La feria.

—Nieves, mira, soy un caballero —Dijo Félix mostrando su disfraz.

—Te ves muy guapo, Félix. Niños ya vámonos.

Los niños hicieron una fila y se sujetaron de los hombros del que tenían delante, haciendo un trencito.

—¿Dónde está tu disfraz, Nieves? —Preguntó Ester.

—Mi disfraz lo tiene Florian en la feria.

Nieves sujetó la mano de Tom, que era el primero de la fila y se encaminó a la feria.

Había diversos puestos de comida y juegos.

—¡Mami! —Exclamó Tom al divisar a su madre y a su padre, y todos corrieron hacia ellos.

—Hola, peques —Saludaron sus padres.

—Iré a buscar a Florian, me cambio y vuelvo con ustedes —Avisó Nieves a sus jefes.

Nieves se movió entre la gente hasta que logró ver a Florian con un disfraz de Blancanieves en la mano.

—Tenía miedo de que no vinieras —Dijo él.

—No podía dejarte plantado.

Nieves tomó el disfraz y caminó junto a Florian hacia el vestidor de las chicas.

—Te esperaré aquí afuera, me llamas si necesitas ayuda.

—Es el vestidor de damas.

—¿Y qué? No me convertiré en una por entrar a ayudarte.

Nieves entró al vestidor para colocarse el disfraz.

—Florian —La llamó al cabo de unos minutos—, necesito ayuda con el corset.

—Espera.

Florian tomó el pomo de la puerta para entrar y ayudar a Nieves, pero se detuvo al sentir el peso de una mano sobre su hombro. Se dió la vuelta para ver a una oficial de tez morena que le sonreía.

—Ese es el vestidor de chicas —Le informó.

—Lo sé, pero mi amiga necesita ayuda.

—La cuestión es que, por asuntos de higiene y seguridad no puedo dejarlo entrar. Yo ayudaré a su amiga.

Él sonrió y le dió un espacio a la oficial para que entrara.

—Florian, ven a ayudarme —Pidió la jóven cuando escuchó la puerta abrirse.

—No soy Florian, pero, ¿qué necesitas?

—¿Podrías ayudarme a apretar el corset, por favor?

—Claro.

La oficial tomó los cordones y los fue entrelazando y apretando poco a poco.

—¡Ah! —Jadeó Nieves cuando la oficial repentinamente tiró fuerte de los cordones, sacándole el aire—. Así está bien, gracias.

—No, querida, este corte es de muy mala calidad, si lo dejas así, se aflojará en cinco minutos —Explicó apretando más, logrando que Nieves hiciera una nueva de dolor.

—Creo que ya.

—No, un poco más.

—Por favor, deténgase o ya no podré... Respirar.

—Listo —Dijo la oficial y la ayudó a terminar de vestirse.

—Gracias, oficial... Quinn —Agradeció leyendo su placa.

—De nada, niña.

Ambas salieron del vestidor.

—¿Estás lista? —Preguntó Florian a Nieves.

—Sí.

—¿Te gusta la comida rápida? Hay un puesto por aquí cerca, ¿te apetece ir?

—Sí, quiero comer aros de cebolla.

Ella se colgó del brazo de Florian y se dirigieron al puesto de comida rápida más cercano luego de despedirse de la oficial.