Valeria Taungeo  tenía 16 años de habitar la misma ciudad, conocía cada parte de ella y más cuando las luces se apagan. Un día común de fiestas para ella, caminaba alrededor de la calle 15-Seyibe e iba a un paso considerable. 

—Odio éstos zapatos, debí escuchar a Karla. —exclamó a sí misma con furia.

El golpeteo de sus plataformas se escuchaba hasta San Diego, incesante y muy ruidoso en una calle vacía, Valeria se sentía como siempre, pero no era un día como cualquier otro y ella lo sabría.

Las calles eran solitarias, las paredes de los edificios contenían aún humedad. La electricidad juega a irse y venir, sin estabilidad absoluta. Las nubes regalan un poco de sus gotas, pero no a totalidad.

Ray Fritesh, un joven de 17 años caminaba en esa oscura calle, por motivos de trabajo que lo obligaba a tomar un autobús a media noche hasta Tranafle-987 y caminar dos cuadras por 15-Sayibe con el objetivo de llegar tres cuadras después a Youth-09. Él caminaba como a diario y sin importar lo peligroso que fuera, seguía repitiendo la acción cada día evadiendo el riesgo que representaba a los hombres con intenciones no tan puras y un arma en sus manos. Ray observó una mujer que caminaba sin motivación alguna, llevaba un enagua más arriba de las rodillas, una blusa blanca que al estar mojada transparentaba a su cuerpo y unas plataformas de al menos 5cm. La chica se quejaba y caminaba a una poca velocidad. Ray pensaba que aquella muchacha podía ser una mujer perdida e incluso que la habrían atacado por el traje que llevaba, no era su asunto y él no quería que lo fuera, por lo que siguió su camino a Youth-09.

Valeria no notó la presencia de aquel joven, su ebriedad lo impedía, además de mantenerla dando golpes a cada muro a su alrededor sin poder tener equilibrio alguno. Cayó cuando uno de sus tacones se rompió y su intoxicación impedía que se levantara.

<<-Esto no puede estar pasando -se dijo a sí mismo Ray>>

Caminó al otro lado de la calle cuidando de no ser atropellado por un auto, tomó a Valeria de un brazo y la levantó con fuerza. Valeria se movía de un lado a otro sosteniéndose de Ray, él le quitó un tacón y el otro igual. 

- ¿Quién eres? -preguntó Valeria justo antes de desmayarse.

Ray pensó que dejarla allí no sería un problema, pero su consciencia lo convenció de llevarla a su casa. La tomó con sus brazos, le quitó los tacones y le colocó su abrigo para el frío. Caminó durante tres cuadras con Valeria entre sus brazos, dando pequeños lapsos de descanso. Cuando llegaron a Youth-09, ella despertó un poco asustada y sus ebriedad no se había ido por completo.

-¿Que hago aquí? -dijo ella con un tono de miedo, un poco fuerte. Ray la bajó y sacó las llaves de sus abrigo, el que ella tenía, para abrir la puerta.

-Entra -respondió él.

Valeria no hizo alguna otra pregunta y entró a aquel apartamento. Ray dejó las llaves en una mesa junto a la puerta, se dirigió al lado de un sofá azul.

—Soy Ray. 

—Yo Valeria. Espera ¿Te llamas Ray enserio? —río muy escandalosa.

—Raymond en realidad.

—Suena a nombre de abuelo.

—Ven conmigo, báñate. Te prestaré algo de ropa de Zara —Ray caminó a un corredor muy extenso  y al final había una puerta que se dirigía a un baño. Valeria entró y antes de que Ray cerrara comenzó a desvestirse—Cerraré.

Mientras Valeria disfrutaba de un baño con agua caliente, Ray buscó en el armario de Zara, un vestido blanco de flores y unas zapatillas.

Ray le dio a Valeria la ropa.

—Suerte que eres de su talla —mencionó él con inexpresion.

—¿A ella no le molestará? Digo, una extraña usando su ropa.

—Muerta no le sirve de nada —respondió el joven, caminando hacía la sala.

—Lo siento —ella cerró la puerta.

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Hola, está es mi nueva novela.

Espero que les guste como a mí y no olviden dejar su estrellita en mi cielo.

Comnten si les gustó y si quieren que siga 😘

-AA