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Vigésima Flor

En preparatoria, HoSeok se sentía un tanto perdido en cuanto a su futuro se trataba; no sabía qué camino tomar.

Su hermano menor le insistía en que su inteligencia podía ser usada en lo que quisiera: política, leyes, física, historia y muchas otras áreas.

Sus padres tampoco parecían oponerse a ninguna de sus opciones siempre y cuando estudiara en la pequeña y única universidad del lugar donde vivían.

Después de pensarlo mucho tiempo y con aliento de sus amigos, Shin se convenció de que la enfermería era su vocación y en lo que quería especializarse.

Pero enfermería no era una carrera de aquella universidad.

¿Qué haría si no puede estudiar ahí?

Fue sencillo de resolver; solo unos trabajos de medio tiempo en vacaciones, unas donaciones de sus amigos y con ahorros de tiempo atrás tenía el suficiente dinero para comprar un boleto de avión destino Seúl y alquilar un cuarto pequeño de inicio.

Sus padres se opusieron nada más esas palabras salieron de su boca y le exigieron olvidarse de tan estúpida idea.

"Enfermería es una carrera de mujeres" Insistía el estricto y muy correcto señor Shin mientras su esposa asentía dándole la razón de manera sumisa.

HoSeok comenzó a creer que simplemente su sueño era tan solo eso y empezó a darse por vencido conforme los días pasaban.

Su hermano menor no estaba de acuerdo con ello.

Una madrugada, el más pequeño de la familia ayudó a su hermano a escabullirse por la madrugada hasta el aeropuerto usando el dinero que se le dio en su cumpleaños meses atrás y ahorraba para comprar una patineta de buena marca.

Así fue como HoSeok en complicidad con su hermano, mantuvieron su localización en secreto sin comunicarse por más de cinco años hasta que el mayor logró terminar la carrera y ser aceptado en un gran hospital de Seúl.

De vez en cuando enviaba dinero a sus padres y a su hermano ahora casado. También sin tener mucho en mente lo que quería conseguir escribía cartas de las cuales jamás llegaba una respuesta.

Así fue como tuvo que sacrificar su relación con la familia por hacer lo que le gustaba.

No tenía arrepentimientos de ningún tipo. Por más hambre que llegó a sufrir en sus días de estudiante y los muchos empleos que adquirió para hacerse de materiales y equipo, también hizo grandes amigos irremplazables y... Todo ello lo llevó a ser enfermero particular del que considera hasta la fecha su más grande amor platónico.

Mismo que le ha pedido ir a visitar a sus padres en el Taeborum teniendo el conocimiento básico de aquella muerta relación y mismo a quien le negó tal viaje.

HyungWon ha tratado de insistir entre terapias y comidas haciendo un caos en la cabeza del enfermero.

¿Cómo es que las cosas se invirtieron de esa manera?

—No iremos HyungWon. No cambiaré de opinión.

—Sigues diciendo que no pero no me dices el porqué.

—Te lo he dicho.

—Sí, sí... —suspiró rodando los ojos con mala gana. —Mala relación con tus padres. Va a ser casi un año desde que dices lo mismo. Eso no es una justificación.

—¿Desde cuándo tienen interés en mi vida personal?

—Desde que tus amigos vinieron a visitarnos. —Respondió mirándolo fijamente. HoSeok sintió un pequeño golpeteo en su pecho debido a ello. —Me refiero a que... Ellos me dijeron que parecías muy feliz junto a nosotros y tienes un gran cariño a mi madre. La llevas a donde necesita, la llamas por teléfono, ayudas con cosas en las que ella no puede intervenir y eso, me llevó a la conclusión de que es porque perdiste muchos momentos con tus padres. Cuando somos niños no nos preocupamos mucho por ellos, son invencibles y todo lo pueden. Pero ahora... Sabemos que no es así y tú mismo dijiste que la familia es importante ¿Por qué no quieres solucionar los conflictos si has tenido tantas oportunidades?

—Ya te lo dije, no es así de fácil para mí. —Respondió queriendo por primera vez, dejar de hablar con en más joven quien asintió sin estar del todo convencido.

—Por favor considéralo HoSeok–ah. Puede que no sea mucho... Pero estaré contigo dándote apoyo.

Que palabras tan dulces. Pensaba el enfermero con una ligera sonrisa que no era de felicidad.

Tenía mucho en que pensar pues a pesar de lo dicho por su paciente, no se sentía del todo seguro por temor al ambiente que podría crearse. A lo que sus padres podrían decirle después de casi ocho años sin hablar. ¿Lo juzgarían por el camino que ha tomado?

————————

—Definitivamente no puedo hacerlo Chang.

Aquella plática seguía fresca en su memoria y debía hablarlo con alguien que fuera imparcial, ante todo. ChangKyun era el mejor para ello sin poder omitirle su nerviosismo a que HyungWon de la nada tuviera interés de ir a aquel lugar en vez de Jeju como antes deseaba.

—Bien... Vayamos por partes. —Sugirió Im desde el otro lado de la línea. —HyungWon se sinceró con respecto a su sentir en cuanto a tu familia, fue algo que hablaron tiempo atrás y sigue teniéndolo presente. ¿No te alegra que la persona que te guste quiera verte resolver tus problemas?

—En estos momentos tengo náuseas de solo imaginarme llegando a aquel lugar para pensar en ello Chang. Me da pánico.

—Bien, es asunto tuyo no tomar aquellos gestos de HyungWon–ah y disfrutarlos con los escasos que son. Punto final. Ahora... Con respecto a tu miedo por visitar a tus padres. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

—Que traten de manipularme y hacerme creer que todo lo que he hecho hasta ahora es erróneo... Que me odien.

—Suenas como un niño. —Se burló sin tratar de ocultarlo. —HoSeok, eres un adulto que tiene su propia vida, tienes libertad, amigos e independencia, ¿Qué pueden hacer tus padres ahora? Observa esto como si se tratara de un tatuaje.

—¿Un tatuaje?

—Sí. Uno que te gusta mucho y haces a escondidas de tus papás y cuando llegas se enojan, te dan un castigo y reprimenda, pero ¿el tatuaje desaparece?

—Obviamente no.

—Y para ti es lo máximo y por más que lo mires sigues amándolo. ¿Te arrepentirás?

—Si es como lo dices... Supongo que no.

—¿Lo ves? Ahora deja de lamentarte y ve a mostrarle a tus padres ese grandioso tatuaje que te has hecho sin su consentimiento ¡Recuerda que tienes amigos que te apoyan! Seguro SoYou–omma y HyungWon–Sshi también estarán contigo.

—Tienes conceptos muy extraños. —Sonrió sabiendo que su amigo lo tomaría de buena manera.

Después de una breve despedida, colgó el teléfono y decidido se dirigió al patio en donde HyungWon marcaba el espacio donde haría su huerto lanzando ramitas de árboles. HoSeok decidió ayudarle colocando piedritas que había en la tierra en forma de rectángulo dando forma al pequeño sitio.

—¿Cuándo comenzarás a plantar?

—Cuando tu decidas a donde ir en el Taeborum.

—Ya lo decidí. —Comentó con felicidad en su rostro. HyungWon solo atinó a hacer un pequeño sonido de intriga.

—¿Y tú decisión fue...?

—Iremos a la casa de mis padres.

—Me parece bien.

—Podrías intentar parecer feliz ¿Sabes?

—Me siento satisfecho con la respuesta. —Aseguró aún con la cara perezosa. —¿Cuándo iremos?

—Creo que este fin de semana está bien. No creo que podamos quedarnos muchos días. Eso claro, si tu madre lo aprueba.

—Hablaré con ella hoy.

—Descuida, lo haré yo. Después de todo fui el de la idea.

—Tomaré tu palabra de ser así HoSeok–ah. Y gracias por aceptar.

—Tú has aceptado muchas cosas que no querías hacer por mí, es lo justo.

El más joven asintió continuando con su tarea mientras tanto HoSeok hacía un berrinche mental tratando de entender a su paciente.

¿Eso sería todo? En aquella ocasión si esperaba más de HyungWon después de estar insistiendo tanto con la situación... Aunque tampoco podía pedir milagros.

Dejando de lado aquello, se sentía mejor después de los consejos de ChangKyun, solo esperaba poder continuar de aquella manera cuando tuvieran que partir.

————————

SoYou aceptó que ambos viajaran por su cuenta únicamente con una lista de condiciones en las cuales se destacaba el seguir con las terapias, tomar muchas fotos porque también quería saber cómo era la casa de HoSeok, así como el llamarla todos los días sin falta.

—Por favor si hace frío cúbrete bien HyungWon. —Repitió con un tono triste la mujer mayor mientras su hijo suspiraba en el asiento del copiloto y HoSeok terminaba de asegurar la silla de ruedas en los asientos traseros. —Y come a tus horas, no saltes comidas.

—Madre... No soy un niño, tampoco es la primera vez que no viajamos juntos.

—¡Pero es la primera vez en casi tres años! Solo lo permito porque HoSeok–ah es quien sugirió el viaje.

—No debe preocuparse de nada señora Chae. —Alentó el enfermero con una sonrisa cerrando la puerta del asiento del más joven. —HyungWon estará bien.

—Sé que sueno como una exagerada... Pero es la primera vez que viajará desde el accidente sin mí...

—Es comprensible. También me hubiera gustado que viniera. —Dijo con ligera lástima, sabiendo que SoYou le daría más valor para ir. —Pero prometo no ignorar mis obligaciones como enfermero.

—Dejo todo en tus manos HoSeok–ah.

—Gracias... Entonces... Hasta el siguiente martes.

—¡Vayan con cuidado! —Exclamó una última vez antes de que la puerta del piloto fuera cerrada de igual manera.

Ambos asintieron por última vez. Shin puso a andar el auto y así, enfermero y paciente partieron en un viaje silencioso... Mucho para HoSeok.

—Puedes dormir si quieres HyungWon. —Sugirió el mayor con una ligera sonrisa sin despegar los ojos del volante pasada casi media hora. —Es un viaje un poco largo, así que puede que te canses.

—Oh, perdona si te sentiste incómodo, solo pensé que tenías mucho que pensar, por eso decidí callar.

—Aun así, será mejor que duermas.

—No lo haré, el copiloto debe estar presente para el piloto y así será.

—En ese caso no debes preocuparte, me siento bien. Pero gracias por tomarlo en cuenta.

—De acuerdo. —Respondió HyungWon mirando por la ventana antes de encender la radio dejando que una vieja balada comenzara a sonar. —Así que te gustan las canciones viejas.

—No son viejas, son de mi época.

—Eso es lo que dije.

—¡HyungWon!

—No puedes decir que me equivoco.

—Pero no soy un anciano.

—Eso dicen cuando empiezan con la edad.

—Siempre te metes conmigo de esa forma. —Se quejó HoSeok mirando al menor el cual tenía una ligera sonrisa plasmada en su rostro.

No era la primera vez que Chae le mostraba esa expresión, sin embargo, si era la primera vez que sentía que ese gesto era para él.

Una sonrisa con la que HyungWon quería mantenerlo distraído de aquellos pensamientos hacia sus padres junto con las pláticas y bromas que continuaron durante el siguiente par de horas las cuales transcurrieron como minutos para el enfermero.

—¿Entonces soy un buen copiloto?

—Sí. Lo eres. Tanto que no te dije que estamos a poco de llegar.

—¿Enserio? Dijiste que sería un viaje largo.

—¿Casi cuatro horas te parece poco?

—No en realidad, pero imaginé que sería casi como DaeGu.

Shin negó dando un ligero suspiro al ver como la carretera iba pasando a ser un paisaje en el que casas y calles pavimentadas eras sustitutas.

Si bien el lugar era pequeño, podría ser considerada más una diminuta ciudad en comparación de la comunidad en la que residía la familia Chae.

A casi el anochecer, una casa pequeña de color verdoso y tejado marrón le indicó al mayor que era momento de estacionarse al ser dicha casa su destino.

—Bien... Vayamos. —Sugirió HyungWon al notar que el contrario no tenía planes de moverse.

HoSeok se sentía realmente nervioso con las palmas sudando y los dientes apretados.

¿Era muy tarde para arrepentirse y dar la vuelta de regreso?

No pudo responderse a sí mismo cuando las luces bajas de la casa se encendieron y la puerta se abrió dejando ver a una mujer de mediana estatura con ojos pequeños y cabello ligeramente canoso mirando al auto con una mirada sorprendida.

—¿HoSeok? —Si bien no era posible escucharla dentro del vehículo, ambos chicos fueron capaces de leer lo que salió de los labios de aquella dama.

Frustrado, Shin abrió con cuidado su puerta pidiéndole a HyungWon esperar un momento.

Necesitaba respirar antes de presentarle al menor a su madre.

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