-Su atención por favor.- Lilian entró a la sala y dio tres palmadas en el aire para llamar la atención de el resto de las chicas. -Mmmh bueno, esta noche Tania y yo hemos organizado un pequeño maratón de anime así que todas vallan por sus almohadas, bocadillos y demás... Empezamos en 15 minutos.-

Después de escuchar las palabras de la mayor todas salieron disparadas a las habitaciones para traer sus respectivas cosas.

Tania las vio partir como balas y sonrió, subió con paso tranquilo hasta su habitación y una vez que estuvo dentro una voz llegó desde la puerta.

-Debí imaginar que harías algo así.- La joven del mechón se despegó de la entrada del dormitorio y observó a Nev. -¿Cómo la sobornaste para que te ayudara?-

-Lo creas o no Lilian se ha vuelto una fan del anime por voluntad propia.- Respondió Tania haciéndose la ofendida. -Creí que no vendrías.-

-¿Y perderme la oportunidad de molestarte? Ni loca.-

Tania tomó varias almohadas y le lanzó una pijama de puntitos a su compañera.

-¿Cómo está tu pie? ¿Vas a poder pelear mañana?-

La joven del mechón movió su tobillo.

-Estoy genial, de hecho estaba bien desde que me curaste solo que...-

-Te gusta fregarme a más no poder.-

-Exacto, además me ahorré caminar y tú hiciste ejercicio.-

-¿Debería decir gracias?- Preguntó sarcásticamente Tania mientras salía del lugar y volvía a la sala con la joven pisándole los talones.

-Nah... Quizá la que debería agradecer soy yo, porque me dejas quedarme aquí por una noche.-

-¿Y quién dijo que no te iba a cobrar?-

La joven del mechón tomó una almohada y se la lanzó a Nevor en la cabeza.

-Serás...-

- Oye Nev...- Henna interrumpió el insulto de la chica.

Tania giró para verla.

-¿Si?-

-No es que sea metiche ni nada pero... ¿Dónde está Emma?-

La puerta de la entrada se abrió de un portazo, Tania señaló el lugar con el mentón antes de responderle a su amiga.

-Ahí tienes tu respuesta.-

Emma entró empapada, el agua le escurría por todos lados y un charco empezaba a formarse a su alrededor. Tenía una pistola en la mano derecha y la izquierda estaba cubierta de vendas teñidas de rojo, sus ojos estaban negros como la noche y su cabello estaba más enredado que una bola de estambre.

-¿Qué...?-

-Una dotada.- Fue la respuesta que Emma le dio a la pregunta sin completar de Henna.

-¿Dónde?- Romina entró a la sala y a la conversación.

-Atacó las oficinas de la UES, la mandó Vera... Su don era manejar el fuego, y gracias a que toodas ustedes renunciaron yo tuve que hacerme cargo... Fue una mierda.-

-Eso es obvio.- Tania había metido a la joven del mechón en un armario para que Emma no la viera y ahora estaba sentada sobre la mesa como si nada. -Pero al menos acabaste con ella.-

-Sí, gracias a las nuevas reclutas.-

Tania abrió una bolsa de papitas.

-Así que Vera ya tiene nuevos perros falderos... Interesante.-

-¿Cuántas son?- Romina se dejó caer en uno de los sofás.

-Entraron seis, una controla el hielo, otra convierte en oro y plata todo lo que toca y no, no es una de las chicas de Vera.- Emma miró a Ruby quién había abierto la boca para preguntar justamente eso. -Dos son anti balas, otra obtiene energía de los sueños y la última crea campos de fuerza.-

-Aburrido...- Tania agarró dos bolsas de papas y dulces y se las tendió a Minerva, el búho desapareció por la ventana abierta una vez que tuvo el botín en sus garras.

-Al menos son mejores que ustedes.-

-Lo dudo pero bueno, ya no discutamos.... Por cierto, Emma, ¿quieres unirte a nuestro maratón de...?-

-Tengo trabajo, vine solo por un cambio de ropa.-

Tania se encogió de hombros y no hizo nada hasta que su ex compañera volvió a estar fuera de la casa.

-IDIOTAAAAA YA PUEDES SALIR.- 

La puerta del armario se abrió y la joven del mechón salió con la cara roja, caminó hasta donde estaba Tania y comenzó a forcejear con ella.

-¡No me digas idiota!-

-Es lo qué eres, ¿no?-

-¡No, y no vuelvas a meterme de esa forma a un armario! ¡SABES QUE ME DAN FOBIA LOS LUGARES CERRADOS!-

Tania asintió y dejó de pelear con la chica.

-Ya, lo siento mucho... Era una emergencia.-

-Imbécil...-

-¿Lo soy?- 

Las miradas de ambas se conectaron y la joven del mechón se puso aún más roja, también dejó de forcejear y se sentó haciendo un puchero.

-¿No íbamos a ver anime?-

Tania rio y agarró a la joven del hombro para luego revolver su cabello.

-No hagas eso... Se me va a enredar.- Protestó la chica intentando hacer que Nevor parara.

-Descuida, hay peines en esta casa.-

La joven del mechón le hizo un gesto grosero a Tania y esta volvió a reír.

-Ya, ya... Vamos a ver anime.-

Las demás asintieron y Lilian, la otra encargada de la velada prendió la tele. Iban por el sexto capítulo cuando el reloj marcó la una de la mañana, Tania se puso de pie y anunció que era hora de irse a dormir ya que al otro día tenían cosas que hacer.

-Aaaaaaaaah.- Protestaron todas.

-Uno más, ¿si?- Los ojitos de Nilsu estaban convenciendo a Tania.

-Por favor...- Idunn se unió a la plegaría.

-Uno... Solamente UNO.- Romina se hincó y abrazó a las dos pequeñas. -Por favor mamá Tania, ¿siiiiiiiiii?-

-Nev no seas mala...- Ruby apoyó a sus compañeras. -El último y ya, ¿va?-

-Mi café aún no está frío....- Henna se encogió ante la mirada fulminante de Tania. -¿Qué? Es la verdad.-

-No, no y no... A dormir, mañana tenemos que...-

-¿Nos ayudas a convencerla?- Romina gateó hasta donde estaba la joven del mechón. -Dile, anda... Uno más y ya, por fa... No seas mala, solo tú puedes traspasar su frío corazón y convencerla, ¿si?-

-Ni se te ocurra...- Tania le lanzó una mirada de advertencia a la joven la cual solo sonrió.

-Pues... Quizá podría decirle...- Los ojos de Romina brillaron. -Pero ella tiene razón, hay que dormir... ¿Qué les parece si lo dejamos para luego?-

-AAAAAAAAAAAAAAAH.- Todas protestaron por segunda vez.

-Bueno, ya qué.- Romina se levantó y abrazó a las dos más pequeñas. -A dormir... Andando.-

Entre risas y cuchicheos todas fueron recogiendo y colocando todo en su lugar para posteriormente irse a dormir. No pasó mucho para que el silencio se apoderara la casa, todo estaba oscuro y tranquilo, en una habitación Nilsu, Idunn y Lilian dormían acurrucadas, en otra Romina estaba por caerse de la cama ya que tenía casi medio cuerpo fuera del colchón... Por otro lado Henna se había dormido hecha un taquito, Ruby era todo lo contrario, estaba destapada y con todas las ventanas abiertas porque sino se iba a morir de calor. La joven del mechón había quedado muerta al tocar la cama de Tania y por más que está última quiso llevársela a otro cuarto no pudo y terminó dándose por vencida.

Era una linda noche, las estrellas iluminaban el cielo y la luna brillaba llena. Tania observaba la oscuridad pensativa, le gustaba la sensación de calma que transmitía la noche y le gustaba el bello silencio de...

-Aaaah... Buaaah.-

Y le gustaba el bello silencio que hasta hacía poco reinaba. Unos suaves sonidos resonaron en la habitación.

-¿Quién eres?-

-Un fantasma.-

La joven del mechón se frotó los ojos.

-Estúpida... Me espantaste.-

Tania rio bajito.

-Duérmete Julieta... Mañana tenemos que acabar con mi madre.-

-¿Julieta? ¿Y por qué Julieta? Yo no me llamo así.-

 -Bueno, entonces, duerme cucaracha.-

-¡Hey! En ese caso prefiero Julieta.-

-Que te duermas.-

-¿Y tú?-

-No podría aunque lo intentara.-

-¿Por qué?-

-Porque normalmente así me pasa.-

-¿Por qué?-

-No lo sé.-

-¿Por...?-

-Ya para.-

Tania seguía sin mirar a la joven, observaba la oscuridad a través de la ventana y por un momento creyó que ella si le había hecho caso y había vuelto a dormirse hasta que sintió una mano sobre su hombro.

-Mmm... ¿No me vas a hacer caso?-

-No, a menos que tú igual intentes dormir.-

-Yo estaré bien.-

-Yo igual.-

-Eres una mentirosa.-

Por fin miró a la joven del mechón quién le sacó la lengua.

-Anda, duerme...-

-No.-

-Sí.-

-No.-

-Pareces una niña.-

-¿Quién dice que no lo soy?-

Tania suspiró.

-¿Si me duermo también lo harás tú?-

-Sí.-

-Bien, vamos.-

-¿A dónde?- 

Tania se acurrucó en una esquina de la cama y se tapó con la manta.

-A dormir.-

La joven del mechón rio y luego imitó a su compañera, La idea de Tania era hacerla dormir y luego pararse y seguir viendo la noche pero, sus planes se vieron destruidos cuando un brazo la envolvió, iba a protestar cuando su compañera le susurró al oído:

-Te conozco.... Aaaaah... Sé que vas a hacerme dormir y tú seguirás despierta así que, me aseguraré que no lo hagas... Si intentas soltarte me despertaré, así que buenas noches.-

Tania sonrió de medio lado.

-Buenas noches... Idiota.-

Tuvo que ahogar un grito cuando la joven del mechón le pellizcó el hombro.

***

-La ama, no la ama, la ama...- la pequeña albina metió su mano a la bolsa y vio que solo quedaba una última papa, bufó y se la comió. -No la ama.-

Estaba sentada sobre el tejado de la casa de Tania y observaba la luna sonriendo.

-¿Lo ves? Hasta las papas lo dicen... Vera no la ama.-

No hubo respuesta y la niña suspiró, observó la basura a su alrededor y con un chasquido la hizo desaparecer.

-Aún tengo hambre, maldito estómago... Uff, a este paso una de dos, o me acabo la despensa o me muero de hambre.- La albina volvió a mirar a la luna. -¿Por qué mierda le dijiste que soy macho? Incluso en ese entonces eras un desgraciado y un estúpido... Te perdiste años preciosos de tu hija solo porque no quisiste escapar ese día... Desgraciado, aunque entiendo el motivo... ¿Sabes que si Tania se entera de quién te mandó matar no va a tener piedad?-

De nuevo la respuesta no llegó, la pequeña sabía que nunca llegaría pero aún así le gustaba hablar con ese fantasma que ya no era más que un recuerdo.

-Uff estarías orgulloso de ella, se volvió una princesa que no necesita ser salvada y además... Es una persona maravillosa. Cuando te vea en el más allá tendrás que pagarme por los años que hice de niñera ¿eh?, no creas que te vas a sacar la deuda tan fácil.-

Un ligero viento alborotó el corto cabello la la joven y ella sonrió.

-Uff, uff y más uff... Creo que al final de cuentas...  Sí fue buena idea hacer tu segundo proyecto de mierda... Pero aún así estoy molesta porque dijiste que soy macho, imbécil.-

La albina se recostó.

-Mañana va a matar a su madre, verás a Vera en el infierno... Y después de tanto tiempo quizá por fin pueda tomarme unas vacaciones, aunque lo dudo mucho... Mi trabajo nunca termina.-

La niña cerró los ojos de un color azul, y cuando volvió a abrirlos estos estaban amarillos. Se levantó y sin titubeos se dejó caer para ser consumida por la negra noche.

***

Cuando Vera abrió la ventana para tomar un poco de aire se topó con los ojos color sol de un búho.

El ave la miraba como si supiera la verdad sobre ella y eso asustó tanto a la mujer que terminó cerrando de vuelta la ventana y corriendo las cortinas.

La albina volvió a su forma natural y sonrió.

-Pum... Nunca olvidaré su rostro.-

luego comenzó a reír.