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Capítulo 15: La Doble Cara De la Justicia.

Varios oficiales de policía bajaban las escaleras para dirigirse al lugar dónde sucedía aquel alboroto, Bella tenía a Yaroslav como rehén aún con aquel ascensor detenido. 

La rubia había golpeado lo suficiente a su víctima para que aprendiera una lección, la cara del sujeto estaba muy hinchada y repleta de sangre, luego de algunos segundos analizando lo que había hecho alzó su mirada para percatarse de la trampilla qué había en el techo de aquel ascensor. 

—Mi boleto de salida… — susurró para sí misma. 

La chica abrió la trampilla e intentó trepar como pudo pero antes de lograr subir del todo sintió como algo tiró de su pierna devolviendola al ascensor. 

—Me matarás, pero sabrán quien lo hizo y estarás frente a ellos para pagar las consecuencias. — dijo Yaroslav medio moribundo para después apretar el botón de aquel ascensor haciendo que se pusiera en movimiento de nuevo. 

—Cubran todas las salidas, el ascensor se dirige al primer piso pero no sabemos si es una distracción. — ordenó el capitán de aquel departamento de policía. 

Malfoy devolvió al suelo a Yaroslav de un puñetazo y luego lo tomó por la camiseta. 

—Vas a pagar lo que le hiciste a mi amiga, por ser cómplice de La Disidencia… pero no seré yo quien me encargue de eso. — dijo la rubia. 

El ascensor se había pasado el primer piso y en cambio frenó en el quinto, la puerta se abrió y tras ella habían dos hombres. 

—Es una pena… pensé que a estas alturas estaría muerto. — dijo uno de ellos. 

Bella dio media vuelta para observarlos bien. 

—¿Quienes son ustedes? — preguntó la rubia algo confusa. 

—Los que te ayudarán a retomar tu camino. — contestó aquel japonés. 

El otro hombre le entregó un arma, rápidamente apuntó a Yaroslav y disparó, la bala impactó en la cabeza del sujeto matándolo al instante, un poco de sangre había salpicado a Bella. 

—¡No! — exclamó la rubia al ver la escena. 

—Tal vez sientas un dolor leve cuando la bala atraviese tu cuerpo pero cuando te volvamos a la vida, todo el dolor desaparecerá. — dijo Bushida apuntando a Bella con aquella arma. 

Antes de lograr disparar, el japonés fue lanzado al suelo por una patada en su cara, el otro hombre que lo acompañaba fue derribado y quedó inconsciente en el suelo tras un par de golpes de aquel hombre enmascarado. 

—Llegaste tarde… — susurró Bella. 

Andrew se percató de lo sucedido, Yaroslav estaba muerto en aquel ascensor. 

—Hay que irnos, la policía está subiendo las escaleras. — dijo el enmascarado. 

Bella salió del ascensor para seguir al hombre de traje rojo pero Bushida se había levantado, atacó a la rubia de forma rápida y con un par de golpes la dejó aturdida. 

—Ha sido un dolor de cabeza para esta operación, Nómada. — dijo el japonés tomando a la rubia por el cuello mientras sostenía aquella pistola contra su cabeza. 

—Ya te lo dije, no descansaré hasta que te largues de Nueva York. — contestó el enmascarado. 

—Me marcharé cuando los objetivos puestos en Manhattan sean cumplidos, no antes. Ni tú, ni tus amigos justicieros podrán echarme de esta ciudad, ahora si me disculpas debo cumplir con esa misión. 

Bushida soltó a Bella, la empujó hacia el enmascarado y sin pensarlo disparó a sangre fría apuntando aún a la cabeza de la muchacha. 

El sonido del disparo dejó aturdido a Andrew quien no podía ver lo que estaba sucediendo hasta que sintió como la rubia chocó contra él cayendo ambos al suelo. 

—¿Bella? — preguntó para asegurarse de que la chica estuviera bien. 

Intentó buscar rastros de sangre, heridas abiertas o roturas en su cráneo pero sus sentidos aún no estaban restaurados gracias al fuerte sonido del disparo. 

—¿Pero qué carajos? — soltó el hombre que acompañaba a Bushida pues observaba cómo la bala recién disparada flotaba en el aire dando vuelta sobre su propio eje, tras unos segundos el proyectil siguió avanzando impactando contra la pared más cercana. 

Bushida no entendía lo que pasaba, miró a su acompañante con algo de sorpresa y luego algo lo envió a volar por los aires. 

—Tendrás que intentar algo más que un disparo para asesinar a mi amiga, hijo de perra. — dijo una voz femenina a lo largo.

Lucía sostenía su varita apuntando al socio de Bushida, Bella se levantó rápidamente y atacó a los pies del hombre para hacerlo caer, Lucía lo dejó inconsciente con un encantamiento. 

—¿Necesitas ayuda? — preguntó la rubia acercándose a Andrew y ofreciéndole su mano para lograr ponerse de pie. 

—Gracias… — dijo el enmascarado. 

—Tenemos que irnos y ahora. — dijo Lucía. 

—No, no podemos, todas las salidas están bloqueadas, los policías llegarán en cualquier momento. 

—Hay otra forma más eficiente para escapar. — contestó la peliazul. 

—Tardaremos dos segundos en desaparecer y aparecer en otro lugar. — dijo Bella. 

—¿Vas a huir después de todo esto? Ese hombre murió y tuviste parte de la culpa. — reclamó Andrew a la rubia. 

—Escucha justiciero de segunda mano, métete en tus asuntos y deja a Bella en paz o te juro que voy a arrancar los cuernos de tu traje pieza por pieza. 

La rubia se quedó en silencio pensando sobre lo que el enmascarado estaba diciendo mientras de fondo se escuchaba cómo Lucía discutía con él. 

—Ya cállense los dos. — soltó Bella. 

—Bella, tienes que escucharme, si te entregas ahora la posibilidad de salir de esto es más fácil. Sé que tú no mataste a Yaroslav pero lo agrediste no solo una sino varias veces. 

—No puedes entregarte, Malfoy… puede ser una trampa. — dijo Lucía desconfiando de aquel enmascarado. 

—Te prometo que te ayudaré a salir de esto, seré tú defensa si quieres pero lo que sea que vayas a  decidir tiene que ser ya porque en menos de dos minutos la policía va a derribar esa puerta… no quiero más gente herida, Bella. — dijo Andrew. 

Malfoy se quedó en silencio, su cabeza daba vueltas y sus pensamientos estaban revueltos. 

—¡Policía, derribaremos la puerta! — exclamó un oficial del otro lado de la habitación. 

—Bella, hay que irnos. — dijo Lucía. 

La rubia se dio media vuelta y se acercó a su amiga con la intención de marcharse pero antes de tomar su mano se frenó. 

—Tienes que irte, te veré después, Lu. — dijo la chica. 

La puerta comenzó a ser golpeada por los oficiales, estaban a punto de derribarla. 

—Sí algo le pasa, te arrepentirás. — soltó Lucía al enmascarado y luego desapareció en un estruendo. 

—Te ayudaré a salir de esto. — dijo Andrew para después ocultarse en las alturas de la habitación. 

La puerta cayó al suelo, diez oficiales armados entraron apuntando con sus armas a todo el lugar. 

—Las manos dónde pueda verlas. — dijo uno de ellos mientras apuntaba a la rubia. 

Bella levantó sus manos cómo habían ordenado aquellos policías, uno se acercó para sacarle aquella máscara de la cara. 

—Señorita, está bajo arresto, vendrá con nosotros. — dijo otro oficial mientras le colocaba las esposas. 

—Capturamos a la justiciera, hay un hombre inconsciente y un cuerpo en la escena, parece ser Yaroslav. 

La rubia levantó su mirada al escuchar lo que el oficial había dicho, en el lugar solo estaba el cuerpo de Yaroslav y del hombre de Bushida pero el japonés no estaba. 

Uno de los policías levantó a Bella preparado para llevarla hasta el primer piso. 

Bushida había logrado escapar, se encontraba en su escondite junto a cientos de sus hombres, estaba sentado sobre una silla donde una mujer curaba el corte que sangraba en su cara. 

—Escuchen con atención, nuestros planes se ven comprometidos por un justiciero enmascarado, ya saben quien es. — dijo Bushida a sus hombres, luego se puso de pie apartando a la mujer a su lado. —Bella Malfoy debe convertirse en nuestra arma más poderosa si queremos resurgir a La Disidencia pero para eso debemos eliminar a Nómada y sus aliados, Lucía Binns también se encuentra involucrada así que es un objetivo más, mataremos tres pájaros de un tiro. — añadió el japonés. 

Todos los hombres de Bushida lo miraron, solo asintieron con su cabeza y se marcharon del lugar. 

Había amanecido, Andrew había llegado a la estación de policía donde Bella se encontraba, al entrar al lugar sintió un pulso familiar a su alrededor. 

—Espero que no estés aquí para lo que creo. — dijo Lucía quien ahora traía el color de su cabello castaño. 

—Señorita Binns, buenos días. — contestó el hombre de forma seria. 

—Yo soy su abogada, nada va a cambiar eso. — dijo la castaña. 

—Creo que no es momento de discutir esto, soy la mejor salida qué tiene tu amiga y si quiere verla libre entonces debe dejar que esto suceda. 

—Escucha, señor Prince, la vida de mi amiga en esa celda corre peligro, sabes como opera Bushida y su gente. 

—Espera. ¿Conoces a Bushida? — preguntó Andrew haciendo un gesto de confusión. 

—La Disidencia me ha perseguido por años por un error que cometí, me arriesgué al venir aquí para apoyar a mi amiga aún sabiendo que este hijo de puta sigue con vida y quiere reformar lo que alguna vez tú y Lola Diggory destruyeron. 

—Entonces entiendes la gravedad del asunto, Bella no me preocupa ahí encerrada, sabe como defenderse con o sin su magia. 

—Señor Wilson, puede entrar. — dijo un oficial qué se acercó a aquel par platicando. 

Lucía miró a Andrew con el ceño fruncido, él se quedó de pie por algunos segundos y luego habló. 

—La sacaré, lo prometo. — dijo para después seguir al oficial. 

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