XIV.
—Jake, ya volví —Anuncia Sunghoon con voz calmada, mientras cierra la puerta detrás de él.
Jake, de pie junto a la ventana, no se gira de inmediato. Su corazón late con fuerza, luchando entre la necesidad de confrontar lo que acaba de leer y el miedo de que sus peores pensamientos se confirmen.
—¿Todo bien? —Peegunta Sunghoon, notando la tensión en el cuerpo del híbrido.
Jake finalmente se da la vuelta, sus ojos se encuentran con los de Sunghoon. Hay tantas preguntas, tantas emociones que luchan por salir, pero no sabe por dónde empezar. Sostiene el libro que dejó sobre la mesa hace apenas unos minutos, sus dedos apretando el lomo con fuerza.
—¿Leíste este libro? —Pregunta Jake, su voz más baja de lo que pretendía, pero con una inquietud palpable.
Sunghoon frunce el ceño, mirando el volumen antiguo que Jake tiene entre sus manos. Asiente, aunque su expresión es cautelosa.
—Sí, hace tiempo —Responde, acercándose lentamente—. Es un libro de leyendas y mitos. Tiene historias fascinantes... pero, ¿por qué lo preguntas?
Jake lo mira a los ojos, buscando alguna señal, cualquier indicio de que lo que teme es verdad. —Leí la historia de Licaón... —Dice con vacilación, observando atentamente la reacción de Sunghoon.
El humano parece confundido al principio, pero luego recuerda la leyenda en cuestión y su expresión se suaviza. Se acerca un poco más, deteniéndose justo frente a Jake.
—¿Eso te preocupa? —Pregunta con una voz suave, pero directa.
Jake traga saliva y desvía la mirada hacia el suelo, sintiéndose vulnerable. —No sé... me hizo pensar en lo que tú podrías pensar de mí. Esa historia, sobre cómo Licaón no pudo resistir su naturaleza... ¿Es eso lo que crees que podría pasarme? —Su voz tiembla ligeramente al final, y siente que está exponiendo una parte de sí mismo que nunca había mostrado antes.
Sunghoon lo observa en silencio durante un momento que parece eterno, procesando lo que Jake acaba de decir. Luego, extiende una mano hacia el rostro del híbrido, levantando suavemente su barbilla para que lo mire a los ojos.
—Jake —Empieza Sunghoon con firmeza pero con ternura—. Esa historia no tiene nada que ver contigo. No eres un monstruo ni alguien atrapado por su naturaleza. Eres mucho más que eso. —Su voz es baja y tranquila, pero cargada de convicción—. Nunca he pensado en ti de esa manera. Para mí, eres alguien con una gran fortaleza, tanto interna como externa. Si alguna vez he guardado este libro, no fue porque lo viera reflejado en ti.
Jake se queda quieto, escuchando cada palabra como si de ellas dependiera su propia estabilidad emocional.
Sunghoon, viendo la inseguridad todavía presente en los ojos de Jake, añade:
—Sé que luchar con tu naturaleza no siempre es fácil. Pero nunca he dudado de ti, ni un solo segundo. Lo que sentí contigo anoche, cuando estuve a tu lado, fue tu humanidad, tu esencia. No eres ni serás nunca como Licaón. Eres Jake, mi Jake, alguien increíble que está buscando su propio camino.
Las palabras de Sunghoon empiezan a calar en el corazón de Jake, y la tensión que había estado acumulándose lentamente en su pecho comienza a disiparse. La calidez de la mano de Sunghoon sobre su piel lo ancla, recordándole lo real y presente que es ese vínculo entre ellos.
—Gracias, Hoonie... —Susurra Jake, sus ojos llenándose de lágrimas de alivio.
Sunghoon sonríe, acariciando suavemente la mejilla de Jake antes de inclinarse hacia él y abrazarlo, rodeándolo con sus brazos con una firmeza protectora.
Jake se deja envolver por ese abrazo, sintiendo cómo sus miedos se disuelven poco a poco, reemplazados por la seguridad de saber que Sunghoon siempre estará allí para él.
—Siempre estaré contigo —Le susurra Sunghoon al oído, mientras acaricia su negro cabello—. Pase lo que pase, no tienes que enfrentarlo solo.
Sunghoon mantiene a Jake entre sus brazos por unos segundos más, sintiendo cómo su propio corazón late con fuerza, no solo por el alivio de haber calmado las preocupaciones de Jake, sino también por la carga que él mismo llevaba en su interior.
Sabe que, tras la sinceridad de Jake, debía ser honesto. La verdad había pesado sobre él durante un tiempo, y aunque Jake había entrado en su vida de manera inesperada, Sunghoon no podía seguir escondiéndole algo tan importante.
Se separa ligeramente del abrazo, mirando a Jake a los ojos con una mezcla de inseguridad y determinación.
El híbrido parpadea, aún con un leve brillo de lágrimas en los ojos, pero la calidez en su mirada le da a Sunghoon la confianza que necesita para continuar.
—Jake, hay algo que no te he contado —Comienza, su voz baja, pero firme—. Algo sobre cómo llegaste a mi vida... y por qué estaba tan apurado esta mañana.
Jake lo mira con curiosidad, notando el cambio en el tono de Sunghoon. Se queda en silencio, esperando a que continuara.
Sunghoon traga saliva, sintiendo el peso de lo que está punto de decir. Sabe que podría cambiar la manera en que Jake lo veía, pero tenía que ser sincero.
—La verdad es que... —Toma una pausa—. La razón por la que fui tan apurado esta mañana es que tenía que cumplir con la última etapa de una sanción que el Estado me impuso.
Jake lo mira con una ligera sorpresa, ladeando la cabeza en señal de confusión. Sunghoon continua antes de que pudiera hacer preguntas.
—Hace tiempo, cometí errores. Graves. Perdí el control de mi ira y... lastimé a una persona. No fue algo que planeé, pero mis emociones tomaron el control y causé daños, tanto físicos como a la propiedad. —Sunghoon baja la mirada, sintiendo la vergüenza crecer en su pecho—. El Estado me impuso una terapia para aprender a controlar mi ira. Como parte de esa terapia, la última etapa fue una sanción... debía adoptar una planta o una mascota, algo de lo que tuviera que cuidar y ser responsable, para demostrar que podía controlar mis emociones y ser más... humano.
Jake abre la boca para decir algo, pero Sunghoon levanta la mano ligeramente, indicándole que no ha terminado.
—Y así fue como llegaste a mi vida —Susurra, su voz temblando levemente—. Al principio, pensé que eras solo otra parte de la terapia, una especie de castigo para recordarme lo que había hecho mal. Pero... —Sunghoon levanta la mirada, sus ojos encontrando los de Jake—. Tú eres mucho más que eso. Desde el primer momento, cambiaste todo en mí. Me enseñaste lo que significa ser responsable, pero también lo que significa preocuparse genuinamente por alguien, cuidar... y ser cuidado. No sé en qué me habría convertido sin ti, Jake. —Su voz se rompe levemente, incapaz de contener toda la emoción que había estado acumulando.
Jake lo observa en silencio, procesando lo que acaba de escuchar. Sunghoon, sintiéndose más vulnerable que nunca, baja la mirada.
—Lo que quiero decir es que... muchas veces, nosotros, los humanos, somos los verdaderos monstruos. No sabemos controlar nuestras emociones. No sabemos cuándo parar. Yo soy la prueba viviente de eso. —Sunghoon suelta una risa amarga—. Quizás tú pienses que tienes que luchar contra tu lado salvaje, pero créeme, Jake... soy yo quien debería temer lo que soy capaz de hacer cuando no puedo controlarme.
Hay un silencio pesado en la habitación. Sunghoon teme lo que Jake podría pensar de él ahora, después de haber revelado algo tan oscuro. Pero entonces, Jake da un paso hacia él, colocando una mano suave sobre la mejilla de Sunghoon, obligándolo a mirarlo a los ojos nuevamente.
—Sunghoon —Dice Jake con una dulzura que desarma al humano por completo—. No eres un monstruo. Eres una persona que ha pasado por mucho, pero que ha cambiado. Te has hecho responsable de tus acciones, has aprendido de tus errores. Y lo más importante, en unos cuantos días, me has cuidado como nadie más lo haría. No solo eres un buen cuidador, eres un compañero de vida increíble.
Sunghoon siente que las lágrimas que había estado reprimiendo empiezan a brotar. Jake lo mira con tanta ternura y comprensión que no puede evitar sentirse abrumado por la emoción.
—He visto lo maravilloso que eres, Hoonie —Continúa Jake, su voz calmada pero cargada de sinceridad—. No te das suficiente crédito por lo mucho que has crecido. Y si alguna vez cometiste errores, eso no te define. Lo que te define es lo que has hecho desde entonces. Y lo que has hecho por mí... —Jake sonríe suavemente—. Lo has hecho por ambos y eso es lo que realmente importa.
Sunghoon no puede contenerse más. Las lágrimas finalmente comienzan a rodar por sus mejillas mientras asiente, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para agradecer a Jake por ser tan comprensivo.
En lugar de hablar, lo abraza con fuerza, sintiendo cómo todo su cuerpo se relaja en los brazos de su travieso híbrido de lobo.
—Gracias, Jake... —Logra susurrar entre lágrimas—. No sé qué haría sin ti.
Jake le devuelve el abrazo, acariciando su espalda con suavidad.
—Y yo no sé qué haría sin ti —Responde con una sonrisa—. Estamos juntos en esto, Hoonie. Siempre.
Los amo, ambos son el apoyo incondicional del otro, es que no me los imagino de otra manera.🥲
Gracias por leer la historia 🥰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro