CAPÍTULO 1
En el majestuoso palacio de Hantengu, los sirvientes se afanaban en preparar la gran sala para el evento que sacudiría los cimientos de la sociedad.
La alianza entre el imponente palacio de Hantengu y la Casa Muzan había dejado a todos boquiabiertos. Dos poderes aparentemente opuestos unidos en un pacto oscuro y misterioso.
El ambiente en el palacio estaba cargado de expectación y secretos entre susurros. Las paredes parecían retener los suspiros de aquellos que se preguntaban qué oscuros designios se escondían detrás de esta alianza.
Los sirvientes, con manos temblorosas, colocaron cada detalle con precisión milimétrica. Candelabros de oro reluciente, cortinas de terciopelo carmesí y alfombras tejidas con hilos de seda. Todo debía estar perfecto para el evento.
Todo aquel escena era apreciado por los cuatro candidatos al heredero al trono.
—¿Cuantas cortesanas crees vendrán esta noche? —preguntaba Karaku a sus hermanos.
—Qué me importa. Solo espero que acabe ya esta maldita reunión —comentó Sekido.
—Debe de venir miles de mujeres. De esa casa no hay ni una fea —cisó el más interesado en mujeres, Karaku.
—También vendrá Sakura-yome —comentó Urogi, llevándose un bocado de mochi que había tomado del banquete.
—No me interesa quien venga de esa estúpida casa —respondió Sekido de mala gana.
—¿Aún te molesta que Sakura-yome te haya rechazado, Sekido? —preguntó entre risas Karaku.
—¡Cierra la puta boca! ¡Maldito pedazo de miérda! —gruñó.
—Ay, hermanito, era obvio que te iba a rechazar. ¿Quién querría a un amargado las 24 horas? Patético —Karaku no dejaba de reír.
—Ya lleva 4 rechazos— seguía Urogi aún molestando al enfurecido—. ¿Apostamos a que llega a 10?
—¡Un comentario más y juro que! —explotó Sekido.
—Aquí los únicos patéticos— interrumpió el joven de la mirada triste—, son ustedes por interesar mujeres que se acuestan con diferentes hombres cada noche —interrumpió Aizetsu con desdén.
—¿¡Qué dijiste!? —dijeron los tres al mismo tiempo.
—Lo que oyeron — suspiró —. Me sorprende que se puedan entretener con esas mujeres que solo son las sobras de alguien.
—Dices eso porque eres un aburrido deprimido — expresó Karaku con desprecio—. Esas mujeres —sonrió con malicia —, están para entretener de muchas maneras, no buscan compromiso ni amor. Eso es lo divertido en esas cortesanas.
El de los ojos azules entendió que no iba llegar a ningún lado con Karaku, decidió marcharse de ahí, a donde no tenga que ver a ninguno de ellos hasta la noche.
—Oye, ¿adónde vas? ¡No hemos terminado!—exclamó Karaku mirando como se marchaba su hermano.
En la Casa Muzan, la mayoría de las Yūjos se preparaban con nerviosismo para la noche importante. Sus kimonos de seda fina, el maquillaje impecable en sus rostros y sus peinados con adornos de oro reflejaban la importancia del evento.
La dueña de la casa, Kibutsuji Muzan, supervisaba cada detalle con ojo crítico. No paraba de corregir y regañar a las cortesanas, su voz resonando en los pasillos de la casa. Sabía que esta noche tenía la oportunidad de vender a algunas de ellas al triple de su valor habitual y no solo eso, sino que también era su oportunidad para impresionar a las personas de gran poder e influencia que visitarían al palacio; era por eso que cada gesto, cada palabra, cada sonrisa debía ser perfecta y nada improvisado.
Yuzuha, era una cortesana joven de 16 años, a pesar de su juventud gozaba de una gran belleza que casi igualaba a las Yomes de la casa, su figura esbelta y bien formada, y su rostro, aunque inocente, prometía florecer con el tiempo.
Justo en aquel momento se encontraba recogiendo los cabellos largos y dorados de Sakura-yome, su mentora y maestra de las artes de Yūjo, en un elegante peinado digna de admiración.
—Yuzuha —nombró la mayor a su aprendizaje —. ¿Podrías dejar de hacer un momento el peinado? —giró para ver estar a cara a cara con la menor quien la mirada sorprendida.
—¿Sucedió algo, Sakura-yome? —preguntó aún con el peine en sus manos.
—Te tengo un obsequio — dijo con una sonrisa cálida. Después se acercó a su cajón elegante y de ella sacó una hermosa kanzashi dorada con un diseño de flor en particular, pues era la flor de yuzuha. Una flor igual a su nombre.
—Sa-sakura-yome —habló asombrada —. No-no puedo aceptar este obsequio es mucho para mí. No lo merezco.
—No seas tonta, Yuzuha — dijo con cariño mientras se acercaba a ella acomodandose a su lado—. Eres talentosa y trabajadora, te mereces esto y más —tomó el adorno y lo colocó en su cabello oscuro. Ambas observaron al espejo—, ¿no ves que te queda hermoso?
—Muchas gracias, Sakura-yome.
—¡Yuzuha! —entró de golpe la ama de la casa, la señora Muzan —. ¿Hasta cuando te tengo que esperar, eh? — se notaba la ira en su rostro y furia en su voz—. Maldita mocosa ¡Termina rápido con Sakura-yome y anda a ayudar a las otras!
—No es su culpa, mi señora —intervino la yome de los cabellos dorados—. Ha sido.
—Tú no te metas —exclamó Muzan clavando una mirada desagradable a la rubia.
—Sí, ahora mismo, mi señora —respondió Yuzuha con nerviosismo y apuró sus manos para acabar de una vez el peinado en poco tiempo y salir con sus cosas de la habitación de su mentora.
Muzan también hace lo mismo no sin antes avisarle a Sakura-yome que este lista para partir que este cerca de los carruajes. Y por último decirle: "No me falles".
Pero Sakura-yome tenía un plan distinto. Una que puede cambiar su vida drasticamente. Y tal vez, le podía costar la vida.
Ya más tarde, todas las Yūjos y las Oirans con sus vestimentas relucientes y adornos de oro en su cabello, estaban listas para partir en sus carruajes fina para ir al palacio del soberano.
Justo cuando creyó que todo está listo conforme al plan un hombre de la guardia interrumpió sus pensamientos.
—¡Mi señora! —el sujeto lucía pálido y el sudor se hacia ver en su frente—, tenemos una mala noticia —en su cara se notaba el temor de cómo iba a reaccionar la señora.
—Habla rápido que no tengo toda la tarde —ordenó impaciente.
El hombre tragó amargamente la saliva antes de hablar.
—La yome de los cabellos dorados, Sakura-yome, ha escapado. No está en ningún lado.
Primera vez que actualizo algo en menos de un mes.
Qué tal? Estoy acostumbrado a seguir "por fin actualicé" pero no, esta vez es un récord que hasta a mí me sorprende.
Okey, en esta parte vimos a los hermanos Hantengu xd y las principales cortesanas Yuzuha y Sakura-yome y Muzan que en este mundo es mujer 😏
Inesperado el final del capítulo?
Algo que quiero aclarar es que ahora la jerarquía será así:
Yūjo < Oiran < Yome
Las yomes serán las cortesanas de mayor rango y es inventada por mí porque se me hacía raro ver "Oiran" y pues medio la gana de poner "yome" que significa algo así como prometida. 😗
Otra cosa por si se esperaban... es que no aparecerá Zohakuten porque literalmente me olvidé de su existencia hasta que leí los fanfic de Tokito y nunca imaginé una historia con los Hantengu con él incluido xd
En fin, eso es todo por ahora, y creo que las palabras de la autora se lleva como la mitad del capítulo xd.
Nos leemos :D
Fifinixx
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