Capítulo 15 ✔️ [Corregido]
Puedes ser la Luna🌙
Y aun así estar celoso
De las estrellas.💫
~Gary Allan.
Escuchen la canción, por favor. Tiene que ver con el capítulo.
Al despertar, una enorme jaqueca martillea mi cerebro, llevo las manos hasta mi cabeza y al voltear y ver a Xavier a mi lado, sonrío.
Anoche no solo se comportó como un caballero, sino como el príncipe que toda mujer sueña.
Muy a mi pesar, no tuvimos sexo, a diferencia de eso, él se ha quitado también su ropa quedando solo en calzoncillos, yo me coloque mi bata de pijama y nos acostamos en la cama a contarnos secretos, sí, secretos.
Y he descubierto que tengo muchos secretos, ayer contándolos, me di cuenta que son muchos. Los de Xavier eran más emocionantes.
Con resumirles que una vez lanzó a su hermana a la piscina con los flotadores en vez de en los brazos, en los pies. ¿A quién rayos se le ocurre semejante brutalidad? Gracias a Dios, él sí sabía nadar y pudo sacarla antes de que sus padres se enteraran. Si no, ¿se imaginan el desastre?
Me quedo un rato embobada viéndolo. Sonrío y me levanto intentando no despertarlo, me lavo los dientes en silencio y me coloco un sostén para salir a la cocina, muero de hambre. Leo la nota que dejó Rocío en el refrigerador, diciendo que está en el aeropuerto.
Decidida a devolverle un poco de lo que ella ha hecho por mí y mis bebés, busco en internet cómo preparar un bizcocho de chocolate e intento hacerlo bien.
Hago todo tal cual el pastelero lo hace en el vídeo y solo falta meterlo al horno, pongo a calentar el horno y mientras, recojo el desastre que hay en la casa. Cuando ya el horno está caliente, meto el bizcocho y veo la hora para estar pendiente.
Salgo a la sala y coloco música a bajo volumen para ordenar todo.
—¡Por todos los cielos, me has asustado! —Llevo una mano a mi pecho al notar a la hermana de Xavier viéndome.
—Perdona. ¿En qué te puedo ayudar? —Intento recordar que ella es nuestra invitada y no puedo ponerla a hacer nada, pero vamos, Rocío no debe tardar mucho y no quiero que la primera impresión que tenga su hija es una casa toda sucia. El fin justifica los medios, ¿ok?
—La hija de Rocío llega hoy y, pues, no quiero que se encuentre con todo este desastre. —Señalo todo a mi alrededor. Ella parece entender que necesito ayuda y asiente.
—Vale, está bien, yo me encargaré de botar toda la basura y trapear, despertaré a Xavier para que prepare el desayuno, ninguno mejor que él para eso. —Asiento y sigo ordenando—. He, disculpa, ¿sabes en qué cuarto está Xavier? Conmigo no ha dormido. —Me quedo estática y con toda la vergüenza recorriendo mi cuerpo, debo confesar.
—En mi cuarto, tercera puerta a la derecha —respondo sin verla la cara, pero la imagino no sé, burlándose de mí.
—Vale. —Pasado ese momento bochornoso, sigo limpiando.
—Buenos días, preciosas, ya el chef Xavier, está aquí. —Xavier deja un beso en la frente de su hermana y uno en la mía, colocándome, claro, de todos los colores. Su hermana me mira sonriendo y yo solo quiero desaparecer—. ¿Qué les apetece comer? —Xavier sigue utilizando ese ridículo tono de chef y nosotras reímos porque de verdad, lo hace horrible.
—Lo que sea, que sea rápido. No hay mucho tiempo —le digo. Xavier asiente y da vuelta para ir a la cocina—. Ah, otra cosa, si recoges un poco la cocina, sería perfecto —añado con una enorme sonrisa. Xavier asiente y lo pierdo de vista cuando entra a la cocina.
Sigo en lo mío y gracias a la ayuda de la hermana de Xavier —¿Se han dado cuenta de que aún no sé como se llama la hermana de Xavier y decir la hermana de Xavier es muy largo? Creo que debo preguntarle su nombre, sí definitivamente debo hacerlo—.
—¿Cómo te llamas? —Me acerco a ella, claramente la sorprendo porque parpadea muy rápido.
—Arianna —contesta. Le sonrío.
—Mucho gusto, Arianna. Y gracias por ayudarme. —Le doy un abrazo y ella aun sorprendida, me corresponde—. Iré a cambiarme, ya vuelvo. —Ella asiente, salgo de la sala directo a mi ducha. Necesito una ducha urgente.
Me quito la bata de pijama, el resto de la ropa interior y entro a la ducha. Pensé en usar la tina, pero no quiero esperar tanto mientras se llena. Dejo que el agua caliente recorra mi cuerpo mientras me siento estar en la mismísima gloria.
—Ya llegaron —avisa Arianna tocando la puerta.
Termino de secar mi cabello con el paño y me veo al espejo. Coloco un poco de labial rosa en mis labios y listo, como no tengo planeado salir de casa hoy, solo me coloqué un shorts de mezclilla con una blusa de tirantes verde turquesa y, por supuesto, mis deportivas blancas. Listo.
Salgo de mi habitación encontrándome ya a mis mujeres despiertas, a mis bebés preciosos siendo el centro de atención de la hija de Rocío, que por cierto, aunque he visto muchas fotos de ella, en persona se ve aún más bonita.
Tiene una carita angelical y supongo que su cabello rubio es teñido ya que las fotos que Rocío me enseñó de ella, lo tenía castaño.
Me acerco a ellos. Ella inmediatamente deja de jugar con mis bebés y estos hacen pucheros por el abandono.
—Hola —dice tímida, extendiendo su mano. Le sonrío y la abrazo cumpliendo lo que siempre le prometí a Rocío, haría que su hija se enamorara de nuestra familia.
Le toma un poco reaccionar, después de unos segundos me devuelve el abrazo y juro que se siente bien abrazarla. Nunca tuve una hermana y aunque apenas la conozco, considero a Rocío una madre, por ende ella será mi hermana.
—Preparamos algo para ti —aviso al separarme—. Bueno en realidad, si sabe bien, fuimos nosotros tres, si sabe mal, solo fue Xavier. —Lo señalo, todos ríen y él se hace el ofendido haciéndonos reír más.
—¿Tienen hambre? —Xavier pregunta lo obvio, por lo que todos lo bufamos y él resignado entra a la cocina.
—Iré a ayudarlo —avisa Arianna, pero la detengo.
—Ve a sentarte a la mesa, yo me encargo —le digo suave. Ella asiente y yo camino hasta la cocina—. ¿En qué te ayudo? —Xavier da vuelta, claramente lo asusté.
—Puedes empezar dándome un beso de agradecimiento —responde coqueto parando el pico con sus labios. Rio bajito y le doy un pequeño beso en los labios—. ¿Eso es un gracias? —pregunta haciéndose el dramático. Rio.
—Eso es un debemos apurarnos porque nos esperan afuera y más tarde quizás te dé tu recompensa. —Le guiño un ojo y paso por su lado para tomar la bandeja con el pastel que preparé. Vuelvo a pasar a su lado para salir de la cocina y esta vez, me da una fuerte nalgada que me deja picando la nalga. Es un abusador.
Salgo al comedor y todos charlan en la mesa, coloco el pastel justo en el centro de esta y atrás mío, Xavier coloca los platos con el desayuno-almuerzo, que preparó.
Que se trata de unos waffles con miel, fresa y banana, acompañado con una taza de café con leche. Simplemente delicioso.
En el caso de mi madre y abuela, claro está que es con té, ellas no son muy amantes al café y yo tampoco, pero olvide decirle eso a Xavier. Me siento al lado de mi abuela y Alexandra, si no me equivoco, la hija de Rocío así se llama. Pero cualquier cosa, le preguntaré luego a Rocío para no meter la pata.
La comida fue muy agradable y, ¿adivinen qué? Mi pastel quedó bien, ¡quedó bien! Eso merece un récord, ja.
Y aunque dije que no tenía planeado salir hoy, decidimos Arianna y yo que deberíamos tener un día de chicas junto a Alexandra. Así que le hemos robado a Rocío su hija y nos la llevamos.
Por supuesto que me ha tocado a mí ser la guía turístic, pero bueno, no me quejo.
Primero las llevo a caminar a mi parque favorito desde que estoy acá en Roma. Siempre que puedo, llevo a mis bebés allá para que admiren todo lo hermoso que nos ofrece la vida en algo tan simple como los árboles.
Luego de allí pasamos por unos helados, que no pueden faltar en todo paseo y más si es helado de pistacho. Una delicia.
Ahora nos encontramos en el centro comercial decidiendo si ver una película acá o irnos a casa y poner Netflix en mi portátil y tener una noche de chicas. Nunca he tenido una noche de chicas, me siento una cría de 13 años. Estoy emocionada.
—Vale, hagamos esto, compramos unas tres cajas de pizzas, palomitas para hacer en el microondas y unas cuantas botellas de Coca-Cola y nos vamos a casa, nos maquillamos, contamos secretos y vemos películas. ¿Os parece? — Les propongo ya después de unos minutos decidiendo qué hacer. Ambas asienten.
—Me gusta la parte de los secretos —comenta Arianna y por alguna razón, me mira a mí. ¡Santa cachucha, ¿a esta que mosca le ha picado?!
—A mí me gusta la idea de maquillarnos —dice Alexandra y eso es obvio, tiene un lindo maquillaje que imagino ella misma se ha hecho. Se llevará una gran decepción si debo maquillarla yo.
—A mí me gusta comer y ver películas —concluyo yo y todas reímos.
Nos levantamos de los sillones y caminamos en busca de una pizzería y un supermercado donde comprar las palomitas.
Después de una hora, ya estamos bajando del auto en la casa. Al entrar, nos encontramos con Ian, Marcus, Xavier, Rodolfo y su pareja, que están en la sala viendo un partido de fútbol. Los saludamos a todos y le doy feliz año a Rodolfo y Tony, así se llama su novio.
Caminamos directo a la cocina para preparar las palomitas y Arianna sigue hasta mi habitación para dejar las pizzas e ir encendiendo mi portátil. Alexandra prepara una hielera para llevarnos suficiente hielo al cuarto y yo llevo los dos tazones con palomitas ya preparadas. Alexandra se encarga también de los vasos.
Todos los hombres se nos quedan viendo cuando pasamos con todas esas cosas y nosotras solo reímos.
Ya en el cuarto, coloco la clave de la portátil y entro de una vez en Netflix.
—¿Cuál ponemos? —le pregunto a ambas. Colocamos la última de Jumanji y nos acomodamos en la cama para ver la película y comer al mismo tiempo.
Cuando la película termina, aún es temprano, son solo las ocho de la noche, así que ponemos música más o menos alta y empezamos con el desastre de maquillarnos la una a la otra.
Mientras Luisana maquilla a Arianna, yo peino a Alexandra. Claro que con su cabello tan largo, es divino poder inventar.
Lastima que yo no sea buena para nada de estas cosas, por lo que solo le hago varias trenzas que después uno en un moño alto y para terminar, le formo unos bucles con la máquina con el resto del cabello. Y, oh sorpresa, no se ve mal. ¡Aleluya!
Después Arianna me maquilla a mí mientras Luisana la peina a ella. Arianna no se aguanta y empieza con los secretos.
—Confieso que hay un chico que acabo de conocer y creo que me gusta —dice algo tímida Luisana.
—¿Quién? ¿Cuándo lo conociste? ¿Has hablado con él? ¿Es lindo? —Arianna y yo la atropellamos con pregunta tras pregunta, por lo que todas reímos.
—No sé quién es, lo acabo de ver, nunca he hablado con él, pero solo de verlo afuera, ya me dejó anonadada. —Abro los ojos y veo a Arianna con los ojos muy abiertos, por lo que preguntamos al mismo tiempo.
—¿Lo viste en la sala? —Luisana asoma su cabeza detrás de Arianna y nos mira avergonzada.
—No me digan que es novio de alguna de ustedes. —No sé porque me entra una risa nerviosa, es decir, con tres de los cinco hombres que están afuera me he besado, y eso es porque los otros dos son gays. ¡Vaya, vaya!, eso me hizo sentir bien p***.
—Primero debes decir como es —le digo yo, aún riendo—. Hay dos que son homosexuales —le advierto.
—El otro es el padre y abuelo de sus hijos, y el otro es quien creo será su nuevo novio —dice Arianna dejándonos a Luisana y a mí con la boca abierta.
—¿De veras? —pregunta Luisana sorprendida. Miro mal a Arianna. La va a espantar.
—Tranquila, dinos quién es —la aliento, no puedo quedarme con la intriga.
—El de cabello negro y ojos azules —confiesa muy bajito.
Una punzada se clava en mi pecho al saber que se trata de Ian. Me recuerdo mentalmente que ya no siento nada por él, pero sin embargo, no sé porque la idea de que tengan algo me golpea y taladra el pecho.
—Es el papá de mis bebés —digo intentando sonar calmada. Luisana abre los ojos como platos y yo me levanto—. Disculpen un momento, iré a ver a los mellizos. Ya vengo. —Antes de salir, les dedico una sonrisa para no demostrar que estoy contrariada en estos momentos.
Entro al cuarto de mis bebés y estos están dormiditos. Saludo a mis mujeres favoritas y Rocío, que aparentemente, ellas también se preparan para tener una noche de mujeres y bebés, obvio.
—¿Sucede algo, mi niña? —me pregunta mi abuela. Claro que a ella no se le escapa nada.
—No, todo está bien. Solo venía a ver a mis bebes, casi no los vi hoy. —Acaricio sus cabecitas cuidando de no despertarlos.
—¿Segura? —insiste mi madre. Como sé que no podré dormir si no comparto lo que siento, doy vuelta y las veo a las tres.
—¿Debería sentirme mal si Ian sale con una chica? —Me siento egoísta solo de formular esa pregunta. Las tres mujeres se ven entre sí y después me ven a mí.
—¿Por qué lo preguntas? ¿Ian trajo a una chica? ¿Te comentó algo? —Son las tres preguntas que hacen las mujeres y ninguna responde a la mía.
—Solo quiero saber si debería sentirme mal o estoy siendo egoísta —explico—. Sé muy bien que ya no quiero tener una relación con él y, de hecho, creo que me gusta alguien más. Que no se apellida Lombardi, por cierto. —Aclaro ante la mirada de todas—. Pero, no lo sé, no sé porque siento una punzada en el pecho solo de imaginar a Ian con otra mujer. —Sí, estoy siendo una idiota egoísta.
¿Acaso solo yo puedo rehacer mi vida?
¿Qué sucede conmigo?
—Cariño, quizás tienes miedo de que si Ian se enamora de una mujer, ya no tendrá tiempo para estar con tus hijos —dice Rocío, pero sé muy bien, que eso no es.
—Quizás solo tengas miedo de que Ian se vaya y ya no esté cerca de ti y los bebés —añade mi abuela. Y en parte tiene un poco de razón.
—Yo creo que lo que te da miedo es que pierdas el amor que Ian siente por ti y entonces, ya no tengas con quien quedarte. —Touche, mi madre ha dado justo en el clavo.
Creo que es eso.
Me gusta como Ian me mira, como sus ojos brillan al verme, como me recorre el cuerpo con su mirada y me hace sentir deseada, si se enamora de alguien más, ya eso no sucederá.
Y si lo de Xavier y yo no funciona, ¿qué haré entonces?
Sí, sé que puedo quedarme sola, que no necesito a un hombre a mi lado. Pero vamos, todas necesitamos tener a alguien que con solo mirarnos nos haga sentir especial y eso es lo que me hace sentir Ian.
No sé qué hacer. Pero sin duda alguna, debo recordar que si no estoy dispuesta a volver con Ian, entonces debo dejar que él haga su vida sin mí. Aunque me duela.
Aixa🌙
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