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Vigésima segunda Flor

El lunes por la mañana no tuvo muchos cambios en cuestión a la forma de ser de sus padres.

HoSeok bien sabía que en el exterior parecía que todo seguía igual a cuando llegaron, pero dentro de sí mismo no era así; se sentía en paz y ligero.
Estaba sonriendo de nuevo a pesar de que el único compañero de la habitación en cuestión a sonido, fueran los tenedores y cucharas chocar con los platos y tazas junto a pequeños sonidos que la sopa de la señora Shin llegaba a hacer dando una sensación agradable a su cuerpo.

—Sobraron algunos pasteles de arroz de ayer. —Comentó la mujer mirando a HyungWon con una sonrisa ligera.
Durante el Domingo, ambos chicos estuvieron en casa mientras los mayores se unían al resto del vecindario para visitar el cementerio y hacer ofrendas para la celebración oficial del Taeborum. —¿Cuando tienen pensado irse? Por supuesto, no tengo intenciones de incomodarlos.

HyungWon negó en respuesta a lo último para no permitir que se le diera importancia. —Mañana tenemos planeado irnos. Así hemos avisado a mi madre.

—En ese caso los guardaré para que puedas llevarlos.

—No quiero molestar, con los que me ha dado hoy es más que suficiente.

—Insisto, las mermeladas del relleno son naturales. Seguro a tu madre le gustaran.

–Oh... Gracias.

HoSeok miró a su madre y al menor una y otra vez sin que estos se dieran cuenta pasando sus ojos de uno al otro durante unos momentos hasta llegar a una conclusión que le pareció muy grata en el momento.

De cierta forma... Parece que se agradan.

Eso lo llenó de regocijo en cuanto atravesó su mente a pesar de que su presentimiento ya lo dictaba de esa manera.

La señora Shin siempre se caracterizó por ser dura tanto en rostro como en carácter. Si tuviera que hacer una comparación SoYou era su contraste perfecto.

Mientras la señora Chae era amable, dulce, siempre sonriente y cálida llena de vigor, la madre del enfermero era seria, diciplinada y muy directa, tanto que llegaba a veces a doler sus palabras sin que esa fuera la intención.

...HyungWon también era directo con sus palabras y no mostraba mucha expresión, incluso a veces era difícil creerle sobre su sentir.

Por ello HoSeok estaba seguro que si las circunstancias hubieran sido distintas, su madre y su paciente, pudieron haber creado una muy buena relación desde el inicio en vez de tener que pasar los días solo dando respuestas y oraciones que no pasaban las diez palabras.

Tal vez en otro tiempo pueda pasar...

—Por cierto. —Interrumpió el enfermero una vez que terminó con su desayuno y sus pensamientos. —HyungWon tiene interés en visitar el invernadero que está casi en las afueras. ¿Aún se permite el paso?

—No debería haber problema. —Respondió la mujer mayor recogiendo los platos de su marido el cual en algún momento abandonó el comedor pasando desapercibido. —Pero si tienen pensado ir, entonces será mejor que se marchen ya. Hoy cierra antes de las dos.

—En ese caso, nos vamos.

HyungWon hizo una ligera reverencia dando gracias por los alimentos y se dirigió junto a HoSeok a la puerta principal para salir.

—Parece ser que han hecho las paces. —Comentó el menor dejando que el otro llevara la silla. —Ayer no hablamos sobre ello debido a las terapias.

—Sí... Se puede decir que decidimos seguir con nuestras vidas sin rencores.

—Ya veo... Entonces... ¿Se ha solucionado todo?

—No. —Respondió con una sonrisa confundiendo a HyungWon. —Pero eso está bien.

—¿En qué aspecto?

—A veces para pasar de hoja no se necesita solucionar la situación ni olvidarla... Solo dejarla fluir y seguir con la decisión que se ha tomado.

—Es una buena forma de vivir.

—Yo también lo creo.

————————

Después de una caminata entre charlas, llegaron al gran invernadero en el cual fueron recibidos por los sonidos de algunos insectos y de pájaros parados en el techo cristalino.

Sin nadie a quien pedirle permiso, HoSeok soltó la silla y dejó que el más joven explorará el lugar por su cuenta mientras él se inundaba de recuerdos en el lugar.

El invernadero fue de sus lugares favoritos y más frecuentados desde que tiene memoria: Ahí llegaba a tomar frutas a escondidas junto con sus amigos y terminaban comiéndolas cerca de las bardas de la secundaria.
También era su florería personal cuando quería conquistar a una chica, con permiso del dueño (o incluso sin el mismo) tomaba algunas flores que le parecían bonitas haciendo así un ramo y así poder entregarlo a su enamorada.

También fue un parque de juegos cuando estaba aburrido con su hermano y usaban las cuerdas que se guardaban en la bodega detrás del lugar y con ello se ingeniaban para pasar toda la tarde divirtiéndose.

—Sigue tal y como lo recuerdo. —Suspiró con nostalgia pasando entre flores y algunas frutas buscando a HyungWon quien se encontraba al otro lado. —¿Y bien? ¿Te gusta?

—Verlo de lejos es engañoso. —Dijo mirando aún alrededor. —Parecía más pequeño a distancia.

—Claro que es grande, todos pueden venir a plantar o llevarse cosas, debe abastecer a todos.

—Es un lugar muy agradable.

—Me alegra que sea de tu gusto. Tal vez podamos llevarnos algunas verduras de aquí, ¿Tienes tu mochila?

HyungWon asintió mostrando la mochila oscura en su espalda.

Con cuidado de no lastimarse o moverse mucho, el menor se la quitó para acto seguido, pasarla al mayor que agradeció con un ligero gesto.

Comenzó a acercarse pensando en que lo primero que podrían llevar eran zanahorias pues eran de las cosas preferidas para SoYou quien las utilizaba en la mayoría de sus comidas.

—Oh, pero la ensuciaré...

—No importa. —Suspiró sin darle importancia. —Solo debe lavarse y queda solucionado.

HoSeok asintió dirigiéndose a la canasta en donde había algunas frutas y vegetales ya limpios, tomó algunas de las cosas que creía podrían usarse y las apartó hasta creer tener un buen puñado.

—Seguro a la señora Chae le gustaran. —Susurró para sí mismo abriendo la mochila encontrándose con una pequeña caja un poco maltratada dentro. —Ah, HyungWon, olvidaste sacar algo de tu mochila.

—No lo hice.

—Sí. —Aseguró sacando la caja con cuidado para mostrarla al menor que se acercaba con lentitud. —Estaba adentro.

—Feliz cumpleaños HoSeok–ah.

Parpadeando unas veces de manera rápida, el mayor pasó la mirada de su paciente a la caja sin estar muy consciente de las palabras dichas por el Chae menor.

—El doctor Yoo es quien me ha dicho sobre la fecha de tu cumpleaños. —Explicó para aclarar al mayor los hechos. —Fue hace algunos meses cuando lo dijo... ¿Te ha molestado?

—No... De ninguna manera.

Tum tum... Era el sonido que HoSeok juraba escuchar en su pecho el cual se sentía caliente y palpitante con cada momento que pasaba.

Su felicidad era demasiada que le era complicado alzar la mirada y mostrarle su sonrisa a HyungWon, pues si lo hacía, estaba seguro que terminaría llorando y eso le daría más motivos a su paciente para burlarse.

—¿Puedo abrirlo? —Preguntó con una voz apenas audible como un niño pequeño. HyungWon dijo un corto "" en respuesta permitiendo que el enfermero abriera la caja para dejar ver un collar de plata bastante sencillo con una simple figura de un sol colgando.

—Es un regalo tanto de parte mía como de mi madre. —Comentó observando al mayor colocarse el regalo casi de inmediato con gran emoción. —Ella lo ha elegido pensando en lo que representas en nuestra vida a su punto de vista.

—¿Enserio?

—Mi madre dice que eres un sol no solo por tu personalidad... Ella ha visto en ti el apoyo que no pudo sentir en nadie más, tanto en lo que se ve y en lo que no. Has sido su ayuda moral desde que llegaste a vivir con nosotros para iluminar la vida que poco a poco nos consumía de manera negativa. Eso es lo que ha dicho... Volvió a sentirse feliz.

Esta vez, su orgullo se doblegó y de permitió dejar que las lágrimas fluyeran. No le importaba verse patético en esos momentos... No se sentía de esa forma si HyungWon lo miraba con aquella sonrisa que de vez en cuando se dejaba ver y quedaban grabadas en su ser, tan hermosas palabras por parte de la señora Chae a la cual quería abrazar con fuerza y seguro lo haría una vez hayan regresado.

Después de limpiar los rastros de su ligero llanto, se sintió valiente para ver el rostro de su paciente y armarse de coraje para hacer su pregunta.

—¿Tú que piensas de mí HyungWon?

—¿Yo?

HoSeok asintió, preparado para cualquiera que fuera la respuesta de su paciente. Aceptaría cada palabra con el amor que sentía hacía él.

—Veamos... Creo que lo principal es la gratitud.

—¿Gratitud?

—Sí. Puede que fuera por necesidad u otra circunstancia, pero nunca te rendiste conmigo, aun sabiendo que no te quería cerca porque eso significaba cambiar la vida que llevaba y entrometerte de lleno... sin embargo seguiste a mi lado... Gracias a eso estoy más cerca a poder caminar de nuevo, me diste una nueva perspectiva y eso me ayudó a replantearme mi situación y mi futuro, el que quiero y como lograrlo...

—Eso ha sido por tu determinación.

—No, fue por ti. —Repitió con un suspiro mirando hacia el lado opuesto. —Si tuviera que decirlo... Creo que estoy de acuerdo con mi madre...

—¿Sobre qué?

—...Sobre... Que te volviste el sol de nuestras vidas.

¿Seré imprudente si lo abrazó?

¿Qué más da?

Sin tener control real de su cuerpo, HoSeok se permitió ser caprichoso abrazando con cuidado a HyungWon para no lastimarlo.
Con una sonrisa respiró hondamente dejando que el aroma dulzón ya conocido lo inundara y egoístamente deseó que este se impregnara en su ser.

Sintió pequeñas palmadas en su espalda a las cuales no tomó mucha importancia gracias a sus pensamientos que solo estaban en el cómo HyungWon era demasiado cálido y suave... O el cómo a pesar de ser más alto, se sentía pequeño en sus brazos y eso solo lo provocaba a cuidarlo más.

No era un abrazo como el que tuvieron cuando el menor decidió tomar las terapias. Se sentía más íntimo, más feliz... Era tan hermoso para Shin que se juró atesorar el momento hasta que tuviera que morir.

HyungWon no lo apartó en ningún momento o dijo algo sino hasta después de separarse minutos después.

—Feliz cumpleaños HoSeok–ah.

—Gracias... Enserio este día será memorable para mí. Gracias por el regalo.

—No es lo único. —Comentó pidiendo con una seña que le devolviera la mochila que fue olvidada en el suelo. —Hay algo más aquí.

—No debieron tomarse tantas molestias. —Dijo ligeramente avergonzado al recibir en esa ocasión un libro con pastas color lila. —Cielos... Esto...

—Eso no es de parte nuestra. —Interrumpió de manera rápida. —Me lo ha dado antes de que despertaras.

—¿Quieres decir...

El menor asintió antes de alejarse para permitir a HoSeok un poco de privacidad y este no se sintiera cohibido debido a su mirada.

El enfermero agradeció el gesto y cuando se sintió a solas acarició con las yemas de los dedos aquella pasta antes de abrir lo que terminó siendo un álbum de fotografías.

En él había fotos suyas y de su familia desde que era un bebé, cuando comenzó a caminar, su primer día en el jardín de niños, en la primaria, secundaria hasta la graduación de preparatoria.

Con una risa ligera también encontró fotografías de la graduación de su hermano, de su boda incluso fotos de su pequeño sobrino.

Se dio cuenta que perdió muchos momentos memorables en todos aquellos años de no estar presente...

Cuando pasó de la última foto que era de su padre siendo ascendido de puesto, encontró en las siguientes páginas postales que había enviado teniendo en el reverso textos escritos por la letra cursiva de su madre...

Con cuidado pasó todas una a una, todas respuestas a sus cartas, pero ninguna enviada...

En ese momento reafirmó que no tenía nada que solucionar con sus padres... Nunca hubo esa necesidad. Porque se amaban, aunque se alejaran y no volvieran a verse el sentimiento nunca desaparecería.

HoSeok era quien era gracias a su familia.

Mirando con una sonrisa a la dirección en donde HyungWon observaba las plantas de sombra dejó salir el aire que retenía de manera inconsciente.

El invernadero fue su patio de juegos, su florería para conquistar y su cafetería privada...

Ahora a sus veintisiete años, era el lugar en donde vivió por un pequeño instante lo que no pudo ocho años atrás con su familia y el lugar en donde supo que no solo un sol, si no dos, llegaron a iluminar su vida de la misma forma que él hace con ellos.

El invernadero era uno de sus lugares preferidos por que, aunque lo creía imposible, de nuevo se enamoró.

Volvió a amar a HyungWon.

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