Las consecuencias de nuestras acciones son siempre tan complicadas, tan diversas, que predecir el futuro resulta ser un negocio muy difícil en sí.

-Dumbledore. Pelicula: Harry Potter.

Después de comer con Marcus, volví a casa donde me esperaban para cenar, así que me tocó volver a comer. Ahora mismo me encuentro tirada en la cama a punto de estallar, de verdad, no estoy exagerando. Debí decir que ya había comido, pero no pude, mi corazón no me lo permitió.

Realmente todos estaban esperándome para cenar, ¿cómo iba a despreciarlos de esa manera? Sin embargo, ahora hasta respirar me cuesta, creo que moriré por sobredosis de comida.

Dos golpes en la puerta me hacen bufar.

—¿Quién? —pregunto con un poco de mala gana.

—Eh, Rose, soy yo, Xavier. —Abro los ojos y resignada, salgo de la cama, me calzo mis pantuflas y me coloco la bata de baño encima, ya que me había desnudado casi por completo.

Abro la puerta y Xavier me mira de pies a cabeza, eso hace que recuerde que él ya ha visto lo que la bata esconde, mis mejillas se calientan.

¿Hace cuánto que no tengo sexo? ¿Un mes? ¿Quizás más? Ya perdí la cuenta.

—Disculpa, no estaba prestándote atención, ¿qué decías? —Xavier me mira con los ojos como platos y es que tenía rato hablando y yo solo pensaba en desde cuando no tengo sexo. ¿Qué? Tampoco pueden juzgarme.

—Te decía que ya solo nos queda el día de mañana acá, nos iremos el domingo temprano. —Abro la boca y la vuelvo a cerrar.

¿Ya tan pronto se acabó el tiempo? Siento que no he compartido lo suficiente con él y si se va ahora, ya no podré saber si comenzaremos algo lindo o si hasta aquí llegó todo.

—¿No dirás nada? —Levanto la cabeza, su mirada es triste, la mía debe estar igual.

—No sé qué decir —confieso. Xavier asiente y agacha la mirada. —¿Quieres pasar? —Quiero golpearme, lo estoy invitando a pasar a mi habitación, Xavier sonríe lobuno y me mira socarrón.

—¿Quieres que pase? —Ahora me dan ganas de golpearlo por ponerme incomoda, el calor en mis mejillas vuelve y sé que debo estar rojisima.

—Si no quisiera, no te habría invitado, ahora pasa o te golpearé —le advierto. Xavier levanta las manos en símbolo de paz y entra a mi habitación cerrando la puerta detrás de él.

»—Dame un segundo —pido para buscar algo de ropa en mi armario y entrar al baño para cambiarme, cinco minutos después, salgo con una pijama de short y blusa que me trajo mi madre de España.

—¿Qué planes tienes para mañana? —pregunta cuando me siento en la cama, él esta sentado en el sofá al otro extremo del cuarto, lo que me hace notar la diferencia entre él y los Lombardi.

Tanto Marcus como Ian, no hubieran perdido la oportunidad de esperarme en la cama listos para una buena sesión de sexo. Pero claro, justo eso es lo que me gusta de Xavier, que no se parece a los Lombardi.

—No lo sé, Ian vendrá por los niños en la mañana para pasar el día con ellos. Creo que los llevará a un nuevo parqué mecánico —le cuento. Xavier me mira atento cuando cruzo una pierna por encima de la otra para sentarme en la posición de indio—. ¿Y tú? —Dulcifico mi voz un poco, ya saben, para coquetearle tantito.

Igual no creo que hoy tenga acción, lo intuyo.

—Tenía planeado salir contigo. —Vuelvo a formar una O con la boca, para luego darle paso a una enorme sonrisa, por lo que tengo que disminuirla un poco.

Tampoco debe notar mi desespero.

—Eso me gusta. ¿A dónde quieres ir? —pregunto ya pensando en varios lugares bonitos al que puedo llevarlo.

—En realidad, quiero que me dejes ser el guía. —Muerdo mis labios con ansias.

—Eso también me gusta. —Xavier sonríe de lado y ahora odio que esté tan lejos y no poder besarlo.

—Bien, nuestra cita empieza a las 11:00hrs. ¿Te parece? —pregunta y ojalá pudiera decirle que me encantaría que empezara antes, pero me controlo y solo asiento—. Vale, me voy. Descansa, muñeca. —Y sin más, se levanta del sofá y camina hasta la puerta.

—Xavier —lo llamo antes de que se salga. Se da vuelta mirándome—. ¿Estaría muy mal si te pido un beso? —Y ahí está de nuevo el caliente en mis mejillas.

Sin vergüenza, estás pidiéndole que te bese.

Xavier sonríe.

—Mal estaría que no lo pidieras —asegura y camina de regreso hasta mí, cerrando de nuevo la puerta.

Se inclina, apoyando una rodilla en la cama junto a un brazo y la otra mano la coloca sobre mi cara antes de estampar sus labios contra los míos en lo que solo puedo describir como un beso lento, pausado y con mucho deseo contenido.

Muero por quitarle la ropa, pero no lo haré. Me prometí primero sentir algo hacia él antes de hacer eso.

Me concentro en el beso y no puedo evitar jadear cuando antes de terminar me da un pequeño mordisco que enciende cada parte de mi cuerpo.

—Buenas noches. —Coloco un mechón de pelo detrás de mi oreja y esta vez si dejo que se vaya.

Apenas cierra la puerta me tiro hacia atrás en la cama sonriendo como una idiota y a la misma vez sintiendo una gran culpa.

No sé qué pensar o sentir, es decir, hoy cuando hablé con Marcus me dolió el alma saber que él estaba dispuesto a dejar que me enamore de Xavier, solo porque —según su testarudez—, merezco algo mejor que él.

Por otro lado, sí me gusta lo que siento cuando estoy con Xavier, ese hormigueo que se apodera de mi vientre y esas ganas locas de querer sonreír cada dos por tres sin ningún motivo aparente, sin dejar atrás, claro, el hecho de que me encanta como me respeta.

Hasta ahora me ha demostrado que sí quiere algo conmigo, no es solo sexual, sino algo bonito y no sé, la verdad no sé cómo sentirme al respecto.

¿Quiero seguir con esto con Xavier y ver a dónde nos lleva o mejor doy vuelta y me quedo con Marcus?

¿Cómo explicar lo que siento por Marcus? Ya ni siquiera sé si es amor, costumbre o seguridad lo que siento cuando estoy con él.

Sé que me gusta compartir con él, reír de cosas tontas que entendemos a la perfección. Pero también es muy cierto que quizás nuestra relación no represente nada malo por ahora, pero, ¿cómo les voy a explicar a mis hijos cuando crezcan el porqué mamá, besa y duerme con abuelo?

Es algo bizarro solo pensarlo, sin mencionar pervertido.

Con Ian si no tengo ningún tipo de sentimiento encontrado, no siento nada al verlo, ni despierta nada en mí verlo con otra mujer. Al menos que sea una como la zorra que trajo la última vez.

Pero, recuerdo cuánto me moleste al saber que a Luisana le llamó la atención... Ese es otro tema que no quiero pensar por ahora.

Quizás y solo quizás, mañana pueda decidir si es Xavier la oportunidad de dejar atrás a los Lombardi... A Marcus, específicamente. Y es Xavier, mi verdadero amor.

¡Ay, por favor, solo de pensarlo quiero golpearme!

Mi verdadero amor son mis hijos, pero, siempre hay un bendito pero, ¿no?

No lo sé, quiero vivir algo bonito con Xavier, ver hasta dónde nos lleva.

No digo que vayamos a casarnos y vivir felices para siempre, pero según dicen: No es el destino, es el viaje. O algo así, no soy buena con los dichos.

Doy vuelta y cojo mi celular para ver la hora.

01:42hrs.

Se me ha ido toda la noche pensando en boberias.

Vuelvo a dejar el celular en su sitio y me preparo mentalmente para dejarme ir en los brazos de Morfeo.

Mis hermosuras, ya tengo escrita la segunda parte, La cita con Xavier. Pero por favor comenten y díganme que piensan que debe hacer Rose, si esta actuando bien o no... ¿Ustedes que dicen?

Aixa.