12
No recuerdo la última vez que vine a la madriguera, creo fue apenas unas semanas después de la derrota de Voldemort.
En esos días el horizonte solo anunciaba luz y nuevos inicios, las pérdidas seguían frescas y las noticias iban y venían sin control.
Para esos días podía jurar que amaba a Ron, y si bien el amor continúa jamás será como alguna vez pudo ser.
Pero esos son desvaríos y cosas que entorpecen el momento, un momento que debe ser importante o al menos uno de los más tensos de mi vida.
Puede ser la razón del porqué, o Harry; el señor Weslay, la señora Weslay, Kingsley o Narcissa.
Sea cual sea la razón de mi angustia, rasco mi mano.
Hay cosas que me siguen desconcertando, como el té hecho por la señora Weslay junto a la tarta de limón que nos sirvió amablemente.
Narcissa toma del té, corta la tarta y la lleva a su boca complacida.
Esa simple acción provocó que el aire retenido en mi pecho saliera en forma de suspiro.
-Entiendo que, el señor Malfoy descubrió algunas cosas- inicia afortunadamente Harry la plática.
-Así es. Si bien nuestra familia no es bien vista, sería una mentira negar muestras conexiones- un nuevo sorbo y me mira -Hasta dónde Lucius pudo tomar, uno de tus principales problemas sería el encargado del Departamento de regulación y control de criaturas mágicas-
-Tiene sentido- dice la señora Weslay sentándose al lado mío -Hermione tiene una fuerte visión de igualdad-
-Aun así ese departamento es uno de los más renegados dentro de la comunidad mágica. Por lo que no se debe buscar poder, al menos no uno político- habla ahora Kingsley provocando un pequeño dolor de cabeza entre tantos cambios.
-¿Sabrían la razón?- pregunta Narcissa -Si no es un alza en la política, suponiendo eso ¿Qué sería?-
Sobo mi frente, desacostumbrada a tantas voces al mimo tiempo como antaño.
En estos dos meses y medio me había acostumbrado a solo la voz de Bellatrix.
Su ronca y chillona voz...
La manera en la que su nariz se arruga cuando algo no le gusta; la forma que tiene de pedir cosas y a la vez negarlas, su mirada curiosa cuando su atención se centra en los brillos de la calle o pequeñeces de un auto, su risa, su burla, su quejido.
Todas esas cosas se volvieron tan gradualmente en mi día a día que ahora me asfixio entre tantas voces y pensamientos.
Pude ser que mi mente aún no está lista para volver al mundo mágico.
Puede que solo sea cansancio pues es sábado y el día anterior ambas tuvimos la maravillosa idea de ver películas rentadas hasta que no pudiéramos más logrando llegar a las cinco de la mañana. Un golpe duro cuando Kingsley me pidió estar aquí a las nueve de la mañana.
"Posiblemente Bellatrix siga durmiendo"- pienso cortando la tarta. Pero no es momento de pensar en ella, aunque para ser justa esa es la razón del porqué estoy aquí en lugar de mi hogar.
¿Por qué el jefe del Departamento de regulación y control de criaturas mágicas me quisiera en una estaca, qué gana alguien que no destaca y parece no querer hacerlo? ... Bellatrix tendría la respuesta, ella ama esos estúpidos programas de detectives y se pone a jugar como si ella fuese uno, tendría la respuesta a la solución sin duda.
Una persona de poco poder, pero a la vez con el necesario como para ser incluido y mover hilos... una persona así, solo busca.
-Poder- interrumpo a los demás -Es eso. No quiere destacar, pero quiere más poder, Kingsley. Dices que ese departamento es uno de los más alejados para una parte de la población ¿No?-
-Bueno. Lo dije con palabras más sencillas, pero si-
-Aun así. Tiene el mismo flujo de dinero como información al igual que cualquier otro departamento, debe ser una alianza que le dé un poder financiero sobre político o viceversa-
-Un trato para ganar y a la vez no ser visto- dice con asco el señor Weslay -Suena a algo que muchas personas conocidas harían-
-El problema viene cuando recuerdas que, como en todos los departamentos. Este tienen sub secciones con distintos jefes- sisea Harry aplastando todo imaginario avancé.
Un quejido sordo sale de mi boca haciendo que Harry se disculpe, vuelvo a rascar mi mano, pero antes de dejar una marca roja.
Un momento de iluminación junto a un nombre vienen a mi mente.
-¿Quién es Donovan?- pregunto a Kingsley.
-¿Donovan? Es el encargado del departamento de transporte mágico ¿Por qué la duda?-
-Según Bellatrix, él fue de las personas que propuso esto, si lo pensamos con mente fría en épocas de guerra...-
-Debemos investigar más, Hermione- regaña Kingsley -Esa es una fuerte acusación. Ambas de hecho- dice ahora mirando a todos.
-Con todo respeto señor ministro- habla Narcissa -Pero usted mejor que nadie sabe cómo muchas personas se apuñalan dentro del ministerio, antes de Voldemort y durante Voldemort- se acomoda en la silla, y suspira -El deseo de poder no solo es para magos oscuros que hablan con serpientes, eso se lo aseguro-
Kingsley cierra la boca, la abre y la vuelve a cerrar para susurrar un: "Es cierto"
Una parte de mí se alegra al saber que hay avance en esto, que ahora son más personas de nuestro lado y que no solo somos Bellatrix y yo contra el mundo...
¿En serio dije eso?
-Por mi parte deberé seguir investigando, usando las sombras como antaño antes de Voldemort- Kingsley pide más té y con un movimiento de mano de la señora Weslay, la tetera levita y sirve -Como dije. Aún sostengo que estás acusaciones podrían ser perjudiciales, pero a la vez concisas-
-Es cosa de seguir adelante con el tema. Lucius y yo iremos de forma directa, si descubrimos algo les haremos saber- me sonríe el señor Weslay dándome la paz que necesito.
-Bien, una vez cerrado el tema. Iré a casa- anuncia Narcissa -Pero antes, quisiera hablar con la señorita Granger-
Los ojos en la mesa voltean curiosos. Asiento y me levanto para señalar la puerta y tener, como mínimo.
Algo de privacidad.
Creo nunca había tenido una conversación así de larga con Narcissa en años, de hecho. No sé por qué le digo por su nombre a diferencia de la señora Weslay, debe ser cosa de respeto.
Su porte elegante y frialdad en la mirada contrastan notablemente a la tan expresiva de Bellatrix.
Una diferencia en contraste en la cual acepto hay un gusto por la segunda.
-Mi hermana- dice mirando la pradera de la madriguera -¿Cómo está ella?-
-Bellatrix- digo arrastrando su nombre en mi lengua -Fue difícil, la primera semana diría es la más caótica que recuerdo-
-Bella siempre ha tenido un don para ser molesta. Tal vez si no hubiéramos sido criadas baja la mano de hierro Black, ella y Sirius hubieran sido un duo bastante caótico-
-Si, ella... Tiene sus momentos-
-Si- camina un poco y se detiene, admirando ahora el azulado y calmado cielo -Le había dicho al señor Potter que hablara contigo, para que yo me encargará de mi hermana. Se negó, tengo la duda del ¿si harías lo mismo?-
-Antes- respondo siguiendo su vista y admirando las nubes tan redondas y blancas -Ella ha cambiado, poco. Si de algunas cosas hablamos, le encanta salir de casa y admirar todo lo que la rodea- una risa se me escapa al recordar dos días atrás como se asustó por el metro y después quiso repetir.
-Puedo notar un agrado por mi hermana en tu habla, señorita Granger-
-El paso de los días y semanas ha hecho que nazca un aprecio, eso es verdad-
-... Bella es un huracán, señorita Granger. No olvide eso, pero también quiero que recuerde que puede ser un chubasco-
-¿Pide comprensión?-
-Sin duda, pero también le pido que vea más allá de la Mortifaga. Al menos en opiniones que ella tenga-
Sonrió, bajo la mirada y comienzo a caminar alrededor de Narcissa.
Estiró los brazos parar tener su rostro molesto y confuso.
-Sé directa Narcissa. No entiendo que quieres decirme-
-Quiero que protejas a mi hermana y no la veas como moneda o chivo expiatorio-
-Ya lo hago- digo bajando los brazos, meciendo estos en una arrogancia Slytherin como Gryffindor -Esta junta es la prueba ¿no lo ves?-
-¿Cómo podía serlo?-
-Porque a diferencia de Kingsley, los señores Weasley o Harry. Yo tengo en cuenta a Bellatrix, veo por ambas en esto. Además me parece irónico como insultante que me pidas eso sabiendo que me torturó, tú estuviste ahí, fuiste testigo-
-¿Qué querías que hiciera? Era prisionera en lo que fue mi hogar-
-No sé, ¿un lamento como mínimo? Alguien de la edad de tu hijo, no, mejor aún. La compañera de escuela de tu hijo estaba pidiendo ayuda frente a ti- Narcissa no dice nada, Incluso con su máscara de frialdad veo un dolor en sus ojos -Después de la guerra me volví algo más tosca, lo siento-
-No debes-
-Sí... No debo- recojo una piedrita del piso y la lanzo lejos, tratando de buscarla con la vista -Bellatrix estará bien. McGonagall sabe que no me atacarán, por Merlín. Incluso tú lo sabes-
-Seria ponerse la soga al cuello... Toda la comunidad mágica estaría tras esa persona-
-Bien, pues esa "inmunidad" es la que usaré y uso con Bellatrix. Ambas somos la cura de la otra en el plan del ministerio, si ella me mata ellos ganan, si yo la mato la comunidad gana. Pero al final del día-
-Ambas pierden, entiendo-
-Correcto, ambas perdemos...-
La plática termina en una corriente de aire.
La maleza y plantas que rodean la madriguera se mecen de un lado a otro.
Siempre me gustó venir a la madriguera, deseaba que mis padres vinieran y formarán una amistad con los señores Weasley.
Fantasía de una niña, supongo.
¿Cuándo dejo de gustarme venir?
Se que incluso después de lo de Ron las puertas de la casa están abiertas para mí, entonces... ¿Por qué?
-Dicen que ella jamás volverá al mundo mágico, dime. De forma sincera... ¿Crees que será mejor?-
-¿Para qué contexto es la pregunta?-
-Lo sabes bien-
-... Si, le irá bien. Bellatrix quiere empezar de nuevo. Una nueva ella, no más Bellatrix Lestrange, solo Bellatrix Black. La Muggle-
-Mis dos hermanas me han dejado-
-Solo si quieres eso- doy media vuelta, de regreso a la madriguera. Queriendo terminar la charla, pero. Viene a mi memoria a una desconcertada Bellatrix, una persona que busca lo que perdió en el salvajismo de Azkaban, y si bien sé que Narcissa podría ser una influencia molesta en estos cambios... -Habla con Harry, puedes visitarnos en casa cuando quieras-
-Lo haré-
-A Bellatrix le encantará, estoy segura-
El sonido de: "crack" de la aparición suena y continuo mi camino a la madriguera, pensando una vez más en ella.
Preguntándome que estará haciendo.
......
-Homenum Revelio- canta Hermione en medio de la cocina.
Cuando desperté al rededor de las once de la mañana me di cuenta estaba sola, una nota en la mesa decía: "Junta con Kingsley, si algo pasa mando un Patronus"
Luego de eso desayuné y limpie un poco la casa, al asomarme por la ventana vi algunos Aurores tratando de esconderse en los techos y autos como la vez pasada.
Tuve todo el día para mí sola, algo que debería haber aplaudido. Pero no lo hice.
Un sentimiento de soledad me atacó impidiendo que incluso las caricaturas más divertidas me pusieran de buenas.
Era ese sentimiento de soledad como cuando me dejaron en Azkaban los primeros días.
Por más que me paseaba por la casa, el patio o que entraba al estudio del padre de Hermione para ver su avance al localizarlos, no importa que. Estaba sola.
No fue hasta apenas diez minutos que con un: "Ya llegué" este sentir desapareció.
Hermione saludó y fue directo a la cocina, en dónde por bolsas comenzamos a guardar comida que la mamá comadreja le dio.
-¿Nada?- pregunto sabiendo la clara respuesta.
-Nada-
Seguimos guardando la comida en tranquilidad, una rutina que se volvió curiosamente buena para mí.
Es raro, al final del día siempre he sido una guerrera. Prácticamente crecí para luchar, pero estas cosas como guardar comida junto a Hermione...
Hace que el inicio de la aburrida tarde mejore.
-Creemos saber quién andan moviendo estos "hilos"- dice terminando la tarea para sentarse en una silla -Por ahora estaremos bien, seguimos en una zona amarilla. Pero tenemos más que antes-
-¿Cómo?- pregunto cerrando el refrigerador y apoyándome en una silla.
-A Harry, Kingsley, a los Weslay, Malfoy y McGonagall. No estaremos solas en esto, Bellatrix-
-Suenas satisfecha-
-Lo estoy. Cierto, hable con tu hermana-
-¿Y?-
-Manda saludos, verá si viene-
-Que bien-
-Si-
-Si-
Ambas dejamos de hablar...
Solo nos vemos, directo a los ojos de la otra.
Una vez, no hace mucho.
Esos marrones y vivos ojos me miraban con miedo, luego con odio. Pero ahora... no sé que veo.
A diferencia de mis ojos los suyos son más claros, con brillo, y a la vez te dicen que ella ha vivido y visto más que otros adultos.
¿Es eso justo? Claro que no.
No ahora, antes, tal vez. Pero ahora no.
Cuando enumeró las cosas por la que paso desde chica me parece hasta raro que ella no le tenga odio a Dumbledore por no hacer su trabajo.
Cosas Gryffindor, quiero creer.
En ocasiones, en momentos como estos es donde me gustaría haber hecho las cosas diferentes.
Me preguntó, cuando miro por la ventana ¿Cómo sería todo si me hubiera unido a la orden?
No tendría estos momentos, no le sostendría la mirada.
En papel suena bien, estaría viviendo mi vida a mi manera, posiblemente sería una aurora o profesora en Hogwarts.
Entonces ¿Por qué? No me cabe la razón, esa inexistente vida me parece poco ante esto.
Y eso me molesta.
-Fue un largo día- dice apartando la mirada -Y eso que apenas es de tarde, querían que me quedara-
-¿Si? Entonces ¿Qué haces aquí?-
-Solo quería llegar a casa, además estaba pensando que estabas haciendo-
-Dando vueltas en la sala, eso lo puedes creer-
-Y lo hago- dice riendo. Se levanta, camina a la radio de la cocina y comienza a cambiar las estaciones.
-¿Qué haces?-
-Cuando fue la guerra. Harry y yo bailamos en un desastre mental, una forma de calmarnos-
Deja una estación, comienza la música y extiende su mano.
.....
-¿Y bien?- pregunto sonriéndole a Bellatrix.
Toma mi mano, sonríe y la jalo.
Ambas saltamos, ella no entiende pues su otra mano sigue en el aire esperando una danza lenta.
-Solo diviértete- digo moviendo los pies de un lado a otro.
Bellatrix hace lo mismo, un pequeño salto, un aparente espasmo y ríe.
Comienza a reírse, con su mano aún tomada la hago dar una vuelta sobre mí.
Me suelta y abraza mi cadera para alzarme y dar vueltas.
-¡Bellatrix!- grito tratando de sujetarme, me baja, riendo, sudando y agitada.
Entonces, algo pasa. Cuando da otra vuelta, otra risa...
Mientras su cabello ondea libre tras un salto, mientras que su risa falta de malicia y llena de alegría pura cautiva mi mente y tiempo.
Mientras que sus piernas tropiezan en un intento desesperado de seguir la música y corriente de la misma para seguir riendo y "bailando".
Es que siento algo. Tal vez sea la pequeña luz de la tarde que se cuela por la ventana y contrasta con la oscuridad de su cabello, tal vez sea la calidez y sencillez del momento la que me hace volver a días más tranquilos y sencillos.
Puede ser eso, tal vez.
Pero debo admitir, contra toda lógica y con la valentía Gryffindor impulsando mi pensar. Que, en este momento, en este lugar, en esta circunstancia... Quisiera abrazar y besar. A Bellatrix Black
Se que el baile de Hermione y Harry no es canon, pero es taaaaaan lindo que haremos como que lo fue.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro