Prólogo
Shin HoSeok se encontraba en la bella edad de 26 años, era un hombre hecho y derecho que había crecido con gran madurez, una mente dual dependiendo de la situación, inteligencia y un atractivo que lo convertían en un buen prospecto de hombre ideal para muchas personas.
Presumía de un empleo con buen salario y grandes amigos con los cuales divertirse de distintas formas: Desde un maratón de películas hasta salir y bailar esperando la llegada de un nuevo día.
En resumen, tiene la vida perfecta.
Tenía la vida perfecta.
Hace menos de diez minutos acaba de enterarse que ha sido despedido del hospital en el que trabaja como enfermero. Despedido por recorte de personal... Excusa perfecta para no decir que ha sido despedido por que la jefa de enfermeras es demasiado tradicional y jamás lo quiso en el área.
Porque enfermería es un oficio para mujeres.
Así es, HoSeok ha sido despedido por discriminación y ni siquiera puede levantar una denuncia por que no tiene pruebas para demostrarlo, y aunque así fuera, está seguro que perdería más de lo que ganaría, y su empleo ni siquiera seria devuelto.
¿Cuál era el problema del que fuera enfermero?
Le gustaba su trabajo y lo hacía bien, era amable con los pacientes que le eran asignados y jamás le faltó al respeto a ninguno de ellos, siempre los mantenía positivos y sabía cuándo era el momento de sacar su lado juguetón y carismático o cuando había que mantenerse únicamente con la boca cerrada. Nadie había tenido ni una queja hacia su persona...
Ahora lo único que tiene es un currículum de que ha trabajado en uno de los mejores hospitales de la ciudad...y un par de deudas que aún sigue pagando.
Dando un suspiro tomó las pocas pertenencias que tenía dentro del hospital y salió de este por las puertas del personal, queriendo evitar a colegas y amigos que habían ahí, en esos momentos lo menos que necesitaba eran miradas de pena y palabras que seguramente lo harían llorar en ese preciso momento.
Entrando a su pequeño auto, comenzó a conducir, primero llegaría a casa, descansaría un poco y después se pondría manos a la obra para encontrar un nuevo empleo, no podía estar sin hacer nada, y con la carta de recomendación era posible que encontrara un lugar incluso en un hospital público, pero debía hacerlo pronto, antes de terminar con más deudas de las cuales no podría hacerse cargo.
————————
Llegó a su departamento a mediodía, y después de alimentar a sus cachorros decidió tomar una siesta de dos horas que terminó siendo de cuatro, por lo cual, al despertar, lo primero que hizo fue llamar a uno de sus amigos de universidad, tal vez en su hospital hubiera alguna bacante disponible y la espera por un trabajo no sería tan larga.
—¿KiHyun?
—No, es MinHyuk.
HoSeok dio un largo suspiro, su día iba de mal en peor. —¿Puedes pasarme a KiHyun? Es algo importante. —No pudo evitar que otro suspiro saliera de sus labios mientras mentalmente imploraba que Lee MinHyuk no se pusiera en un plan... Insoportable.
No era como si tuviera algo contra del joven, más bien era este el que tenía mucho en su contra desde hace ya varios años, y aunque ha intentado entablar una amistad con este, es algo a lo que se ha resignado que jamás va a suceder. —Por favor, es algo realmente urgente.
—KiHyun está muy ocupado en estos momentos Shin, pero en cuanto pueda, tal vez le diga que te devuelva la llamada. —HoSeok no podía verlo, pero sabía que Min tenía una gran sonrisa pintada en su rostro, de esas que solo aparecen cuando le está haciendo la vida imposible, pero por esta ocasión, debía de ceder al otro y a sus berrinches.
—Por favor dile que llamé, ¿Qué quieres a cambio?
—Vaya... debes de estar realmente desesperado para llegar a estas alturas Shin.
—Como no tienes una idea, ahora dime que es lo que quieres antes de que me arrepienta de todo esto
—Quiero que dejes de llamar a KiHyun, no lo visites, no le hables ¡Mejor aún! Ni siquiera lo mires porque realmente...
Lo siguiente que escuchó por la línea fue el sonido de lo que se podía deducir como un golpe y una respiración pesada...y vaya que sabía de quien se trataba.
—¡¿Qué diablos haces con mi celular MinHyuk?! ¡Deja de entrar a mi consultorio sin permiso de una puta vez antes de que termine sacándote por la maldita ventana de aquí!
Uh, KiHyun realmente sonaba muy enojado en esos momentos, comenzaba a replantearse si fue buena idea el llamar a su mayor y su mente en esos momentos se debatía en si colgar y llamar otro día o arriesgarse a que la furia de Yoo KiHyun terminara siendo expulsada a su ser. Aunque no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que el mismo KiHyun tomara la decisión por él y le tomara la ya extensa llamada. —¿HoSeok?
—Ah...hola ... ¿Quieres que llame en otro momento?
—Oh, siento que escucharas todo eso, pero no te preocupes, ya me haré cargo de ese idiota más tarde, mejor dime ¿A qué debo el honor de tu llamada?
—Bueno...— No sabía cómo decirlo, ni siquiera él mismo era consciente aún de su situación, no quería asimilarla, pero también sabía que no podía desperdiciar la ayuda de KiHyun. Sonaba como algo cruel, pues quería aprovecharse un poco de la amabilidad de su mayor. —Bien seré directo. Esta mañana he sido despedido por recorte de personal. —KiHyun no debe saber que tal vez fue por otra situación... pensó. Conocía a su amigo desde hace mucho, y sabía que era capaz de hacer muchas cosas por él. No necesitaba más líos para meterse. —Quería saber si hay algún espacio en tu hospital en el que pueda ser recibido.
—Cielos, realmente lamento que te despidieran, y más si fue de la nada. —Ahí estaba el KiHyun lindo que tanto conocía, solo bastaba oír como su voz se hacía ligeramente más aguda para poder saber que estaba haciendo pucheros y seguramente jugando con los dedos de las manos. —En estos momentos solamente hay vacante para el área de neurología. Enfermería está llena ahora mismo, podría buscarte una sede en otro lugar si necesitas un trabajo fijo, pero tardaría un par de meses, tal vez más...
—¿Hay alguna otra opción? —No le importaba ser enviado a otro distrito y tener que mudarse para poder estar en un hospital, pero no podía esperar meses, no podía darse ese lujo considerando que sus ahorros no abastecían todos los servicios que requería.
—Mmm... ¿No te importaría no tener un empleo fijo?
—No entiendo...
—Hay algunos pacientes que son dados de alta y contratan enfermeras para ayudar en su cuidado, ya sabes, ancianos, gente que vive sola o algunos padres que trabajan y no tienen el tiempo suficiente para cuidar a los niños. Puedo recomendarte con algunos pacientes de manera que puedas tener ese empleo mientras te ubico en un hospital.
—¡Suena maravilloso Kiki! De verdad no sé cómo puedo pagarte todo esto. —HoSeok estaba seguro que todos sus vecinos lo escucharon, pero realmente no importaba. KiHyun era el ser más maravilloso que había conocido en toda su vida y jamás se cansaría de repetirlo.
Aunque por supuesto, seguía siendo humano y, por ende, defectos debía tener.
—Puedes acompañarme a la convención de cocina que habrá próximamente. MinHyuk no quiere ir conmigo y hay un uniforme extra que seguro te quedara de maravilla.
Un suspiro más por Yoo KiHyun, veintinueve años de edad, médico cirujano propietario del hospital Yoo en Seúl, seis sedes más en el país... Doctor que disfruta de ir a convenciones de cocina para charlar con las amas de casa.
————————
Como era de esperarse, no pasaron más de tres días y KiHyun había conseguido un empleo temporal para Shin, quien tuvo que llamar a la mujer interesada en sus servicios.
La señora Chae le pidió que se vieran dos días después en su casa para poder poner acuerdos y si era beneficiario para ambas partes el empleo, ese mismo día le daría detalles de todo lo relacionado al paciente y sus cuidados.
—No estoy seguro de que sea buena idea...—JooHeon había llegado de visita después de ir a una reunión de la familia de su novio ChangKyun, y por supuesto que sigue al pie de la letra las reglas de un caballero otorgadas por su madre: Primero el novio, después los amigos. —Tal vez era al revés, pero no lo recordaba muy bien—. No se habían visto desde un par de semanas, y por supuesto, lo primero que HoSeok contó a su amigo fueron las buenas nuevas, que consistían en su despido y posible nuevo empleo. —¿Qué tal si la mujer es una psicópata que piensa secuestrarte? ¿Por qué no pidió verte en un lugar público?
—Deja de ser tan desconfiado, la señora Chae sonaba muy amable cuando llamé.
—Esa es la trampa, primero te tratan con amabilidad, ternura y después ¡Terminas siendo vendido a los mercados negros!
HoSeok negó en silencio mientras regresaba la vista a el programa de televisión que se transmitía.
Apreciaba a su amigo, pero cuando alguien le metía una idea en la cabeza, era imposible sacarlo de su mente, podían preguntarle a Im ChangKyun, seguro el soportaba muchas de las paranoias que su novio tenía cada que veía una nueva serie con la cual se obsesionaba durante un par de semanas -o meses- hasta encontrar una nueva y así seguía el ciclo una y otra vez.
Aunque... Era verdad que la señora Chae pudo haber pedido que se vieran en un lugar público, tal vez un punto medio entre ambos hogares y no en su casa... En la que dijo estarían solos con el paciente del cual por cierto tampoco mencionó nada, únicamente que necesitaba compañía pues se resistía a regresar al hospital de nueva cuenta.
De acuerdo, mentiría si dijera que no estaba comenzando a tener miedo de que su amigo tuviera razón y terminara siendo llevado a una mafia o algo por el estilo. En los tiempos en los que vivía ya nadie estaba del todo seguro.
—¡Deja de decir idioteces Lee!
JooHeon dio un gran salto del sofá después de que su compañero le gritara de esa manera tan espontanea, parpadeó un par de veces antes de abrazar un cojín que se encontraba en el sofá donde estaban sentados. —Yo no he dicho nada...
—Ahora por tu culpa no quiero ir con la señora Chae.
—No tienes de que preocuparte hombre. —JooHeon lo abrazó desde el hombro mientras daba unas pequeñas palmaditas a manera de apoyo. —Solo era una broma, además necesitas el empleo, tal vez hasta puedas cuidar de una linda chica.
—Muy gracioso. —Se burlo el de piel pálida con mala cara. Debía dejar de ser tan influenciado por los demás, en algún momento eso lo pondría en grandes problemas. Como en la facultad de la universidad en el cual Sunny lo convenció de que era una buena idea robar las respuestas del examen trimestral y terminaron siendo pillados terminando con una calificación reprobatoria como sanción. —Solo quiero hacer mi trabajo de manera correcta, que el paciente se mantenga cómodo a mi lado y no me vea como un enemigo.
HoSeok era así, siempre pensando en los demás y la manera en la que ambas partes tuvieran un beneficio, tal vez por ello tenía la vocación de ser enfermero. Era cierto que fue y sigue siendo juzgado pues su inteligencia le daba para ser un gran doctor, pero a él le gustaba cuidar de los demás y hacer una conexión con esas personas, le gustaba sentirse útil y que esos méritos fueran agradecidos incluso solo con una sonrisa, ese era su propósito en la vida. A pesar de las críticas por las personas, algunas veces siendo discriminado por los pacientes o familiares de estos por ser un hombre, incluso en algún momento sus padres no lo apoyaron con la dirección en la que quería echar a andar su vida, nada de eso lo detuvo, era lo que amaba y era feliz con ello, no necesitaba más que eso y a sus amigos.
—HoSeok...
—¿Qué?
—Espero que tengas suerte en tu nuevo trabajo
—Gracias. Aunque no lo veo como un trabajo en realidad.
—Eso sonó demasiado gay a mi punto de vista.
—JooHeon. —Llamo de nueva cuenta al más alto
— ¿Sí?
—Eres un gran idiota a mi punto de vista.
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