Capítulo I
Los mugiwaras tras su partida de wano al derrotar a los dos yonkous fueron toda una noticia en el mundo, pero eso no era lo único que ocurría, noticias importantes e impactantes no paraban de circular. Todos hablaban de lo ocurrido con el Mugiwara o los acontecimientos tras la Levely . La banda de piratas no habían llegado a ninguna isla y el periódico aún no les llegaban, así que seguían desinformados, de lo contrario, el capitán de goma no se hubiese quedado tranquilo ni parado, pero esa es otra historia.
—Listo... —Chopper sacó el último vendaje del brazo izquierdo de Zoro —, hace días que estamos tranquilos —se bajó del banco y guardó sus útiles médicos —, ese tiempo fue suficiente para que todas las heridas del grupo se hayan curado. Tengo que felicitarte, esta vez no te quitaste ninguna venda —con una sonrisa acompaña, o más bien guía, a Zoro hasta la salida.
Con una sonrisa ladeada, le acaricia la cabeza de Chopper antes salir. El menor sonríe animado y sale tras de él. Los dos van a direcciones distintas, uno a la sala de entrenamientos y el otro buscando a Ussop o a Luffy para entretenerse. Antes de poder ir hacia ningún lado, la voz de Sanji los llama a todos para el almuerzo.
—¡Carneee! —los brazos gomosos del capitán se extienden desde la cabeza del Sunny hasta el barandal del segundo piso para propulsarse y llegar más rápido a la cocina.
Todos a sus propios ritmos le secundaron, se acomodaron en la mesa mientras el cocinero terminaba de colocar los platos. A los segundos de iniciar el almuerzo, Luffy ya se encontraba robando comida del resto, pero algunos no se lo dejaban fácil y protegían sus alimentos con cucharas y tenedores. Las conversaciones entre todos era amena, contando algunas anécdotas o chistes animando el ambiente que se podría considerar familiar.
Al terminar de comer, Ussop y Sanji se levantaron llevando los platos sucios al lavadero, Luffy, Franky y Brook tenían prohibido hacerlo por las altas probabilidades de romper algo, así que ni intentaron pararse.
—De postre hay mousse de mandarina para las hermosas damas~ —Sanji se acercó a los puestos de las dos únicas mujeres mientras bailaba y depositaba los postres y un café para Robin
—Como siempre tan servicial, cocinero-san.
—¡Mmmm! Están deliciosas, Sanji-kun, es definitivamente la temporada de las mandarinas —dice la pelirroja mientras degustaba el postre.
—¡Sí~! —seguía bailando alrededor de las dos.
—¡Oe, oe! ¿Y para nosotros? —preguntó Ussop señalándose a él y al resto de los hombres.
—Tsk, para ustedes hay frutillas —su cara enamorada pasó a una casi inexpresiva mientras iba a buscar platos, el azúcar, crema y las frutillas. Las dejó en la mesa y se volvió a sentar. Los hombres no protestaron al estar acostumbrados a esos tratos distintos viniendo del cocinero. Al finalizar de comer y retirar todo nuevamente, se dieron un tiempo para reportar sobre las condiciones del viaje, el barco y los tripulantes.
—Todas las heridas se han curado y no hubieron ninguna complicación en la sanación ni cicatrización, así que lo único que les advierto es que no se fuercen demasiado aún para prevenir cualquier cosa- el reporte médico alegró a todos y los más animados con el tema fueron Luffy y Zoro, quienes al fin se podrían mover con libertad y entrenar en el caso del segundo.
—El SUUPER Sunny casi no salió dañado, pero lo que sí, ya ha sido reparado —mientras hablaba hizo su pose orgulloso de la resistencia de su más grande creación.
—El clima de hoy es perfecta para navegar, los vientos van con nosotros y estará despejado el cielo y el mar, no se ve nada a la lejanía , así que solo hay que cuidarse de si vienen los marines —Nami estaba llorando internamente de alegría y rezando para que no hagan alguna idiotez y puedan seguir disfrutando de la paz.
—Ah, ¿y la neblina del frente? —la pregunta de Luffy hizo que paulatinamente el rostro de Nami fuese cambiando de una de alegría a una extrañada y enojada.
—¿De qué estás hablando? —los demás nakamas se pusieron nerviosos y desviando la mirada a otro lado de vez en cuando sudando, los únicos impasibles y tranquilos eran Zoro, Robin y Jimbei.
—No sé, cuando estaba en la cabeza del Sunny vi neblina en frente —Luffy hizo una mueca. La navegante salió rápidamente de la cocina para comprobarlo, para la desgracia de su suerte, la neblina ya estaba rodeando al Sunny.
—¡Luffy! ¿¡Por qué no me dijiste nada?! —un aura de enfado empezó a rodear a Nami, pero antes de poder ir a golpear a su capitán, se desmayó.
—¡Nami! —rápidamente Luffy estiró su brazos y la atrapó antes de que cayera de bruces contra el suelo, todos se levantaron alertas. Chopper se acercó corriendo a Nami para examinarla.
El reno se puso dándole la espalda a la puerta y se hincó sacando su estetoscopio. La neblina comenzó a inundar la sala, cuando esta esta a punto de llegar al doctor este fue finalmente capaz de olerlo. "Este olor... se me hace familiar" dejó un segundo de ver a Nami para centrarse el la neblina y descubrir qué le pudo haber hecho eso. "Es verdad, ¡huele a ayahuasca! Oh no, me está empezando a afectar"
—¡Chicos, no lo res-! —no pudo terminar la frase cuando se desmayó. Todos se preocuparon y se acercaron rápidamente, unos intentaron alejarse de la neblina y descifrar el final de la frase. Pero todo intento fue inútil.
La neblina había inundado la última sala del Sunny que le faltaba.
. . .
—¡Waaa! ¡Que buena siesta!
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¡Hola a todos!
¿Cómo están?
Dios mío, el prólogo tuvo mucho apoyo y no saben lo alegre que me pone y me anima a escribir más capítulos. Sé que tardé, quería publicar durante el fin de semana pero por el colegio, viajes y temas médicos se me ha complicado, pero bueno...
¿Qué les pareció?
Intenté alargarlo pero sentía que si lo hacía en este capítulo, se haría pesado por cómo narro.
¿Sugerencias? ¿Comentarios? ¡Los leo!
Sin nada más que decir; ¡nos vemos, cuídense y que les vaya bien!
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