Capitulo III
Si eres feliz o te sientes feliz, ¿cómo sabes realmente que estás alegre? Las cosas se notan y se sienten cuando hay un contraste, no hay luz sin sombra. Entonces, para sentir felicidad tuviste que pasar por penas, terrores, enojos para al fin saber que estás feliz. Cuando una cosa es tan constante, uno le deja de ver la importancia y es cuando pasa algo que cambia tu sentir que vuelves a apreciar los otros momentos.
...
Los mugiwaras estaban bajando del barco, solo quedaban Usopp y Jimbei. El gyojin se quedó más cercano a la puerta de la cocina en todo momento ya que fue el único quien realmente se dio cuenta que Luffy seguía comiendo. Se acercó a Usopp para avisarle.
—Ese no es... —toda esta explosión de información estaba haciendo que los cerebros de marines y piratas estuviese llegando a su límite.
—Jimbei, el Caballero del mar.
—Entonces... ¿quién es...? —sus miradas ahora se dirigieron hacia Jimbei que vino con Luffy junto a los prisioneros.
—¡Luffy! ¡Ya vente de una vez! —el grito del tirador llegó hasta el Luffy que estaba corriendo rumbo hacia su hermano, volteó a verle sin parar.
—¡No puedo! ¡Él está ahí en frente!
—¿En qué momento...? —Usopp frenó al lado de Zoro y apoyó sus manos en sus caderas mirando al Luffy sin x.
—Eso ahora no importa —Zoro sacó sus tres espadas, Robin cruzó sus brazos, Chopper acomodó sus Rumble balls, Franky hizo su típica pose ansioso de probar sus nuevas armas, Sanji se preparaba al igual que el resto —. Tenemos que... —el rostro de horror de empezaba a ver en los marines.
—Ya estoy aquí, ¿qué sucede? —Luffy con manchas de carne por su rostros bajaba al nivel de sus nakamas.
El silencio volvió a reinar en el campo de batalla. Todos dirigían sus ojos al Luffy que corría. Giraban a ver al Luffy junto a sus nakamas. Sus ojos empezaban a girar y girar, incluso el gran Shirohige se encontraba mirando a ambos por turnos.
El más joven pirata aprovechó el desconcierto para seguir su camino, nada le impediría llegar donde su hermano, por otro lado, el Jimbei junto a él sí que frenó, su ceño se frunció aún más.
Los recién llegados Luffy y Jimbei ladearon su cabeza, el capitán sin entender ni haber visto a su otro yo y el timonel al verse a sí mismo un poco más joven a lo lejos.
El primer ruido en volver es una risa desquiciada. Doflamingo creía que su sentido flamenquino no le falló, sin duda alguna el chico era una caja de sorpresas interesante, un D. después de todo.
El Luffy manchado vuelve a ladear su cabeza de forma inhumana a no ser de que fuese de goma, realmente no entendía del todo, pero veía muchos marines y una sonrisa se extendió por su rostro.
Dos Luffys, habían dos Luffys en sus campos de visión. El corazón de Hancock dio un vuelco, sentía que se saldría de su pecho en cualquier segundo. Su rostro se envolvió en brazas, maravillada y en sueños se llevó sus manos a sus mejillas. "¿Es esto... el paraí..."
—¡El infierno! ¡Esto debe de ser el infierno! —el chillido horrorizado sale de Buggy el payaso. Él tenía suficientes problemas con un solo Luffy, agregar uno más a la mezcla sería claramente su fin.
Hancock salió de sus fantasías y el enojo fue visible en su rostro, ¿cómo un ser como él podía decir eso sobre su paraíso?
—Luffy, ¿no estabas corri —Chopper se acercó a su capitán y se detuvo a medio camino al fijarse en el otro Luffy. Todos los Mugiwaras deparan en su observación. Los que estaban a punto de atacar guardaron sus armas de forma lenta.
—¡Wooo! ¡Miren! —Luffy agarró del brazo a Usopp con una mano y la otra apuntó hacia su otro yo- ¡Soy yo!- se reacomodó su sombrero y luego volvió a ver —¡¿Eeeehhh!? ¿¡Soy yo?!
Como rebotes, los mugiwaras voltearon a ver a su nakama más inteligente en búsqueda de alguna respuesta. Robin mantenía los ojos abiertos al igual que su boca, unos segundos después de que las miradas se posaran en ella, su expresión se suaviza.
—La neblina... ¿tendrá algo que ver? —y como si eso fuese un interruptor en el cerebro de Chopper, este se sobresalta.
—¿Qué ocurre, Chopper-san?
—Lo último que olí... —sus ojos se empezaban a horrorizar —, la neblina olía a ayahuasca... —rápidamente saca su estetoscopio y se acerca a Nami quien era la más cercana y le pide que respire hondo, hay unos momentos de silencio cuando Chopper suspira aliviado –, ¿no se sienten mal? ¿Ninguna náusea o mal estar estomacal? —todos niegan con la cabeza.
—¿Qué pasa con la husasca?
—La ayahuasca es una bebida utilizada en pueblos de civilizaciones antiguas. Esta es una mezcla de varias plantas como la Psychotris viridis, Diplopterys cabrerana y varias más —siguió analizando el latido de los demás olvidándose totalmente del entorno —. Puede producir náuseas, vomitos, ataxia, sudoración, temblor y en la mayoría de casos daña a la corteza cerebral que puede causar un cuadro psicótico y gracias a DMT de algunas plantas, producen... alucinaciones... —Chopper finalmente elevó su vista y vio a la última persona a la que atendió, en este caso Zoro.
—¿Alucinaciones? —dice él mientras el animal se baja de encima suyo y guarda su estetoscopio.
—Neblina. Crear. Imágenes —Sanji movía sus manos mientras explicaba —. No están —pasó su mano frente a su rostro como demostrando de que no veía.
—Yo. Cortarte —Zoro al igual que el cocinero, con sus manos hace la imitación de estar cortando con una espada.
—Entonces... ¿esto no existe? —en la voz de Nami se escuchaba el alivio y cómo se empezaba a desestresarse. No era muy bueno para su piel el sufrir repentinamente un aumento de estrés y por eso estaba preocupada... o tal vez era por todos los marines y piratas que los veían.
—Si esto es producto de la Ayahuasca, no, no existe.
—¿Entonces qué es? —el cerebro del capitán realmente se estaba fundiendo intentando entender la conversación.
—Son ilusiones, imágenes misteriosas —le resume la pelinegra y finalmente entiende, en realidad no, pero era el capitán, tenía que aparentar que entendía.
Varios habían identificado algunos conocidos en el campo de batalla y sus cuerpos le pedían ir donde ellos, la necesidad aumentaba con cada segundo, a lo que Zoro no lo soporta más y se levanta seguido de Sanji.
—Chicos, ¿dónde van? —el gyojin es quien pregunta mirando en su dirección. El espadachín ya estaba sacando sus espadas.
—No existen, pero se ven muy reales —después de un tiempo sin usarlo, se vuelve a colocar su banda en la cabeza, creando su característica sombra sobre sus ojos y la sonrisa que portaba no se la borraría nadie.
—Maldito... me las pagarás —Sanji sacó un cigarro y lo fue prendiendo mientras avanza, un aura de enojo puro le rodeaba, los marines y piratas que estaban a su alrededor se alejaban uno o dos pasos sin poder hacer nada. No era haki, pero Dios, sus presencias y expresiones le daban mala espina a cualquiera.
Los ojos de Luffy brillaron y su sonrisa volvió a aparecer más radiante que nunca, se levantó rápidamente y se dirigió a una agrupación de personas y sin importarle sus afiliaciones, los empezó a golpear totalmente consciente. A pesar de haber derrotado ya a dos yonkous, nunca está de más una práctica de técnicas aprendidas o aprender unas nuevas y para Luffy, le estaban dando la oportunidad en bandeja de plata.
Nami suspiró rendida, pero luego deparó en el barco del yonkou, sus ojos se encontraron con los de Usopp y cómo sí lo tuviesen ensayado, se levantaron e hicieron como si se estiraran.
—Bueno... nosotros tenemos asuntos que atender por aquí —la mujer apoyó un brazo suyo en el hombro de su acompañante. Sus expresiones mostraban claramente que estaban ocultando algo.
—Mejor nos vamos rápido —ambos se fueron velozmente en dirección a la costa de Marineford.
Robin se quedó un momento ahí viéndolos partir con una risa silenciosa, junto a ella, Franky se levantó y la ayudó con sus grandes manos a subir nuevamente en el barco. La pelinegra sacó un libro y se puso a leer en la cubierta sin darle mucha importancia a los pasos apresurados de Brook, Chopper y Franky, quienes fueron en búsqueda de algo a pasos apresurados.
—¡Yohohoho, que buen momento para una canción! —el puro huesos saltó nuevamente de la cubierta y se prepara para tocar. Su música sí que estaba llegando a los corazones de las "ilusiones" más cercanas, tan así que les causó infartos. No es que se hayan asustado de ver un esqueleto moverse, no, claro que no.
Chopper fue en búsqueda de más utensilios médicos. Las alucinaciones o ilusiones se veían como sus enemigos, pero su doctor innato dentro suyo no le permitiría dejar y ver a personas morirse o estar sufriendo lesiones sin hacer nada.
En el caso de Franky fue todo lo contrario al reno, sacó sus nuevas y relucientes armas construidas después de Wano —. ¡Suuuuperrr! - al depositar algunos aparatos en el suelo se dedica a hacer su pose representativa —¡Qué mejor manera de probar a mis nuevas súperr armas que en medio de acción!
Y Jimbei se quedó ahí sentado de piernas cruzadas, tranquilo y feliz de haberse unido a esta tripulación. Veía a todos desde donde estaba. Una sonrisa surcó sus labios y se puso a pensar, atento a cualquier pedido de ayuda o advertencia.
—Esto es una broma... ¿no?
...
¡Hola a todos!
¿Qué tal están?
Lamento mucho la demora, el colegio y el dibujo me están quitando mucho tiempo, más aún estando desconcentrada. Pero bueno...
Creo que este es uno de los capítulos más desastrosos y largos que he escrito, pero díganme, ¿qué piensan? ¿Recomendaciones, comentarios, quejas, algo? ¡Feliz los leo!
Y cambio de tema nuevamente. Lamento no poder hacer mucho más que decir estas palabras, les prometo que si pudiera, haría más...
Fuerza Colombia, sus hermanos hemos podido, ustedes también pueden superar este momento y seguir más fuertes que antes.
Cuídense mucho al salir, tanto por lo que sucede como por la pandemia.
No soy la indicada para hacer o decir más a parte de enviar todas mis fuerzas desde Chile. Así que sin nada más que decir...
Nos vemos, cuídense y que les vaya bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro