𝘶́𝘯𝘪𝘤𝘰
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La vida del omega había sido catalogada como la mejor de todas. Yang Jungwon era un dichoso chico de nada más que veintidós años. Terminando su último año de universidad apenas hace cinco meses y en vacaciones definitivas por el resto de su vida.
A sus veintidós años lo tenía todo, una familia con mucho dinero, una gran casa elegante y hogareña, un Alfa extremadamente amoroso y un bebé próximo a nacer.
Hace sólo tres meses se había enterado que estaba en cinta, cuando la noticia llegó como un regalo, Jungwon había pegado un salto y abrazo a su Alfa, diciéndole que estaría atado a él por el resto de su vida, y que por lo visto nadie más podría acercarsele.
Shim Jake era su Alfa. Aquel alfa de sólo veinticinco años que había conocido en la universidad. Un Alfa que juraba amarlo con su vida y jamás dejarlo solo , y claro que era así.
Yang Jungwon y todos los que lo conocían, sabían que Shim Jake atesoraba a su omega como a nada en el mundo. El mismo alfa lo decía todo el tiempo, a quien sea que le preguntara sobre su pareja, el Alfa siempre mencionaba a Yang Jungwon con un brillo peculiar en los ojos.
Jungwon y Jake eran diferentes en muchas cosas. Empezando por la actitud, el omega se definía como un completo niño risueño, travieso y aventado. El Alfa era más conservador y educado, con miedo al qué dirán de él. Sin embargo, con el paso del tiempo cada uno de ellos se fue acoplando a sus actitudes tanto que ahora sabían todo perfectamente de ellos.
Jake lo tenía todo, tenía un importante puesto como jefe y coordinador de una empresa de hotelería, tenia a su amado omega, una casa junto a Jungwon y un futuro lobito que alimentar. Sin embargo, gracias a que su trabajo era extremadamente pesado, Jake se veía obligado a pasar las noches fuera de casa
A veces el joven omega se preguntaba si su esposo realmente iba a trabajar, incluso hubo un momento en que perdió toda la seguridad y pensó que Jake lo estaba engañando con alguien más, pero su Alfa sabía cómo hacerlo sentir mejor, así que Jake movió cielo, mar y tierra para hacerle ver a que él era el único en su vida.
El único al quien podía llamar su omega.
Aun así, la seguridad en Yang Jungwon había regresado, pero el trabajo de Shim era cada vez más pesado. A veces no llegaba a dormir a la casa, a veces se iba demasiado temprano y otras veces, regresaba en las madrugadas. Yang Jungwon no era el único que deseaba esa situacion.
Shim Jake también odiaba tener que trabajar todo el tiempo, odiaba no tener tiempo para su omega, ni siquiera tenia tiempo para el mismo.
Pero al final de cuentas, Jungwon siempre le decía que no era problema para él esperar un momento a solas, después de todo, entendía que su Alfa estuviera tan ocupado. Es por eso que, desde hace dos semanas, había comenzado con la idea de crear un nido.
El nido perfecto para almacenar el aroma y amor de su Alfa y de él.
Shim Jake era dominante, pero también cariñoso al momento de estar con él, por eso había tomado unas cuantas camisas de su ropero, una camisa negra con un logo de una pantera en el pecho, tenía el aroma del Alfa dominante que tenía como esposo. Sándalo y Peonia, los aromas que lograban tranquilizar al omega todo el tiempo.
También tomo una camisa de cuadros color azul con líneas rojas, el aroma de su Alfa se encontraba impacto en las prendas. Dio un gemido de gusto cuando decidió quitarse por completo su ropa, lanzó su playera blanca y se sacó los pantalones, quedando en solamente unos boxers negros, se puso la camisa de su Alfa, viendo como ésta le quedaba más larga de lo que imaginaba. De por sí su Alfa tendia usar camisas o playeras más grandes que su estado natural, por eso Jugwon parecía nadar en aquella prenda.
- Aahh, Jakey ¿por qué hueles tan bien? - preguntó sin tener respuesta alguna, en realidad estaba hablando consigo mismo, pues como todos los días, su Alfa estaba trabajando. - ¡Ugh! - se quejó de sí mismo, al ver cómo la camisa lo ayudaba a esconder su pancita - voy a robarte esta camisa para mí solito.
Se miro al espejo de la habitación, viendo como sus largas y delgadas piernas eran expuestas y lúcidas con orgullo. Jungwon sonrió, soltando su feromonas mientras se abrazaba a la camisa de su Alfa.
- Aahh, Shim Jake ¿por que tienes que trabajar tanto? - pregunto otra vez - odio tu trabajo grr - gruño enojado.
Se dirigió hasta el montón de ropa que tenía sobre la cama y la llevó con él, traia algunas playeras, unas camisas, un gorrito que el mismo le había regalado. Todo eso entre sus manos y listo para desaparecer del alcance del Alfa.
Tenía un nido, en el nido encontraba todo lo que quisiera, a lado de su habitacion de casados, había una pequeña sola en la que Jungwon solía encerrarse cuando Jake no estaba, había aprovechado para comenzar a crear su propio refugio, puesto que el alfa no estaba todo el tiempo en la casa, mínimo tenía que hacer algo para resguardarse.
- ¡Ah esto va a quedar genial! - la emoción en el era evidente, incluso podía sentir cosquillas en su pancita de la felicidad. El nido estaba terminado, bueno, casi terminado. Solamente hacía falta un pequeño gran detalle.
Cuando Jake llegó ese día por la noche, el reloj marcaban las once con veinte minutos. Estaba dispuesto a llegar para poder compartir un momento con su omega, pues era la primera vez en mucho tiempo que lograba llegar a casa.
Suspiró cansado al entrar en la gran casa, dejando de lado su maletín y quitándose el saco que solía usar en la empresa. Estiró su cuerpo, sintiendo enseguida como su espalda tronaba al igual que sus brazos, entonces soltó un bostezo lleno de cansancio.
- ¿Mi amor? - pregunto extrañado, pues desde que cruzó la puerta de la casa, no había rastro del omega que llevaba por nombre Yang Jungwon. Si fuese otra ocacion, su Wonnie ya estaría colgandose de su cuello, repartiendo besos por su rostro para terminar por quitarle el aliento con un beso lleno de placer. Despues lo conduciría hasta la cocina y le serviria la cena, para que pudiera llenar su panza de Alfa, luego de esto lo arrastraría a la sala de estar y lo obligaría a ver un documental sobre dulces tradicionales, para terminar por no hacerle caso al televisor y mejor darse mismos entre ellos.
Shim Jake sabía que al llegar a su casa, tenía que hacer eso y mucho mas con su omega. Y no le molestaba en absoluto, despues de todo, era su actividad favorita del día.
Pero no lo encontró, cuando fue a la cocina, su omega no estaba ahí. Cuando fue a la sala de estar en la planta baja, tampoco lo encontró ahí. Por último, subio a su habitación y tampoco lo encontró.
Tal vez debía estar en el patio trasero, así que sin tomarle mucha importancia, abrió su ropero queriendo tomar su toalla para poder ir a bañarse. Pero cuando quiso tomarla, se dio cuenta de que está no estaba, confundido rebusco por todo el ropero, intentando encontrar su toalla de baño pero no había rastro de ella.
- Que extraño, ¿debio lavarla? - habló para si mismo - hoy no lava, lava los martes - se respondió.
Intento buscar su ropa, al menos para poder quitarse aquel traje tan ajustado y molesto. Busco entre su ropa aquella camiseta blanca que se ponía y la camisa de cuadros que acostumbrar a usar, pero tampoco la encontro. Ni sus pantalones de pijama, ni sus audífonos, tampoco la laptop que usaba para atender trabajos en la casa. ¿donde estaba todo eso? ¿Dónde estaba Jungwon?
- Ugh, omega tonto - gruñó por lo bajo, salió de la habitación para poder buscar a su esposo. Entonces siguio el potente aroma que salía de la habitación de al lado y supo que su amado esposo estaba ahí.
Pero no le tomó importancia a la potente combinación de aromas, así que sin duda alguna entró en la habitación, invadiendo el lugar de su omega.
En el suelo, en una esquina de aquella habitación, su mirada cayó sobre el chico que se encontraba durmiendo en medio de un gran círculo. Estaba confundido, porque todo el lugar estaba lleno de sus cosas sus playeras, sus pantalones, sus audífonos y todo lo demás todo eso estaba en aquel lugar.
Lo miro asombrado durante varios segundos, hasta que cayó en cuenta de que su omega, estaba vestido con su camisa cuadrada que tanto estaba buscando, sin nada más que unos calcetines, que también eran suyos y sus boxers negros. El Alfa sonrío y enternecido por la imagen tan adorable que tenía frente a él, Jungwon estaba hecho bolita en medio de su nido.
Camino en silencio hasta poder entrar en el nido, entonces se hinco en su lugar, tratando de despertar a su omega. Quién desde luego, abrió los ojos aturdido, porque el aroma en la habitación se había vuelto más fuerte, entonces sus ojitos adormilados se encontraron con los del Alfa.
- ¡Alfa! - grito emocionado, en un par de segundos, sus brazos ya estaban rodeando el cuello del mayor - ¡Alfa, te extrañe! - besó su mejilla, beso su nariz, besó su frente y cada uno de sus ojos. Jake solamente pudo sonreír satisfecho por al fin tener su debida bienvenida.
- Omega, ¿qué se supone que es esto? - pregunto viendo enseguida como las mejillas de Jungwon se teñian de rojo - no encontre mis cosas en la habitación, y ahora milagrosamente las encuentro aquí.
- Este de.. - lanzó una risita completamente nervioso - ¡sorpresa!- chillo con emocion - Jakey siempre estás trabajando, así que desde hace unos días comence hacer este nido, con tu aroma y el mío para convertirlo en mi hogar mientras no estás.
El Alfa sintió derretirse de ternura, Jungwon era extremadamente lindo cuando se lo proponía, incluso cuando no, su omega seguía siendo el más lindo. Beso la punta de la nariz del menor y hundió su nariz en la curvatura de su cuello.
- Amor - dijo, dejo otro beso en aquella zona - es un nido hermoso. ¿lo sabes? tu aroma y el mío son perfectos.
- Por supuesto, el bebé se siente feliz cuando estoy aquí - le dijo riendo - Estoy casi seguro que este bebé saldrá Igual a ti , solamente puede tranquilizarse cuando su padre está aquí.
Hizo un puchero, el cual fue besado por su Alfa.
- ¿Lo creés? yo creo que saldrá igual de hermoso que tú - le respondió
- Uhm, es cierto. Pensándolo bien, saldrá con toda la belleza que tengo y se quedará con el humor de su padre Alfa - sonrío contento de sólo imaginarlo - ¡oh sí! ya quiero que nazca.
Jake soltó una risita y besó las mejillas de su omega, se abrazo por completo al menor, dejando que esté reposara su cabeza en su pecho. Jake dejo un último beso en sus cabellos y lo acercó de la cintura a su cuerpo.
- ¿Alfa? - llamó una vez más.
- ¿Mmn?
- ¿Podemos dormir hoy en nuestro nido? - pregunto dudoso, aunque claramente sabía la respuesta.
- Claro, hoy dormiremos aquí, cielo - sonrió, Jungwon soltó un grito de emocion y se abrazó aún más a su Alfa.
Por fin, su nido estaba completo. Con Shim Jake ahí, ya nada más le faltaba.
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Gracias a KimchiPxrk por dejarme adaptar tu os 💞
Espero que les haya gustado♡
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