"Si te centras en lo que dejas atrás, no podrás ver lo que tienes delante".

Película: Ratatouille.

Por favor, díganme que no soy la única que ama las películas infantiles... Considero que son estas películas las que enseñan mucho más que la de los adultos.

Narra Rose. 

Abro los ojos por el sonido de la alarma, pero solo la apago y no me levanto. Contemplo a Ian durmiendo con la boca un poco abierta, sonrío involuntaria.

Anoche después de bailar esa canción, volvimos a la cama y empezamos a buscar canciones al azar diciendo solo una palabra. Se sorprenderían de ver la cantidad de canciones que hay con la palabra 'no'.

Me abrazo de nuevo junto a él y cierro los ojos un momento. Quiero mantener mi mente en blanco y no pensar en todo lo que sucederá de ahora en adelante. Solo intento disfrutar la calidez del cuerpo de Ian junto al mío, ya luego veré qué sucede.

Después de unos minutos más acostada es hora de levantarme, sino llegaré tarde. Intento salir de la cama, pero Ian me aprieta junto a él.

—No te levantes —pide con voz ronca, sin abrir los ojos aún. Sonrío.

—Debo ir a trabajar —le recuerdo. Dejo un beso en su mejilla y vuelvo a intentar salir de la cama, pero esta vez Ian me sujeta con ambas manos dándome vuelta, dejándome con la espalda contra el colchón y él encima de mí.

—No vayas —resuelve viendo mis ojos. Vuelvo a intentar levantarme, pero ahora las manos que antes solo estaban en mi cintura,comienzan a hacerme cosquillas y me muevo como foca con epilepsia mientras río sin control alguno.

—¡Ian! —chillo desesperada y lo tomó de la cara para pedirle entre jadeos que se detenga, pero al mismo tiempo, la puerta es abierta por alguien. Ian deja de hacerme cosquillas y vemos directo hasta ella.

—Lo siento. —Arianna se disculpa con la cara roja y cierra la puerta.

¡Mierda!

Ian me mira confundido, dejo un beso en su mejilla y lo hago a un lado. Esta vez si me deja salir de la cama.

Me doy una ducha rápida y salgo con una bata de baño para escoger qué ponerme. Encuentro a Ian buscando entre mi ropa.

—¿Qué haces? —pregunto burlona, viendo como alza con una mano un vestido y con la otra un pantalón.

—Busco algo lindo para ti, pero no es tan fácil. —Confiesa viéndome desanimado, río por lo que dice.

—Me gusta el pantalón —Admito, es blanco y bota ancha. Hace mucho lo compré y no lo he usado, no sé por qué.

Ian sonríe satisfecho y me lo extiende, lo acepto y quito mi bata, quedando desnuda de nuevo. Me pongo rápido un conjunto interior blanco ante la atenta mirada devoradora de Ian.

—¿Con qué blusa? —Le pregunto para que salga de su asombro. Ian mueve la cabeza y sonríe.

—Espera un momento. —Asiento mientras me coloco el pantalón, me miro en el espejo completo del closet y se ve hermoso, es corte alto lo que acentúa muy bien mis caderas—. ¿Esta? —Ian me enseña una blusa corta color mandarina.

Es algo que no me pondría para ir a trabajar, pero hoy me siento sexy y atrevida, por lo que asiento y la tomo. Me la coloco y veo el conjunto completo en el espejo, me enamoro al instante de la elección de Ian.

—Tienes buen gusto —lo halago dándome vuelta para verlo. Ian me sonríe de oreja a oreja y me ofrece unos zapatos altos punta fina, blancos. Los cojo y me los calzo luego de agradecerle.

Con el cabello solo me lo peino y me coloco levantador de pestañas y guardo un labial mandarina en el bolso de mano, para aplicarlo después de desayunar.

—¿Cómo me veo? —le pregunto a Ian al terminar. Ya él está vestido completamente y me mira desde el sofá.

—Estas preciosa, radiante. —Se levanta y camina hasta mí—Te ves como si hubieras tenido una buena noche —Añade con tono juguetón, me sonrojo al instante y golpeo su hombro. Este ríe. Eso ha sonado como si hubiéramos tenido mucho sexo. Cosa qué no sucedió, pero sí fue una buena noche.

—Vayamos a comer —propongo para que no siga y salimos de mi habitación, primero yo, después él.

Al llegar a la mesa todo está en silencio, Arianna ya está sentada y juega con los niños y Rocío termina de servir los últimos platos antes de sentarse. Tanto Ian como yo damos los buenos días y ambas lo responden sin mucho ánimo.

Imagino que cuando llegue en la noche, estas dos mujeres me van a dar una larga charla, pero por ahora, estoy de muy buen humor, como para arruinarlo.

Ian se sienta a mi lado y no al frente como siempre, cosa que no les pasa ha desapercibido a ambas mujeres. Saludo a mis bebes y comenzamos a comer.

En toda la comida nadie dijo nada, al terminar la comida me coloco de pie y recojo los platos de la mesa para llevarlos a la cocina, Ian me ayuda.

—¿Están molestas o solo a mí me da la impresión? —pregunta Ian bajito cuando dejamos los platos en el lavavajillas. Suspiro.

—Quieren que tenga una relación con Xavier, por lo qué deben estar pensado qué tuvimos sexo anoche —le explico, Ian asiente.

—Yo también quiero que la tengas, pero me siento realmente incómodo con la actitud de ellas. ¿Acaso estaría mal que iniciáramos algo? —replica. Tiene razón.

—Tienes razón. No deberían de ponerse así, mucho menos sin saber lo qué realmente sucedió —acoto. Ian asiente y se agacha un poco para dejar un beso sobre mi frente. Esta vez es Rocio quien entra y nos ve.

Miro al techo, es que nada está saliendo bien. Como entra, sale de nuevo. Ian y yo nos vemos para luego reír por lo bajo.

Salgo detrás de él, busco mi bolso de mano y me despido de mis bebés. Le digo adiós a Rocío con la mano y me despido de Ian con un beso en la mejilla. Arianna sale de la casa y sube al auto sin mediar palabra conmigo. Estaciono en un semáforo y volteo para verla.

—¿Qué es lo que quieres decirme? Vamos, dilo —la aliento. Arianna me mira mal, en sus ojos solo puedo ver furia.

—Eres una zorra y disculpa por la palabra, pero solo eso es lo que viene a mi mente cuando te veo. —Cojo aire.

—Eres libre de pensar lo que quieras de mí, al igual que yo soy libre de hacer lo que quiera —le recuerdo. Arianna asiente de mala gana. Sé que debería sacarla de la confusión que se metió, pero primero quiero ver qué tiene que decir sobre lo qué piensa que sucedió.

—Sí, pero eso no te da derecho a jugar con los sentimientos de mi hermano. ¿No me dijiste que te gustaba? —pregunta molesta. Asiento—. Pues, no es lo que parece, si te gustara no dormirías con Ian a la primera.

»—Se suponía que hablarías con él para darle fin a lo que una vez tuvieron, no para que terminaran acostándose. ¿Eso en que se supone que ayuda a ponerle fin a una relación? —Para cuando termina, su voz ya se ha elevado varios tonos, intento mantenerme calmada.

—Te daría la razón si la tuvieras, Arianna, pero no la tienes. si esperas que te diga que me arrepiento de lo sucedido anoche con Ian, no es el caso, no me arrepiento. —Estaciono el auto al llegar a la empresa y la miro a los ojos—. En primer lugar, no tuve sexo con Ian, solo dormimos juntos. Pasé una gran noche a su lado y no voy a sentirme mal por eso. Lo único que sí debo confesarte es que me besé con él anoche. Dos besos, para ser exacta, pero ya todo quedó claro que no tendríamos una relación.

»—También quiero dejar claro que sí es cierto cuando te dije que quiero tener algo con tu hermano, no mentía y sigo queriendo tener algo con él, pero no voy a decirte que no voy a tener una relación ahorita con Ian, por tu hermano, porque sería mentirte. —Para este momento ya estoy llorando y Arianna me mira atenta con los ojos cristalizados. Ni siquiera sé porqué lo hago, pero no puedo controlarme.

»—Quiero intentarlo con tu hermano, Arianna, le contaré lo que sucedió con Ian anoche y si él quiere intentarlo, pasará, si no lo acepta, lo entenderé. Pero por lo menos lo habré intentado y habré sido sincera. —Seco mis lágrimas e intento regular mi respiración. Arianna seca también las lágrimas que derramó.

—Tienes una vida muy complicada, Rose. —Asiento, eso lo tengo claro. —Pero, si serás sincera con mi hermano, entonces no puedo juzgarte. —Toma mi mano y la aprieta dándome apoyo, le sonrió agradecida—. Pero si me dejas opinar, no sonríes igual cuando estás con Ian, que cuando estás con mi hermano. No sé si eso significa que uno te hace sentir más que otro y tampoco sé cuál te hace más feliz, pero lo que sí sé es que no puedes estar con ambos al mismo tiempo. —Asiento. Eso es obvio.

»—Aunque tampoco ninguno te hace sonreír como lo hace Marcus. Es como si tuvieran una conexión y con solo mirarse, ambos sonríen inmediatamente. Cuando llegué aquí creí que eran parejas por la manera en la que se miran. No lo sé, creo que es la manera en la que quiero que me mire la persona que me ame. —Suspiro. Había intentado olvidarme de Marcus. No quiere decir que lo haya logrado.

No creo que algún día pueda estar con alguien, sin desear estar con Marcus. Y eso me aterra.

—Eso lo tengo claro y aunque no lo creas, Ian quiere que tenga una relación con tu hermano —le cuento para desviar el tema de Marcus. Arianna abre la boca sorprendida—. Sí, yo quedé igual —admito y ambas salimos del auto ya con mejor ambiente entre nosotras.

¿Soy la única a la que se le pone un nudo en el estómago cuándo esta escribiendo capítulos como este?

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Aixa🌙