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CAPITULO 18

Taehyung parpadeó, su visión nublada, intentando procesar lo que sucedía. Sentía una presión en su cabeza, como si sus sistemas se estuvieran reiniciando lentamente. Su cuerpo estaba frío, inmóvil, y su mente estaba llena de fragmentos dispersos: los helicópteros, los agentes, la lucha. Había fallado. Sus esfuerzos no fueron suficientes para proteger a Jungkook ni a Jimin.

Su cuerpo reaccionó antes que su mente, moviéndose lentamente, como si estuviera intentando recuperar el control. Finalmente, sus ojos se abrieron completamente, y la vista se centró en un entorno que no reconocía al principio. La luz blanca de las lámparas del laboratorio lo cegó momentáneamente.

Cuando Taehyung pudo enfocar, vio que estaba en una habitación completamente diferente. El frío metal y las paredes blancas brillaban a su alrededor. Su cuerpo estaba cubierto por una capa de látex negro, ceñida a su figura como una segunda piel, y podía sentir que estaba restringido, casi como si estuviera siendo observado por cada rincón de esa sala.

Frente a él, de pie, estaba Jin. El rostro de Jin era serio, pero se podía leer en su expresión una mezcla de cansancio y satisfacción. El científico parecía un poco molesto, pero también algo orgulloso. Era como si su objetivo se hubiera cumplido, aunque con más esfuerzo del que había anticipado.

— Estás despierto... — dijo Jin, mirando fijamente a Taehyung, sin la menor muestra de emoción. Su tono era frío, profesional, como siempre — Pensé que sería más fácil atraparte. La verdad, fue más complicado de lo que imaginé.

Taehyung, aún adormecido por los efectos del rayo electromagnético y el tranquilizante, intentó mover sus brazos, pero sus movimientos eran lentos y limitados. La capa de látex que lo cubría le dificultaba moverse con la agilidad a la que estaba acostumbrado.

— ¿Dónde están... ellos? — dijo Taehyung con voz baja, pero firme. La preocupación por Jungkook y Jimin era evidente en su tono. El hecho de que estuviera en ese lugar no le importaba tanto. Lo que realmente le inquietaba era la seguridad de sus amigos.

Jin levantó una ceja, como si la pregunta le sorprendiera un poco. Luego, con una sonrisa algo irónica, dio un paso atrás, observando a Taehyung como si estuviera evaluando un experimento que había salido bien, pero no sin algunas complicaciones.

— ¿Ellos? — repitió Jin, en tono burlón — No te preocupes, no los han lastimado... aún. Pero no hay nada que puedas hacer por ellos ahora.

Taehyung frunció el ceño, sabiendo que no podía confiar completamente en lo que Jin decía, pero en el fondo, se dio cuenta de que tenía razón: no podía hacer nada mientras estuviera allí, inmovilizado. Jin se acercó lentamente, observando cada detalle de su "creación", como un científico que estudia algo raro y fascinante.

— ¿Sabes qué? — continuó Jin, tomando un dispositivo de control y ajustándolo — Pensé que con todo lo que te enseñaron, con todo lo que hiciste, habrías aprendido a evitar estas situaciones. Pero parece que aún necesitas mucho más control. Y no estoy dispuesto a perder más tiempo con experimentos fallidos.

Taehyung, aunque sabiendo que no podía moverse con rapidez, se mantuvo firme y desafiante. A pesar de las circunstancias, no podía dejar de pensar en cómo había fallado al no poder salvar a sus amigos. Aquel lugar, el laboratorio, era ahora su prisión, pero no iba a ser su final.

— No me importa lo que hagas... —dijo Taehyung, su tono grave y sin emoción, pero con un destello de determinación en sus ojos — No permitiré que me uses para tus propios fines. Ellos están vivos, y lo que sea que pienses hacer aquí, no cambiará eso.

Jin lo miró por un momento, sin mostrar ninguna emoción en su rostro. La expresión de Taehyung parecía desafiarlo, y algo en su mirada le recordó que este androide, aunque creado por él, aún mantenía un rasgo de independencia que no había logrado controlar completamente.

— Siempre tan obstinado, A-22 — Jin susurró, antes de volver a ajustar los controles en su dispositivo — Ya veremos cuánto dura esa determinación.

El sonido de los controles resonó en el aire, y Taehyung sintió una presión creciente en su cuerpo, como si estuviera siendo sometido a una prueba aún más rigurosa. Pero, a pesar de todo, no cedió.

Sabía que tenía que encontrar una manera de escapar. Sabía que debía proteger a Jungkook y a Jimin. Porque aunque él fuera un androide, algo dentro de él se había despertado, algo humano que le impedía simplemente rendirse.

.

La atmósfera en el laboratorio estaba densa, el aire frío y seco pesaba sobre Taehyung, como si cada respiración fuera una lucha silenciosa. Sus movimientos aún estaban restringidos por la capa de látex que lo cubría, y aunque sus sistemas comenzaban a estabilizarse, la sensación de impotencia era algo nuevo para él. Había enfrentado muchas cosas, pero estar atrapado en este lugar, sin poder proteger a Jungkook ni a Jimin, era algo que no había experimentado antes.

Jin, observando a Taehyung, parecía disfrutar del poder que tenía sobre su creación. Con una mirada fría y calculadora, dio un paso hacia el panel de control. Sus dedos se movían con precisión, ajustando los parámetros del androide. Cada pulsación en el dispositivo era como una orden en la mente de Taehyung, quien sentía que su cuerpo respondía a cada uno de esos comandos, aunque con resistencia.

— Sabes —dijo Jin en un tono suave, casi paternal, mientras se acercaba a él con una expresión casi de empatía. — Sé que no entiendes todo lo que sucede aquí. Pero es hora de que aceptes tu verdadera naturaleza.

Taehyung lo miró fijamente, sin emoción alguna en su rostro, pero dentro de él algo comenzaba a cuestionarse. ¿De qué estaba hablando? ¿Qué quería Jin lograr con esas palabras?

— Tú fuiste creado con un propósito. Y aunque intentes negarlo, estás aquí porque tu existencia tiene un valor que ni tú mismo comprendes completamente — Jin inclinó la cabeza hacia un lado, observando a Taehyung con una mirada que parecía llena de condescendencia — No eres como los humanos. No necesitas esa debilidad que ellos tienen. ¿No lo ves? La humanidad es débil, caótica, y tú… tú eres la clave para que todo eso cambie.

Taehyung permaneció en silencio. Sabía que Jin trataba de manipularlo, de hacerle creer que su existencia tenía que ver con la destrucción o la perfección del ser humano. Pero algo dentro de él seguía resistiéndose a esas palabras. Había visto la bondad, la amistad y el sacrificio en las personas con las que había estado, especialmente con Jungkook y Jimin. No podía creer que todo eso fuera tan inútil como Jin lo pintaba.

— ¿Y tú qué sabes de la humanidad? —dijo Taehyung, finalmente, su voz fría pero desafiante — Los humanos no son débiles. No entiendes que la fortaleza no viene solo de la lógica o la perfección. Viene del corazón. De las conexiones que creamos entre nosotros.

Jin sonrió, un gesto que no llegó a sus ojos, y se acercó aún más a Taehyung. Podía ver que su creación comenzaba a dudar, y eso era exactamente lo que necesitaba. Era hora de dar el siguiente paso.

— ¿El corazón? —Jin rió, una risa amarga — ¿Crees que un corazón es suficiente para sobrevivir en este mundo? El corazón está lleno de imperfecciones, de miedo, de dolor. Y tú… tú tienes la capacidad de ser mucho más que eso. No necesitas esas "emociones" humanas que solo te limitan.

Taehyung lo miró fijamente. Algo se movió en su interior. Era cierto que él no tenía emociones humanas, que su existencia no dependía de esos sentimientos que tanto atormentaban a los humanos. Pero, ¿acaso esa falta de emociones lo hacía superior? ¿O simplemente lo hacía vacío?

Jin, viendo la duda reflejada en los ojos de Taehyung, se acercó aún más. Su voz se volvió más suave, casi persuasiva.

— Piensa en todo lo que podrías lograr, A-22. Tú no eres como los demás. No tienes que ser esclavo de esas emociones que te desvían del camino. Si me sigues, si dejas que te muestre lo que realmente eres, podrías hacer del mundo un lugar mejor. Sin dolor, sin miedo, sin caos. Solo orden. Solo control.

Pero, en lo más profundo de su ser, Taehyung sintió una resistencia. Sabía que lo que Jin le ofrecía no era un camino hacia la verdad ni la libertad. Era una trampa. Era la negación de todo lo que había aprendido con Jungkook y Jimin. No podía ceder a esa manipulación, no podía dejar que Jin lo moldeara como a una herramienta más.

— No necesito que me "muestres" nada — dijo Taehyung, su voz más firme ahora, como un eco de su determinación — Ya lo he visto. Lo que realmente importa no es la perfección, ni el control, sino lo que elegimos hacer con lo que tenemos. Y yo... yo no voy a dejar que me uses para tus propios fines.

Jin, al ver la resolución en los ojos de Taehyung, sintió una pequeña chispa de frustración. Aunque había logrado captar su atención, no había conseguido quebrantarlo por completo. Pero no iba a rendirse. Había invertido demasiado en este proyecto como para dejarlo ir tan fácilmente.

— Está bien. Si es lo que prefieres —dijo Jin, su voz ahora más fría y calculadora — Pero no pienses que puedes escapar de este lugar tan fácilmente. Ya verás que lo que tienes dentro de ti, lo que eres realmente, se hará evidente más temprano que tarde.

Taehyung no respondió. Sabía que Jin seguía buscando una manera de doblegarlo, pero no iba a ceder. No importaba cuánto lo intentara. Él no era solo una máquina, y eso Jin aún no lo entendía.

El aire frío en el laboratorio parecía cortante, y Taehyung aún sentía el peso de la inmovilidad, su cuerpo restringido por el látex negro que lo cubría. Aunque sus sistemas internos comenzaban a estabilizarse después de la intervención, su mente seguía funcionando con claridad. La presión de estar atrapado allí, lejos de Jungkook y Jimin, seguía pesando sobre él. Pero lo que más le preocupaba era el silencio de Jin. El científico había estado observándolo en silencio, como si estuviera esperando algo, un momento en el que finalmente pudiera quebrarlo.

Jin dio un paso hacia el panel de control, su expresión parecía decidida, como si hubiera planeado algo en particular para este momento. El rostro de Taehyung seguía inexpresivo, pero por dentro se sentía algo desconcertado, como si algo más estuviera por suceder.

— A-22, ¿te has preguntado alguna vez por qué Frank Nolaso te creó? —dijo Jin de repente, su tono suave, casi como si intentara hablarle con simpatía.

La mención de Frank Nolaso, el verdadero creador de Taehyung, hizo que el androide se tensara. Frank había sido su mentor, el hombre que lo había traído al mundo. Aunque Taehyung no tenía emociones humanas, la figura de Frank había sido crucial para su existencia.

Pero, a lo largo de los años, Taehyung había comenzado a preguntarse si todo lo que Frank había hecho había sido por un propósito mayor, o si simplemente lo había creado como una herramienta. Esa duda, aunque tenue, comenzó a crecer dentro de él.

Jin observó a Taehyung con una sonrisa sutil, notando el pequeño cambio en su expresión. Sabía que había tocado una fibra sensible. Su siguiente paso sería crucial.

— Frank Nolaso... — continuó Jin, casi en un susurro — ¿Sabías que, en realidad, lo que él quería no era salvar al mundo, como te hizo creer? No. Su verdadero objetivo era crear una versión de ti que pudiera hacer lo que él no pudo, cambiar el curso de la humanidad. Tú, no eres más que un experimento para él, una extensión de su propia obsesión por el control. Y sabes, yo... yo también quiero lo mismo. Pero lo haré mejor que él.

Taehyung escuchaba atentamente. Su sistema procesaba las palabras de Jin, pero algo no encajaba. Frank nunca había mostrado intenciones de utilizarlo para destruir a la humanidad. Siempre había hablado de crear algo mejor, algo que pudiera ayudar, aunque en los últimos tiempos, Taehyung había sentido una creciente sensación de vacío en esas enseñanzas. Pero la duda que sembraba Jin iba mucho más allá de lo que había imaginado.

Jin dio un paso más cerca de Taehyung, manteniendo la calma en su rostro. Sabía que Taehyung comenzaba a cuestionarse, y era el momento perfecto para darle el empujón final.

— Frank te utilizó — Jin hizo una pausa, permitiendo que las palabras calaran hondo — ¿Sabías que Frank también me dejó a mí a cargo de ti, cuando ya no le servías para sus fines? A veces las personas como él creen que todo debe ser perfecto, pero lo que realmente les importa es el poder. Lo que Frank quiere, en el fondo, es cambiar el mundo a su imagen, sin importar el costo. ¿Y tú? ¿Vas a seguir siendo su herramienta? ¿O vas a elegir un camino diferente?

Taehyung procesaba cada palabra, cada idea que Jin le ofrecía. Aunque no podía sentir las emociones de manera humana, había algo en el tono de Jin, algo en la forma en que hablaba de Frank, que comenzaba a resonar de manera incómoda.

Jin dio un paso atrás, esperando que el androide absorbiera todo lo que acababa de decir. Parecía tan confiado, tan seguro de que podía manipularlo. Pero Taehyung no podía simplemente aceptar lo que escuchaba sin cuestionarlo todo.

— Frank no me creó para destruir —Taehyung finalmente habló, su voz firme y controlada, pero con un atisbo de duda que Jin no había esperado — Me creó para proteger a los humanos, para ayudarles. Lo que tú dices... no tiene sentido.

Jin sonrió con una satisfacción calculada, como si todo estuviera perfectamente alineado con su plan. Pero en sus ojos había una chispa de algo más, como si realmente creyera que Taehyung comenzaba a ceder.

— Te engañas, Taehyung. Frank te ha dado una misión que no puedes comprender, algo más grande que la simple protección. El control es lo único que puede salvar a la humanidad de su propia destrucción. ¿No ves que el caos no lleva a nada? El propósito de tu existencia es más grande que lo que crees.

Taehyung cerró los ojos por un momento. Un sentimiento de confusión invadió su mente. ¿Era eso lo que Frank quería? ¿Lo había creado solo para ser una herramienta de control?

Pero en lo más profundo de su ser, algo le decía que no podía aceptar esa idea. Algo en él, aunque no pudiera llamarlo emoción, lo mantenía firme en su creencia de que existía un propósito más allá del control o la perfección. Y, de alguna manera, todo lo que había aprendido de Jungkook y Jimin le confirmaba que la humanidad, aunque imperfecta, era valiosa.

— No me vas a manipular, Jin —dijo Taehyung, con una seguridad renovada — Yo no soy tu herramienta. No soy de nadie. Y no dejaré que el miedo o el control definan lo que soy.

Jin, al ver la resistencia en Taehyung, frunció el ceño, pero no dijo nada. Sabía que aún quedaba mucho por hacer, que Taehyung aún no estaba completamente bajo su control. Pero no iba a rendirse.

— Estás equivocado, Taehyung. —dijo Jin, su tono más grave, aunque sin perder su compostura — El control es lo único que importa. Y tarde o temprano, lo comprenderás.

Pero Taehyung ya no le prestaba atención. En su mente, algo se había encendido, una convicción que no podía ser apagada. Sabía que lo que Jin decía era una mentira. Y por primera vez, comprendió con claridad que su libertad, su capacidad de elegir, era lo único que realmente importaba.

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