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Reencuentro


*Actualidad...


La oficina era un lugar bastante frío, los muebles y la ambientación eran tan elegantes que daban un aura de rigidez que comenzaba a poner incómoda a Tania.

Su hermano en cambio parecía de lo más tranquilo mientras se servía un poco de té. Ambos estaban solos en aquel lugar, hacía unos minutos las chicas habían salido a otra habitación dejándoles a ambos un poco de privacidad para charlar. Sentados el uno frente al otro se miraban sin saber exactamente por donde comenzar.

-Así que...- Iktan finalmente rompió el silencio. -¿Cómo está madre?-

-Muerta.- Tania respondió con tono directo, realmente no iba a darle rodeos a ese asunto.

El castaño abrió los ojos un poco sorprendido y luego sonrió de medio lado.

-Cortesía tuya me imagino.-

-¿De quién si no?-

-No te he visto en más de dos años y veo que sigues igual de terrible que siempre.- La voz de Iktan era suave, como una nana con toque tímido y sensual.

-¿Gracias?- Tania recargó las manos en el respaldo del sofá donde se encontraba.

Cuando era pequeña nunca se imaginó que tendría un hermano, de hecho había ignorado la existencia de este hasta que él mismo se contactó con ella cuando tenía unos quince años. En ese entonces no le tomó mucha importancia e incluso creyó que era una broma de mal gusto, sin embargo Iktan persistió hasta que un día Tania finalmente accedió a verlo y fue allí cuando se percató que sin duda alguna aquel niño de cabellos lacios y cafés, ojos verdes y finos rasgos era hijo de la mujer que la había traído a ella al mundo.

Desde ese momento ambos mantuvieron una relación cercana hasta que Iktan tuvo que abandonar Melien debido a que su padre se separó de Vera porque esta se consiguió un nuevo amante, posterior a ese evento ambos siguieron manteniendo contacto aunque la distancia evitó que pudieran verse a menudo, de hecho tal como decía Iktan hacía ya dos años de que se veían.

Incluso aunque eran medios hermanos ambos parecían polos totalmente opuestos, Iktan era un chico bastante amable, sencillo, alegre, un poco tímido, con una mente prodigio, sin embargo tenía una mala salud y sufría de problemas de la vista, lo cual le obligaba a llevar consigo siempre un par de anteojos, además de que era el tipo de persona que solía despistarse fácilmente, aún así era una buena persona que a diferencia de su hermana jamás podría matar a alguien.

Tania era todo lo contrario, era una bomba que estaba contenida, una joven extrovertida, carismática, extravagante, alegre, cariñosa, algo descuidada en algunos aspectos, ella en contraste con Iktan, siempre tuvo una salud envidiable, raras veces se enfermaba y gracias a sus múltiples dones las heridas ya no representaban un problema, aunque fuera de ser un caramelo dulce también tenía una parte psicópata y asesina, podía llegar a matar a un ser humano con la misma facilidad con la que uno se levanta cada mañana, incluso podía considerarse como una persona algo egoísta.

Sin duda los dos eran mundos diferentes, pero parecidos a la vez, ya que fuera de sus notables diferencias había algo que compartían y eso era el cariño hacía sus seres queridos.

-Entonces...- Iktan cruzó una pierna sobre la otra. -¿Qué hay de nuevo?-

-Nada interesante.- Tania lo pensó un momento. -Pero por lo que veo a ti si te suceden cosas que merecen ser contadas, ¿desde cuando sales con la señorita Dakota?-

Las mejillas de Iktan se colorearon de rosado, parecía un chico de secundaria enamorado y avergonzado, Tania no identificaba cual emoción predominaba más.

-Pensaba decirte pero últimamente tengo tanto trabajo como cabellos en la cabeza, desde que la compañía URTAX tuvo éxito llueven más pedidos de los que uno puede hacerse cargo.-

-Eso es bueno, ¿no?-

-Desde luego, significa que la compañía progresa, sin embargo también implica cargas de trabajo más pesadas para los empleados y más estrés para Dak... Respecto a tu pregunta, estamos juntos desde hace medio año, en cuanto abandonamos Melien hace tres años mi padre consiguió formar una buena relación con la madre de Dakota y gracias a eso pudimos conseguir un buen lugar aquí.- Iktan se pasó una mano por la cabeza revolviendo algunos de sus mechones cafés. 

-Lamento lo de tu padre.- Tania entrelazó sus manos, gracias al ambiente frío sentía como poco a poco sus dedos perdían calor. -Me enteré hace un mes, no esperaba que él falleciera...-

-Ni yo.- Una sombra se posó sobre el rostro de Iktan, sin duda para él seguía siendo duro, y para todos los humanos lo era, perder a un ser querido siempre da en el alma como una lanza afilada. -Pero bueno... Al menos ya no sufre por el cáncer.-

-Supongo que tienes razón.-

-Tania...-

-Dime.- Tania miró a su hermano atenta.

-Es tu turno de hablarme sobre tu vida amorosa, ¿qué hay entre tú y una Suredal?-

-Oh vamos...- Tania hizo una mueca divertida. -No te hagas el ignorante, ya lo sabes, yo a diferencia de ti si te cuento lo que me sucede.-

Iktan soltó una risita, al igual que su voz sonó como una melodía liviana que es dulce y a la vez triste.

Sin duda, por más diferencias que los hermanos tuvieran ambos cargarían con pesos que su pasado había dejado, de todas maneras los dos sabían lo que significaba ser un hijo de una líder buscada y todo lo que uno sufría solo por portar el apellido de esta.

-A lo que me refiero...- Comenzó Iktan en tono divertido. -Es que si hay algo más que debo saber, ¿para cuando la boda?-

Boda...

Esa palabra se enterró en la mente y corazón de Tania como una bala, por alguna razón aunque lo había prometido hacía un tiempo sentía que era algo que estaba prolongando para que no sucediera. ¿Quizá por miedo? Pero si era así, ¿miedo a qué? ¿Al compromiso? No, sin duda sería feliz comprometiendo todo de ella para el bien de Dahana... ¿Entonces? ¿Porqué siempre odiaba hablar del tema? 

Lo más seguro es que no odiase la idea de casarse con Dahana, sino que aborrecía el hecho de que las personas ponían ciertos estándares para eso, por ejemplo siempre que lo mencionaban todos tenían en mente la típica boda pero... Eso era justo lo que Tania odiaba, ella sí quería casarse con Dahana, pero no quería seguir el protocolo que tan común era, quería algo que solo fuera de ellas, algo que no estuviera planeado para cumplir con estándares sino para hacerlas felices.

-Llevan un buen tiempo juntas...- Iktan siguió hablando totalmente ajeno a los pensamientos que acechaban en la mente de su hermana. -¿No crees que ya es hora de que den el siguiente paso?-

Otra puñalada...

Tania igual detestaba eso, ¿porqué la gente ataba el compromiso con el tiempo? ¿Solo porque ya llevaba tiempo con Dahana podía casarse con ella? ¿Qué pasaba si llevaban poco y querían hacerlo? ¿O que tal si nunca lo hiciesen? ¿Porqué la presión de la sociedad? ¿Por qué? ¿Por qué?...

No lo comprendía y no creía ponerse a analizarlo más a fondo para poder hacerlo.

-Solo imagina a ella de blanco y...-

-Ya entendí.- Interrumpió Tania. -Pero simplemente creo que... No es el momento.-

-No hay nunca un buen momento, siempre tenemos que crearlos nosotros.- Agregó Iktan de forma tranquila. -Piénsalo, hay veces que en una relación una parte siempre quiere más y si no le pides matrimonio pronto dudo que ella siga esperando. Hay relaciones que se han roto solo porque uno de ellos no se armó de valor para llevar a su mitad al altar.-

Tania asintió como si aquel comentario la hubiera hecho reflexionar, aunque realmente lo había ignorado totalmente, no pensaba ponerse a discutir sobre si iba o no a casarse.

-Cambiando de tema...- Tania no tenía de que más hablar pero con tal de dejar atrás la cuestión de la boda sacó algo al azar. -Descubrí quien mandó a matar a mi padre.-

-¿De verdad?-

La chica asintió.

-Valeska Dahen, fue todo obra suya.-

Iktan abrió la boca pero inmediatamente la cerró, comenzó a analizar todo hasta que finalmente dio con el resultado, si tenía en cuenta lo que su hermana le había comentado anteriormente sobre aquella mujer y sobre su plan de cambiarla con Vera...

-Comprendo.- Iktan sostuvo su mentón con una de sus manos mientras la otra la movía en círculos. -Su plan comenzó incluso antes de lo que creímos... Desde el incendio... Todo ya estaba planeado.-

-Sí.- Tania se frotó la cien. -Es tan frustrante que no pude darme cuenta... Tenía las pistas y aún así...-

-No te culpes, es obvio que puso esmero en ocultar sus verdaderas intenciones hasta el final.- Iktan se puso serio. -Aunque me alegra que te hayas enterado de esto.-

-¿Por qué?- Tania miró amenazante a su hermano. -¿Crees que me reconforta saber quién mató a mi padre?-

-No,  para nada pero...- Iktan dudó antes de reanudar su oración. -Le dije a Dakota que las llamara porque di con algunas cosas que sin duda les van a interesar, sobre todo a ti, ya que todo esto tiene que ver con los sucesos de hace cuatro años, cuando Dahana tomó el mando de la UESI.-

-Te escucho.- Nev puso aún más atención a su hermano, sin duda lo relacionado con su pareja merecía ser atendido debidamente.

-Como dije, me alegra que te hayas enterado de lo de tu padre porque sin duda fue un golpe duro y lo vas llevando bien por lo cual creo que puedo decirles lo que voy a decirles sin miedo a que entren en pánico...-

-Comprendo, crees que estoy preparada mentalmente. ¿Es eso?- Tania alzó una ceja.

-¿Me equivoco?-

-Para nada, continúa.-

-Será mejor que vayamos con las demás.- Iktan se puso de pie. -Para esto las llamamos, no sería justo dejarlas fuera, además de que ya charlaremos nosotros en otro momento.-

-Bien.- Nev lo imitó y también se levantó. -¿Pero porqué tanta prisa por llamarnos? El mensaje que recibimos mencionaba que era urgente tenernos presentes.-

-Así es.- Iktan se encaminó a la puerta y antes de girar la perilla habló nuevamente. -Es urgente cuando se trata de una persona de la que casi no tenemos datos, y es aún más urgente si esa persona es Lady C.-

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