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Capítulo once

Después de escuchar que Senku y Kohaku iban a ser padres, e iban a casarse, y ya llevaban años juntos como pareja, Gen y Ryusui cayeron desplomados al suelo.

Senku y Kohaku no les dieron importancia y se marcharon directo a empezar los preparativos para que ella se mudara a la casa de Senku.

Esa noche Ryusui y Gen se sentaron en los taburetes del Bar de Francois en la mansión Nanami, deprimidos por no haber notado desde antes que su pareja favorita ya estaba junta desde hace tiempo.

—Estamos perdiendo el toque, amigo. —Ryusui bebió un trago de golpe—. Estamos perdiendo el toque…

—Debo felicitarlos por lograr engañar a un mentalista… Sí que han aprendido a burlarme. —Lloriqueó, antes de beber un gran trago.

—Necesitamos redimirnos. —Ryusui chasqueó los dedos con una mirada decidida—. ¡Aún somos los mejores casamenteros! Esta vez no cuentan, solo fue que no nos dimos cuenta de un detalle pero… No cuenta. —Alzó la barbilla orgullosamente.

—¿Pero cómo probar que aún tenemos el toque? Se supone que juntar a Senku-chan y Kohaku-chan era el reto más difícil… Se suponía…

Ryusui se quedó en silencio, con la mirada ensombrecida por su cabello.

—Hay un reto más difícil…

Gen lo miró con los ojos muy abiertos.

—¿No hablarás de…?...

—Sí. —Alzó la mirada con ojos decididos.

—¡Pero es el reto imposible!

—¡Es nuestra última oportunidad de redimirnos! ¿Qué dices, Gen? ¿Lo intentaremos? ¿Aún con todos los vientos soplando en nuestra contra?

Gen se quedó pensativo un momento, antes de sonreír y beber el resto de su bebida de golpe.

—¡Hagámoslo! ¡Triunfaremos en esta misión suicida!

—¡El mayor desafío para los mejores cupidos…!...

—Vamos a…

—¡Vamos a…!...

—¡Conseguirle novia a Ginro!

.

Con Ryusui y Gen ocupados en su misión imposible, la misión de organizar la boda de Senku y Kohaku cayó en manos de Ruri, Yuzuriha y Francois.

Ellos querían algo sencillo, pero la mayoría de sus amigos insistieron en que sea una gran fiesta y cuando a Ruri le gustó mucho la idea Kohaku acabó cediendo, y ella convenció a Senku.

Ambos estaban poco convencidos de que su propia boda fuera a gustarles, pero en ese momento estaban más concentrados en el bebé que venía en camino.

Ya que se habían enterado del embarazo a las tres semanas de la concepción (gracias al entrometido Dr. Gray), tenían la oportunidad de empezar a prepararse casi desde el comienzo para la llegada de su hijo o hija.

—¿Estás nervioso? —preguntó Kohaku mientras Senku se preparaba para hacer la ecografía él mismo.

—No. Eres una persona muy saludable, el mocoso debe estar en perfecta salud.

—No me refiero a eso. —Sonrió divertida—. Ya sabes… me costó convencerte de tener hijos. Dijiste que los querías luego de casarnos, pero se adelantó y nos llegó de sorpresa. —Rió encantada.

—Bueno, primero que nada, aclaremos que me convenciste de un mocoso y nada más que un mocoso. —Sonrió ladinamente—. Segundo, en este momento estoy bastante ligero de trabajo, así que esta sorpresa llegó justo a tiempo. Tercero… en realidad la idea hasta me resulta emocionante. —Rió por lo bajo—. Será un reto criar a un mocoso. Y también requiere de conocimientos científicos hacerlo correctamente así que… ya me estoy emocionado. —Ambos rieron alegremente.

—¡Ja, también estoy emocionada! ¡Pero igualmente estoy diez billones por ciento segura de que lo haremos bien! ¡Yo daré mi mejor esfuerzo!

—Bueno, obviamente lo harás bien. Las mamás leonas son las más… ¡AUCH!

Se frotó el brazo que ella había pellizcado antes de acabar riendo para luego decirle que se relajara y volver a concentrarse ambos en la ecografía.

—Oh, wow… ¿Eso es nuestro bebé? —Kohaku de repente vio en pantalla algo que hizo que sus ojos se abrieran mucho, brillantes y maravillados

—¿Eh?... Oh. —Luego de unos segundos, Senku también lo vio y sonrió—. Sí… Ese minúsculo maní de ahí es nuestro mocoso o mocosa. —Rió suavemente—. Mide alrededor de un centímetro… Todo parece estar en orden… Claro que esto es solo un primer vistazo experimental, mañana iremos con un obstetra. Pero todo parece ir bien.

—Me alegra saberlo…

Ambos se quedaron mirando a la pantalla un largo rato, antes de que Senku carraspeara y le dijera que ya debería empezar a preparar la cena.

Kohaku quería mirar más a su bebé, pero entonces su estómago gruñó y ya no pudo protestar.

Al día siguiente la obstetra les confirmó que efectivamente su bebé estaba creciendo muy bien y saludable, y para Kohaku empezó todo un nuevo estilo de vida para cuidarse durante el embarazo. Su actividad física se vería limitada y tenía que controlar prácticamente todo lo que comiera. Le dieron tantas instrucciones que se sintió mareada. Senku, por otro lado, estaba muy atento y emocionado ante todo lo que dijera la doctora, tomando nota de todo en una libretita y haciendo muchas preguntas sobre muchas cosas que Kohaku no entendía ni en lo más mínimo.

El desgraciado hasta tuvo el descaro de preguntar por… por… cosas pervertidas. Kohaku casi muere de la vergüenza, mientras que la doctora solo se rió y le informó de las pocas precauciones que deberían evitar al… hacer cosas pervertidas.

Esa semana terminó de mudarse con él y ambos decidieron empezar a pensar en nombres, aunque sin llegar a un acuerdo.

—¡No se va a llamar Senku si es niño! ¡Ni en diez billones de años, Senku!

—¿Y Senko si es niña no te gusta tampoco?

—¡No!

Desgraciadamente a él tampoco lo convencieron los nombres que ella quiso. Así que ese tema quedó pendiente.

Al mes siguiente, la boda se acercaba y sus amigos decidieron preparar "despedidas de solteros" para ellos.

Las chicas (sobre todo Minami y Amaryllis) arrastraron a Kohaku a una fiesta donde chicos lindos cantaban y bailaban para ellas. Aunque ella acabó llorando porque Senku nunca le cantaba, y luego acabó enojada al pensar que él estuviera viendo bailar chicas, y después de alguna forma terminó echando a los chicos del escenario y bailando ella sola.

—No está borracha… ¿verdad? —preguntó Ruri preocupada.

—No, deben ser las hormonas. —Yuzuriha rió nerviosamente—. Eso esperó…

Senku, por otro lado, fue arrastrado de su laboratorio a un bar donde efectivamente habían chicas bailando, aunque él ni las miró hasta que Ryusui y Gen, solo para molestarlo, le enviaron a dos a bailar prácticamente en su cara. Ya preparado para la situación, sacó un buen fajo de dragos y les pidió a las bailarinas que distrajeran a sus molestos amigos para que pudiera escaparse del bar.

Fue a buscar a Kohaku, encontrándola llorando en el escenario, diciendo que lo extrañaba demasiado.

Sin duda las hormonas ya la estaban afectando…

Y hablando de eso, apenas entró al lugar ella no lo pensó dos veces y se le tiró encima. Y por un momento Senku temió que estaría dispuesta a consumar el acto sexual delante de todo el mundo, con la forma tan intensa en la que lo besó. Le costó mucho convencerla de ir a casa para continuar allí.

Mierda que acababan de exponer a lo grande un aspecto muy íntimo de sus vidas frente a todas las amigas de Kohaku… Y frente a la reportera. Mañana todo el mundo estaría hablando de eso.

Para colmo, Kohaku se durmió en el auto y no hubo forma de despertarla luego. Senku tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas para llevarla a la cama.

Al día siguiente hubo muchas miradas incómodas hacia ellos y Kohaku no sabía donde esconder el rostro, pero Senku simplemente quería su recompensa por haber tenido que soportar tanto. Ella sí que lo había dejado con las ganas ayer…

Desgraciadamente, una vez más ella se durmió muy temprano y Senku tuvo que cruzar los brazos, acostarse a su lado y quedarse con las ganas otra vez.

Así estuvo una semana hasta que repentinamente un día no dejó de mirarlo mientras hacía la cena y mientras comían.

—¿Sucede algo? —Alzó una ceja.

Ella se mordió el labio y negó con la cabeza.

Él se dispuso a lavar los platos, sintiendo su mirada todo el tiempo.

Empezó a preocuparse, así que lavó todo rápidamente y se acercó a ella, colocando una mano en su frente y volviendo a preguntarle si estaba bien.

Y ella finalmente no resistió más y se le tiró encima.

Y por toda una semana actuó de forma completamente salvaje e insaciable en la cama, recuperando todo el tiempo perdido y con creces.

De hecho, Senku pronto empezó a tener problemas para seguirle el ritmo.

Se despertó temprano una mañana e intentó escapar antes de que ella despertara, pero entonces sintió unos delgados pero fuertes brazos envolverse alrededor de su cintura desde atrás.

—¿A dónde crees que vas, Senku?~ —canturreó directamente en su oído.

Y lo peor era que su maldito cuerpo traicionero aún muerto de cansancio reaccionó de inmediato a su voz seductora.

Con una sonrisa resignada, se dejó arrastrar a la cama una vez más.

Afortunada o desafortunadamente, la siguiente semana Kohaku volvió a dormirse exageradamente temprano y se calmó bastante en anhelar tenerlo encerrado en la habitación con ella.

La siguiente semana, los últimos preparativos para la boda los mantuvieron ocupados.

Y finalmente llegó el "gran día".

Kohaku estaba inmensamente feliz mientras la preparaban. Recordaba la boda de sus amigas y su hermana. Ellas siempre se veían como ángeles, y a Kohaku por una vez le importó verse bonita para Senku.

Estaba emocionada. Cuando él le propuso matrimonio realmente fue inmensamente feliz, y ahora por fin se estaban casando. ¡Y ya con un bebé en camino!

Y pensar que habían pasado tanto tiempo discutiendo si llegarían a esto o no… ¡ahora tendrían todo de una! Y no podría estar más feliz al respecto.

Marchó al altar del brazo de su padre, sonriendo detrás del velo transparente.

Senku sonreía relajado a la vista de todos, pero Kohaku había logrado ver su reacción gracias a su excelente vista. Pudo verlo quedarse sin aliento, aunque sea por un segundo, vio sus pupilas dilatarse y su expresión sorprendida y quizás hasta… fascinada… Aunque solo fue una fracción de segundo, le bastaba. Y eso hizo que su sonrisa se volviera gigante mientras marchaba hacia él.

Su padre entregó su mano a Senku con orgullo, ya que lo consideraba un hombre digno de su hija. Aunque eso después de que Senku le asegurará al menos diez veces que sí iban a casarse cuando Kokuyo descubrió que estaba embarazada y de inmediato lo tomó del cuello de su ropa y lo sacudió un par de veces. Afortunadamente la ira se le pasó cuando aseguraron que sí habría boda.

Y ahora allí estaban… frente a frente, con sus manos entrelazadas y sonrisas cómplices.

No hubo votos, solo un firme "sí, acepto" de parte de ambos, y entonces se colocaron los anillos y él levantó el velo, revelando su rostro enrojecido pero tan expectante que lo hizo reír divertido. Tomó el ramo de flores que le había dado a su dama de honor (Ruri) y lo usó para cubrir sus rostros del público para no darles un espectáculo cuando le dio un beso profundo y apasionado que la dejó sin aliento y más que satisfecha.

Todo el mundo celebró de forma escandalosa y ellos se separaron sonrientes, solo para que sus rostros se desencajaran por la sorpresa al ver al Dr. Gray entre el público, aplaudiendo y secando sus lágrimas conmovidas con un pañuelo. Extrañamente habían tres personas encapuchadas a su lado.

Quisieron ir a interrogarlo, pero entonces Taiju se les lanzó encima a abrazarlos para felicitarlos y pronto fueron rodeados por una multitud queriendo darles sus felicitaciones.

Les costó más tiempo del que pensaron librarse de ellos, y entonces ya no encontraron al Dr. Gray entre el público.

—¿Se le habrá escapado a Xeno? —Senku hizo una mueca—. Más le vale no estar planeando nada…

—Ja, lo mataré si arruina mi boda. —Kohaku miró sospechosamente a su alrededor.

Decidieron seguir con la celebración, aunque obligados.

Sin embargo, había una parte que Kohaku había estado esperando ansiosa y que Senku había querido evitar a toda costa: bailar.

—No.

—Vamos, ¡solo será un baile!

—No.

—No te estoy preguntando. —Sonrió felinamente y lo arrastró a la pista.

La banda empezó a tocar y Kohaku rió mientras envolvía sus brazos alrededor de su cuello.

—Vas a pagar por esto, leona… —murmuró rencorosamente mientras intentaba, a regañadientes, seguirle el paso.

—Te lo compensaré en la luna de miel —prometió pegándose más a su cuerpo, con una mirada sugerente.

—Eso si no te la pasas durmiendo la mitad del tiempo… —Deslizó sus manos por su cintura.

—Ja, no puedo prometer nada —admitió sin pena—. Pero al menos esta noche… sí que voy a mantenerme despierta… y mantenerte despierto también. —Rozó su boca con la suya.

Él rió suavemente, haciéndose un poco hacia atrás y cambiando a sostener sus manos para hacerla dar un giro cuando la melodía se volvió más intensa.

Entonces volvió a reducir la distancia y apoyó su boca contra su oído.

—¿Qué dices si mandamos todo a la mierda y nos largamos de aquí? —susurró, haciéndola estremecer al sentir su respiración en su piel.

Kohaku sonrió, acariciando su espalda de forma que sabía que lo volvía loco, haciéndolo sentir sus uñas a través de la tela de su traje.

—Apenas todos se distraigan, corremos.

Luego de finalizar el baile, Kohaku se negó a bailar con sus amigos y fue a sentarse junto a Senku, esperando el momento para escapar.

El momento llegó cuando todo el mundo se fue de espaldas al enterarse que Ginro realmente había venido con una cita para la boda. Con Shovel, una aldeana que desde niña había sido muy chismosa y romántica. Aparentemente Ryusui y Gen sí que tenían talento como casamenteros…

Senku y Kohaku también apenas pudieron con la sorpresa, pero lograron recomponerse y correr después de intercambiar una mirada.

Se tomaron de las manos y huyeron del salón, riendo cuando escucharon a Ryusui y Gen gritarles que se detengan.

Todos acabaron algo decepcionados de que no cortaran el pastel, se tomaran fotos y escucharan discursos, pero al mismo tiempo era refrescante verlos ser… bueno, una pareja de enamorados. Así que la fiesta siguió aunque sea para celebrar la boda sin los novios.

Y Senku y Kohaku pasaron una maravillosa noche de bodas.

Sin embargo, la luna de miel solo les duró un par de días antes de que los síntomas del embarazo volvieran a golpear con fuerza a Kohaku.

Pero bueno… ya estaban casados así que… ¡hurra!

Al mes siguiente, Kohaku empezó con los antojos.

—Senku… —En medio de la noche, ella sacudió su hombro insistentemente—. ¡Senku!

—¿Hmm? —Él apenas despegó su rostro de la almohada.

—Quiero arroz.

—¿Arroz?

Kohaku asintió.

—Con helado.

—¿Helado?...

Kohaku asintió otra vez.

—Y ciruelas.

—¿Ci-ciruelas?...

Kohaku asintió una vez más.

Senku frotó sus sienes, pero acabó suspirando profundamente y pateando sus sábanas para levantarse e ir a conseguirle lo que ella quería.

Para cuando hirvió el arroz y le colocó las ciruelas y el helado, Kohaku ya estaba dormida.

Gimió desde el fondo de su garganta y volvió a la cocina al dejar todo.

Cuando regresó, Kohaku estaba despierta y malhumorada.

—¿Y mi arroz con helado y ciruelas, Senku? ¡Nuestro bebé tiene hambre!

Él bufó.

Definitivamente no quería más hijos luego de esto…

Pasaron los meses y su vientre creció inmensamente. Ella lo encontraba muy incómodo, pero Senku siempre la hacía sentir mejor al respecto.

Algo que amaba muchísimo era verlo emocionarse al sentir a su bebé moverse dentro del vientre.

—¡Patea tan fuerte como tú, sin duda será una pequeña leona!

Ah, sí, finalmente habían descubierto que tendrían una niña, cosa que los emocionaba al diez billones por ciento. Aunque también los ponía nerviosos.

—No le digas leona. Se va a enfadar contigo.

—¿Crees que me odie? ¿Crees que tenga tu mal carácter? ¿Cómo se crían mini leonas? ¿Cómo hago que me perdone si se enfada? ¿Los bebés se pueden enfadar prolongadamente con sus padres? ¿Y si no me quiere como papá? ¿Y si…?... —Se interrumpió al escuchar a Kohaku comenzar a carcajearse con ganas.

—Tranquilo, estoy segura de que te va a amar. —Con una mirada enternecida, se acercó a darle un suave beso—. Serás un gran padre.

Él suspiró largamente.

—Falta un mes para que nazca, así que lo averiguaremos pronto.

Aún no tenían un nombre para su hija, pero entonces, cuando Senku buscaba hacerle un regalo a su hija cuando naciera, algo que pudiera usar tal vez incluso al crecer y llegar a ser adulta, encontró el regalo perfecto.

Era una pieza de ámbar azul, algo realmente muy raro de encontrar. Pero lo consideraba el regalo perfecto. No solo era la piedra a la que el nombre de su madre hacía alusión, sino que tenía toques dorados como el cabello de Kohaku, y era tan azul como sus ojos. Y Senku esperaba que la pequeña leona fuera idéntica a su madre, así que pulió la piedra y se la mostró a Kohaku.

—Vaya… Me recuerda un poco a la luna cuando brilla ligeramente azul…

—Es realmente absurdo haber encontrado una de esas piedras ámbar azul aquí en Japón, pero vaya que será el regalo perfecto para nuestra pequeña leona. —Rió divertido.

—¡No le digas leona! —protestó, frotando su vientre protectoramente. Luego siguió mirando encantada a la piedra—. Es muy bella… ¿verdad que sí da un aire a la luna azul? —preguntó emocionada.

Él rió suavemente.

—A la luna y al cielo, diría yo.

—A la luna y al cielo… —Sonrió, para de repente abrir mucho sus ojos—. Oye, Senku… ¡Creo que ya sé cómo quiero llamar a nuestra hija!

—¿Oh?

La hija de Ishigami Senku e Ishigami Kohaku nació el primero de Abril, completamente idéntica a su padre, excepto por sus brillantes ojos azules.

Ellos la adoraron desde el primer momento, aunque Kohaku le dio un suave golpe en el hombro a Senku cuando él señaló sus "ojos saltones", preguntando si era normal. La doctora les explicó entre risas que solo era una defensa natural ante la luz exterior a la que era expuesta por primera vez.

Ella era sumamente pequeña y delicada, y Kohaku sintió que podría llorar de felicidad cuando el llanto de su bebé se calmó en el instante en el que la tuvo en brazos, piel con piel. La llenó de suaves besos y la amamantó con una sonrisa llena de felicidad.

Cuando llegó el turno de Senku de cargarla, él estuvo bastante nervioso, aunque intentando disimularlo.

Ella abrió sus ojos azules y lo miró fijamente, haciéndolo sonreír como nunca antes había sonreído.

—Bienvenida, Tsukiku.

Después de muchas pruebas y pasar horas y horas en el hospital, finalmente se les permitió ir a casa con su pequeña leoncita recién nacida.

Después de que Kohaku la amamantara otra vez, la colocaron en su cuna y Senku colgó el collar con la piedra de ámbar azul allí, enredándolo en uno de los barrotes.

A pesar del cansancio, siguieron observándola atentamente, con sus manos entrelazadas.

Nada podría arruinarles este momento.

Excepto ver al Dr. Gray repentinamente en su ventana, grabándolos con una cámara.

—¿Pero qué mier…?...

Antes de que la sorpresa los superará y acabaran gritando y en consecuencia asustando a la bebé, el Dr. Gray roció sobre ellos líquido "Never Mind" y desapareció de allí silbando alegremente, a lo que ellos solo parpadearon confundidos por un momento, intercambiando una mirada perpleja, antes de encoger los hombros y seguir mirando a su hermosa bebita.

Una nueva etapa en sus vidas había comenzado.

Continuará...

Bueno, ese fue el primer cap de la segunda parte de este fic!

Aunq en realidad no estoy segura de cuántos caps tendrá pero el final no está cerca aún xP

Ojalá que les haya gustado! No olviden que los amo!~ :3

Este fic tiene una referencia al hermoso fanfic Ámbar de la autora Multiply, leanla, está hermosa ❤

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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