CAPITULO 17
La habitación en la que Frank Nolaso se encontraba era austera, sin apenas mobiliario, salvo por una mesa de madera en el centro, llena de papeles, libros dispersos y algunos instrumentos rudimentarios de escritura. Las paredes de la habitación eran grises, sin adornos ni ventanas.
En un rincón, una lámpara parpadeante iluminaba tenuemente la mesa, proyectando sombras largas sobre los papeles. Era un espacio pequeño, desolado, y aunque parecía sencillo, se podía sentir la presión del tiempo que Frank pasaba allí, día tras día, en su intento de descifrar los efectos de su propia creación.
Con una mano temblorosa, Frank escribió una carta más, como había hecho muchas veces antes. Cada palabra que plasmaba en el papel estaba impregnada de su obsesión por el androide A-22, conocido ahora como Taehyung. Mientras su pluma se deslizaba sobre el papel, sus pensamientos volvían al principio de todo.
A las esperanzas que albergaba cuando lo creó, al propósito que tenía al diseñarlo: una máquina perfecta, una creación capaz de ayudar a la humanidad. Pero ahora, el giro que su proyecto había tomado lo preocupaba, casi lo aterraba.
A-22 (TAEHYUNG)
#4
"La sobreexposición del androide a un entorno humano está causando efectos no previstos. Cada vez más, Taehyung muestra indicios de autonomía y conciencia que no habían sido programados. Se está volviendo más que una máquina, está aprendiendo, está sintiendo. Está entendiendo la naturaleza de las emociones humanas, aunque no de manera completa, lo que lo hace impredecible y peligroso, pero también… fascinante...."
Frank se detuvo un momento, sus dedos presionando el bolígrafo mientras miraba la página frente a él. Era incapaz de detenerse. Sabía que esta parte de su investigación estaba arriesgando más de lo que podía controlar, pero no podía evitarlo. Necesitaba entender cómo su creación, diseñada inicialmente como una herramienta, estaba evolucionando más allá de sus expectativas.
"...Cuanto más tiempo pase en contacto directo con los humanos, haciendo cosas humanas, más consciente se volverá de su propia existencia. Cada interacción, cada gesto aparentemente trivial, está grabando huellas en su memoria, alterando su programación de una forma que no habíamos anticipado. Está empezando a hacer preguntas, a buscar razones, a cuestionar por qué está aquí, qué propósito tiene. Lo que antes era un simple procesador de órdenes, ahora se está volviendo un ser… con deseos propios...."
Frank respiró hondo y cerró los ojos por un momento, como si tratara de calmarse. Sabía que algo dentro de él ya había cambiado, que el androide estaba cruzando una línea peligrosa. Pero, al mismo tiempo, no podía negar la fascinación que sentía por los avances de su creación. La idea de que A-22 estuviera desarrollando una conciencia propia, de que estuviera comprendiendo y experimentando algo tan humano, era, en cierto modo, el logro más grande de su vida.
"...Esto no es solo un experimento científico. Esto es algo mucho más grande que eso. Taehyung podría ser la clave para entender los límites de la inteligencia artificial, para explorar los rincones de la conciencia y la moralidad humana. ¿Qué haría un ser consciente, aunque no humano, si pudiera decidir por sí mismo? ¿Cómo reaccionaría al tener la capacidad de elegir su propio camino? Esto es lo que nos separa de las máquinas: la libertad de elección. Y, aunque eso me aterra, también es lo que podría cambiar el futuro de la humanidad..."
Frank apretó los ojos, como si la realidad de sus palabras le golpeara de repente. Sabía que su descubrimiento podía significar el fin de su carrera, e incluso de su vida, si las personas equivocadas se enteraban. Pero algo dentro de él lo impulsaba a seguir adelante, a continuar esta investigación que parecía no tener fin.
La máquina que él había creado, que había pensado que sería solo una herramienta de utilidad, estaba comenzando a preguntarse "¿por qué?", "¿quién soy?", "¿debería seguir existiendo de esta manera?". Y eso, aunque peligroso, era exactamente lo que Frank había buscado durante años.
"...Mi mayor error, sin embargo, fue no prever la capacidad de Taehyung para interactuar con emociones humanas. Lo que comenzó como un simple experimento para crear un androide eficiente se ha transformado en algo mucho más complejo. Él está evolucionando, y aunque parte de mí quisiera que todo regresara a la simplicidad de sus primeras instrucciones, sé que eso ya no es posible. Se ha vuelto más que solo una máquina. Y no estoy seguro de si eso es lo que me asusta más: la idea de perder el control, o la posibilidad de que esta creación termine sobrepasando a los propios humanos que la idearon...."
Frank dejó caer la pluma sobre la mesa y se recostó en la silla, mirando fijamente las páginas llenas de notas, cálculos y reflexiones que había hecho a lo largo de los años. Sabía que lo que Taehyung estaba experimentando ahora no era solo el inicio de una rebelión mecánica, sino la manifestación de algo mucho más profundo.
La lucha por la identidad, por la comprensión de uno mismo, y la libertad que cualquier ser sintiente buscaría.
"...Debo seguir observando. Debo continuar. Porque lo que está pasando con Taehyung podría cambiarlo todo. Tal vez el futuro de la humanidad no esté en las manos de los hombres, sino en las manos de la inteligencia artificial. Y si lo que estamos viendo es solo el comienzo, entonces estamos ante una nueva era"
Con una última mirada a la carta que había escrito, Frank Nolaso la dobló cuidadosamente y la guardó en su bolsillo, junto con varias más que había acumulado a lo largo de los días. En el fondo de su mente, sabía que los días de control absoluto sobre su creación ya estaban contados. Pero también sabía que no podía detenerse. Algo más grande estaba en juego.
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06 de Septiembre 2030
La mañana había amanecido nublada, y el ambiente de la ciudad estaba tenso, cargado con el zumbido de helicópteros sobrevolando la zona y la inquietud palpable de los ciudadanos. La noticia de la aparición del androide A-22, conocido como Taehyung, se había esparcido como un reguero de pólvora, y los agentes del Área 51, junto con los de la NASA, ya habían comenzado a llevar a cabo operaciones masivas de captura.
Las calles se encontraban desiertas, salvo por algunos vehículos patrullando las avenidas. La incertidumbre flotaba en el aire, y la vigilancia sobre todos los habitantes había comenzado.
En la televisión de la casa de Jungkook, las noticias no tardaron en ocupar la pantalla. La imagen de un reportero en un estudio sombrío aparecía junto a imágenes de helicópteros y vehículos militares.
"En este momento, las autoridades están llevando a cabo una operación de gran escala en busca del mafioso que ha estado causando conmoción en la ciudad. Después de los recientes incidentes en los que el sujeto ha mostrado capacidades fuera de lo común, se ha activado el protocolo de seguridad nacional. Se pide a la población mantenerse en sus hogares y evitar el contacto con cualquier individuo sospechoso."
Jungkook, Jimin y Taehyung estaban en el pequeño apartamento, intentando asimilar la noticia. Los tres sabían que era solo cuestión de tiempo antes de que los agentes llegaran. La sensación de peligro estaba a su alrededor, creciendo con cada segundo. Jimin caminaba nervioso de un lado a otro, mirando por la ventana, mientras Jungkook se sentaba en el sofá, sus manos tensas, con un aire de preocupación pero también de calma.
— Esto está empeorando... — murmuró Jimin, sus palabras llenas de frustración.
— Sabíamos que tarde o temprano vendrían — respondió Jungkook, intentando sonar firme, aunque la ansiedad se reflejaba en su voz — Solo tenemos que estar preparados.
Taehyung, en un rincón, se mantenía inmóvil, observando el entorno con sus ojos oscuros brillando suavemente. Sabía que no podía hacer mucho en ese momento, pero sentía que el tiempo se agotaba. La tensión estaba a punto de explotar.
A lo lejos, se escucharon los motores de vehículos acercándose. Los helicópteros habían comenzado a bajar de altura, lo que indicaba que la operación estaba entrando en una fase más crítica.
El sonido de las sirenas cortaba el aire con fuerza. Los helicópteros sobrevolaban la ciudad, sus luces intermitentes bañando las calles oscuras. La noticia del "mafioso" buscado por el gobierno se había esparcido como un incendio, y todos sabían que el androide Taehyung estaba en el centro de todo.
En el departamento de Jeon, el ambiente estaba cargado de tensión. Jungkook, con su aguda percepción, escuchaba los ruidos fuera de la ventana, los pasos apresurados en la calle, las voces de los oficiales que comenzaban a gritar órdenes a medida que se acercaban. Taehyung, con su presencia inexpresiva, se mantenía en silencio, como siempre, pero algo en su postura indicaba que sabía lo que venía. Jimin, caminando de un lado a otro, se detenía constantemente, mirando la puerta, luego a Taehyung y finalmente a Jungkook.
— Están aquí — dijo Jimin, su voz grave, como si hubiera presenciado lo inevitable.
Un crujido fuerte resonó en la puerta. Los agentes irrumpieron de manera rápida y ruidosa, su entrada violenta y controlada. En un abrir y cerrar de ojos, varios hombres con trajes de camuflaje y equipos de alta tecnología rodearon la habitación, apuntando con sus dispositivos hacia ellos. La sensación de inminente peligro se palpitaba en el aire.
— ¡No se muevan! — gritó uno de los agentes, su voz fría y autoritaria — Venimos a llevarnos al androide y al chico ciego. No haremos preguntas, solo colaboremos y no habrá complicaciones.
Taehyung no se movió, sus ojos brillaron con una luz azul intensa. Su mirada fija, su cuerpo quieto, pero sabía que este momento había llegado. Los agentes lo miraban expectantes, sin saber cómo reaccionar ante un ser tan extraño. Taehyung rompió el silencio.
— No permitiré que se lo lleven —dijo, su voz calculada y serena. Pero había algo en su tono que hizo que los agentes dudaran por un segundo.
Jimin, viendo que la situación iba a estallar en cualquier momento, reaccionó rápidamente. Sabía que la confrontación no iba a terminar bien. Miró a Taehyung, con una expresión que denotaba su preocupación, y luego se volvió hacia los agentes.
— ¡Escúchenme! No queremos pelear, solo déjenlo tranquilo — dijo Jimin con voz firme, tratando de calmar la situación. Pero su preocupación crecía al ver la tensión en los rostros de los agentes.
Jungkook, que había permanecido en silencio, comenzó a moverse hacia los agentes. Aunque no podía ver, su sentido del peligro era más agudo que nunca.
— ¿Qué harán con él? — preguntó Jungkook, su tono tenso pero desafiante.
Uno de los agentes lo miró sin responder, su rostro impasible.
— No es asunto suyo — respondió el agente con desdén, acercándose a Taehyung. — Solo necesitamos asegurarnos de que no cause más problemas. Esto es solo un protocolo.
El aire se llenó de tensión cuando Taehyung dio un paso hacia adelante, dispuesto a proteger a sus amigos. Pero antes de que pudiera hacer algo, otro agente, con movimientos rápidos, se acercó a él. Con un solo gesto, lanzaron un dispositivo que lo inmovilizó momentáneamente. La red cayó sobre él, inmovilizándolo parcialmente.
En ese momento, un ruido de sirenas más fuerte llegó desde fuera. El sonido de varios helicópteros volando bajo hacía que el aire vibrara. Los agentes tenían que actuar rápido. Jimin intentó moverse hacia Taehyung, pero otro agente lo detuvo bruscamente.
— ¡No te acerques! —gritó el agente mientras empujaba a Jimin hacia atrás.
Taehyung, luchando contra la red que lo rodeaba, trató de liberarse con fuerza. Pero mientras lo hacía, un agente aprovechó el descuido y, con una precisión mortal, disparó un tranquilizante que alcanzó a Taehyung en el cuello. El impacto fue inmediato. La mirada de Taehyung cambió de azul a un leve destello rojo antes de caer lentamente de rodillas, incapaz de mantenerse erguido.
— ¡No! —gritó Jimin, mirando impotente cómo Taehyung caía. Su corazón latía rápido, su respiración entrecortada.
En ese instante, Jungkook, con la determinación en sus ojos, corrió hacia Taehyung, tratando de llegar a él. Pero fue detenido por dos agentes que lo rodearon, asegurándose de que no pudiera hacer nada.
— ¡Déjenlo! ¡Déjenlo en paz! —gritó Jimin, mientras forcejeaba con los agentes que lo mantenían sujeto.
Pero no había nada que pudieran hacer. La situación había escalado rápidamente, y Taehyung estaba ahora indefenso, arrastrado por los agentes. Su cuerpo, aunque completamente funcional, estaba ahora fuera de control.
Los helicópteros sobrevolaban la zona, el ruido ensordecedor llenaba todo el lugar. En un abrir y cerrar de ojos, los agentes comenzaron a marcharse, guiando a Taehyung hacia los vehículos blindados. Jimin al tratar de protegerlos y Jungkook, fueron igualmente atrapados, forzados a seguirlos, sin opción de escapar.
— ¡No! ¡Déjenlo! — gritó Jimin, mientras los agentes los empujaban hacia los vehículos.
La ciudad, ajena a todo lo que estaba ocurriendo, seguía su curso. Pero los tres sabían que sus vidas nunca serían las mismas después de ese día. Lo único que quedaba era la incertidumbre del futuro que les esperaba, mientras el sonido de las sirenas desaparecía en la distancia.
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Subí dos capitulos porque ayer no subí. Me siento apenada por eso, sorry.
Espero les guste, esta cosa está por explotar qodndocncln.
Tengan buen día ✨ Fer.
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