XIX.
Sunghoon se siente atrapado entre la necesidad y el resentimiento mientras marca el número de Jay.
Es la última persona a la que hubiera querido recurrir, pero en este momento, por el bien de Jake, debe dejar sus reservas a un lado.
Jay tiene las conexiones necesarias, y aunque Sunghoon no disfruta de la idea de deberle un favor, necesita proteger a Jake a toda costa.
El teléfono suena varias veces antes de que la voz arrogante de Jay conteste con una entonación perezosa, como si estuviera calculando el valor de cada segundo de su tiempo.
—¿Sunghoon? —Dice Jay, fingiendo sorpresa—. Qué inesperado. Supongo que llamas por un motivo interesante, porque la última tus gestos me dejaron en claro que no querías saber de mí.
—No tengo tiempo para tus juegos, Jay —Responde Sunghoon con tono firme—. Necesito tu ayuda.
Jay se queda en silencio por un momento, probablemente disfrutando el hecho de que Sunghoon está en una posición en la que tiene que pedirle algo.
Luego suelta una risa baja y satisfecha.
—Bueno, esto sí que es interesante. ¿A qué se debe la urgencia? No me digas que necesitas terapia para controlar tu carácter otra vez.
Sunghoon aprieta los dientes, pero se obliga a mantener la calma. Sabe que responder a las provocaciones de Jay solo lo alejaría más de lo que realmente necesita.
—Es sobre Jake, tu sabes el híbrido de lobo que adopté —Explica, tratando de sonar neutral—. Necesito asegurarme de que... ciertas personas no puedan acercarse a él.
Jay hace una pausa. Sunghoon puede imaginar su rostro cambiando, poniéndose serio al comprender la implicación de sus palabras.
—Ah... entiendo —Dice Jay finalmente, con un tono mucho más calculador—. El laboratorio está interesado en él, ¿verdad?...
—Exactamente. Y necesito evitar que intenten contactarlo o, peor aún, llevárselo de vuelta. Sé que tienes contactos en las esferas adecuadas para eso.
Jay suelta una risa seca.
—Deberías haber venido a mí desde el principio, Sunghoon. Sabes que tengo influencia en este tipo de asuntos. Aunque, por supuesto, nada en esta vida es gratis.
Sunghoon reprime una exasperada exhalación.
—¿Qué es lo que quieres?
Jay hace una pausa teatral antes de responder:
—Para empezar, que dejes tus prejuicios hacia los híbridos. Sabes que Jungwon, mi híbrido de gato, y Jake son amigos, ¿no? Sería conveniente que no le transmitas tus dudas o recelos a Jake. Mi híbridos no es ningún experimento, Jake tampoco lo es; son seres con más valor que muchos humanos. Es lo mínimo que te pido.
Sunghoon asiente a pesar de que Jay no puede verlo. Si tan solo el coreano americano fuera testigo de la evolución de la relación entre Sunghoon y Jake, no pediría eso a cambio de su ayuda. Sin embargo, Sunghoon no pondría peros a cualquier pedido, Sunghoon aceptaría cualquier condición con tal de proteger a Jake.
—Está bien, Jay. Lo haré.
Jay parece complacido, y Sunghoon escucha una ligera sonrisa en su voz cuando responde.
—Bien. Tengo una reunión con un funcionario la próxima semana. Es alguien que puede presionar para que el laboratorio abandone cualquier intención de vigilancia sobre Jake. Pero necesitaré que tú y Jake estén presentes para respaldar nuestra "relación cercana".
Sunghoon sabe que Jay disfruta la idea de ponerlo en esa posición, donde tendría que simular ser su amigo.
Pero acepta. El bienestar de Jake era lo único que importa en ese momento.
—Nos veremos entonces —Dice Sunghoon con frialdad.
—Perfecto. Y, Sunghoon... relájate un poco. Es una pena que alguien como tú, con un híbrido tan encantador como Jake, siga viéndolo como una responsabilidad. Si me permites el consejo, cuídalo, pero también aprende a apreciarlo. Después de todo, un híbrido de lobo no es algo que encuentres todos los días.
Sunghoon termina la llamada sin responder a las palabras de Jay, sintiendo una mezcla de incomodidad y rabia. Había algo en el tono despreocupado de Jay que le recordaba lo solo que se encontraba en esa batalla.
Pero al mirar hacia la sala, donde Jake está acomodado en el sofá, mirando la televisión con una expresión serena, recuerda la razón por la que está dispuesto a pasar por cualquier cosa.
Se acerca a Jake, quien le sonríe al verlo.
—¿Todo bien? —Pregunta Jake, inclinando la cabeza con curiosidad.
Sunghoon lo mira fijamente, dejando que su voz se suavice al responder.
—Todo bien, Jake. —Se sienta junto a él, permitiendo que la cercanía de Jake le recuerde lo valioso que es ese vínculo.
El día de la reunión llega antes de lo que Sunghoon esperaba. Vestido con un traje impecable y con una mezcla de determinación y ansiedad en el pecho, se dirige al lugar acordado con Jake a su lado, que intenta contener su nerviosismo.
Jake no sabía todos los detalles, pero comprende que la reunión tiene un peso importante, quizás incluso peligroso, para su libertad.
Cuando llegan, Jay ya está ahí, esperándolos con una sonrisa casual pero calculadora. A su lado, el híbrido de gato, Jungwon, mantiene una postura elegante, pero en cuanto ve a Jake, sus ojos brillan con una chispa de entusiasmo.
Jake apenas tiene tiempo de sonreír tímidamente antes de que Jay les haga un gesto para sentarse.
Sunghoon estrecha la mano de Jay con una cordialidad tensa, y luego se sientan todos en torno a la mesa, cada uno en sus respectivos lugares, tratando de no perder de vista el propósito de esa reunión.
Pero Jungwon y Jake no pueden contener su entusiasmo. Apenas habían pasado unos minutos cuando ambos se inclinaron hacia adelante, ignorando la tensión del momento.
—¡Jakey! —Murmura Jungwon con una sonrisa traviesa—. ¡Es tan bueno verte! ¿Cómo has estado?
Jake sonríe, sintiendo una especie de alivio en la presencia de su amigo.
—Estoy... bueno, estoy bien —Responde con una ligera risa, antes de lanzarle una mirada a Sunghoon—. Mucho mejor de lo que imaginé, en realidad.
Jungwon entrecierra los ojos, divertido.
—¿De verdad? Entonces es cierto lo que escuché sobre ustedes... —Susurra en tono juguetón.
Jake asiente y mira a Sunghoon de reojo, como para asegurarse de que no está sobrepasando ningún límite. Luego, vuelve a fijar su mirada en Jungwon, quien parece impaciente por escuchar cada detalle.
—Sunghoon... ha sido increíble —Confiesa Jake con un brillo en sus ojos—. Es más de lo que podría haber pedido. Pensé que sería como cualquier otro humano, distante y frío, pero en realidad es todo lo contrario. Me hace sentir querido, como si de verdad le importara.
Jungwon sonríe ampliamente, asintiendo con aprobación.
—Te lo dije, Jake. A veces nos equivocamos sobre ellos. Aunque, claro... yo tuve suerte con Jay desde el principio. —Mira hacia su "dueño", quien está ocupado hablando en voz baja con un funcionario, antes de volver su atención a Jake—. Jay me trata como si fuera su igual. Es un poco excéntrico, claro, pero me deja ser quien soy. Y creo que, bueno... creo que estoy enamorado de él.
Jake lo mira sorprendido, con un toque de envidia en sus ojos, aunque no envidiaba a Jay, sino la certeza de su amigo.
—Yo también siento algo por Sunghoon —Murmura, bajando un poco la voz—. Es extraño porque al principio pensé que solo estaba agradecido, pero ahora... quiero estar con él, quiero que él también me vea de esa forma.
Jungwon le da una palmadita en el brazo, sonriendo de oreja a oreja.
—Estoy seguro de que lo hace, Jake. Ya viste cómo te mira. Además, no cualquiera pediría ayuda a Jay solo para proteger a alguien. —Su sonrisa se vuelve más burlona—. Si hasta lo obligaste a pretender que son mejores amigos, ¡y eso no es algo fácil de lograr!
Ambos ríen en voz baja, tratando de contener su entusiasmo para no interrumpir la reunión.
Mientras tanto, Sunghoon observa a Jake de reojo, notando lo radiante que se ve al hablar con Jungwon.
Aunque siente una pequeña punzada de celos al verlo tan entusiasmado con otro, también reconoce lo feliz que lo hace verlo compartir esos momentos con alguien que lo entiende en un nivel que él mismo aún intenta alcanzar.
Jay, que no se pierde ni un solo detalle, interrumpe su conversación con el funcionario y lanza una mirada significativa a Sunghoon.
—Parece que nuestros híbridos están disfrutando bastante este encuentro, ¿no crees, Sunghoon? —Dice con una sonrisa casi burlona.
Sunghoon simplemente asiente, resistiendo el impulso de responder con sarcasmo. Pero, en el fondo, sabe que Jay está en lo correcto: ver a Jake feliz en ese instante le recuerda que, pese a todo, él también desea verlo así, libre de preocupaciones y rodeado de quienes lo quieren.
Finalmente, después de varios intercambios con el funcionario y una serie de firmas, la reunión llega a su fin.
Jay asegura que el laboratorio no tendrá ninguna autoridad sobre Jake, ni el derecho de intentar ningún seguimiento. Cuando el funcionario se retira, Jay se vuelve hacia Sunghoon, dándole una última advertencia.
—Cuídalo, Sunghoon. Porque ahora ya no tienes excusas.
Sunghoon asiente, agradecido en silencio, aunque sabiendo que las palabras de Jay son un recordatorio más de la responsabilidad que ahora tiene sobre los hombros. No solo debe proteger a Jake del mundo exterior, sino también de cualquier duda o miedo que surgiera en su propia mente.
Mientras caminan de regreso, Jake le toma la mano, sorprendiendo a Sunghoon.
—Gracias por todo, Sunghoon. No sabes lo que significa para mí saber que no volverán por mí.
Sunghoon aprieta suavemente su mano en respuesta.
—No permitiré que nadie te haga daño, Jake. Jamás.
Jake lo mira con una sonrisa suave, y en ese momento, sabe que ha encontrado en Sunghoon no solo un protector, sino un verdadero compañero.
Gracias por leer la historia 🥰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro