
Capítulo 3.
Uma.
Mal y el hombre se sobresaltaron al oír mi voz en aquel lugar, pues de seguro creían que su secreto jamás sería descubierto, y menos por alguien como yo.
—Ustedes dos tienen mucho que hablar, así que será mejor que yo... les de algo de espacio. Pero no griten mucho, no quiero que despierten a mis niñas. —Nos advirtió Yen Sid antes de dirigirse hacia la salida del sótano, dejándonos solas.
La chica de cabello morado suspiró, comenzando a caminar en circulos, evitando mirarme a los ojos.
—Empieza a hablar, Igna. —Exigí, cruzándome de brazos, caminando hacia ella. — ¡¿Qué demonios significa todo esto!?
—Te aseguro que tiene una explicación lógica. —Se justificó la ojiverde antes de morderse el labio inferior.
Alcé una ceja, tenía mucha intriga, pero que la chica no me dijera nada me ponía mas ansiosa.
— ¿Y cuál es? —Cuestioné, ladeando mi cabeza. La VK abrió la boca para contestar, pero me apresuré a interrumpirla—: ¿Que desenterraste el cuerpo de tu sobrina del cementerio y lo escondiste aquí como la pariente demente que eres? —Propuse, Mal bufó.
— ¡No! —Alzó la voz la descendiente de Maléfica, sus ojos brillaron por un par de segundos, pero respiró hondo para calmarse y aquel brillo desapareció. —Después de lo que le pasó... No podía quedarme de brazos cruzados, todo fue mi culpa, tenía que intentar... Yo solo quería... No puedo dejarla morir; Uma. —Dijo finalmente y bajó la mirada, nerviosa.
Volví a observarla, procesando aquellas palabras, pues aún no podía creer lo que veía frente a mis ojos.
—Wow... Sí que estas loca. —Afirmé, soltando una pequeña risita y recibiendo una mirada llena de desaprobación por parte de la ojiverde. —Estas perdiendo tu tiempo, Mal, ella... No resistió.
— ¡No puede ser muy tarde! —Gritó Mal, quien comenzó a llorar. —Esta así por mi culpa, ella no merecía esto, tiene que haber una manera de... recuperarla. —Sollozó y entonces la rodeé con mis brazos, tratando de consolarla.
—Ya es tarde, 5 años tarde. —Repliqué en su oído. —Tienes que dejarla ir. No puedes culparte por lo que le sucedió, Audrey sabía que no debía recurrir a Ariana y lo hizo de todas maneras, ella no pudo dejar de lado su oscuridad. —Murmuré.
— ¡No me importa que hayan pasado cinco meses, cinco años o cinco siglos, Uma! ¡Eso no cambia el hecho de que yo le hice esto, yo la forcé a convertirse en alguien que definitivamente ella no estaba destinada a ser! —Insistió la ex reina de Auradon, entre sollozos. —No puedo dejarla ir, ella hizo todo esto porque no le dejé otra opción, arruiné su vida hasta que la destruí, Uma; no puedo perdonarme por todo el daño que le causé. —Se lamentó la ojiverde, completamente rota en mis brazos.
Luego de oír esas explicaciones, sequé las lágrimas de la chica de cabello morado y me aparté para dirigirme hacia la camilla, en donde la hija de Aurora descansaba. Miré sus muñecas, en las que aun tenía aquellas extrañas pulseras que Mal le había puesto hace apenas unos momentos.
— ¿Para qué es esto? —La interrogué, frunciendo mi ceño.
—Son pulseras mágicas, hechas con pétalos de flores que solo crecen en Nunca Jamás cada cierto tiempo, fue muy difícil conseguirlas. —Explicó la chica de cabello morado, acercándose hacia donde estaba. —Mi plan es transferirle un poco de mis poderes mágicos a Audrey, para poder despertarla, pero no se si funcione porque aquí hay poca magia. Tengo que cantar una canción mientras hago esto.
— ¿Quién te crees que eres? ¿Mi madre, usando la voz robada de Ariel para seducir al príncipe Eric? Eso es ridículo... —Volví a burlarme, riendo nuevamente, la VK me dio un codazo que le devolví para ponerla en su lugar. —Pero es la única opción que tienes, ok, adelante. —Añadí, retrocediendo un poco para darle algo de espacio.
—Yo... —Susurró Mal, tomando las manos de la princesa y entrelazando sus dedos. —...no se si podré.
— ¿¡Me estas hablando en serio!? Ugh, realmente tienes suerte de que yo te haya descubierto, Igna. —Exclamé, rodando los ojos para luego tomar asiento delante de un piano que había en aquel lugar, comenzando a tocar. —Empieza a cantar con el corazón, deja que la música te guie.
Al fin todo el tiempo que pase tocando el piano durante mis ratos libres en el bar de mi madre vale la pena, pensé.
Mal.
—Here's the one thing I want you to know, you got someplace to go. —Comencé a cantar, cerrando los ojos, tal vez por miedo a enfrentar la realidad; o tal vez para concentrarme. Recordaba el momento exacto en el que había conocido a la hija de Aurora, hace años. —Life's a test, yes, but you go toe to toe, you don't give up, no, you grow.
—And you use your pain, 'cause it makes you you, you got living to do. —Seguí, acordándome de la vez que ella quiso secuestrarme para robarme mi trono, y como consecuencia; la envié a la cárcel. —And I just want you to do it, so get up, get out, relight that spark, you know the rest by heart.
—Wake up, wake up, if it's all you do, look out, look inside of you, it's not what you lost, it's what you'll gain, raising your voice to the rain, wake up your dream and make it true. —Dije abriendo los ojos para ver si había algún cambio en Audrey, pero ella seguía igual. —Look out, look inside of you, it's not what you lost, relight that spark, time to come out of the dark, wake up, wake up.
—Better wake those demons, just look them in the eye, no reason not to try. —La alenté, realmente necesitaba que esto funcionara, no solo por mí; sino por Aurora, por Dizzy, por toda mi familia. Por todos los que habíamos sufrido al perderla. —Life can be a mess, I won't let it cloud my mind, I'll let my fingers fly.
—And I use the pain 'cause it's part of me, and I'm ready to power through it, gonna find the strength, find the melody. —Insistí, recordando el momento en el que había descubierto que ella había secuestrado a Alex cuando era una bebe y nadie me creía. —'Cause you showed me how to do it, get up, get out, relight that spark, you know the rest by heart.
—Wake up, wake up, if it's all you do, look out, look inside of you, it's not what you lost, it's what you'll gain, raising your voice to the rain, wake up your dream and make it true. —Dije mientras intentaba mantener la esperanza, sin soltarla en ningún momento. —Look out, look inside of you, it's not what you lost, relight that spark, time to come out of the dark, wake up, wake up. —Supliqué, tratando de no llorar de nuevo.
—So wake that spirit, spirit, I wanna hear it, hear it. —Rogué, recordando como ella había luchado con todas sus fuerzas para ya no ser controlada por Ariana hasta perder la consciencia, y a diferencia de mi esposo; ella ya no había sido capaz de abrir los ojos nuevamente. —No need to fear it, you're not alone, you're gonna find your way home.
—Wake up, wake up, if it's all you do, look out, look inside of you, it's not what you lost, it's what you'll gain, raising your voice to the rain, wake up your dream and make it true. —Dije pero esos malditos pétalos de mierda ni siquiera brillaban mágicamente, vaya porquería, había gastado un viaje en helicóptero absolutamente en vano. —Look out, look inside of you, when you're feeling lost, relight that spark, time to come out of the dark, wake up, wake up.
Uma.
Cuando Mal terminó de cantar, dejé de tocar el piano y ladeé mi cabeza, mientras me levantaba y caminaba hacia ellas.
—Ok... Eso fue una gran decepción, tal vez tiene que ver con que todavía consideras que todo lo que provenga de Nunca Jamás es algo malo, y eso es en parte por mi culpa... o debería decir nuestra culpa. —Exclamé, señalándome y luego dirigiendo mi dedo acusador hacia la princesa de Auroria. —Además, hay poca magia aquí, eso junto con tus emociones negativas deben complicar mucho mas todo esto. Si quieres despertarla, hay que sacarla de aquí, llevarla a Auradon y decir la verdad. Aurora merece saber que su hija sigue respi... Oh, no... Quiero decir que... Aurora merece saber que tú sigues luchando por su hija.
— ¿Así que ahora sí es mi culpa? —Puntualizó la ojiverde, soltando a la joven y llevándose ambas manos a sus caderas, seria. — ¡No! No podemos llevarla al reino. Aquí es el único lugar en donde está a salvo, nadie sospecharía que esta aquí, por eso la trajimos. Mi hermana es la última persona que debe enterarse sobre esto. Además, aquí nadie puede hacerle daño, ella está cerca; puedo sentirlo... —Añadió, sabia a quien se refería: Ariana.
—No quise decir eso. —Repliqué, negando levemente con la cabeza, para luego suspirar. Siempre había sido terca, por eso se metía en tantos problemas, pero no iba a decírselo... al menos no esta vez. —Tu familia tiene todo el derecho del mundo de enterarse de lo que hiciste sin su consentimiento, Mal. ¿Sabes quien está más cerca de Audrey que ella? Celia y Freddie, así que realmente no está segura aquí, si quieres hacer las cosas bien; llevémosla a Auradon.
—No voy a exponerla así, es un gran riesgo que no estoy dispuesta a correr. Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que esas dos se queden aquí, de ninguna manera pueden ser seleccionadas para el Programa de los VKs. —Sentenció Mal, asentí con la cabeza, pues tenía razón con respecto a lo último. Esas dos nunca habían sido personas de confianza –a pesar del pasado que Freddie y yo habíamos tenido– y no necesitábamos que ambas iniciaran más problemas en el reino. —Ahora, ¿puedes tratar de llegar hasta Audrey?
—Hay poca magia aquí, pero... Supongo que tal vez pueda usarla para tratar de ver qué sucede con ella. —Murmuré para entonces hacer brillar mi collar mientras tomaba la fría mano de Audrey, tratando de llegar hacia ella, cerré los ojos y traté de concentrarme, pero había algo extraño y podía sentirlo.
« ¿Audrey? ¿Me escuchas? » pensé cuando aparecí en una habitación completamente negra, en la que parecía estar sola.
« ¿Uma? » me llamó una voz a sus espaldas y me giré para encontrarme con la princesa a varios metros de distancia, corrí para alcanzarla pero algo me lo impidió: una pared invisible. «Tienes que liberarme, por favor, no soporto estar aquí».
«Audrey, cálmate, a eso vine; pero ¿cómo terminaste encerrada en tu propia mente?» la interrogué, confundida.
«Yo tampoco lo entiendo... Pero aparecí aquí cuando Ariana me arrancó el corazón y me estuvo controlando desde entonces, quise pedir ayuda, pero nadie me oía. Podía ver todo lo que estaba pasando durante el ultimo día en el que se enfrentaron a Ariana, traté de luchar pero cuando me desmaye, tú creíste que yo estaba muerta. Yo intentaba decirte que estaba viva, estaba gritando ¿No puedes verme? ¿De verdad no puedes verme? Mírame, no puedo moverme pero aún estoy aquí. No podían oírme, ella hizo que mis pedidos de auxilio no fueran escuchados, creí que iban a olvidarse de mí porque después de todo lo que les he hecho durante todos estos años; eso es lo mínimo que merezco» explicó la castaña con lágrimas en los ojos «Todos me dieron por muerta pero no es así, tengo asuntos pendientes que solucionar, ayúdame por favor» suplicó desesperada.
«Lo haré, pero tienes que mantenerte positiva, ¿ok?» accedí, le sonreí amablemente. «Te haré despertar» fue lo último que dije antes de que todo a mi alrededor comenzara a desaparecer y abrí los ojos, soltando la mano de Audrey.
— ¿Qué sucedió? —Preguntó la ojiverde. — ¿Pudiste llegar a ella?
—Sí, averiguë la razón por la que no puede regresar a la vida. —Dije, tomando las manos de la chica de cabello morado. —Tenemos que recuperar el corazón robado de Audrey.
Alex.
A pesar de que era bastante tarde, no podía conciliar el sueño, tenía mucho trabajo que hacer y poco tiempo para realizarlo; pero sabía que todo el trabajo que hacía era para el beneficio de mi gente, por lo tanto, valía la pena.
Estaba sentada frente al escritorio que había en mi habitación, tomando un documento que había redactado Evie, para la aplicación del Dia de los VKs. Tenía que leerla, encontrar fallas –si es que había alguna– y cambiar lo que considerara necesario para luego aprobar aquel papel, para que se imprimieran las copias y se distribuyeran en la Isla de los Perdidos.
Acomodé mi cabello y estaba a punto de ponerme a leer cuando alguien golpeó la puerta de mi cuarto.
—Pase.
Mi hermano entró, a pesar de que era tarde, y cerró la puerta con su pie antes de acercarse a mí.
—Hey, suponía que te quedarías despierta hasta tarde trabajando, así que te traje un café y un pequeño regalo como forma de agradecimiento por liberar a la Isla. —Exclamó Jace, sacando un accesorio del bolsillo de su pantalón y entregándomelo. Era un brazalete con un dije de un candado, bastante simple pero hermoso. —Tú tienes eso y yo tengo la pulsera con el dije de una llave. —Añadió, pude ver el accesorio que llevaba en la muñeca.
—Bueno, muchísimas gracias, no era necesario que hicieras todo eso por mí pero sí lo aprecio. —Exclamé con una sonrisa, haciéndole un gesto para que dejara la bebida en el escritorio mientras yo me colocaba el brazalete.
—Con cuidado para no ensuciar ningún papel importante. —Murmuró el príncipe, depositando el café sobre el escritorio y observando el documento que yo misma estaba por leer. — ¿Así que esta es la aplicación para el evento de los VKs? ¿Aceptarán cuatro?
—Oh, sí, es esa. Y Evie sugirió que sean cuatro, ya sabes, por los core four. —Aclaré para luego morder mi labio inferior.
—Me pareció escuchar que están hablando de la mejor diseñadora de todo Auradon. —Se oyó una voz a nuestras espaldas y los dos nos giramos para percatarnos de que mí mejor amiga acababa de entrar por la ventana, cerrando la misma y caminando hacia nosotros. —Mi mamá es la reina de la moda, lo que me convierte en princesa. —Dijo con diversión, haciendo una reverencia que me hizo reír.
— ¡Soff! —La saludé en un tono de voz bastante alto, lo cual hizo que me sonrojara. —Estas aquí, estás aquí.
— ¡Y también estoy aquí y aquí! —Me dijo ella, señalando mi cabeza y mi corazón, lo cual logró que me sonrojara todavía más.
— ¡Yo estoy retirándome de aquí! —Se despidió Jace con fingida emoción, caminando hacia la puerta y abriendo la misma, pero nos miró. —No se duerman muy tarde. —Nos aconsejó antes de irse, cerrando la puerta con suavidad.
— ¿Qué hacías? —Dudó mi vecina, abrazándome por detrás y dándome un beso en la cabeza, sonreí con ternura.
—Estaba por leer el documento que Evie redactó, ¿quieres que te lo lea en voz alta? —Cuestioné, la recién llegada asintió con la cabeza y tomé el papel. — « ¡Chicos de la Isla de los Perdidos! La Reina Alex te invita a ti a conocerla a ella y a los otros VKs que anteriormente vivían en la Isla en Auradon Prep para inscribirte para el próximo año escolar. Al completar este formulario de solicitud, serás elegible para formar parte del segundo grupo de VKs que ayudarán a reunir nuestro reino dividido. Completa este formulario con la mayor precisión posible. Nuestro objetivo es dar la bienvenida a todos los niños de la Isla de los Perdidos lo antes posible. En este momento, sin embargo, solo aceptaremos cuatro más. La familia real te pide que seas confiable, sincero y que siempre hables desde tu corazón. Con el tiempo, estaremos todos juntos como una sola nación. ¡Tu valentía al presentarte como voluntario para este programa hará que este día este cada vez más cerca! ¡La mejor de las suertes! » y luego completan los datos que se piden.
Jace.
Una vez que abandone el cuarto de mi media hermana, empecé a caminar por el pasillo, sabiendo perfectamente a donde me dirigía.
—Well, you look like yourself, but you're somebody else, only it ain't on the surface. —Tarareé mientras avanzaba por el pasillo oscuro, sabiendo que no debía preocuparme porque papá estaba durmiendo, Alex estaba muy ocupada con su mejor amiga; y Mal... Bueno, ella no importaba realmente. —Well you talk like yourself, no, I hear someone else though, now you're making me nervous. —Murmuré cuando finalmente me detuve frente a lo que parecía ser una pared vacía, con un pequeño agujero.
Saqué el dije de la llave de mi brazalete y lo metí en aquella abertura, inmediatamente una puerta secreta apareció y la abrí para entrar allí, cerrando la misma detrás de mí.
Todo estaba como mamá lo había dejado, porque yo no había venido aquí muy seguido desde que ella se había ido, pero tenía un objetivo que cumplir.
Caminé hacia un pequeño escritorio en donde había un mazo de cartas y varios cofres del tesoro pequeños, tomé las cartas y empecé a mezclarlas, mientras caminaba hacia el centro de la habitación; en medio del pentágono que estaba dibujado en el suelo.
—Llamando a todos los espíritus del mas allá, a las almas perdidas que vagan sin rumbo, a todos aquellos que tienen asuntos pendientes; que no pueden ni quieren descansar en paz porque aún no han completado sus misiones. Déjenme presentarme, tenemos un poco de tiempo que matar, considérenme la puerta abierta a sus nuevas emociones favoritas. Podríamos ir a hacer historia, o ustedes podrían descansar en paz. Pero aquí no hay miseria, porque en este lado vivimos como reyes. ¿Qué van a hacer? ¿Qué van a hacer? Les mostrare una cosa o dos, porque ustedes no han visto nada aún. —Empecé a hablar, sin dejar de mezclar las cartas, con un solo chasquido de mis dedos encendí todas las velas que estaban alrededor del pentágono. Señalé la bola de cristal por la que vigilaba a la reina de Auradon, usando mi magia negra para obligarla a escribir en el documento que seleccionarían 2 VKs en lugar de cuatro, entonces las ventanas se abrieron debido al viento que apareció de repente; por ella entraron bastantes sombras que se acomodaron en las paredes. —Ya se lo que están buscando: ¿cómo empezara y como terminara? —Mencioné, dándome cuenta de que tenía toda la atención de aquellas sombras/espíritus/almas en pena.
—Todo será revelado, porque las cartas nunca mienten. —Continué, arrojando las cartas al aire, sonriendo con malicia. —Un gran amor que sienten el uno por el otro, por su familia, por sus amigos y por su reino. —Dije, agarrando dos cartas: una en las que aparecían Ben y Mal tomados de las manos y otra en la que se veían ellos junto con Alex y yo.
Otras cartas volaron hacia mi, así que solté las primeras.
—Estas amistades se pondrán a prueba. —Hablé, observando las cartas que ahora tenía: una en la que aparecían Mal, Evie, Carlos y Jay; en la otra estaban Alex, Sofia, Azul, Jazmin; Mike y Lucas. —Algunas se retorcerán, otras se romperán. —Sentencié, doblando una carta y rompiendo la otra.
— ¿Se están preguntando por que? Es bastante simple. —Afirmé, soltando las cartas y tomando otra en la que aparecía el Ojo de Dragon destrozado, con la palabras TRAICIÓN escrita en ella, pero aquel objeto no me servía si estaba roto; así que chasqueé los dedos para que fuera reparado en la carta. —Un gran mal, que perdí hace tiempo y desde entonces está atrapada sin poder volver aquí, tendrá su venganza.
Dejé caer la carta con el objeto mágico solo para que otra se dirigiera hacia mi mano derecha.
—Y todos en Auradon lo pagaran, para siempre. —Exclamé, dando vuelta la carta para verla.
En ella se veía el Castillo de Bestia, mi hogar, pero con un solo chasquido de mis dedos; el edificio comenzó a ser destrozado por llamas azules y criaturas espeluznantes, como las que me miraban desde la pared.
—Si la encuentran, muy pronto tendremos el control de este lugar, entonces podrán poseer todas las almas que quieran. Así que vayan, búsquenla por todos lados, hagan lo que tengan que hacer pero la quiero viva. —Ordené, viendo como mis nuevos aliados asentían antes de salir volando por la ventana, dispuestos a cumplir con su misión. —Van a lamentar el día en el que la desterraron. —Prometí, luego aplaudí una vez para que todas las cartas que estaban en el suelo se juntaran en mi mano, arrojé el mazo al escritorio con algo de brutalidad; causando que el pequeño cofre se abriera y se cayera al suelo.
— ¿Qué guarda mamá aquí? ¿Ojos de rana? —Me burlé, acercándome y arrodillándome para levantar el cofre, dándome cuenta de que ahí había un corazón bastante oscuro. No sabía de quien era, tampoco me importaba, así que lo tomé. —Cuando ella regrese, acabaran los finales felices. —Afirmé para luego guardarlo en donde estaba, me dispuse a apagar las velas y abandoné la habitación tan sigilosamente como había entrado.
Yen Sid.
Luego de haberme comentado que debían recuperar el corazón de Audrey, Mal y Uma se marcharon de casa, ya que tenían que regresar al reino.
—Por cierto, creo que dejamos la luz encendida. —Fue lo último que dijo la chica de cabello turquesa, mientras se alejaba en su moto, siendo seguida por la ojiverde.
Suspiré hondo, negando con la cabeza y volviendo a meterme en mi hogar, cerrando la puerta con llave para luego dirigirme hacia el sótano; con la intención de asegurarme de que las dos VKs hayan dejado todo ordenado.
—Estas chicas de hoy en día... —Murmuré cuando llegue allí, pero entonces algo extraño paso: vi como la hija de Aurora se sentaba en la camilla de repente, como si hubiera tenido una pesadilla. Me acerqué a ella, quien me miró con miedo, parecía no entender lo que estaba sucediendo. —Bienvenida a casa, Quinn.
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