Capítulo diecinueve
—¡SENKU! —El grito de Chrome a través del auricular del celular casi deja sordo a Senku—. ¡¿Es cierto lo que dijo Xeno?! ¡¿Es posible?!
—Pues de que es posible, lo es. —Rascó su oído con irritación—. Aunque hay otras posibles explicaciones, pero por ahora parece que ese el caso...
—¿E-entonces podremos ver nuestras vidas en otros universos alternos como si fueran programas de televisión?
—Eso o Gray programo una inteligencia artificial con la capacidad de engañarnos para simular algo parecido, entre otras explicaciones, pero lo de universos alternos fue lo que ese lunático dijo.
—¡Qué malote! Sea una cosa o la otra, yo quiero verlo. ¿Cómo puedo hacerlo?
—Simplemente utiliza la antena que Xeno nos dio el mes pasado. Aunque te advierto... Es muy, muy raro.
—¡Claro, ya lo comprobaré yo! ¡Luego te habló! —Sin más, le colgó.
Senku bufó.
Chrome no tenía idea de dónde se estaba metiendo...
Aprovechando que estaba solo en la sala, Senku prendió la televisión y el primer canal que lo recibió fue una versión alterna de su universo donde Kohaku y él habían sido padres a los diecisiete años, antes que cualquiera de sus amigos, y tenían que lidiar con un matrimonio forzado y las dificultades de criar a su hija en medio de resurgir la civilización con cuidados médicos de segunda y un montón de drama innecesario y digno de un shojo barato.
Kohaku se había quedado hipnotizada mirando eso como tres horas ayer, así que Senku aprovechó para cambiar de canal, esperando no volver a saber nada de esa historia ridícula.
El siguiente canal que se encontró fue uno donde él era una especie de vampiro-inmortal raro que no fue afectado por la petrificación y espiaba como un acosador a su esposa, que en ese universo no era su esposa, y que por cierto era menor de edad. Iba a cambiar de canal, pero entonces vio una escena de evidente tensión sexual que escaló a ellos besuqueándose y toqueteándose en el suelo, y no pudo apartar los ojos, con su dedo congelado en el botón del control remoto.
—¡Llegamos!
—¡¿Papá?!
—¡Senku! ¡¿Estás aquí?!
Al escuchar la voz de su esposa e hija acercándose, entró en pánico y casi tira el control remoto en su afán de cambiar rápidamente de canal. Logró cambiar un segundo antes de que ellas llegaran.
—Oh, aquí estás. —Kohaku estaba cargando en brazos a su pequeña hijita, Shizuku, que tenía ya un año y medio. Ella le estiró los brazos a Senku para que la cargara.
La cargó con gusto, para luego mirar a su hija mayor, de diez años recién cumplidos, que estaba acompañada de sus amigos, sus dos amiguitos de la escuela, Misaki y Yok, y los hijos de sus amigos, Haishi, Umi, Ruchiru y Kinji.
—¿Qué estás mirando ahora? —preguntó Tsukiku, fijándose en la televisión.
Senku volteó hacia el televisor con cautela, porque no tenía ni idea de qué había puesto. Todo lo que sabía era que muy probablemente se trataba de algo que protagonizaba junto a Kohaku, porque así lo habían configurado la noche anterior después de que Xeno les dijera lo que el Dr. Gray hizo esta vez.
Para su buena suerte, el programa no tenía nada subido de tono. Para su mala suerte, el programa estaba mostrando un universo donde él era un millonario acosador siguiendo a una Kohaku colegiala en un auto último modelo con la capacidad de hacerse invisible.
—Pero ¿qué mierd...? —Se calló a media frase solo porque tenía a Shizuku a cuestas, pero no pudo dejar de ver boquiabierto a la pantalla, viendo su rostro de obsesivo mientras observaba a su esposa adolescente caminar tranquilamente hacia su escuela.
—Vaya... No conocía esa faceta del señor Ishigami... —opinó Misaki, la amiga del colegio de su hija, boquiabierta.
—¿Les contaste a todos acerca del televisor? —preguntó Kohaku a su hija, sorprendida. Tsukiku solo asintió como si no fuera la gran cosa.
—Esto es ridículo. —Como pudo, Senku tomó el control esforzándose por cargar a Shizuku con solo un brazo y cambió de canal.
Se encontraron con un programa donde un Senku adolescente estaba vagando por la playa, acompañado de Kohaku que parecía tener una edad similar, aunque por alguna razón no estaba vestida con su típico vestido de aldeana. De hecho, apenas y sí esta vestida, tenía un sujetador que parecía estar hecho con... ¿piel de pescado? Y una falda que era más bien un trozo de tela amarrado a su cintura.
—Entonces... —dijo el Senku adolescente de la televisión—. El trato es que yo te muestre más inventos científicos, ¿y tú vas a ayudarme y a conseguirme alimentos solo porque sí?
—¡Ja, lo dices como si fuera poco! Siempre me han dado curiosidad los humanos y todo lo que crearon, además, también quiero descubrir porqué todos se volvieron piedra, como tú dijiste. Ese "misterio de la petrificación". ¡Suena muy emocionante!
—¿Humanos? —Haishi, que ya tenía doce años, se acercó a sentarse al sofá de inmediato—. ¿Por qué habla como si no fuera una?
Senku observó al mocoso de Tsukasa con varias gotitas cayendo por su sien, tanto por lo chismoso que era como por lo alto que se había vuelto, ¡ya casi tenía la misma estatura que él!
—Me sorprende que tu gente también se convirtiera en piedra —murmuró el Senku adolescente en la TV, inclinándose para recoger algunas almejas—. Parece que humanos y sirenas tienen mucho en común.
—¡¿Sirenas?! —Umi, que ya tenía trece, se sentó al lado de Haishi de inmediato, con ojos muy emocionados.
—Apenas tenga el equipo adecuado, comenzaré a investigar más sobre ustedes, no puedo negar mi curiosidad. —El Senku de la TV rio entre dientes, recogiendo más almejas.
—Si quieres almejas, puedo traerte más —dijo la Kohaku de la TV, de repente acercándose a la orilla.
Cuando sus pies tocaron el agua del mar, de pronto perdió el equilibrio y se cayó sentada en el agua, y al levantar sus pies todos pudieron ver que estos ya no eran pies humanos, ¡sino una cola de sirena!
—Eso se ve científicamente improbable... —murmuró Tsukiku, parándose junto a su padre, que asintió.
—Voy a cambiar de canal, esto es una tontería...
—¡No, yo quiero ver! —Misaki se unió a Haishi y Umi en el sofá, jalando a Yok con ella.
—Esto es ridículo. —Senku y Tsukiku se dieron la vuelta para irse de inmediato, ni un milímetro interesados en creer que un universo tan absurdo pudiera ser una realidad.
—Debe ser una simulación por computadora de ese loco Dr. Gray, ¿no, papá? —preguntó Tsukiku mientras seguía a su padre hacia su laboratorio personal en la casa.
—Eso creo. Sería más fácil que realmente grabar lo que hacen en otros universos, además de que, por lo que estuve viendo con tu madre ayer, solo muestran las partes más interesantes y se saltan el día a día, está editado como si realmente fuera un programa. Las probabilidades son irrisorias.
—Itidodadu —habló Shizuku de pronto, queriendo imitar lo que había dicho su padre.
—Casi lo tienes. —Senku rio entre dientes, acomodándola mejor en sus brazos—. Ugh, te has vuelto muy pesada, leoncita menor. Unos pocos kilos más y ya no podré cargarte. Estoy demasiado viejo...
—¿Viego?
—Esa casi te sale perfecta, eh. —Su ceja tembló.
Cuarenta años no era estar tan viejo, ¿verdad?
Tsukiku se rio de su padre al verlo tan preocupado por una simple palabra y Senku la miró mal, pero de todos modos la invitó a entrar a su laboratorio para poder trabajar en algunos experimentos sencillos padre-hijas.
—¡Quiero algo emocionante, viejo! ¡Si te atreves a ponerme a hacer espuma de colores otra vez te mataré! —exigió su malcriada niña mayor, brincando en su sitio con sus ojos azules muy brillantes.
—¡Te matade! —repitió Shizuku, aplaudiendo mientras se carcajeaba.
—Pobre de mí, rodeado de leonas asesinas. —Dejó a Shizuku en una sillita alta que tenía en el laboratorio para estos casos y rascó su oído con despreocupación, pensativo—. Veamos... Kohaku ya nos prohibió hacer bombas por lo que pasó el mes pasado. El gobierno prohibió los drones con misiles. El motor para el auto de juguete dejó a la ciudad y nos faltarían materiales para otro robot parlante como Reimi.
—¿Me llamaban? —El pequeño robot esférico salió del bolsillo de Tsukiku, con su pantallita cuadrangular enseñando una expresión conformada por letras y guiones "o - o".
—Reimi, ¿se te acurré algún experimento divertido para hacer con mi papá? —preguntó Tsukiku a su robot personal.
—La próxima semana es el llamado "Día de las madres", un evento masivo a nivel nacional. ¿Quizás deberían trabajar en algún proyecto que haga feliz a mamá Kohaku-sama? —preguntó, cambiando su expresión a un * - * y agitando sus bracitos metálicos hacia arriba.
—¡¿El día de las madres?! —Tsukiku jadeó ruidosamente—. ¡Lo olvidé por completo! ¡¿Qué voy a hacer?! ¡Tenía planeado regalarle un cuchillo laser como en esa película del señor que respira gracioso! ¡Ahora no tendré tiempo!
—No creo que a tu madre le guste demasiado que juegues con cuchillos. —Bueno, no, de hecho, le encantaría, pero a él no le gustaba la idea—. Y debes dejar de ver películas recreadas, acabarás teniendo ideas extrañas. —La mantendría muy lejos de otros clásicos como Alien o Depredador.
Lo último que necesitaba era que tomara interés en fabricar armas futuristas asesinas.
—¿Entonces qué haré ahora?...
—Bueno, podemos hacer sables de luz, pero con limitaciones. Yo haré un sable de luz real y funcional para que tu madre lo use para divertirse destruyendo cosas como le gusta, y a ti te ayudaré a hacer dos sables no peligrosos para que puedan entrenar juntas sin riesgo a perder los brazos.
—¡¿Se pueden hacer espadas como en las películas, entonces?! —preguntó, sujetándose a su bata y mirándolo con ojos llenos de estrellitas emocionadas.
—Bueno, sí, aunque no con luz, sino con plasma. Será muy peligroso manejar esas cosas, pero confió en la responsabilidad de tu madre. Por otro lado, necesito crear una mini fuente de energía capaz de concentrar y canalizar todo ese poder en un rango especifico y pequeño, y que además quepa en el mango de la espada. Tomará tiempo, pero seguro que puedo lograrlo para el día de las madres.
—¡Hurra! —Alzó el puño—. ¡¿Y qué haré yo?!
—Tú... Bueno, puedes empezar a preparar los cables de luz para las espadas de juguete.
—¡Dijiste que serían para entrenamiento! ¡Deberían al menos cortar un poco! —se quejó de inmediato.
—De ninguna manera, serán resistentes para que duren, pero no van a ser peligrosas.
—¡Por favor! ¡Al menos un poquito!
—No. Si fuera para uso de adultos me lo pensaría, pero es para que entrenes con tu madre, así que ni lo sueñes, mini-leona.
—Oww. —Aunque molesta, Tsukiku tuvo que tragarse sus protestas.
—En cuanto a tu hermana... —Miró a Shizuku sentada en su sillita, mordiéndose el puño mientras los miraba con sus grandes ojos escarlatas llenos de curiosidad—. También puede ayudar, será nuestra distracción por si su madre viene a ver qué tanto hacemos, y por mientras puede morder este horrible bolígrafo que me regaló Suika. —Sonrió, complacido de incluir a su hija menor en sus actividades, y también de deshacerse del bolígrafo con forma de lechuga en la punta.
—¿No te gustan los regalos de tía Suika? —Tsukiku lo miró mal.
—Apreció la intención, pero Suika compra todo lo que ve en internet. —Varias gotitas cayeron por su frente mientras le daba el horrible bolígrafo a Shizuku, que comenzó a triturarlo con sus cuatro pequeñitos y filosos dientitos—. Me dio esto porque dijo que le recordó a mí, y yo no veo el parecido.
Tsukiku contuvo su risa al ver que la lechuga en el bolígrafo se veía igualita al cabello de su padre. Su tía Suika tenía buen ojo, dijera lo que dijera.
Estuvieron trabajando en paz por una hora hasta que Kohaku llegó a ver qué hacían y Senku le dio a Shizuku, distrayéndola efectivamente de preguntar al ver la carita linda de su niña más pequeña. Se retiró felizmente del laboratorio y Senku y Tsukiku siguieron trabajando hasta que estuvo lista la cena.
Para disgusto de Senku, tuvieron que cenar viendo el estúpido programa ridículo del universo falso en el que Kohaku era una sirena, junto con todos los amigos de su hija y Gen que en algún momento se metió de colado.
Al menos cuando él empezó a ver el programa se puso más interesante, ya que ese Senku falso tenía más fácil el crear una civilización debido a la ayuda de Kohaku desde el principio, y más cuando Taiju se despetrificó, y luego hasta resultó que Tsukasa era su amigo de la infancia allí y Mirai tampoco entró en coma, así que no tuvieron que lidiar con enfrentarlo a causa de su ceguera por sus ideales y el avance de la civilización fue mucho más rápido, pero no por eso menos interesante, al menos no en el lado científico. ¡Pudo desarrollar cosas muy interesantes sin tener que perder el tiempo en una guerra! A decir verdad, si sentía un poco de envidiar.
Cuando se dio cuenta de que la civilización no fue lo único que avanzó rápido (porque de repente su relación con Kohaku escaló a gran velocidad y ya de adolescentes empezaron a tener un romance), de inmediato apagó la televisión y mandó a todas las visitas a sus casas, usando la excusa de que ya era tarde.
Kohaku lo regañó por eso una vez estuvieron a solas en su habitación, pero acalló sus quejas con besos y, después de un apasionado revolcón en la cama, creyó que finalmente podría deshacerse de tener que soportar ese estúpido programa, pero ella no estuvo de acuerdo.
—Ya invité a todos a seguir viendo el programa mañana.
—¡¿Cuándo hiciste eso?!
—Mientras arropabas a las niñas. —Lo besó brevemente en los labios, antes de darle la espalda y dormirse con una gran sonrisa victoriosa.
Leona traicionera.
Mientras Senku y Tsukiku trabajaban en los sables de luz para ella, Kohaku se divertía junto a los invitados viendo el programa del universo falso, y lo peor era que cada vez venía más y más gente a invadirle la casa para ver la televisión intermultiversal, como la llamó el Dr. Gray.
Ryusui, Minami, Taiju y Yuzuriha, Ruri y Suika, ¡hasta Chrome se enganchó a ver esa basura!
Senku siempre los echaba luego de la cena, mentalmente deseando que el programa acabara pronto y dejaran en paz su casa.
Pasaron los días y llegó el sábado, y Senku llegó a echar a la gente fuera de su casa antes de la cena, primero porque quería cenar tranquilo con su esposa e hijas, y segundo porque no soportaba a tantas visitas.
—Largo.
—¡¿Pero por qué?! —Todos se quejaron de su decisión.
—¡Son más de treinta personas en mi sala de estar! ¡¿Qué no tienen vida propia?!
—¡Pero Senku de ese universo está a punto de descubrir que dejó a su Kohaku embarazada siendo adolescentes! —protestó Minami, con los ojos pegados a la pantalla.
—Eso no me interesa ni un milímetro. —Su ceja tembló de molestia.
—Yo tengo la sospecha de que está embarazada de gemelos —murmuró Haishi a Umi, que asintió.
—Sí, ya se le nota mucho la pancita para tener solo tres meses.
—¡¿Ustedes creen?! —Ryusui se emocionó con la teoría, mirando con más emoción a la pantalla.
Senku sintió su ceja temblar todavía peor.
—¡Suficiente! ¡Largo de mi casa!
Le costó como media hora, pero por fin pudo echar a todo el gentío, algunos con menos delicadeza que a otros. Ryusui intentó sobornarlo y, aunque la propuesta era tentadora, se mantuvo firme y los echó de su casa de una buena vez, sintiéndose más tranquilo una vez estuvo solo con sus leonas.
Kohaku le reclamó un poco su falta de consideración, pero Tsukiku la distrajo diciéndole que extrañaba ser solo ellos y eso calmó el mal genio y todos comieron con sonrisas en los rostros. Luego, decidieron ver un poco más de televisión intermultiversal, pero esta vez otro canal.
Senku se encontró con un canal donde pasaban una versión de ellos, pero sin mundo de piedra, todos nacieron en el mundo moderno y por alguna razón Kohaku y él se conocieron a través de mensajes de texto.
Le parecía un poco ridículo, pero a Kohaku le llamaba la atención, así que dejó el programa y lo vieron hasta que sus niñas se durmieron, entonces las llevaron a la cama y fueron a su propia habitación.
Al día siguiente, Senku se despertó temprano y fue a despertar a Tsukiku antes de que Kohaku se despertara, recordándole que ese era el día de las madres y era la hora de entregar los regalos que habían trabajado tanto por hacer.
Primero, los dos se dieron a la tarea de hacer el desayuno para Kohaku.
Ahora bien, Senku nunca fue el mejor cocinero, pero a Kohaku siempre le gustó su comida. Tsukiku, sin embargo, era pésima en todo lo que tuviera que ver con cocinar, aun con esa buena vista suya parecía no saber diferenciar ingredientes químicos de ingredientes comestibles y le gustaba experimentar con todo incluso si Senku le decía que no era buena idea. Además, tenía un talento innato para quemar las cosas.
Al final lograron hacer algo decente y finalmente Senku fue a despertar a Kohaku, viendo que ya estaba alistada y además alimentando a Shizuku, que acababa de despertar y se veía soñolienta.
Después de comer todo, incluso lo quemado que hizo Tsukiku, le entregaron los regalos y Kohaku se alegró como niña pequeña.
—¡Increíble! ¡Es como en esa película de Stray War!
—Star Wars —la corrigió Senku, riendo.
—Me encanta. ¡Muchas gracias, mi bebé! —Guardó las espadas y se inclinó para besuquear la mejilla de su hija mayor, que rio.
—Oye, yo también los hice —se quejó Senku, cruzándose de brazos.
Al final Kohaku se puso a entrenar con Tsukiku el resto de la tarde y Senku se quedó con la hija más pequeña, alimentándola con biberones mientras veía televisión. Encontró otro programa donde la civilización científica estaba mucho más avanzada incluso antes de la petrificación mundial, así que se quedó viendo eso mientras su Shizuku babeaba su mano, relajada y tranquila como siempre. Honestamente, era una bebé rara.
Cuando Kohaku volvió de entrenar con Tsukiku, insistió en volver a ver el programa en el que estaban todos en el mundo moderno y además ellos dos se conocieron por mensaje de texto.
Era una "serie" corta, porque pronto, después de mucho drama innecesario, los Senku y Kohaku de esa dimensión falsa (seguía seguro de que todo estaba hecho por computadora) comenzaron una relación de una forma cursi, declarándose los dos a través de cartitas y mensajes de texto. Ridículo, la verdad.
Sin embargo, con todo y lo ridículo que era, Senku y Kohaku unieron sus manos discretamente mientras veían a la televisión, conmovidos y divertidos de ver otra historia de amor entre ellos.
—¿Ya se terminó? —preguntó Kohaku incrédula al ver que ya no había más división episódica para ese universo según las reglas establecidas por el Dr. Gray—. ¡Pero si acaban de comenzar su relación!
—Bueno, probablemente lo que sigue ya no es exactamente family friendly —murmuró Senku, riéndose entre dientes por el final de la "serie" que fue básicamente Kohaku tirándosele encima después de que le confesara sus sentimientos de la manera más cursi imaginable.
Vio de reojo a sus hijas, que ya llevaban bastante tiempo dormidas en brazos de su madre.
—¿Y qué es eso de "extras"? —preguntó Kohaku al ver una opción que apareció en una esquina inferior una vez terminaron los créditos en los que todos los nombres eran "Dr. Gray" para cada cargo de edición y producción.
Senku tomó el control y buscó información de qué eran los extras, averiguando rápidamente que era un qué pasó después de la serie oficial.
También averiguó que, efectivamente, lo que estaba en los extra no era para nada apto para todo público.
—Podríamos acostar a las niñas y seguir viendo un poco más... Solo por curiosidad —le propuso a su esposa, que sonrió de forma felina y hasta picara.
—Claro, también me da curiosidad. —Le sonrió coquetamente.
Esa noche se divertirían mucho... viendo programas por pura curiosidad, claro.
Ejem.
Continuará...
Holaaaaa :D
Deje este fic muy abandonado, lo siento xD
Emm, probablemente haga uno o dos capítulos más de este fic antes de terminarlo, no sé, lo voy a pensar x'P
Ojala q este cap les haya gustado!
Ayer fue el día de las madres en mi pais así que decidí meterlo en la trama de este cap :3
No olviden que se les ama!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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