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Capítulo 45 ✔️ [Corregido]

El lago parece mar,
el viento sirve de abrigo;

todo se vuelve a inventar si lo comparto contigo.

-Silvio Rodriguez.

Narra Marcus. 🥰

Salgo de la habitación de Rose, sintiendo mi corazón encogerse.

El brillo en sus ojos ya no está, su mirada cada día la veo mas triste, me gustaría poder tomarla en mis brazos y besarla hasta recordarle dónde tiene el interruptor que la hace brillar, pero no lo haré, ella me pidió que la próxima vez que la bese sea para darle fin a lo nuestro o un nuevo comienzo y sin duda la segunda opción no es posible, y la primera me niego a aceptarla.

Me niego a vivir en un mundo donde no pueda disfrutar de sus caricias, donde su sonrisa no sea yo quien la conquiste, me niego a que deje de amarme.

Regreso a la sala donde Xavier, Ian, Rodolfo y Tony comparten una botella de whisky. No recuerdo el momento exacto cuando sacaron la botella y comenzaron a celebrar, no he querido unirme a ellos a compartir de la botella, porque no quiero volver a cometer la misma estupidez de hace unos días, pero sí he disfrutado platicar con ellos. Aunque ahora, la verdad, se me hace más difícil.

Pasadas las 02:00hrs todos se organizan para dormir en el sofá, Xavier regresa a la habitación de huéspedes, balanceándose de lado a lado, convenzo a Ian de dormir en el cuarto de los bebés y accede mientras que yo decido volver a mi hotel.

Debería ir pensando en la opción de comprar una casa acá para mí, después de todo, es aquí donde me la paso ahora, y todo por ella. Suspiro con pesadez y salgo de la casa cerrando detrás de mí. Subo a mi auto y conduzco, a pesar de que no he probado una gota de alcohol, siento mi mente nublada por todo lo que está sucediendo.

Me gusta imaginar como hubiera sido la historia si nunca hubiera recibo la llamada del hospital porque Ian se había metido en problemas y terminó golpeado, si no hubiera tenido que volver a italia y todo seguiría como lo dejé con Rose aquella noche, como hubiera sido todo si en vez de decirle que no volvería más a España, me hubiera callado.

Ahora nada de eso importa. Le entrego las llaves del auto al valet parking y subo a mi habitación. Me quito la ropa sin importarme donde vaya cayendo y me acuesto por fín.

Decio dejarle a Rose algo que la motive y la haga sonreír al despertar.

Yo.

02:52hrs: Buongiorno mia principessa.

Sin más, cierro los ojos y me quedo profundamente dormido. Me despierta el sonido de mi celular avisando que hay un nuevo mensaje. Lo leo con una sonrisa estúpida en los labios.

La mia regina.

08:04hrs: Buongiorno tesoro.

Cuando me llama cariño, juro que algo en mí se estremece.

Me levanto de la cama para tomar una ducha mientras pido servicio a la habitación. Después de ducharme me coloco un pantalón corto con una franela azul claro y los mismos zapatos que compré en México para caminar sobre la arena.

El servicio a la habitación llega justo a tiempo, le entrego una propina al chico y tomo la bandeja en mis manos.

Desayuno mientras veo las noticias en el TV y cuando ya falta menos de una hora para reunirnos en casa de Rose, salgo de la habitación. Al cruzar la puerta de entrada de la casa de Rose, todos clavan su mirada en mí, los hombres todos tienen caras de zombies recién levantados, sonrío por eso.

—Buenos días —saludo, escucho farfullos de parte de Rodolfo de respuesta y rio por lo bajo.

—Estos se han emborrachado hasta la médula —acusa Rocio viéndolos mal. Vuelvo a reír.

—Nada que un buen caldo caliente no les quite —opino. Rocío me sonríe cómplice y entra en la cocina para minutos después salir con una olla llena de sopa, la coloca sobre la mesa y los llama para que se sienten.

Los hombres obedecen como si de perritos se tratarán y comienzan a comer.

No veo a Rose o Arianna, pero no tardan en aparecer.

Rose se le ve mejor semblante que ayer, se le ve descansada, me sonríe al llegar a la sala y mi estómago da un vuelco, si ella supiera el efecto que tiene su sonrisa en mi, me sonreiría más a menudo o me mataría de sobredosis.

Pasa poco más de una hora para que los hombres terminen de estar listos, los autos equipados y todos ya preparados para conducir. La playa más cercana a Roma está a unos 35 o 38 kilómetros, a esa iremos.

En el volante vamos, Rodolfo manejando su auto cargando con la mayoría de las cosas que preparó y Tony. En mi auto vamos Ian, Jordy y yo al volante, y en el de Rose conduce Xavier y van: Rocio, Arianna y ella con Zoe.

A mitad de camino descubro que es una muy mala idea que los mellizos vayan separados, Jordy no deja de llorar extrañando a su hermana y debemos parar todos. Rose sube al auto con nosotros y de inmediato Jordy deja de llorar para empezar a reír con Zoe.

En lo que queda de camino todo es silencio, salvo por la música de la emisora y las risas de los bebés. En ningún momento alguno de los tres intercambia palabra, pero tampoco hace falta.

Llegamos por fin al mar y todos los hombres ayudamos a Rodolfo a bajar las cosas de los autos mientras que las mujeres enseguida van a cambiarse y esas cosas.

Veo a Rose sentada bajo una sombrilla y los niños a su lado juegan con la arena. Me obligo a dejar de mirarla y me concentro en seguir bajando cosas.

El día transcurre entre risas, bailes y al llegar la puesta de sol, todos nos quedamos en silencio admirando como el sol se esconde al final del mar y las olas chocan más cerca de nosotros.

—Yo tengo algo que decir. —Se levanta Rodolfo de pronto. Su voz está más espesa, deduzco que por todo lo que ha tomado hoy—. Tony —llama a su pareja, quién lo mira atento—, ¿podrías ponerte de pie? —pide y Tony lo hace.

Rose se coloca de pie rápidamente y camina al interior de la casa. Tengo la intención de levantarme y seguirla, pero me quedo pasmado ante lo que escucho.

—¿Te casarías conmigo? —pregunta Rodolfo. Tony se lleva la manos a la boca cuando Rodolfo a duras penas consigue colocarse de rodillas y muestra un anillo dentro de una cajita—. Tenía pensado decir más, pero lo olvidé —confiesa Rodolfo ante el silencio de Tony y todos ríen. Yo no.

Tony asiente con la cabeza y veo como caen lágrimas de sus ojos. Confeti empieza a estallar alrededor de nosotros y veo a Rose caminar de regreso, todos aplauden mientras que Rodolfo y Tony se dan un largo beso. Me coloco de pie también aplaudiendo.

—Tú, sabías —la acuso. Rose asiente sonriente y es la primera sonrisa sincera que logro ver en ella en estos días

—¿No son la mejor pareja? —pregunta admirándolos, sin dejar de sonreír. Veo como Rodolfo y Tony están riendo felices mientras Tony enseña su anillo con orgullo a todos.

—Lo son —concuerdo con ella—. ¿Estás bien? Te he visto cansada estos días. —Rose coge aire con fuerza.

—Ahora lo estaré, estábamos arreglando todo estos preparativos y no había tenido mucho tiempo de descansar —confiesa. Asiento.

—Todo ha sido muy bonito. —Rose asiente.

—Mañana necesito hablar contigo —dice de pronto, su voz denota nerviosismo. La miro.

—¿Por qué no ahora? —cuestiono intrigado.

Mis amores, el siguiente capítulo, es el final. ¿Quieren que lo suba hoy o mañana?



Aixa🌙

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