04
Tengo millones de razones
para marcharme, pero
cariño, solo necesito una
buena para quedarme.
— Lady Gaga (Million reasons)
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El calor que proporcionaba el brillante sol de hoy era una buena excusa para que el preciado capitán del equipo mostrara aquello que muchos desean, la piel perfectamente pálida de su torso cubierto de una ligera capa de sudor le estaba ayudando a recibir bastantes miradas llenas de deseo en las gradas de la cancha.
Muchos de los jugadores se habían negado a participar bajo el brillante sol, pero una vez vieron a la variedad de chicas y chicos lindos que su brillante capitán había atraído, cambiaron de parecer, intentando lucirse ante las miradas expectantes también.
Unas chicas murmuraban en la banca acerca de las pequeñas pero notables marcas que se podían observar en el pecho de un sudoroso Johnny, quien sonreía con suficiencia hacia ellas, casi con burla. Dirigiendo su mirada especialmente a un rubio con ceño fruncido, sí, su lindo novio se veía bastante molesto.
Pocas personas se daban cuenta de la existencia del pequeño rubio en las gradas, pero Mark sabía que alguien si lo notaba, Lee Donghyuck. Y probablemente el chico sabía más que su existencia.
— ¿No te molesta? — el chico dijo una vez que apareció frente al rubio.
— ¿Otra vez tú? — a Mark le empezaba a molestar que este chico se sintiera con el derecho de irrumpir en su vida.
Y es que el chico no solo llegaba de la nada y lanzaba alguna que otra cosa sugerente a su relación con Johnny, también se había sentido con el derecho de opinar sobre ella.
— ¿No tienes nada qué hacer? Que no sea molestarme — volvió a hablar el rubio.
— Nop — respondió de forma inmadura el chico. Mark se limitó a bufar molesto — Entonces, ¿No te molesta que todas esas chicas babeen por tu chico? — volvió a intrigar.
— No sé de que chico hablas.
— Ajá, bueno... A mí no me gustaría que todas esas urgidas vean a mi chico, yo que tu marcaba territorio urgentemente — opinó.
— Mira, no se que es lo que quieres de mi, pero por favor, deja de acercarte. Ya te lo dije, no tengo ningún chico que reclamar ni nada, solo me gusta estar aquí por...
— Por Johnny — interrumpió— Tu novio.
— Que molesto eres — susurró fastidiado el rubiecito.
— Hey, no lo has negado.
— No tengo porque hacerlo, lo he hecho muchas veces antes. Pero si quieres lo diré, Johnny.No.Es.Mi.Novio.
— Bueno, y ¿qué vas a hacer entonces?
— ¿Con qué?
— Con esas chicas que babean por tu novio.
— ¡Que no es mi novio!
El grito molesto logró llamar la atención de las personas en las gradas, éstas solo empezaron a murmurar sobre lo asqueroso que era el rubio.
“¿Cómo puede andar gritando esas cosas sin vergüenza alguna?” “No me imagino quién podría estar con él” “Ridículo” “Espantoso”
Mark bajó la cabeza al escuchar los murmullos y entonces Donghyuck se dió cuenta de lo que había provocado, los ojitos de color marrón comenzaron a brillar de tristeza cuando se dió cuenta de que había llamado la atención de los jugadores del equipo de Johnny.
Sus ojos habían recibido la imagen molesta del pelinegro a lo lejos, sabía que al llamar la atención de los compañeros de éste ellos no tardarían en molestarlo y Johnny, como siempre, no haría nada para detenerlos.
— Miren, la mariquita vino a vernos — dijo uno de los chicos del equipo, al acercarse a las gradas — ¿Te gusta lo que ves, lindo?
— No lo creo, Lucas, estoy seguro de que Mark tiene buen gusto — responde Donghyuck, logrando que el mencionado borre la sonrisa burlona por una mueca molesta.
— De todos modos, ¿Qué diablos haces aquí? Solo nos provocas asco, lárgate.
— No puedes decir eso, no eres dueño del lugar o si quiera el capitán del equipo.
— Bueno, a nuestro capitán también le desagrada.
— ¿Ah sí? Pues yo no veo que nos corra.
— Ya veremos. ¡Hey, Johnny! — llama, manteniendo una sonrisa triunfante hacia el chico menor que lo retó.
Mark estaba nervioso, las veces que había logrado captar la atención de los jugadores siempre hacia lo posible para no tener que meter a Johnny en la disputa, no sabía como reaccionaría el pelinegro ahora.
— ¿Qué pasa? — la voz molesta hizo que el rubio levantara la vista, observando el perfil molesto de su novio.
— Este par de maricas no quieren irse, incluso al decirles que su presencia nos desagrada siguen estando aquí — los murmullos de las chicas acerca de la escena no paraban de salir de sus bocas, diciendo que los jugadores se veían realmente sexys poniendo a los raros en su lugar.
Ya veremos si Johnny es capaz de correr a su propio novio — pensó Donghyuck, llevándose una sorpresa al escuchar lo que acaba de decir el capitán pelinegro.
— Largo, no son bienvenidos aquí.
— ¿¡Qué!? — grita sin poder contener la rabia que se ha apoderado de él, Mark en cambio solo asiente y se marcha, dejando atónito al menor, quién en verdad había creído que esos dos tenían algo.
Johnny y los jugadores regresan al campo, Donghyuck esta tan aturdido que lo primero que hace es ir detrás del rubio. Cuando lo encuentra, su corazón se aprieta cuando lo ve sentado en el suelo, con las rodillas cerca del pecho y la cabeza escondida en éstas, su cuerpo se sacude con evidente señal de que está llorando.
— Es mi culpa, él me dejó claro como sería — susurra bajo y entonces Donghyuck parece comprender lo que significa.
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