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Timamtha #2

Espero que les guste~

Danny ama dormir, especialmente porque no siempre tiene la oportunidad, pero tiene es suelo liviano, así que puede escuchar perfectamente como si teléfono suena y vibra en su mesa de luz. Gruñe, hundiendo su rostro en la almohada, solo queriendo poder ignorar ese ruidoso sonido pero su consciencia no se lo permite. Puede haber pasado algo, puede ser una emergencia, alguien podría necesitar si ayuda.

-...más vale que sea importante...- gruñó con cansancio, sacando un brazo de la calidez de sus mantas para extenderlo y agarrar el teléfono, apretando el botón verde. -¿Qué?- demándenlo por sonar frío pero había estado durmiendo.

-Danny...- hay un sollozo del otro lado y aunque la voz suena extraña, él puede reconocerlo casi al instante.

-¿Timmy?- se despierta del todo y es rápido en sentarse. Su primo puede ser el menor entre ellos, y casi tan infantil como Bob como momentos, pero costaba mucho hacerlo llorar. Algo debió hacer pasado. -Hey, hey. Tranquilo primo, no te entiendo- el castaño esta balbuceando, arrastrando las palabras en su angustia y con su llanto solo en aumento.

Se cambia lo más rápido que puede, utilizando el pequeño dispositivo que le habían dado para abrir un portal y aparecer directamente frente a la casa de los Turner. Atraviesa las paredes sin mucho problema y, siguiendo los sollozos, sube las escaleras.

-Oh...- parpadeo al ver a su...bueno, a su prima ahora. El poco maquillaje que tiene esta mayormente corrido y sus ojos están irritados, sus mejillas húmedas por las lágrimas que aun esta soltando. -...oh...- se apresura a sacarse la campera que usualmente tiene, ser medio fantasma te deja temperaturas bajas y con frío, dejando la prenda sobre los hombros ajenos. Ella parece aliviada, pasando sus manos por las mangas y subiendo el cierra, un poco más cómoda ahora que tiene el pecho cubierto. -¿Qué sucedió?- se animo a preguntar después de unos segundos de pensarlo.

-¡Jorgen me paso!- camina a paso firme hacia su mesa de luz, sacando unos pañuelos para limpiarse el rostro. -Él me transformó, hizo desparecer toda mi ropa, se lleva a Cosmo y Wanda...- camino hacia el baño, lavándose el rostro con agua fresca, sacando los restos de lágrimas y maquillaje. -...voy a estar...así...hasta que él lo decida, estoy segura de ello- se seco el rostro, haciendo un puchero.

-¿Le hiciste otra broma?- enarco una ceja y sabe cual es su respuesta cuando ella desvía la vista, sin lucir dispuesta a contestar. -Estas son tus consecuencias- se cruzó de brazos.

-¡P-Pensé que viniste a consolarme!- se acercó, aunque su enojo cayó al instante, apoyando su frente contra el pecho del mayor. -...no me gusta ser una niña...- no le gustó la primera vez y tampoco le gusta ahora.

-Lo sé- le acarició el cabello por unos segundos, para luego retroceder y mostrarle una amable sonrisa. Burlarse ahora mismo, cuando ella está sensible, no parece ser una buena idea. -Necesitas cambiarte- porque no se ve cómoda con su ropa actual. -Vamos...- dudo solo un poco antes de rodear los hombros de su prima, sintiendo como se acurrucaba contra su costado. -...Jimmy de seguro tiene ropa de tu talla- abre un portal, apareciendo dentro del laboratorio de su amigo genio, el cambio de temperatura obvio y casi sofocante.

-¿Por qué hace tanto calor aquí dentro?- se desabrocho la campera, tirándose algo de aire con las manos.

-Jimmy de seguro estuvo usando el soldador- se encogió de hombros, sin lucir muy molesto por la alta temperatura. -¡Jimmy, necesitamos ropa!- su voz resonó y no tardaron mucho en escuchar pasos acercarse.

-¿Cuántas veces debo decirles que no griten en mi...?- Jimmy se detiene en seco al verlos, sus ojos dirigiéndose en la chica de apariencia familiar. -¿Timmy?- parpadeo, sorprendido, como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

-Si, soy yo- se remueve con incomodidad ante la mirada ajena, sintiéndose analizado. -¡D-Deja de mirarme, pervertido!- se apresuró a cerrar la campera nuevamente, solo queriendo cubrir lo que se suponía no debía tener y sintiendo sus mejillas ardiendo de la vergüenza.

-Mejor ve a buscar ropa, mirón- Danny se adelanta y empuja al estático genio, bufando con diversión cuando el castaño cae al suelo.

-¡No la estaba mirando!- se defiende con voz temblorosa mientras se levanta con extremidades torpes y se aleja a paso rápido. El fantasma puede ver como sus orejas se vuelven rojas por la vergüenza, sus mejillas deberían estar igual de seguro.

-Esto no me gusta- hizo un puchero, sin quejarse cuando su primo acaricia su cabello en señal de consuelo.

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