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Todo el día... Mirando hacia el exterior.

Las luces de la casa se encendieron por un movimiento de mi varita y aun así no parecía haberla perturbado en absoluto.

Después de haberla dejado tirada en el piso de la casa me encerré en el estudio de papá en dónde mapas e información sobre Australia estaban pegados en las paredes de la habitación.

Lugares, números con los apellidos que les puse y posibles locaciones. Todo eso esperando haga el siguiente gran paso y aún con todo lo que tengo. Sé que es poco.

Durante el almuerzo Bellatrix no se movió de la televisión, se quedó quieta mirando un documental sobre los Leones.
No comió. Al bajar por algo de agua y un gusto vi que estaba mirando la ventana cuál perro esperando a su dueño.

Eso fue hace casi cinco horas, ahora con la noche y la oscuridad en la calle, baje a cenar algo, curiosa de ver qué hacía la ex Mortifaga.
Pero sigue en su posición.

Movió lo suficiente el segundo sillón de la sala como para poder ver por la ventana, su cabeza contra el cristal, ambas piernas pegadas a su pecho. Cómo si fuera un niño asustado de un trueno y su mirar.

Carente de todo sentimiento.

-Bellatrix- le llamo esperando al menos se digne a verme, pero no lo hace. No despega la vista de lo que sea que vea -Es hora de cenar, debes comer algo- ninguna respuesta nuevamente -Vete al diablo entonces-

Voy a la cocina y me sirvo un rápido cereal, prendó la mini TV para que haya algo de ruido en la casa.

No sé de qué es el programa, pero es mejor a la estática del sonido blanco.

Un par de pasos se acercan, lentos y pesados.
Bellatrix aparece en la entrada, camina por el lugar y escucho como se sirve cereal. Se sienta frente mío y comienza a comer sin siquiera verme a la cara.

-Bellatrix- intento de nuevo, en las horas después de lo que paso mi conciencia jugo en mi contra. Si bien la odio, verla en ese estado me recordó a mis peores momentos. Un pensamiento demasiado Hupplepuff hacia alguien como ella -Bellatrix-

Alza la mirada, saca la cuchara de su boca y me señala con esta.

-¿Qué se supone hago aquí?-

-¿Disculpa?-

-Siento que llevo años aquí, estoy viendo como el mundo sigue su rumbo desde tu ventana... Es una tortura. Siquiera en Azkaban sabías si era de día o de noche, pero aquí...-

-Es por una rehabilitación-

-¿Rehabilitación?- pregunta con una carcajada seca y lenta -No has hecho nada sangre sucia. Solo te encierras y me dejas vagar aquí, dejándome cerca como lejos de la puerta-

La mano que sostenía la cuchara comenzó a temblar a la vez que pequeños espasmos saltaban por aquí y allá.

A falta de mi respuesta conecta nuestras miradas. El miedo y angustia carcome los ojos de Bellatrix, sus dientes se presionan con fuerza unos sobre otros en una vaga como lamentable muestra de autocontrol.

Suspiro, aparto el plato de cereal y sostengo al redor de segundos su mirada antes de que ella la baje.

-Te ves desesperada-

-¿Está es la tortura, el castigo que tu Ministerio me puso?- gruñe bajando su mano en la mesa -Dejarme contigo. Desarmada, cerca y lejos de la libertad... sí, es eso. Dejan que vea como los Muggles siguen con su vida ¿Es eso, verdad?-

La desesperación fluye libremente en cada una de sus palabras, torpes declaraciones, temblorosas y manifestaciones de orgullo siendo destruidas en segundos.

¿Qué tanto pensó está loca mirando solo la ventana?

-¡Responde!- grita de forma desgarradora -Responde...-

Me levanto para apagar la televisión y dejar que el pequeño llanto de Bellatrix siga al menos por un poco.
No muy Gryffindor de mi parte, golpeteo mis dedos contra la barra de la cocina solo para darme la vuelta y ver que trata de limpiar sus lágrimas.

-El Ministerio me dio una "guía" de que hacer contigo. No podíamos empezar nada hasta que no quisieras ser parte, aunque admito no haberlo leído más allá de cinco páginas-

-¿Qué?-

-Como un niño pequeño. Una tontería, pero aun así sé que es lo sano para que tratas de cambiar. Por eso te dejé a tus anchas, esperaba que te aburrieras solamente. No que te sintieras prisionera-

-Lo soy, no mientas en eso sangre sucia-

-No lo eres. Al menos no si sigues la guía que me dieron- Bellatrix aún seguía con lágrimas en los ojos, estás escurrían por su cara dejando ver algo que jamás creí ver en ella. Debilidad y humanidad -Mañana podemos repasar esa "guia", a tu favor, él sana almas que escribió esto considero era buena idea conocieras la ciudad y el mundo Muggle-

Bellatrix asintió, bajo una vez más la mirada y llevo la cuchara al plato para seguir comiendo de forma lenta y tosca.

-Pensé. Que te ibas- susurró, siguiendo comiendo.

-¿Disculpa?-

-Pensé que te ibas- hablo más fuerte -Pensé... que en la habitación donde te encerrabas hacías la aparición o había algo con la red floo; pensé que esté era el castigo. Que sintiera estar en paz, en un lugar tranquilo para que de poco en poco por la soledad y un nada mi mente me embullera-

-¿Eso te da más miedo que el beso de un Dementor?- pregunto, mientras tomo nota mental de cada una de sus palabras.

-Si- susurra dando un nuevo bocado. Terminando la plática de esa manera.

......

Un brillo sobre mis ojos hizo abriera estos con total molestia y amargura.
Me senté en la cama quedándome viendo la mini librería personal de la lodosa. Al primer día entendí que me cedía su habitación, no hay nada de ella salvó esos libros que nulo interés tengo en ojear.

Voy hacia una cajonera repleta de ropa Muggle, me visto y veo en el espejo.

-Vaya final- digo viendo los pantalones Muggles y una blusa gris, ni más, ni menos. Salgo de la habitación para quedarme quieta al lado de la puerta. Solo hay silencio, solamente eso.

Bajo las escaleras, voy a la sala y prendo la Te-le-vi-si-ón para matar el rato, o el día... O la vida.

Al prenderla aparecen unos dibujos dándose de golpes y persiguiéndose unos a otros, una sonrisa y emoción natural se apoderaron de mí por lo que me senté en el sillón como si aún fuera una niña que espera su carta a Hogwarts.

Las risas seguían con cada nuevo golpe o quejido del gato y el ratón que luchaban sin cansancio alguno.
Incluso creo apenas parpadee para no perder ni uno de los detalles y bromas pesadas que se soltaban en esta... Cosa.

-Nunca creí ver a Bellatrix viendo caricaturas- grite al escuchar la voz de la sangre sucia ¿Tanto me distraje que baje la guardia? -Tom y Jerry- dice sentándose a mi lado -La veía antes de ir a la escuela, bueno. Antes de Hogwarts-

-¿Los Muggles tienen escuelas?-

La sangre sucia se me quedó viendo, vi como de poco en poco su rostro cambiaba de la confusión a la risa.
Una gran carcajada eclipsó la música y sonidos de la "caricatura".

-¿En serio no sabían nada de Muggles?- pregunto sin dejar de reír

-¿Qué tiene de gracioso?- respondo rascando mi mano en un reflejo involuntario de pena, reflejo que según yo había enterrado desde que tenía apenas nueve años.

-Nada, yo- se detuvo, tomo aire y dejo salir una última carcajada -Pensé que Voldemort o ustedes se mantenían al día con los Muggles. Ya saben, eso de dominarlos-

-¿Para qué haríamos eso? Somos superiores en todo-

-Bellatrix. Hay armas que estoy segura acabarían con el ejército que atacó a Hogwarts... pero respondiendo, sí. Los Muggles tenemos escuelas. Desde el kínder en dónde le enseñan lo básico a los pequeños a universidades. En sí, gran parte de la vida de un Muggle es el estudiar-

-Vaya- admiro en silencio tal acto.

-Ahora que lo mencionas. Nunca pregunté, pero ¿Los magos y brujas no tienen otro tipo de escuelas?-

-¿Fuera de magia?- pregunto recibiendo un asentimiento -No. Antes de eso nos educan en casa; leer, sumar, restar, escribir. Esas cosas-

-Entiendo- susurra mirando la televisión. Saca su varita del bolsillo de su pantalón y aparece frente a ella un pequeño libro. De creo no son más de cincuenta páginas apenas -El querer seguir el programa es uno de los grandes pasos- explica leyendo el contenido, pero dejo de verla para prestar mi atención a los tal "Tom y Jerry "-Bellatrix- regaña apagando la te-le-vi-si-ón con su varita.

-Habla-

-No son grandes cosas, de hecho es tan simple que es un insulto- dice mirando una vez más el librito -Aquí dice que debemos tener... ¿Plática constante, qué?- se acerca más al contenido y su entre cejo se frunce -¿Qué es toda esta basura?-

-Dejame ver- pido tomando el librito. En él, hay tonterías como: "Hablar sobre el señor oscuro, ser dura, castigos y la cereza del pastel... llamar a un auror". Esto parece ser hecho de forma tan mal intencionada que es un insulto como dice la sangre sucia, incluso yo dudo que hayan pensado en la inteligencia de la otra. Solo es una guía que incitá una lucha futura entre las ambas. Un camino a desastres que... y sí... ¿Eso fuera?

Veo como la sangre sucia aparece un patronus. Una nutria vuela a nuestro alrededor lo cual hace sienta la calidez de sus recuerdos, miro atenta al patronus tratando de recordar si alguna vez tuve siquiera uno.

Pero eso quedó detrás por la ira y el nombre mencionado por la lodosa.

-¡Espera!- grito al escuchar un "Kingsley"

-¿Qué?- dice mirándome con el doble de molestia que la mía -¿Leíste esa porquería? Por Merlín, no seremos del agrado de la otra, pero ambas sabemos es una tontería tras otra-

-Y eso es lo que te debería de preocupar- digo señalando la parte en dónde dice: "A veces el mejor remedio es algo de castigo severo en casos extremos como este" -¿No lo ves lodosa? Quieren que falles-

-¿Fallar? Pero, si fueron ellos los que me dejaron está tarea-

-Así es. Sí... Oh, lodosa. Bienvenida al mundo del ministerio- digo sonriendo de oreja a oreja ante su desconcierto.

-No entiendo ¿Qué sabes Bellatrix?- exige apuntándome con su varita.

-Piénsalo- digo acercándome a ella -La chica del trío de oro fue seleccionada exclusivamente para esto. Bien pudo ser otro, alguien con experiencia en este campo-

-Confían en mí- responde sin bajar la varita. Por lo que la presión sobre mi pecho comienza a doler.

-Kingsley lo hace, pero ¿Los demás? Estoy segura de que si vas al ministerio y pides cualquier puesto. Ellos te lo deberán de dar, sí. Lo veo bien-

-¿Eso qué tiene que ver?-

-Eres, no. Somos un chivo expiatorio- susurro a su oído. Acorralada con el reposa brazo del sillón es que la lleve a mi voluntad. Cerrando todo escape normativo para ella -Ahora lo veo... Está pasando lo de siempre, nuevos rostros están al frente del ministerio. Todos quieren poder-

-El Ministerio busca cambiar-

-El ministerio dejo que mi señor se infiltrara- le recuerdo. Respirando cerca de su oído, siento como tiembla baja mi cuerpo y que el dolor en mi pecho desaparece ante el golpe de realidad -Mira la guía. Tu misma dijiste que apenas y la leíste, quieren que peleemos. Por eso puedes usar el Avada conmigo, por eso te pusieron conmigo. Quieren que salte a tu cuello y acabe contigo-

-... No, eso...-

-Sabes que no miento. Sangre sucia-

Dejo las palabras en el aire.
Que floten por mucho más tiempo.

Ahora todo tiene sentido. La nueva directiva del ministerio considera a la sangre sucia como alguien peligrosa para sus intereses, eso quiere decir que Harry Potter no se interesó en la política y que la comadreja le dejo eso a la lodosa.

Ese viejo de cara poco conocida. Donovan, puede ser parte de esto. Una treta que un grupo formó contra la chica y por lo tanto, conmigo.

-Interés político- dice la sangre sucia. Me muevo, cambiando la posición para ver su rostro esperando tristeza, desolación o irá. Pero hay calma y una pequeña sonrisa en ella.

-¿No estás enojada? Quieren que te mate-

-No lo harás-

-¿Cómo sabe eso? Mira como estamos. Podría enterrar mis uñas en tus ojos, morder con todas mis fuerzas tu garganta, estrangularte hasta que dejes de respirar y si no es ahora podría ser después-

-Si lo haces no serás libre nunca. Soy tu boleto a la libertad, en el mundo Muggle. Pero libre al final-

-... Explícate-

-Si te ayudo. Serás libre, no más ministerio, no más cargas del mundo mágico-

Me separó de su rostro. Miro hacia el techo tratando de imaginar una vida en el mundo Muggle.

No llego a nada. Pero es mejor a estar en una celda.

-¿Y qué harás, sangre sucia?- cuestionó viendo como en sus ojos aparece ese estúpido fuego Gryffindor.

-Lo verás, ellos. Haremos que se coman sus palabras-

-¿No los atacarás? Te quieren muerta. Debe ser por la atención que te tienen todos, la chica dorada en el ministerio. Una ilusión para todos-

-No. Solo les mostraremos, verán que su treta de Hupplepuff's no llega a nada ni hoy, ni nunca-

Sonrió.
Una pequeña ola de emoción crece ante la estupidez Gryffindor.

Está... Muggle y su sentimiento de la mierda que sea. No sabe siquiera a qué está jugando, pero debo admitir.

Que es interesante ver qué hará la valentía como la idiotez de un Gryffindor.

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