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Segunda Flor

La instalación en la casa Chae fue muy sencilla para HoSeok. SoYou preparó una habitación para él al lado de HyungWon, en caso de que el menor pudiera necesitar algo.

Su cuarto era bastante cómodo, ni muy pequeño ni muy grande, contaba con una cama individual, dos mesitas de noche a cada lado de esta, un pequeño ropero, un tocador y además contaba con un baño dentro del cuarto con todo lo necesario como jabones, toallas y un botiquín.

Deshacer sus maletas no le tomó más de una hora y en ese transcurso, Soyou entró para avisarle que debía marcharse a trabajar, así que ahora HoSeok se encontraba solo con HyungWon quien estaba en su habitación.

—¿Estás ocupado? —Cuestionó abriendo lentamente la puerta para no interrumpir al más joven en caso de estar haciendo algo.

HyungWon apenas y le dedicó una mirada, volviendo a su libro sin prestar atención a Shin. —¿Qué tal tu habitación?

—Bastante bien, a decir verdad.

—Me alegro. —Susurró con indiferencia. HoSeok no dejaba de pasar su peso de un pie a otro mientras sus labios formaban una densa línea. —Espero se sienta cómodo aquí, HoSeok–ah.

—Eso espero. —Respondió con voz baja.

¿Qué demonios te pasa HoSeok? Debes hacer que el chico se familiarice contigo...

—Creí que no me querías aquí. —Fue lo primero que se le vino a la mente. El hablar con HyungWon sería más sencillo si este mostrara un poco de interés en su persona y no se la pasara ignorándolo.

HyungWon sonrió ligeramente. —Es verdad, sigo creyendo que lo mejor es que te vayas. Solo estaba siendo cortés.

—Ya...

—Escucha HoSeok–ah, seré franco contigo. No quiero hacer esto.

—¿Hacer qué?

—Esto, las terapias.

—¿Y eso es por qué?...

El más joven dio un suspiro cansino, apagado, como si con esto quisiera decirle que no estaba dispuesto a discutir, algo en lo que HoSeok estaba de acuerdo. —Simplemente no quiero. Ya te dije que no es nada grave, así que sería mejor y más cómodo para ambos el decirle a mi madre que esto no va a funcionar.

—Entiendo que puede ser difícil estar con alguien con quien apenas y has cruzado un par de palabras, digo, ¡Recién ayer nos conocimos! —Sus labios se volvieron una ligera sonrisa, algo que aprendió podía ser muy útil para hacer sentir cómodo al paciente cuando internamente su paciencia iba disminuyendo. —Pero si los dos nos adaptamos a este nuevo cambio, poco a poco todo irá mejor.

HyungWon volvió la vista hacía él. Carente de cualquier emoción. No había enojo, felicidad, tristeza... Nada.

Solo unos ojos vacíos que hacían a HoSeok preguntar cómo alguien tan joven había perdido el vigor.

O tal vez...

¡Tal vez estaba analizando la situación! Tal vez comenzaría a ser lejos taciturno y vería que HoSeok no era su enemigo y así...

—¿Crees que estás hablando con un niño? O me consideras un idiota.

—¿Disculpa?

—Dije que no pienso tomar ninguna terapia, si no piensas irte entonces simplemente déjame solo y ya. Cierra la puerta cuando te marches por favor.

————————

Muy bien, las cosas no habían salido para nada como esperaba.

Las horas siguientes no fueron diferentes. HoSeok realmente deseaba llegar a un acuerdo con HyungWon, para de esta manera pasar a la prioridad del enfermero que era el tratamiento del chico. Sin embargo, este era terco como nadie quien haya conocido antes.

Después de ser literalmente echado de la habitación del Chae menor, decidió ir a preparar un almuerzo para ambos... HyungWon le dijo que su almuerzo lo tomaría a solas en su habitación volviéndolo a echarlo como si fuera un perro.

Paciencia... Se repetía HoSeok una y otra vez pensando en algo que pueda volver al joven menos... Cerrado.

Lo siguiente en su plan no resultó de mejor manera. Desde el otro lado de la puerta, HoSeok invitó a HyungWon por algo a la heladería que había visto a dos calles de ahí.

HyungWon volvió a pedirle que dejara de tratarlo como a un niño pequeño y se marchara si no tenía algo mejor que decir. Shin fue a la heladería solo, terminando por comer un helado entre berrinches porque su paciente no quería ni siquiera verlo.

A la llegada de SoYou a casa, ambos se dedicaron a preparar la cena mientras HoSeok le explicaba a la mujer el proceso que debería pasar antes de las terapias y como esto beneficia o afecta a HyungWon.

Esa noche, el Chae menor tampoco cenó con el otro par que reside en la casa.

—¿Siempre es así? —Cuestionó HoSeok la mañana siguiente cuando SoYou estaba a punto de marcharse. La mujer asintió levemente dando un suspiro al aire.

—Desgraciadamente sí, apenas y soy consciente de que tengo un hijo. HyungWon no ha salido de su habitación desde su llegada y tampoco quiere hablar conmigo... Un par de veces intenté estar con él en su habitación, pero solo me echaba indirectas para que me marchara.

—No se preocupe señora Chae. —Sonrió mientras abría la puerta para la mujer. —Espero con el tiempo ir mejorando esa situación...

—De verdad siento que debas soportar esto HoSeok–ah, espero no te sea muy tedioso.

—No se preocupe, vaya con cuidado.

Después de la partida de SoYou, HoSeok decidió hacer una llamada a JooHeon para verificar que sus cachorros se encontraran bien. Su amigo le dijo que los perros estaban en perfectas condiciones, y que la emoción de ChangKyun por tenerlos con él fue tanta, que el día anterior fue a comprar algunas cosas para ellos. La llamada fue despedida con la promesa de que JooHeon enviaría fotos al mayor de los cachorros.

Después de eso, HoSeok decidió hacer un poco de limpieza en la casa, pensando en la manera de que HyungWon dejara ese genio de una vez por todas y así poder dar el siguiente paso, pero nada venía a su mente.

El chico era serio, frío y se retraía de los demás ¿Qué podía hacer con eso?...

Tratar de ser su amigo no había sido muy efectivo...

¡Me dijo idiota indirectamente!

El helado tampoco había funcionado.

Y ser atento solo provocó que lo echaran de la habitación varias veces...

—¡¿Qué rayos necesito hacer para que esto funcione!?

—Tal vez dejar de gritar solo sea lo mejor. Una persona gritando al aire no da mucha confianza.

HoSeok se asomó por las escaleras para encontrar a HyungWon en la orilla de arriba en su silla de ruedas mientras su estoica cara seguía con la misma expresión aburrida de siempre.

—¿Sucede algo HyungWon?

—Me dio sed y se terminó el agua del termo que está en mi habitación. Pensaba bajar por un poco

—Lamento si esto suena ofensivo. —Comentó de manera suave evitando la mirada del más joven. —Pero, ¿Cómo planeabas bajar las escaleras en la silla?

—Soy alguien ingenioso HoSeok–ah. Ya vería la forma de apañármelas.

—¿Quieres que lleve agua para ti?

—No, gracias. —HyungWon bostezó quitando su mirada del más grande. —Solo regresaré a mi habitación.

—HyungWon...

—Usted no ha sido contratado como mayordomo o algo por el estilo HoSeok–ah. Desde mi habitación puedo escuchar como limpias la casa y estoy seguro, esos servicios no son para los que has sido contratado.

—Tienes razón, pero la persona para la que fui contratada no es muy accesible. —Su cara regresó al joven en silla de ruedas mientras cruzaba los brazos. ¡Esta era su oportunidad para mostrar autoridad! —Así que no puedo hacer mi trabajo si dicha persona, apenas y me dirige la mirada.

—Qué lástima que esté pasándola mal. Buenas tardes HoSeok-ah.

HyungWon dio reversa a su silla y con ello volvió a dejar a HoSeok en soledad con la palabra en la boca.

Paciencia...

————————

Para el siguiente par de días las cosas no mejoraron en lo absoluto, se la vivía de limpiar la casa, ayudar a SoYou con las comidas y en las noches estudiando otras terapias que podían ser útiles para HyungWon.

El límite de HoSeok estaba por ser sobrepasado, después de todas las veces en las que HyungWon lo dejó con la palabra en la boca, lo ignoraba, o lo corría de su habitación... HoSeok comenzaba a molestarse como casi nunca había pasado en su carrera.

La única vez en la que sus límites fueron puestos a prueba fue con una anciana muy anciana que se la vivía peleada con el mundo: quejándose de los diminutivos en los nombres, de las costumbres de la gente y de los programas televisivos, eso sin hablar, de sus quejas diarias a con el hospital.

A pesar de eso, HoSeok logró mantenerse firme hasta el día en el que la gruñona mujer fue dada de alta... Eso fue hace un par de años y hasta la fecha sabía que la mujer seguía viva y con fuerzas para más tiempo.

Regresando al presente, HoSeok estaba seguro de que lograría en algún momento agradar a HyungWon, o como mínimo llegar a un acuerdo... O esos eras los planes hasta ver llegar a SoYou a la cocina con la mirada gacha.

—Saldré por un rato HoSeok-ah, ve pronto a dormir. —Su voz ronca hizo que el joven se acercara un poco más, la señora Chae no se comportaba así normalmente.

—Son las nueve de la noche, ¿A dónde irá tan tarde? Es peligroso.

—Solo... Déjalo así, por favor...

SoYou levantó la mirada, y en sus mejillas siempre rojas, lágrimas corrían como si de un río se tratara. HoSeok creyó que debió sentirse avergonzada de dar tal imagen, pues caminó rápidamente a la puerta principal y se marchó sin dar más explicación.

¡Al carajo la paciencia!

HoSeok podía soportar todo, pacientes groseros, gente ególatra y vanidosa, malos comentarios e incluso ofensas a su persona, pero ver a una madre llorar ¡Eso jamás!

Molesto, comenzó a subir las escaleras directo a su destino, el último lugar que visitó la dulce señora Chae antes de terminar en ese estado: la habitación de HyungWon.

El pequeño HyungWon... El pequeño malcriado que fue capaz de hacer llorar a su madre.

Sin tocar la puerta para que se le permitiera pasar, HoSeok abrió con fuerza dejando que su semblante molesto y si postura rígida se hicieran cargo de dejarle en claro a HyungWon, que no venía para ver si el joven esta vez tenía las ganas de mínimo dirigirle la mirada.

—Ha pasado casi una semana HyungWon, intenté por las buenas llevarme bien contigo y hacer esto lo más cómodo para ambos, ¡Ni siquiera volteas a verme! Ya que no has querido acceder entonces tendré que hacer las cosas por mi cuenta. Desde mañana comenzaremos con el tratamiento.

—Ya te he dicho que...

—No es una pregunta HyungWon, te estoy diciendo que mañana iniciamos el tratamiento, no me importa si no quieres o si no te gusta. Tampoco me importa si me odias y no quieres acercarte a mí. Soy tu enfermero quieras o no, así que voy a cumplir mis funciones, ¿Crees que para tu madre es sencillo tener que pagar algo que pudo tener de manera más sencilla en el hospital? Piensa un poco en ella y deja de pensar que el mundo va a hacer lo que quieres.

Después de dar una inhalada profunda para clamarse un poco, se dirigió a la puerta ante la mirada abrumada de HyungWon. —¿Entendiste?

—Si... He entendido...

—Ya no estoy dispuesto a estar rogándote para que tan siquiera comas, así que desde mañana vendré por ti y así tenga que levantarte con la silla de ruedas, bajaras y tomarás todas tus comidas abajo conmigo y tu madre, ¿Escuchaste?

—Pero y-...

—¡¿Escuchaste?!

—S-sí

—Y una cosa más HyungWon, no me importa que tan enojado o cansado estés. —Su mirada regresó a la salida y antes de irse, con voz queda dijo. —Nunca vuelvas a hacer llorar a la señora Chae, no merece que le hagas eso cuando todo el día solo piensa y vive por ti y tu bienestar. Nunca vuelvas a herirla hasta hacerla llorar... ¿Entendiste?

—Entiendo...

Con ese último susurro, HoSeok salió de la habitación dando por terminado el día.

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