Liberación
-¡La puta mierda! ¡Muere de una vez!-
Romina volvió a apuntar su energía contra aquella pelirroja que esquivaba con movimientos extraños y exagerados.
-Es como un roedor.- Se quejó Ruby. -Molesto y chiquito.-
-Si tan solo no nos hubiera limitado...- Romina volvió a reunir su energía preparando otro ataque. -¡Mierda!-
Las chicas habían sido atacadas poco después de que Dahana y las demás partieron a ayudar a R, Romina se encontraba extendiendo en campo de fuerza y no pudo hacer mucho así que Ruby tuvo que encargarse, pero debido a que su poder apenas comenzaba a liberarse no pudo evitar que Nilsu e Iktan acabaran levemente heridos, además de que ahora les era imposible evacuarlos de forma segura.
Así que, en resumen, a parte del enorme campo de fuerza que abarcaba todo el rascacielos, Romina tenía que concentrar su energía en un pequeño campo que protegía a Charlotte, Iktan, Dakota y Nilsu, además de que sostenía otro que cubría la habitación completa donde Tania seguía inconsciente. Su energía estaba dividida y era muy reducido lo que podía usar para defender, además de que las estaban atacando con aquellas plumas de Penny que eran peor que las armas hechas por humanos.
-Hagamos esto fácil.- Dorotty reapareció detrás de una de las esculturas que adornaban el enorme y amplio pasillo. -Denme a Tania y me iré, sin hacerles nada. Es sencillo, ¿verdad?-
-¿Es sencillo verdad?- Se burlaron a la par Romina y Ruby sacando la lengua con descaro.
-¡MUERE MEJOR!- Romina disparó volando la escultura en pequeños trocitos. -Si seguimos así la deuda de un millón va a pasar a tres, creo que llevamos destruyendo cerca de diez esculturas y cuadros que no valen exactamente cincuenta centavos.-
-Por eso no se preocupen.- La voz de Iktan llegó desde el campo de fuerza unos metros más atrás. -No importan los daños materiales, por ahora ustedes deben de concentrarse en eliminar al enemigo y a protegerse a así mismas.-
-Vaya, no todos te dejan destruir su casa así como así.-
-¡Romina!- Gritó Ruby mientras corría tras la pelirroja.
-Voy, voy, pero no me grites.-
El par comenzó una persecución tras aquella chica que sin importar el daño que recibía seguía andando como si el dolor no le afectara.
-¿Qué rayos come?- Romina giró una esquina tan rápido que estuvo a punto de irse de boca.
-Concéntrate.- Ruby le metió un coscorrón luego de ayudarla a estabilizarse.
-¡Ay! Ya te pareces a mi hermana.-
Una mirada de advertencia bastó para que Romina se concentrara en Dorotty sin decir ninguna otra cosa.
-Voy a atacar sus piernas.- Comenzó Ruby. -La inmovilizaré, pero eso me llevará lo que queda de mi energía, con suerte me alcanzará para mantenerla cautiva un cuarto de hora, así que...-
-Tenemos que matarla en ese tiempo si queremos que Tania despierte.-
-Sí.- Ruby asintió. -Pero la cosa aquí es... ¿La matamos de una vez? ¿O intentamos sacarle información aunque Minerva dijo que es básicamente imposible quebrar su voluntad?-
Romina dudó, ella nunca había sido la que se encargaba de razonar decisiones difíciles, ese trabajo se lo dejaba a su hermana y cuando algo se complicaba solía tirar una moneda al aire para ver que hacer. Pero en esta ocasión no tenía ni a su hermana, ni una moneda.
-¡Romina!-
-¡Ay no sé! ¡Estoy pensando! Déjame.-
-¡No tenemos el tiempo del mundo estúpida!-
Estaba consiente de eso, sabía que debían de apurarse, así terminaban con aquello y podrían ir a ayudar al resto que seguro no la estaba teniendo fácil, y quizá, con suerte, Tania podría unirse a su batalla, aunque aún estaba reposando para que sus heridas físicas sanaran.
-Matémosla.- Romina sacó su pistola y le quitó el seguro. -Matémosla en cuanto logres paralizarla, no hay que subestimarla, mientras antes nos deshagamos de ella mejor.-
Ruby entrecerró los ojos y luego asintió.
-Bien, en ese caso a la cuenta de tres la detendré, atacarás entonces.-
-Recibido.-
El aura de Ruby era de un tono rojo fuego, cuando esta salió en su máximo esplendor brilló por un momento alrededor del cuerpo de la joven para luego desaparecer lentamente. Ruby mantenía los ojos cerrados, pequeñas gotas de sudor escurrían de su frente hasta el suelo, faltaba poco...
-¡Ahora!-
Ante esa orden Romina corrió más rápido, cortó en menos de cinco segundos la distancia que las separaba de Dorotty y sin juntar el arma con el cuerpo de su víctima disparó.
No una vez, ni dos, disparó hasta que aquel arma se quedó sin municiones.
Las balas salieron disparadas y se estamparon contra el cuerpo de la pelirroja con una precisión terrorífica. Dorotty ni siquiera sintió el impacto, solo el dolor que se desencadenó después, un dolor que no tardo en apagarse, cuando su mente perdió, cuando su vida se esfumó, se apagó, el dolor que sentía igual lo hizo.
El cuerpo inerte de la joven cayó manchando los azulejos del pasillo de sangre, había sido tan rápido que no pudo prepararse, no pudo preverlo, había perdido limpiamente en un juego donde todo se valía.
Romina guardó nuevamente su arma y giró para ver a Ruby.
Su compañera temblaba como una hoja al viento, su energía había disminuido considerablemente y lo poco que le quedaba a penas y podía mantenerla consciente, había sido demasiado pero había valido la pena, la mirada llena de alegría que compartieron confirmó eso.
-Se acabó...- Ruby se dejó caer sobre el suelo ignorando la sangre que comenzaba a expandirse de manera escandalosa.
-Aún no.- Romina respiraba entrecortadamente, debía de estabilizar el ritmo de sus pulmones. -Nos queda una.-
-No.- Ruby tragó saliva. -Ya se acabó, si Dorotty cayó Tania volvió en sí, con eso ya es el fin del juego para Camelia.-
Romina estaba feliz pero aún así un sudor frío escurrió de su mente, si Tania despertaba en ese momento y veía todo lo que estaba pasando, si podía levantarse, pelear, matar... Si Dahana había sido herida y ella lo veía, un infierno iba a desatarse, uno que no le hubiese gustado presenciar. Ruby pareció percatarse de los mismo porque segundos después de que dijo que todo había terminado también palideció adquiriendo la tonalidad de la nieve en invierno, su cuerpo tembló más y sus brazos se rodearon a sí misma, como protegiéndose de lo que venía a continuación.
Ambas intercambiaron miradas de terror y preocupación.
-¿Qué acabamos de hacer?- Ruby se levantó de un salto, parecía ser que el hecho de tener a una Tania furiosa le había recargado las energías.
-Rescatamos a una amiga, ayudamos al resto de cierta forma y...- Romina tragó saliva lentamente. -Liberamos a la única persona que es capaz de robarle al diablo su puesto.-
-No sé si eso es bueno o malo.-
-Tampoco estoy muy segura.- Romina se pasó las manos por el cabello. -Creo que aunque soy atea comenzaré a rezar.-
-Yo te acompaño.- Dijo Ruby juntando las manos en el pecho imitando a las personas que había visto fuera de una iglesia en Melien.
Lo que siguió fue el sonido de una explosión, un sonido que se escuchó demasiado cerca como para haber sido producido por alguna de las chicas en los niveles inferiores.
-¡Por lucifer!- Romina cerró los ojos. -Que nos amparen los dioses, acabamos de condenar a alguien a muerte.-
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