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Capítulo 17: Tragedia...

[Reino de Aquamaris]

—Ministro, la princesa Anemea intentó escapar. — dijo uno de los aurores de Letonia mientras traía de su brazo a aquella mujer.

Spooner se acercó hacia la chica quien se encontraba ahora de rodillas ante aquel par de dictadores, le dio una leve mirada al cuerpo de su padre en el suelo sin señales de vida.

—Son unos monstruos… — susurró.

—No, querida. — dijo Amanda acercándose también, la pelinegra apuntó con su mano a la cabeza de la princesa mientras un flujo de magia salía de su mano. —Cuando todos los reinos caigan, entonces sí, seremos los monstruos.

Anemea soltó una carcajada luego de las palabras de Waters, la pelinegra colocó un semblante serio mientras miraba a la mujer de rodillas.

—¿En serio creen que lograrán eso? Será cuestión de horas para que los encargados de MbóiPorã y La Legión de Oro lleguen aquí a hacerlos trizas… y pienso vivir para ver eso. — dijo la princesa.

Amanda no quitó su mirada seria hacia la mujer por algunos segundos, luego sonrió de forma maliciosa y un conjuro salió de su mano para dejar inconsciente a la princesa.

—Puede que sepa cosas que sean importantes para nosotros, solo por eso no morirá. — dijo la pelinegra justificando su actuar.

—¡Intrusos, hay intrusos! — escuchó Spooner exclamar a unos aurores en la otra habitación, los hombres que se encontraban con él se dirigieron rápidamente hacia el lugar de aquellos gritos, detrás iban Waters y el Ministro.

—¿Qué mierda? — preguntó el auror qué llegó primero al no ver nada en el lugar, ni siquiera a sus compañeros.

—Lo siento, los hombres que estaban aquí intentaban asesinar personas… no podía permitir eso. — dijo Isaac Thargot mientras salía de las sombras de aquella habitación, caminó un par de pasos para dejarse ver ante aquellas personas.

—Tienes valor para venir aquí, Thargot, aunque sabemos que no estás solo. — contestó el jefe de aurores con su varita en mano.

Un aura naranja impactó a aquel hombre causando que la varita saliera de sus manos.

—Sí, no está solo, pero solo porque ustedes no pelearán justamente. — agregó Arya a la conversación mientras caminaba hacia Isaac.

—Ustedes dos no podrán contra todos nosotros y aún faltan más de mis hombres. — dijo Spooner medio sonriente.

—El resto de sus hombres serán derrotados por mis tropas, no llegarán a Gorheim ni con un ejército. — soltó Alexander Grindelwald con aquella hacha mágica en su mano.

La sonrisa de Spooner desapareció de su rostro al ver al legítimo Rey de La Legión de Oro, Amanda preparó su flojo mágico para atacar, de inmediato detrás de Isaac, Arya y Alex se asomaron también Jason, Giah y Agnes completando aquel grupo.

—Dijiste que Thargot y los demás vendrían pero sobre Grindelwald no mencionaste nada… — susurró Amanda a Jeremy.

—Da igual, también morirá. — soltó el hombre con seguridad.

Los aurores se prepararon para recibir órdenes y atacar mientras aquel grupo también preparó sus armas para contraatacar.

[Londres, Inglaterra]

Los aurores rondaban por los alrededores del Ministerio encubriendo su apariencia con los muggles, aquel grupo esperaba cualquier alerta sobre las apariciones en todo el país o las detenciones en las fronteras.

En un callejón bastante alejado del centro se escuchó un estruendo fuerte, ahí había aparecido aquel grupo que había sido enviado hasta Inglaterra.

—Busquen un escondite, si nos detectaron vendrán en segundos. — dijo Matt mientras se escondía tras una columna cercana, el resto siguió su consejo.

Pasaron quince segundos y nadie apareció por ellos, el aparato que Ayla tenía activado en sus manos parecía haber funcionado.

—¿Lo logramos? — preguntó Eretria.

Timothée le dio una palmada a su hermana en la espalda mientras le dedicaba una sonrisa.

—¡Bien hecho! Ahora a lo que vinimos, Alie… — dijo Ruth.

La rubia sacó su varita y conjuró un par de encantamientos, el muro del edificio que tenían a un costado comenzó a abrirse en partes dejando ver una entrada.

—Amo los pasillos secretos. — dijo Agatha algo entusiasmada.

Aquel grupo pasó por aquel lugar dejando ver la entrada a la AEM, sin embargo Alie vio algo extraño al entrar.

—Por Merlín… — soltó angustiada y luego corrió hacia donde se encontraba la recepcionista. —¡Señorita Atwell! — exclamó la rubia mientras ayudaba a la mujer a ponerse de pie.

—Señorita Dumbledore… que bien que han vuelto. — dijo la muchacha mientras intentaba acomodarse recostandose a la pared más cercana.

—¿Qué pasó aquí? — preguntó Ruth mientras se agachaba para revisar el estado de aquella mujer. —Necesita un sanador.

—No solo yo, allá dentro es un desastre… se aparecieron aquí e hicieron una masacre, Spooner y Waters.

—Abran un espacio, veamos qué podemos hacer… — dijo Matt mientras se acercaba con la varita en su mano.

El muchacho se agachó para quedar a la altura de aquella mujer y comenzó a revisar su estado de salud, mientras tanto Alie y Ruth entraron de lleno a la AEM encontrándose varios cuerpos de sus compañeros, algunos seguían vivos pero graves.

—Malditos. — dijo Eretria al ver aquella escena.

Alie se acercó a una pared y le lanzó un golpe con fuerza dejando ver así su enojo. Ruth solo observó todo por unos segundos con su semblante serio y luego se acercó a sus demás compañeros para tratar de ayudarlos.

—Vamos a necesitar más de un sanador aquí, Matt no podrá curar a todos a tiempo y a cómo está la situación ahí afuera… — dijo Agatha mientras ayudaba a frenar el sangrado de uno de aquellos agentes.

Ruth se puso de pie, con su semblante serio, dio media vuelta y comenzó a caminar hasta la que era su oficina.

—¿Dónde irás? — preguntó Tim a la pelirroja.

—A por el equipo pesado. — contestó con algo de enojo.

Todos se miraron entre sí al escuchar las palabras de Ruth, luego siguieron ayudando a aquellos agentes caídos.

Las cosas habían empeorado para el reino de Aquamaris, toda la sala real estaba destruida por los encantamientos de aquellos grupos que peleaban entre sí, algunos aurores ya se encontraban derrotados gracias a las grandes capacidades que tenían aquellos magos en contra de Spooner y Waters.

—¡Nos están superando, señor! — soltó el jefe de aurores al Ministro.

Agnes, Giah y Jason se encargaban de derrotar a los aurores restantes mientras Arya, Isaac y Alex se ocupaban de mantener al margen a Spooner y a Amanda.

La gobernadora de Letonia esquivó un par de encantamientos qué Isaac le lanzó, luego contraatacó con un conjuro poderoso, sin embargo fue detenido por la magia de Arya.

—¡No te entrometas, niña! — exclamó Amanda para después atacar a la pelirroja.

Arya fue impactada por aquel encantamiento y voló algunos metros por el aire.

—¡Arya! — exclamó Isaac mientras veía aquella acción, rápidamente fue atacado por Spooner y el castaño también cayó al suelo.

—Ahora, Amanda. — soltó el Ministro.

Waters comenzó a crear energía con sus manos, un aura morada la rodeaba, de repente dejó salir aquella carga de energía creando una ilusión poderosa en el lugar, perfecta para lograr escapar.

—Te dije que hoy debíamos madrugar, señorita. — escuchó decir Arya, de inmediato despertó.

Al abrir sus ojos notó que se encontraba en su antigua habitación donde vivía con sus padres y su hermano, levantó más la mirada y vio a su madre en aquel lugar, era de ella aquella voz.

—¿Mami? — preguntó.

—Debes prepárate, tú papá y tú hermano nos están esperando. — dijo Abril.

—¿Y dónde iremos? — volvió a preguntar la chica.

—Te dije que no bebieras tanta cerveza de mantequilla, ya olvidaste todo lo que hablamos anoche. — contestó Abril con una sonrisa.

A pesar de estar en ese lugar, la pelirroja se sentía extraña, notó qué su madre nunca quitaba la sonrisa de su rostro, una sonrisa qué se veía totalmente falsa.

—¿Qué está sucediendo, mamá? — cuestionó Arya con su semblante serio mientras buscaba su varita con disimulo.

—No lo hagas, querida, nunca tendrás oportunidad contra ellos… — contestó Abril aún con aquella sonrisa.

Luego de aquellas palabras, la pelivino soltó un ataque hacia Arya, la muchacha logró esquivarlo y con el flujo de sus manos contraatacó hacia su madre, ambos flujos de magia chocaron y la explosión se hizo presente en segundos.

La ilusión había desaparecido, Amanda estaba en el suelo al igual que Arya pero esta última se levantó rápidamente y se dirigió hasta los demás para reanimarlos.

—¡Arriba, todos! No importa lo que hayan visto, fue todo una ilusión. — dijo la pelirroja.

Isaac, Giah, Jason, Alex y Agnes se pusieron de pie con ayuda de Arya.

—Fue aterrador… — susurró Jason.

—¡Escuchame, bruja de pacotilla! — exclamó Arya con enojo mientras observaba a Waters levantarse del suelo con ayuda de Spooner. —Qué te hagas pasar por mi madre es algo que no voy a dejar pasar.

Waters comenzó a reír de forma burlona mientras miraba a la pelirroja frente a ella, sin embargo su sonrisa se borró al ver como aquel aura naranja comenzaba a desprenderse de la chica, ahora con más intensidad.

—No intentes superarte, niña, terminará mal para… — Waters fue interrumpida por algo que la tomó de su garganta impidiendo su hablar, notó qué se trataba del flujo mágico de Arya.

—Menos palabras, pelea, cobarde. — soltó Arya con enojo.

—Una Sawyer enojada, ya ustedes saben lo que eso significa. — dijo Isaac.

—Eviten que los aurores ataquen a los ciudadanos de Aquamaris, nosotros nos encargaremos de Spooner. — soltó Alexander dirigiéndose a aquel trío que estaba a su lado.

Rápidamente obedecieron y se dirigieron hasta la salida del reino para interrumpir a los aurores, mientras tanto Isaac y Grindelwald se vieron la cara contra Spooner.

—Fue un largo recorrido para llegar hasta aquí… espero no lo arruinen. — dijo el Ministro.

El primero en atacar fue Isaac quien lanzó un encantamiento hacia Jeremy, sin embargo lo esquivó fácilmente y comenzó la pelea entre aquellos tres.

Arya se media contra Waters con todas sus capacidades, la pelirroja lanzaba golpes, encantamientos y llamaradas hacia su rival la cual no podía esquivar todos al mismo tiempo. La pelinegra se encontraba algo exhausta pero seguía defendiéndose de aquellos ataques hasta que una patada de Arya la lanzó al suelo.

—Está listo, mocosa… me tienes al borde del precipicio, ahora te toca lanzarme. — dijo Amanda.

Arya se acercó hasta ella nublada por la rabia, a su mente llegó Annika, sus padres y además de ellos, todos los inocentes qué Waters había asesinado, en sus manos se comenzó a hacer presente su flujo mágico.

—No soy cómo tú, una asesina despiadada cegada por la venganza… soy mejor que eso. — agregó Arya.

La batalla entre Spooner, Isaac y Alex seguía vigente, el Ministro era diestro con los encantamientos, esquivaba todo ataque que recibía con facilidad, en un momento el hombre se acercó a Alex y le dio un par de golpes en su rostro, luego lo envió por los aires con un encantamiento poderoso, quedó cara a cara con Isaac.

—He esperado esto por tanto tiempo. — soltó el Ministro con cara seria.

—Imaginate yo… — contestó el castaño quien después de eso corrió hasta Spooner para lanzarle golpes y patadas.

Logró impactar algunos de ellos pero el Ministro contraatacó rápidamente, le dio una paliza al castaño que lo dejó en el suelo y luego le lanzó una patada fuerte que lo arrastró un par de metros.

—Creí que serías un rival más poderoso… que pena que hayas terminado así. — dijo Spooner mientras apuntaba con su varita al castaño en el suelo.

Del otro lado, Arya había bajado la guardia lo que le permitió a Waters levantarse y someter con su magia a la pelirroja, ahora se encontraba tras ella y la tomaba del cuello para obligarla a ver el asesinato de su amigo.

—¡Isaac, por favor ponte de pie! — exclamó la pelirroja al ver aquella escena.

La luz verde comenzó a asomarse en la punta de la varita de Spooner, Isaac levantó su mirada y notó aquella luz, simplemente sonrió y luego dirigió su mirada hacia Arya.

—¡Bastardo! — escuchó Spooner exclamar a alguien.

Grindelwald se había puesto de pie, caminaba con tranquilidad hacia el Ministro mientras tenía su varita en la mano, con fuerza lanzó aquel objeto hacia Spooner y mientras iba por los aires se transformó en una hacha enorme.

—¡Mierda! — exclamó el Ministro quien dirigió su varita hacía aquella arma y lanzó un encantamiento poderoso para intentar detenerla. Isaac se puso de pie rápidamente y le arrebató la varita a Spooner, luego de eso se escuchó un fuerte estruendo y una luz blanca se presentó en el lugar cegando a todos.

Amanda dirigía su mirada a todos lados cuando la vista regresó a la normalidad, Arya ya no estaba con ella y ahora solo veía a Spooner en el suelo, rodeado de sangre con aquella hacha en su pecho.

—Jeremy… — susurró la pelinegra quien tenía la guardia baja, sintió como unas cuerdas atraparon sus piernas obligándola a caer al suelo, luego sintió sus manos atadas.

—¡Muchachos! — exclamó Agnes acercándose al lugar junto a Jason y Giah.

—¿Qué mierda sucedió? — preguntó Giah con sorpresa.

Los seis caminaron hacia Spooner para asegurarse de que lo que estaba sucediendo era real, el Ministro se encontraba aún con algo de vida, al notar a aquellas personas acercándose les dirigió la mirada y habló.

—Yo… no soy el real… ¿Dónde estoy? — dijo aquel hombre, luego de aquellas palabras el hombre en el suelo murió.

—¿Escuché bien? — preguntó Alexander.

—“No soy el real”. — contestó Jason repitiendo las palabras de aquel hombre.

Arya volteó hacia Waters quien seguía en aquel lugar atada, decidió caminar hacia ella pero antes de lograrlo la pelinegra desapareció en un fuerte estruendo.

—¡No! — exclamó Arya con rabia.

—Tranquila, ya le tocará a ella… — dijo Isaac tomando a Arya de la mano en señal de apoyo.

—¿Ahora qué vamos a hacer? — preguntó Giah al notar el desastre que había quedado en aquel lugar.

—Ir tras Waters, no nos queda otra opción. — contestó Alexander para después sacar su arma del pecho de aquel hombre. —E intentar resolver este nuevo misterio. — agregó.

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