Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

VI

Retomando la perspectiva de Miguel, este se empezaba a sentir solitario, pues la compañía de su familia siempre había sido su motor para seguir adelante y ahora no iba a concentrarse por pensar en ellos.

—Hey, muchacho, ¿Todo bien? —le llamó el supervisor que lo escoltaba.

—Ehh, sí, c-claro —contestó con la mirada perdida—. Estoy pensando en mi padre.

—¿En serio? ¿Le tienes miedo?

—No, solo que no lo he visto en mucho tiempo.

—Y... ¿Qué sientes que va a pasar en cuanto te reúnas con él?

Miguel suspiró.

—No lo sé, señor.

—Ya nada más quedan un par de metros, para que te vayas haciendo a la idea —le informó.

El otro asintió y vió la parte del camino que se iba quedando atrás, analizando su realidad.

[...]

Ambos viajeros llegaron ya a pie al centro de la base de ese grupo de soldados, donde se realizaban los ejercicios, y ahí empezó Mike a conocerse y relacionarse con sus demás compañeros.

—¡Chicos! ¡Acérquense! —indicó el entrenador.

Los reclutas dejaron sus labores de lado y se reunieron alrededor de su superior.

—¿Qué pasó, jefe? ¿Y ese quién es? —cuestionó uno de ellos, señalando al híbrido.

—Más respeto, Acenix —le regañó—. Es hijo del cabo Bernal.

—¿Y qué hicimos para que nos visite una celebridad tan importante?

—Nada. Desde que se enlistaron, es lo que han hecho; nada.

Luego de ese comentario, ningún integrante se animó a continuar interrumpiendo la presentación.

—Bien. Me alegra que hayan entendido —aclaró su garganta y prosiguió—. Él es Miguel Bernal, hijo del cabo Bernal —remarcó— y viene a combatir en la guerra junto con ustedes.

—¿¡Él!? ¡Pero se ve que solo lo trajeron porque es hijo de papi!

El mayor le golpeó levemente con su codo al menor de su lado, dándole una seña de que le permitía defenderse, así que juntó algo de agua en su mano y con el dedo índice se la lanzó al rostro de quien lo molestaba.

Acenix, al ser un híbrido mitad gato, odiaba el contacto con este líquido, entonces esa acción lo hizo rabiar.

—¡OYE! ¿¡QUÉ TE PASA, IMBÉCIL!?

—Ahora veremos una clase diferente. Como ya se revisaron las técnicas de cada uno de ustedes, pasaremos a lo que es una pelea de verdad —mencionó el entrenador, otorgándoles una porción de terreno.

Le ordenó a otro de los miembros que los encerrara y comenzaron.

—¡Voy a matarte, maldito idiota! —amenazó.

—Pff, por favor —se burló Miguel, quitándose el equipaje de su espalda—. Te juro que ni siquiera me harás un rasguño.

Acenix empezó atacando de frente con un arma que crecía de su cuerpo; sus uñas. Era su movimiento más básico, pero al mismo tiempo el más dañino.

Las heridas alcanzaban a abrir la piel de su cara y brazos, sin embargo, la sanación natural de Mike lo ayudaba a recuperarse.

—¿¡Qué carajo!? ¿¡Cómo es que mis arañazos no te hacen nada!?

—Jaja, más bien tus ojos son muy lentos para reaccionar.

El híbrido de pelaje rubio había entrenado su cuerpo de una forma muy peculiar, pues lo lastimaba con diferentes objetos y circunstancias. Desde lesionarse con simples navajas, hasta romperse alguno de sus huesos.
Toda su vida estuvo sometido a perfeccionar sus habilidades y presionado a superar a su propio padre.

Sus células fueron evolucionando y con el paso de los días, estas lograban regenerar más rápido los tejidos, a tal grado que las incisiones se curaban en una milésima de segundo.

Miguel seguía esquivando los ataques de su contrario, con la diferencia de que ahora parecía que huía de ellos.

—JAJA, ¿¡QUÉ!? ¿Ya cansado? —le subestimó Acenix.

—Nah, ¡Apenas he empezado! —gritó orgulloso.

Debido a que los poderes de Mike no eran de utilidad en ataque, solo defensa, comenzó a provocar a su rival juntando agua y tierra, formando bolas de lodo. Estas las arrojaba a su cara y lograba causarle una ceguera temporal, al igual que enojo.

Su plan estaba resultando bastante bien.

Al cabo de un tiempo, los estudiantes se aburrían por el hecho de que no existían movimientos veloces o muy fuertes, pero lo que no notaban, era que el híbrido gato se cansaba poco a poco. Por más que trataba de aparentar, no conseguía retener sus suspiros.

Miguel se dió cuenta también, entonces aprovechó para acercarse lo necesario y ahora hizo uso de sus puños, impactándolos fuertemente en el mismo rostro que ya había ensuciado.

Acenix era resistente, más no lo suficiente, así que con los golpes se mareaba y despacio iba tambaleándose, hasta que en un segundo cayó al piso, dándole oportunidad al otro de someterlo.

—Y eso que no utilicé todo lo que tenía a mi alcance.

—¿¡En serio!? ¿¡Pues qué más podías usar!?

—La geomancia no solo me permite usar la tierra, sino también estructuras. Por respeto a estas instalaciones, no las ocupé.

—¡Perfecto, Miguel! —felicitó—. Estás muy bien capacitado para combatir, sin embargo, los entrenamientos continuarán. Espero tengas eso muy claro.

—Sí, por supuesto —afirmó y soltó al híbrido gato—. Deseo seguir mejorando junto con mis compañeros.

—Por cierto, me notificaron que tu padre quiere verte, así que sígueme —le avisó y empezó a avanzar.

—Ugh.

A Mike le dió un sentimiento de incomodidad, pues hace bastantes años que no tenía contacto presencial con su progenitor y ahora que era un soldado reconocido, creía que era muy poca cosa comparado con él.

Con miedo, tomó su mochila y caminó detrás del mayor, mirando como se quedaban sus compañeros a su espalda.

—¡Agh! ¡Ese maldito imbécil! —se quejó Acenix mientras se levantaba y limpiaba su ropa.

—JAJAJA, te metió una buena paliza, ¿Verdad? —rió uno de sus amigos—. Se nota a kilómetros que son perro y gato.

—Juro que voy a hacer lo que sea necesario para que expulsen a ese desgraciado.

—Mmm, lo veo complicado, sabiendo de quién es hijo.

—¡No importa si es hijo del mismísimo Dios! ¡Hay reglas que acatar en este ámbito! —suspiró—. Ese cabrón va a conocerme en serio.

Los demás se vieron entre sí con una expresión confusa, ya que tenían consciencia de que había mucha posibilidad de cumplir su palabra.

[...]

—Ya casi llegamos, Miguel —le notificó.

—S-sí —expresó.

Conforme se adentraban más en las veredas del campamento, los escalofríos se volvían más intensos en el híbrido. Tanta seguridad fuera de las tiendas lo abrumaba.

Finalmente llegaron a la última carpa, la cual estaba más protegida y más oculta en el bosque; ya se imaginaba de quién era.

—Aquí se acaba el sendero para mí, Miguel. Ahora te toca por tu cuenta —se detuvo e hizo a un lado—. Salúdame a tu papá.

Esa persona se retiró y Mike se desesperó.

—No, no, no, ¡No! ¡Espere! —le llamó—. ¡No me deje solo!

—Tranquilo, niño —le tocó el hombro uno de los guardias—. El cabo Bernal no es tan malo como aparenta, así que relájate.

Dicho eso, el hombre lo guió al interior de la tienda, después salió y cerró el acceso.

—Ay... —pasó saliva.

—Mmm. Jajaja, jajaja —resonó una voz bastante fuerte—. No puedo creer que le tengas miedo a tu propia sangre.

—¿Papá?

De una silla al fondo del lugar, se levantó y avanzó un señor alto, fornido e intimidante a la vista; híbrido también.

—¡JA! ¡AHÍ ESTÁ MI HIJO! —exclamó emocionado y alzó al más bajo en un abrazo—. ¡No sabes cuánto he deseado verte!

La respuesta de Miguel al inicio fue un absoluto silencio. No lograba procesar lo que sucedía en ese instante.

__________________________________

¡¡¡Bye!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro