Minji miró a través de la ventana las oleadas de nubes oscuras en el cielo nocturno, pasando el dedo por la precipitación para trazar formas en el vidrio frío. Los pequeños pueblos indescriptibles y sin nombre que bordeaban la autopista pasaban volando mientras huían durante la noche.

A pesar de lo avanzado de la hora, ninguna cabeza se movía con lentitud y ningún párpado se volvía pesado y cansado por el sueño. Había estática en la cabina del sedán, una electricidad palpable cuando terminó el descanso en las habitaciones del motel. Se estaban movilizando.

"Tendremos que repasar el plan de lo que sucederá cuando lleguemos", dijo Yubin desde el asiento del conductor, sus ojos penetrando en el espejo retrovisor.

"¿Hiciste muchas misiones de rescate en el ejército?" preguntó Gahyeon.

"Esta no es una misión de rescate".

La mandíbula de Minji se tensó. "Viste el mapa. La tienen".

"No vamos a ir para sacar a Yoohyeon de donde sea que se haya metido. Ese no es el objetivo, y es un deseo de muerte, de todos modos. Si bien la base en sí no es hermética, el laboratorio es una fortaleza, y no creo que debamos hacer apuestas tan grandes tan tarde en el juego".

Antes de que pudieran discutir, continuó: "Pero si trabajamos limpio y rápido, pronto saldrá de allí". Sus ojos se encontraron con los de Minji en el espejo, solemnes y fascinantes. "Lo prometo."

Handong entrecerró los ojos. "¿Entonces, qué es lo que estás diciendo?"

"Vamos a terminar con todo. Hagan lo que hemos estado practicando. Ustedes tienen esta habilidad. Un regalo o una carga, sin importar cómo lo miren, pueden usarlo para cambiar el curso completo de los eventos. Y vamos a usarlo esta noche, para acabar con Kim Bora y la operación que está dirigiendo en la base".

"No estamos listas. Ni siquiera cerca", dijo Gahyeon.

Yubin asintió. "Creo que ustedes lo están. Hay tanta... fuerza cuando ustedes están ahí. Lo veo en sus lecturas de EEG, las ondas se vuelven balísticas. Solo necesitan saber dónde canalizar todo eso. Creo que ahí es donde van a entrar los apuntes de Yoohyeon".

Minji miró hacia atrás por la ventana mientras los campos ondulados pasaban volando, y en la oscuridad lanzó una oración silenciosa por todas ellas.

***

En todos los días que pasó abajo, Yoohyeon nunca había visto esta parte particular del laboratorio. Al final de un pasillo aislado había un laberinto de oficinas y salas de examen. En su centro había un corral asegurado de acero y plexiglás donde ella estaba metida. Caminó por el perímetro del pequeño recinto, pasando los dedos por las paredes frías y estériles. Después de que terminó de conocer su nueva morada, Yoohyeon se sentó en la cama, llevando las rodillas hasta el pecho.

Descansando su sien contra la parte superior de sus rodillas, inclinó la cabeza hacia un lado y dejó que sus ojos se cerraran. Disfrutó del resto solo unos segundos antes de que el guardia apostado fuera de su habitación golpeara la ventana con la culata de su rifle.

Las palabras de Bora sonaron claras en su memoria. Ella no puede conciliar el sueño. No bajo ninguna circunstancia.

Yoohyeon abrió los ojos, inyectados en sangre y llenos de humedad mientras luchaba contra el agotamiento. Parpadeó, lo borroso de su visión se aclaró y sus ojos se concentraron en una diminuta talla torcida en la pared del fondo.

Dos palabras, doce letras. Lee Chaeyoung.

La respiración de Yoohyeon se atascó en su garganta mientras extendía la mano para pasar los dedos suavemente por la talla, sus pensamientos cayeron de nuevo en la niña y sus ojos hundidos, la niña que ahora residía en ese páramo futurista de Seúl o dondequiera que la llevara la tierra de los sueños, en el limbo entre esta vida y la que viene después.

Fue sacada de sus pensamientos por el estruendo de la puerta, chillando mientras se abría. Bora entró con un hombre alto, trayendo consigo un suministro de aire fresco antes de que la puerta se cerrara de nuevo.

Bora sonrió, juntando las manos frente a ella. "He traído a alguien que me gustaría que conozcas. Este es el Doctor Lee Soohyuk, nuestro nuevo contratista. Se destaca en muchos círculos de neurología por sus décadas de investigación del sueño".

El Doctor Lee intentó sonreír, pero se convirtió en una mueca y evitó el contacto visual con Yoohyeon.

Ella sonrió sin alegría. "¿Me vas a pinchar, doctor?"

La sonrisa de Bora era igualmente gélida. "Algo como eso." La mayor se acercó a la cama y se arrodilló frente a donde estaba sentada Yoohyeon, sus ojos oscuros brillando con malicia en la fuerte luz fluorescente. "Vamos a tener una noche productiva".

***

"¿Qué es este lugar?"

"De un amigo", dijo Yubin, acompañándolas al apartamento. "Estaremos a salvo aquí. Al menos por un tiempo".

Yubin comenzó a correr las cortinas, bloqueando la vista de la ciudad desde el edificio, que se encontraba en las afueras.

Empujó la bolsa de viaje llena del equipo hacia Gahyeon. "Enciende las computadoras. Tú", dijo, volviéndose hacia Minji, "todavía tienes la memoria USB, ¿verdad?"

La chica asintió.

"Necesitamos revisar todo lo que dejó, ver con qué podemos trabajar".

Minji guió a Yubin y a las demás a través de los archivos incriminatorios de Bora, y sus hombros se hundieron ante la mirada desinteresada en el rostro de Yubin.

"¿Qué pasa?"

"Esto solo muestra que Bora violó algunas leyes. Vigilancia ilegal, incumplimiento de algunos códigos éticos. No es raro para alguien que trabaja en inteligencia".

"Pensé que esto era una mina de oro", dijo Minji.

Yubin suspiró, rascándose distraídamente la barbilla. "Realmente desearía que lo fuera".

"¿Entonces?" dijo Gahyeon. "¿No podemos usar nada de esto?"

"Mira, con la forma en que funciona la agencia y la oficina, esto es bastante manso. Si esto viniera de un superior, como el Director, podría hacer una moción para iniciar una investigación y un comité disciplinario lo trataría en silencio. "

"¿Pero?" Handong lidera.

"Pero cualquier acusación que provenga de fuera de la agencia será aplastada y barrida debajo de la alfombra, rápidamente". Se encogió de hombros y continuó: "Incluso si hace algunas olas en los principales medios de comunicación durante un par de días, y no lo hará, con la cantidad de medios que están en el bolsillo del gobierno, se olvidará en poco tiempo".

"¿Así que todo el trabajo de Yoohyeon es inútil?" Minji dijo, pero no sonaba como una gran pregunta.

"No exactamente", respondió Yubin. "No todo puede ser enterrado o barrido debajo de la alfombra. Necesitamos algo grande. Algo que no pueda ser ignorado o minimizado. Un vistazo a lo que sucede detrás de escena que sorprenderá al mundo. Tengo un contacto seguro, alguien que conozco no puede ser contaminado por esta basura burocrática, pero voy a tener que darle algo sólido para morder".

"¿Cómo qué?"

"Como evidencia de que Bora mató al director del SNI. O evidencia de que mataron a Lee Chaeyoung", dijo Gahyeon.

Yubin tarareó, considerando esto. "Es un buen comienzo." Abrió la boca como si fuera a decir algo, pero se detuvo y frunció el ceño.

"¿Qué?" Minji preguntó.

Yubin suspiró. "Había algo en las notas de Kang sobre el tejido de los sueños, específicamente en relación con la base". Ella gimió, frotándose los ojos con frustración. "No puedo recordar lo que dijo."

"¿Por qué no podemos simplemente buscarlo?"

"Destruí los archivos de Kang después de memorizar la mayor cantidad posible", dijo Yubiin. "No podía arriesgarme a que Bora lo tuviera en sus manos".

Ella resopló y continuó: "No importa, no podría haber sido tan importante si ya lo he olvidado. Además, no debería ser demasiado difícil para ustedes encontrar pruebas suficientes para empezar".

Ante sus ceños fruncidos colectivos, Yubin sonrió suavemente. "Tejido de sueños simple y anticuado. Aquí es donde ustedes pueden empezar".

***

Manos firmes la agarraron por los hombros, conduciéndola a través de las interminables profundidades del laboratorio hasta una sala de examen con poca luz. La habitación olía a desinfectante y a alcohol isopropílico, y Yoohyeon fue acomodada en la cama, con las manos todavía esposadas.

El Dr. Lee tecleó apresuradamente en una computadora en la esquina de la habitación mientras los guardias aseguraban sus piernas a la camilla antes de pasar a sus manos. Su cabeza se guardó para el final, sostenida en su lugar por un dispositivo que parecía un aparato ortopédico de halo. Yoohyeon miró hacia las vigas del techo mientras el técnico presionaba las almohadillas de EEG en su cuero cabelludo, flexionando con cautela sus ataduras. Estaban revestidas de hierro. Ella no iba a ninguna parte.

La respiración de Yoohyeon comenzó a acelerarse cuando la habitación pareció amontonarse a su alrededor. Su corazón clamó contra su caja torácica, un latido tan fuerte que tuvo problemas para escuchar al Dr. Lee.

Se había movido para pararse a su lado, poniendo una mano fría en su antebrazo. "El procedimiento de hoy va a ser un poco diferente". Tenía voz de pediatra, amable, cálida y engañosa. Solo hizo que su ritmo cardíaco siguiera aumentando.

"¿Diferente?"

Él asintió. "A lo que estás acostumbrada. Va a ser un poco invasivo".

La cabeza de Yoohyeon empezó a dar vueltas, los músculos tensos contra sus ataduras. "¿Qué me va a hacer?" Ella susurró.

Él se cernía sobre ella, sonriendo. Era la sonrisa viscosa de una serpiente, sin tocar sus ojos. "Estamos probando un nuevo desarrollo mío. Tu Dreamcatcher tendrá un amigo", dijo, acercando una pequeña bandeja a su marco de visión. En él había un chip tan pequeño que tuvo que entrecerrar los ojos para distinguirlo.

Hubo un pinchazo repentino en el otro brazo de Yoohyeon, pero no podía mover la cabeza para ver lo que estaba pasando. Sintió el lento curso del líquido a través de sus venas, ardiente e intrusivo.

"¿Qué es eso? ¿Qué está haciendo?" Yoohyeon preguntó frenéticamente.

"Solo anestesia". El doctor Lee le acarició el cabello con sus manos heladas. "Así no sientes nada".

Su pánico se transformó en un miedo como nunca había sentido, y empujó contra sus ataduras, pero fue inútil, sus músculos se volvieron flexibles a medida que la anestesia se instalaba.

"Por favor", rogó Yoohyeon, con voz entrecortada y débil. Fue todo lo que su lengua pudo reunir, y dijo la palabra una y otra vez hasta que sus labios dejaron de funcionar.

No recibió respuesta y la oscuridad comenzó a manchar los rincones de su visión. Yoohyeon cerró los ojos y nunca en su vida pensó que rezaría y esperaría que una tierra de ensueño la acogiera cuando cayera su conciencia.

Yoohyeon se había ido, pero lo único que la esperaba al otro lado era un mar de nada, oscuro e indiferente mientras se la tragaba por completo.