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Extra 1 ✔️ [Corregido]

En un mundo de imitaciones, ser diferente es toda una proeza.
-Aixa de Alsina🌙

Narra Rose.

Apenas el avión aterriza en suelo Español, mi corazón celebra acelerado. Marcus duerme a mi lado con su cabeza apoyada en mi hombro, sonrío y acaricio su cabello con suavidad para que despierte, pestañea un par de veces antes de abrir los ojos completamente y sonreírme.

—¿Llegamos? —cuestiona incorporándose de nuevo en su puesto. Asiento—. ¿Estás ansiosa? —inquiere observándome fijo, sé que me está escudriñando y no necesito mentirle. Asiento sonriente.

—Mucho —confieso—. Sobre todo porque le contaremos a todos lo de nuestro compromiso. ¿Cómo crees que lo tomen? —pregunto con temor.

Marcus suspira fuerte y se acerca a mí para besar mis labios. El beso es interrumpido cuando la azafata avisa que ya podemos descender del avión.

—No es nuestro deber preocuparnos de sus opiniones, siempre serán solo eso: opiniones —acota Marcus tomando mi mano al levantarme. Rocío y Arianna están en los asientos detrás de nosotros con los bebés.

Tomo a Jordy que aún está dormido y Arianna se queda con Zoe, bajamos del avión y Marcus a duras penas logra llevar todas nuestras maletas hasta la salida del aeropuerto, para coger un taxi.

Respiro hondo el aire de Madrid y os puedo jurar que extrañé respirar este aire. Marcus acomoda el equipaje en la maletera del carro y sube adelante.

Me sorprende dando la dirección del hotel donde nos conocimos y no la casa de mis mujeres, pero no pregunto. Igual, mis mujeres están con sus parejas y tampoco quiero molestarlas.

El auto para frente al hotel Paradise y mi corazón se contrae de emoción. El vigilante que nos ayuda a bajar el equipaje, no lo reconozco, pero igual lo saludo con familiaridad.

Marcus da su apellido en recepción y la chica —que tampoco reconozco— le entrega varias llaves.

—¿Rose? —Doy vuelta sobre mis talones al escuchar a Maximus y le sonrío alegre. Él camina rápido hasta llegar a mí y me envuelve en un fuerte abrazo, haciendo que Jordy despierte. Maximus se separa rápido y mira a Jordy con sorpresa—. ¿Es tuyo? —pregunta sin dejar de verlo. Asiento.

—Ambos lo son. —Señalo a Zoe en los brazos de Arianna y Maximus le sonríe.

—Te desapareces un tiempo y ya tienes dos hijos. No me digas que ya te casaste —pide abriendo los ojos, rio bajito.

—Pronto —le cuento, mostrándole mi anillo como puedo. Maximus sube y baja las cejas con asombro.

—Imagino que usted es el afortunado. Lo recuerdo; estuvo en el cumpleaños de Rose, ¿cierto? —Le extiende la mano a Marcus y este la estrecha con educación.

—Así es —acepta Marcus.

—Está de más decir que si no la cuidas, te la verás conmigo —advierte, sonrío alegre y Marcus asiente también con una sonrisa.

—Por eso no te preocupes. Vivo y muero por ella —le promete Marcus, haciendo que mi corazón brinque de felicidad. Maximus asiente y me mira de nuevo.

—¿Te quedarás por mucho? —inquiere, asiento.

—Un amigo se casa y planeo preparar mi boda acá también —le cuento.

—Vale, entonces tendremos tiempo para ponernos al corriente. Imagino que están agotados. Liz, dales la suite presidencial para que estén cómodos —le ordena a la chica, niego.

—No es necesario, ya Marcus ha pedido nuestras habitaciones —le digo. Maximus me sonríe superior, coloco los ojos en blanco.

—En esta estarán más cómodos, tiene una habitación adaptada para los pequeños —explica entregándole a Marcus las llaves—. El ascensor que está al fondo los llevará directo hasta la habitación —indica. Marcus le agradece y todos nos ponemos en marcha.

—¿Cuál es el plan? —pregunta Arianna, apenas entramos en la habitación. Dejamos las cosas y enseguida busco la recámara que es para los niños.

Sí, es cierto, tiene una cuna de un lado y del otro extremo una cama individual con barandas a cada lado, las paredes están cubiertas con un papel tapiz de la naturaleza con aves y ríos.

Dejo a Jordy sobre la alfombra de rompecabezas y Arianna coloca a Zoe junto a él. Le dejo algunos juguetes que trajimos y se entretienen allí. No cierro por completo la puerta al salir para escucharlos.

—Deberíamos escribirle a Rodolfo para saber dónde nos veremos —opino. Todos asienten esperando a que sea yo quién le escriba. Busco mi celular y lo hago, no demora nada en responder.

Mi Rodo💫

11:43hrs: En casa de tu madre, ya deberías estar allí. Te amo.

Sonrío porque siempre debe ser tan mandón.

—Que en casa de mis mujeres —les cuento—. ¿Alguien quiere cambiarse primero? —Todos levantan la mano, inclusive yo—. Tienen treinta minutos —advierto y todos asienten.

Arianna y Rocío escogen su habitación y nos dejan solos. Marcus me mira atento, me coloco nerviosa.

—¿Qué? —pregunto débil. Marcus se acerca a mí dejando un casto beso en mis labios.

—Iré a ducharme, ¿vienes? —propone coqueto, todos los sentidos de mi cuerpo se activan y asiento siguiéndolo como un perrito faldero. Antes de entrar a nuestra habitación, chequeo a los niños y siguen jugando. Cuando entro al baño, ya Marcus está sin ropa, mi corazón se acelera.

Me desvisto bajo su atenta mirada y me acerco a él con cautela. Al estar a su altura, me alza. Enrollo mis piernas alrededor de su cintura y camina conmigo hasta meternos bajo el chorro de la ducha caliente, para terminar estrellando mi espalda contra la pared, jadeo cuando entra en mí sin premeditación.

Aferro mis manos a sus hombros mientras que entra y sale a un ritmo rápido, pero suave. Me descontrola, muerdo mis labios para no gritar y que nos escuchen Arianna y Rocío.

Marcus lo nota y acelera sus embestidas, lo beso para callar mis gemidos y tras unos minutos más, llego al orgasmo. Marcus me deja caer una última vez con fuerza y siento su líquido caliente recorrerme por dentro. Jadeo descontrolada.

Me deja en el piso cuando nota que puedo mantenerme en pie y terminamos de bañarnos entre risas y miradas furtivas.

****

Cuando el taxi estaciona frente a la casa de mis mujeres favoritas, entiendo que esto es real, que llegó la hora de enfrentarme al mundo.

Debo contarles de mi compromiso con Marcus.

¿Qué dirá Ian al enterarse?

Siendo sincera, esa es la pregunta que más ansío que tenga una respuesta positiva.

Cojo aire y bajo. Marcus me ayuda a cargar a Jordy, mientras yo cojo a Zoe, en contra de las quejas de Arianna de quitarle a su bebé. Rocío es quién llama a la puerta y mi madre quién abre. Al vernos a todos, sus ojos se llenan de lágrimas.

—¡Llegaron! —avisa a los que están dentro y se hace a un lado para dejarnos pasar, me arrebata a Zoe de las manos y besa mi frente un par de veces.

Adentro no solo está Rodolfo con Tony, mi abuela y sus parejas, sino también Josegreys, Alvimar e inclusive Roosevelt, Ian y Xavier, quien enseguida abraza a Arianna. Suspiro y Marcus llega a mi lado sin Jordy en brazos, ya que mi abuela se lo quitó.

—Buenas —saludo tímida ante todas las miradas. Rodolfo es el primero en saludar y coger mi mano con el anillo.

—Para ver ese anillo, te dije que quedó embobada por él, es hermoso. —Siento como todo se detiene y las miradas son clavadas en mí.

Le arrebato la mano y Rodolfo me mira confundido. Observa a todos y me vuelve a mirar esta vez con notable terror en sus ojos.

—¿Vas a casarte, hija? —pregunta mi madre. Trago saliva, siento —literalmente— como los latidos de mi corazón se escuchan detrás de mis oídos.

Marcus me toma de la mano y me sonríe tranquilo. Intento regresar la sonrisa, pero no me sale.

—Le pedí matrimonio a Rose —habla Marcus ante mi silencio. Suspiro.

—Y yo acepté —sentencio. Se puede sentir el ambiente denso, tenso.

—¡Felicitaciones a ambos! —Josegreys es la que se acerca, me abraza primero a mí y luego a Marcus, después de ella sigue Javier, Albino, mis mujeres, Alvimar y por último Roosevelt. Veo como Ian abre los ojos con pesadez y se acerca a nosotros.

—Creo que este siempre debió ser el final, ¿cierto? Felicitaciones a los dos —dice, sonando sincero. Abraza a su padre para después abrazarme a mí.

—Perdón —susurro en su oído. Ian niega y me sonríe.

—Siempre lo supe —confiesa, encogiéndose de hombros. Arianna empuja a Xavier y él se acerca.

—No lo esperaba —admite sincero—, pero soy testigo de cuánto se aman, así que supongo que de cierta manera lo veía venir. Espero sean muy felices. —Palmea a Marcus en algo parecido a un abrazo y a mí me abraza brevemente.

—Bien, comamos entonces —sugiere mi abuela ante el silencio que se creó. Todos asienten y caminan hacia la cocina, no me muevo.

—Creo que no respiro —le confieso a Marcus, cuando quedamos solos, él me sonríe alentador—. No estuvo tan mal, ¿o sí? —inquiero preocupada.

—La mia regina, no hay nada en este mundo o en otro que me haga arrepentirme de estar contigo, ni siquiera algunas malas caras —aclara. Suspiro.

—No son las malas caras lo que me preocupa, son los corazones rotos —explico. Marcus besa mi frente y me abraza. Me aferro a su cuerpo como si fuera mi bote salvavidas.

—Los corazones sanan con ayuda o con el tiempo. Roguemos que puedan encontrar a quién los ayude a sanar más pronto. —Asiento. De corazón espero que puedan encontrar quien los ame como se merecen.

—Ojalá encuentren quien los amen como yo te amo —murmuro contra su pecho, siento su pecho subir y bajar con su risa.

—¿Y cómo me amas tú, la mia regina? —cuestiona viéndome a los ojos.

—Por encima de todo. Con comienzo, pero sin final —declaro antes de unir nuestros labios en un hermoso beso.

****

La idea era que el extra fuera de la boda de Rodolfo o de la Rose, pero creo que esto era necesario que apareciera, ¿cierto? 

Aixa🌙

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