Felix POV

Cuando tenía noventa y ocho años, mi cuerpo ya estaba cansado, pero mi corazón seguía tan alegre como cuando era un pequeño de cinco años.

Una noche, mientras dormía, oí que alguien decía mi nombre. Abrí lentamente los ojos, y todo lo que pude ver fue una luz deslumbrante. Instantes después me encontraba en un lugar pacífico, en calma, donde no sentía nada más que felicidad.

Miré mis manos, y no las reconocí. Aquellas arrugas que por años me habían acompañado ya no estaban, y en su lugar había piel lisa y suave.

Confundido pero emocionado, levanté la mirada.

Y lo vi.

Llevaba un traje blanco y sus ojos cafés estaban más brillantes que nunca. Aquel Chan no parecía tener más de veinte años.

Caminé hacia él, lentamente.

— Chan... — susurré, con lágrimas en los ojos.

— Shh... — tomó mi rostro entre sus manos, y lo acarició con delicadeza, observándome con admiración —. Ahora sí, Gatito. Espero que estés dispuesto a compartir una eternidad conmigo.

— Es lo que siempre quise, Chris.

Chan acercó sus labios a los míos y nos unimos en un suave beso.

Gracias, Bang Chan, por permitirme una eternidad a tu lado.

Hasta aquí está bella historia, espero les haya gustado tanto como a mi cuando la leí 💕✨