Habían pasado horas desde que se había despertado. Nadie sacó a Minji de su lugar en el futón del dormitorio. Era como si estuvieran caminando de puntillas a su alrededor, con cuidado de no mover ningún tornillo que ya estuviera flojo, y después de horas de recuperar la velocidad, Minji ya estaba harta de estar sentada.

Reapareció en la sala de estar donde Handong y Yoohyeon detuvieron su conversación y se volvieron hacia ella.

"Hola", dijo Handong. "¿Cómo se siente tu cabeza?"

Minji fue a servirse una taza de café. "Bien."

"¿No más dolor?" Preguntó la rubia.

Sacudió la cabeza. "Se levantó y se fue tan pronto como se rompió la amnesia".

Minji miró a Yoohyeon, quien desvió la mirada y pasó una mano inestable por las cortas capas de su cabello.

Handong se aclaró la garganta y se puso de pie. "Necesito ir... a buscar algo", dijo, desapareciendo apresuradamente en una de las otras habitaciones.

Minji se sentó en el sofá junto a Yoohyeon, sosteniendo la taza caliente en sus manos. "Gracias", dijo.

La menor se rió, pero no fue más que una breve exhalación. "¿Por qué?"

"Por sacarme de allí", dijo, pero no estaba hablando de la base militar, sus dedos bailando a lo largo de su cuero cabelludo. "Por traerlo todo de vuelta". Minji miraba fijamente la taza y fruncía el ceño ante su reflejo en el café oscuro y ondulante. "¿Como supiste?"

Yoohyeon sonrió y sacudió ligeramente la cabeza de forma imperceptible. "La tarareas para ti misma. Cuando te estás quedando dormida, cuando tienes miedo. Incluso la tarareas mientras sueñas, y en el caos de una costura, a veces es lo único que puedo escuchar".

La mayor se volvió para mirarla y Yoohyeon se volvió furtiva bajo su mirada, masajeándose el suave tejido de la sien.

"No estoy enojada contigo", dijo Minji en voz baja.

"Deberías estarlo." Ella suspiró y cruzó las manos sobre el regazo. "Todo lo que te está pasando es por mi culpa".

"¿De verdad crees que habrían abandonado Dreamcatcher si no te hubieras ofrecido como voluntaria?"

"Si no tuviéramos a alguien como tú", continuó, "alguien que conociera el programa y a todos los involucrados como la palma de su mano, ¿crees que hubiéramos llegado tan lejos?"

Cuando finalmente Yoohyeon levantó la vista para encontrarse con su mirada, sus ojos marrones estaban resbaladizos por la humedad.

"Maté a mi mejor amiga. Soy la última persona que no reconoce un error como lo que es: un error".

Buscó en el bolsillo de su pantalón para sacar una larga cadena de oro, que brillaba en la penumbra del apartamento. Su brillo tentador se reflejó en los ojos húmedos de Yoohyeon, quien respiró hondo al verlo.

Minji dejó el collar en su palma. "Pensé que querrías esto."

Yoohyeon cerró la mano alrededor de ella, calentando el suave colgante de metal. "Gracias", susurró, las lágrimas finalmente inundaron y serpentearon cálidos caminos por sus mejillas.

Minji extendió la mano para limpiarlas y Yoohyeon se inclinó hacia su toque, el cansancio taladraba líneas en cada plano de su rostro generalmente suave. La puerta del baño se abrió y se separaron sobresaltadas cuando Gahyeon salió, pasándose una toalla por el cabello húmedo.

"Konnichiwa", dijo a modo de saludo, y una oleada de alivio invadió a Minji ante el regreso a la normalidad. O lo poco que tenía en primer lugar. "¿Como te sientes?"

"Mucho mejor."

Handong vino a reunirse con ellas y se sentaron en la sala de estar mientras afuera caía la nieve, una pequeña familia deforme con demasiadas cicatrices de las que presumir y sin un verdadero hogar.

Gahyeon estudió a Minji durante un largo momento. "¿Qué te dieron allí?"

"Era lo mismo que usaron para inducir amnesia en Chaeyoung. Creo que me dieron tres dosis".

"Se estaban preparando para darte una cuarta", dijo Handong. "Los oímos hablar".

Gahyeon chasqueó la lengua. "Tal vez por eso se rompió. No te dieron suficiente".

"También mencionaron la inserción de algo. Dijeron que probarían el éxito cuando te fueras a la cama".

Minji se quedó quieta y la taza que se dirigía a su boca se detuvo a medio camino. "¿Algo como qué?"

"Tuvo que haber sido el chip", dijo Yoohyeon. "Es por eso que me tenían atada y bajo amnesia. No sé para qué sirve, pero dijeron que iría con el Dreamcatcher".

Handong frunció el ceño. "¿Te hicieron algún procedimiento?"

"No." Se pasó una mano por la cabeza, suave y sin incisiones. "Estoy completa".

"Eh. Tal vez escuchamos mal."

"¿Qué ha estado pasando con ustedes mientras estuve allí?" preguntó Minji.

"Handong descubrió cómo traer objetos al país de los sueños y tejer sueños sin un narrador", dijo Yoohyeon.

Minji enarcó las cejas hacia Handong, quien se pavoneaba. "Yo te enseñaré. Es súper simple".

"Sí, utilizamos sus técnicas para tu pequeña fuga de la cárcel", dijo Gahyeon.

"Secuestraron a Lee", dijo Minji con incredulidad.

"Fue un momento desesperado", justificó Handong y todas se rieron, teniendo finalmente la oportunidad de celebrar el éxito del día. Pero en su pequeño triunfo había un eco palpable de miedo ante lo que les esperaba a continuación.

"No tenemos mucho tiempo", dijo Minji. "Necesitamos empezar a tomar medidas".

"¿Qué tienes en mente?" Preguntó Handong.

"Yubin recordó los detalles faltantes de la investigación de Kang en el último minuto cuando estábamos en la morgue. Se trataba de la fase de pruebas de Yoohyeon".

"¿Qué pasa con eso?" La mencionada preguntó.

"Probaron Dreamcatcher en el laboratorio, ¿verdad?"

La chica asintió. "Aunque no muy a menudo. ¿Por qué?"

"Kang dijo en sus notas que tu recuerdo de la tierra de los sueños en las noches que pasaste en el laboratorio era marginalmente mayor que en las noches que pasabas en casa. Pensó que esto se debía a que la tierra de los sueños se originó en ese laboratorio, con Chaeyoung. Específicamente en la Zona 4, es como si fuera allí donde se abrió la tierra de los sueños, si eso tiene sentido. Así que ahí es donde el tejido de sueños debería ser más fuerte".

"Donde me tenían en esa sala de examen, era en la Zona 4", dijo Yoohyeon. "Ni siquiera estaba tejiendo sueños intencionalmente. Estaba realmente molesta y casualmente estaba en una costura, y eso mató a un hombre. Volteó toda la habitación al revés".

"¿Cómo nos ayuda esto?" Preguntó Handong.

Minji se rascó la cabeza. "Esto no se trata de que entremos al laboratorio en una tierra de sueños. Se trata de que entremos a una tierra de sueños mientras estamos en el laboratorio. Quiero decir, si una de nosotras", dijo, señalando a Yoohyeon, "puede causar tanto daño en el laboratorio mientras tejemos sueños, imagina lo que podríamos hacer las cuatro con un esfuerzo concentrado. Tenemos el contacto de Yubin en la policía. Si podemos incapacitar a toda la base, porque tiene que haber registros muy detallados de todo el Proyecto Dreamcatcher en algún lugar allí, eso es todo".

"¿Crees que somos capaces de eso?" Preguntó Yoohyeon en voz baja.

Minji se encogió de hombros. "Honestamente, ¿importa eso en este momento? Vendrán por nosotras. Va a suceder, y correr no es sostenible. Necesitamos probar suerte en algo. Y por lo que me han contado, parece que se han vuelto bastante buenas tejiendo sueños".

"No es lo suficientemente bueno como para apoderarse de todo un edificio de satélites de la SNI", razonó Handong, "pero sí lo suficientemente bueno como para intentarlo".

"Está bien", dijo Gahyeon. "Misión suicida, ¿alguien?"

***

Bora observó a Lee por el rabillo del ojo, con un indicio de temblor aún recorriendo las manos del médico mientras configuraba la pantalla de seguimiento con el técnico.

"¿Se siente tranquilo, doctor?"

Lee se volvió para mirar a Bora con expresión pétrea. "El rastreador invasivo habría sido más ideal".

"Y estabas demasiado ocupado jugando al taxi con los sujetos para administrárselo". Bora dijo en un tono igualmente rencoroso. "Tenemos suerte de haberle dado la vía intravenosa a tiempo".

"Pero basta de eso", continuó. "Las niñas se están volviendo arrogantes. Están demasiado seguras de sí mismas. Esto", señaló al monitor, "les dará una oportunidad de competir".

"No les ayuda que su vínculo más fuerte haya sido borrado", dijo el técnico, jugando con la configuración del programa.

Bora evaluó al joven. "No ayuda en absoluto. Y si logran poner a Minji al día, podemos derribarla completamente con esto. Una verdadera innovación", dijo, con los ojos brillantes mientras miraba el monitor. "No solo rastreará sus tierras de los sueños, sino que también nos dará la capacidad de manipularlas".

Bora sonrió. "No son las únicas que tienen algunos trucos bajo la manga".

***

"¿Por qué no les dejamos venir a nosotras?"

Se giraron para mirar a Yoohyeon como si le hubiera crecido un tercer brazo.

"Necesitamos entrar al laboratorio para hacer un tejido de ensueño épico, a nivel Dios, ¿verdad? ¿Por qué no tomar la ruta más fácil?" Agregó la chica.

"¿Estás diciendo que dejamos que nos encuentren?" Preguntó Gahyeon.

"Esa no es una mala idea", dijo Handong. "Estamos seguras de que Bora nos llevará al laboratorio. Tiene sentido".

"Bora no nos dejará dormir en el laboratorio. No es estúpida", dijo Minji.

"No puede mantenernos despiertas para siempre. Quiero decir, está tratando de estudiar y replicar el Dreamcatcher. ¿Para qué más nos querría si no para estudiarnos dormidas?"

"Oh, te dejará dormir", respondió Minji. "Después de que te induce amnesia y ya no estás dispuesta a verla como una amenaza".

"Hay una solución más fácil para este problema", dijo Gahyeon.

Se volvieron para mirarla. "¿Por qué no eliminamos la seguridad del laboratorio, como lo hicimos hoy. En lugar de configurar el Dreamcatcher para que comience cinco minutos después de que nos despertemos, podemos configurarlo para que comience horas después de que nos despertemos. Usamos las computadoras unas cuantas veces y para entonces nos encontrarán y nos tendrán bajo custodia".

Yoohyeon asentía. "Sin seguridad significa que podemos entrar a la tierra de los sueños mientras estamos en el laboratorio".

"El tejido onírico de esta noche no debería ser demasiado difícil", dijo Gahyeon. "Solo asegúrense de que podamos despejar el laboratorio durante una buena media hora. Calculen el tiempo aproximadamente 12 horas después de que nos despertemos".

"Nunca habíamos llegado tan lejos en sueños", dijo Minji.

"Estamos asumiendo un riesgo", coincidió Handong. "¿Pero qué no ha sido uno en todo esto?"

Recogieron los muebles del salón y colocaron los edredones, estirándose en círculo mientras se pasaban la botella de Afitizol entre ellas. El silbido del viento afuera, junto con la luz de la luna que se filtraba a través de la ventana del balcón, le daban a la habitación una sensación inquietante, de finalidad y propósito.

Después de tragar su pastilla, la cabeza de Minji comenzó a dar vueltas, pero no fue por el sueño. Era una sensación extraña, como si hubiera algo hurgando ahí dentro, en busca de algo.

Debió haberse mostrado en su rostro cuando Yoohyeon apretó su mano a su lado. "¿Estás bien?" preguntó con la voz pesada por el sueño.

La mayor asintió, siguiendo las instrucciones de Handong para tejer sueños mientras mantenía a la base y el laboratorio en su lengua, un mantra eterno que la llevó a la tierra de los sueños.

***

Bora se apoyó contra la mesa, con la mirada fija en el monitor. La frustración comenzó a burbujear en sus entrañas cuando sus ojos no registraron nada más que rasgos estáticos y borrosos.

"Me llamaste porque dijiste que estaba en el país de los sueños", dijo en tono ecuánime.

"Lo están", dijo el técnico, jugueteando con sus manos. "Estos valores a la izquierda de la pantalla lo confirman".

"Entonces, ¿por qué no puedo ver lo que ella está viendo, Jinyoung?"

"Esta es la tierra de sus sueños. Nuestra visión es increíblemente confusa e incomprensible". Él suspiró. "Me temo que el doctor Lee tenía razón. Este rastreador podría no ser lo suficientemente eficaz".

Bora asintió lentamente. Sintió la tempestad arrasando dentro de ella y no hizo ningún esfuerzo por empujarla hacia abajo.

Empujó los papeles fuera de la mesa, enviándolos a volar por la habitación. El técnico se estremeció y se pegó a la pared para mantenerse fuera del alcance de la tormenta.

Bora apoyó la frente, febril de rabia, contra el frío metal de la mesa. Una repentina corriente de cansancio la invadió y decidió que las cuatro eran más problemas de lo que valían.

"¡Eunbi!" Ella la llamó y la mencionada se apresuró a entrar en la habitación, la fatiga se manifestaba en profundos círculos de color ciruela alrededor de sus ojos. "¿Sí, señora?"

"Necesito a todos los hombres que pueda conseguir. Recorran las calles en busca de ellas".

Bora se humedeció los labios. "Tráeme sus cabezas". 

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