era un infierno.
***
Horas más tarde;
Terminé de acomodar el cuello de la camisa color rojo vino con negro del uniforme con el logo del "The black pearl" y me hice una coleta en el pelo para luego tomar mis llaves, celular y darme un último vistazo en el espejo, mis ojos antes azul como el océano ahora eran de un azul más triste y apagado, estaban levemente irritados y rojizos de tanto llorar.
Mi madre no estaba por ningún lado y vi una nota encima de la repisa al bajar.
"La cena está dentro del microondas, simplemente caliéntala. Tu Padre no pudo venir y a mí me surgió algo en el trabajo."
-Mamá.
Arrugué el papel y lo tiré a la basura reanudando mi marcha hacia la salida, cerré con llave y me dirigí al trabajo.
Caminaba por las calles frías de Holmes Chapel y me sujeté más a mi abrigo en el camino, y mientras avanzaba, los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior inundaron mi mente y no pude evitar decirme a mí misma cual jodida estaba mi vida.
De la nada y cómo por arte de magia de no se que clase, choqué con alguien.
- Oh, Disculpa. -Dijo una ronca y profunda voz haciendo que levantara la vista, encontrándome con los ojos más hermosos que alguna vez vi y con un alto chico de cabello oscuro levemente alborotado y algo corto hacia arriba.-
Dios mío.
- N-no... Y-yo... -murmuré apenas formulando algo estupido e incoherente.-
El chico frunció el ceño pero tenía un pequeño deje de diversión en su rostro.
- Quiero decir, Dios! No, discúlpame a mi, venía distraída. -Dije sintiéndome como el ser más idiota del planeta en esos instantes.-
Una leve risa por parte del atractivo chico hizo que la respiración me faltara por una milésima de segundo.
- No hay problema, pero, ten más cuidado, hubiese podido ser algún maleante y no un chico normal rumbo a casa. -Dijo haciendo que la piel se me erizara.-
Yo solo asentí en mi lugar sintiendo mis mejillas arder.
- Soy Harry, por cierto. Harry Styles. - Dijo extendiéndome su mano a lo que yo saqué la mía del bolsillo de mi abrigo y la agité levemente.-
Harry Styles... Donde he escuchado ese nombre antes?
Él me miró a los ojos y rápidamente retiré mi mano de la suya y desvíe la mirada, por alguna extraña razón no se sentía bien, era un sentimiento extraño.
- Bueno Harry, fue un placer conocerte...
pero tengo que irme. -Dije mirando el reloj de mi muñeca y rogando por alejarme de allí lo más pronto posible.-
- Si quieres te acompaño, así no vas sola a casa, además vivo cerca. -Dijo él sin apartar su penetrante vista de mi.-
- N-no hace falta, esque, voy a mi trabajo así qué, lo siento pero... adiós. -Dije dando un leve asentimiento con la cabeza en forma de despedida y dándome la vuelta para reanudar mi camino.-
- Cuídate. -Murmuró y me di la vuelta para agradecerle, pero él ya no estaba ahí.-
Qué extraño.
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